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Ver la versión completa : El saquito azul.



PeRCeVaL
02/01/2014, 11:11
Miraba al avión cortando el pomposo y escueto albor del cielo.
Una vez más se había ido con su saquito azul, él recordaba caprichosamente sus rombos, adoraba las imperfecciones de ese saco. Y el empecinamiento de ella para utilizarlo. Difícilmente podría recordarla, en una situación especial, sin el saquito azul.
Especulaba que más de una vez habrían tenido sexo mientras ella lo tenia puesto.
Recordaba alguna foto recostada en la homogénea arena amarilla con ese mismo saquito.

Mientras se retiraba del aeropuerto, esquivando autos y gentes, cavilaba sobre la posibilidad de que el saquito azul tuviera una vida más interesante que la de él. Ella lo usaba solo en los momentos especiales, no lo usaba para lavar los platos, no lo usaba para ir a ver a su madre.

Tomo un taxi escudriñando la hora, seguramente llegaría para comer, buscar alguna película y dormir un rato.
El cielo era conquistado vehementemente por las nubes.

El saquito azul se lo había comprado antes de que empezara con sus charlas, ahora andaba por el mundo explicando cosas de psicología que él no entendía y menos le importaban: “el orden del mundo se rige por lo que hay que hacer y ser”. Él se sentía un poco abandonado, aunque veía las circunstancias como un simple borrón en una historia.

Era uno de los tantos aniversario cuando él le entregó el saquito azul, y ella lo estrujo contenta agradeciendo con un beso bruto contra sus labios. El sonrío leve.
Aproximadamente una semana después lo estrenó cuando tenía que presentar su tesis, le fue tan bien que tomo la jerarquía de amuleto. Lo comenzó a usar únicamente en situaciones especiales. Nunca lo olvidaba, incluso si se iban de viaje y no lo llevaba puesto seguramente lo tenia en un lugar especial, para cuando hicieran alguna travesía o algún festejo, o simplemente ameritara su aparición.

El taxi se mezclaba entre los ruidos, el humo y los autos (y la carne andante), pasaban por el restorán donde ella le dijo que empezaría las charlas, y que tendría que viajar. Él le indico que le parecía bien, que se alegraba por ella, que sería bueno para su carrera. Lo cierto es que sintió que lo dejaba, intuía que en el mundo había cosas más interesantes que en su casa.

Hacía un año ya que viajaba constantemente, yéndose con su saquito azul... ¡Tantas despedidas!, sabía que en algún momento estaría en la estación y que confundiría el azul un par de veces en otros cuerpos, pero ella y su saquito no aparecerían. Se juró que no lloraría “no se llora por lo que uno sabe que va a pasar, uno debe morderse los labios y continuar, porque sino pensar y especular es un ejercicio inútil, todo tiene consecuencias”.

Le pagó al taxista, y se adentró en su casa. Preparó un te de boldo, para relajar el estomago, se sentó a mirar por la ventana, como el cielo ya había sido conquistado por las nubes. Miro la película “Amour” y sintió un delicado sentimiento de impotencia.

Se sorprendió cuando entro a la habitación y vio sobre la cama dispuesto el saquito azul... se acercó temblando, hasta que un impulso lo hizo arrojarse sobre el mismo y llorar escandalosamente mientras afuera el cielo se despejaba, empezaban a brillar algunas estrellas y la luna, pálida, seguía durmiendo el sueño eterno.

Perceval Ciro.

Eburnea
07/01/2014, 05:17
!Que historia tan bonita y tan triste, Perceval Ciro!. !Cuánto amor desdeñado y qué poca valentía por parte de ella!. Por supuesto que casi todo tiene un final y él lo sabía. Pero no tiene el por qué ser un final un acto de cobardía o de huida. Ese saquito azul era un símbolo y ella debió devolverlo en mano, explicar sus motivos y quizá tener un último gesto de amor con él: Llorar juntos una pérdida común muy valiosa. Así él podría guardar cuidadosamente el saquito azul y podría también guardar un recuerdo limpio. Que no es poco.
Ebúrnea

bosquedefantasias
17/02/2014, 18:55
Preciosa historia,gracias por compartirla