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fabienne guerrero
12/09/2013, 17:51
Página 1 TESTIMONIO DE GLORIA POLO


TESTIMONIO DE GLORIA POLO

(Tomado de una de las entrevistas efectuadas a la doctora Gloria Polo en Radio Maria (Colombia)
¡Hermanos! De verdad es muy lindo para mí estar con ustedes compartiendo ese
hermosísimo regalo que me hizo mi Señor hace más de diez años.


Esto fue en la Universidad Nacional en Bogotá. Nos estábamos especializando con un
sobrino que también era odontólogo y mi esposo nos acompañaba. Teníamos que re*****
unos libros en la Facultad de Odontología un viernes por la tarde. Estaba lloviendo muy
fuerte, mi sobrino y yo nos fuimos debajo de un paraguas muy pequeño y mi esposo tenía
su chaqueta impermeable, él se acercó contra la pared de la Biblioteca General, mientras
nosotros sin darnos cuenta saltando para evitar ***** charcos nos acercamos a los árboles.
Cuando fuimos a saltar para evitar ***** un gran charco nos cayó un rayo. Nos dejó
carbonizados; mi sobrino fallece allí.

Él era un muchacho, a pesar de su corta edad, muy entregado al Señor, era muy
devoto al Niño Jesús, traía siempre la imagen de El en su pecho dentro de un vidrio de
cuarzo. Según la fiscalía el rayo entra a través de la imagen. A él le entra el rayo en el
corazón, le quema por dentro y le sale en el pie. Pero por fuera no se carbonizo, ni se
quemó. En cambio a mí el rayo me entra en esta parte, el hombro izquierdo. Me quema de
forma espantosa todo mi cuerpo por fuera y por dentro. Esto que ven aquí, este cuerpo
reconstruido, es misericordia de nuestro Señor. Me carboniza, me deja sin senos,
prácticamente se me desaparece toda mi carne y mis costillas; el vientre, las piernas... sale
el rayo por el pie derecho, se me carboniza el hígado, se me queman los riñones, los
pulmones…
Planificaba con la T de cobre. De manera que el cobre, buen conductor eléctrico, me
carbonizo, me pulverizo los ovarios, quedé en paro cardiaco; allí sin vida, el cuerpo saltando
por la electricidad que quedó en todo ese sitio.
Pero miren, esa es la parte física. Pero lo más hermoso, lo más bello, es que mientras
mis carnes estaban allí carbonizadas, yo en ese instante me encontraba dentro de un
hermosísimo túnel blanco; era un gozo, una paz, una felicidad que no hay palabras
humanas para describirles la grandeza de ese momento; era un éxtasis inmenso. Yo iba
feliz, gozosa, nada me pesaba dentro de ese túnel. Miré en el fondo de ese túnel como un
sol, una luz hermosísima. Yo digo que es blanco para ponerle color, porque ninguno de los
colores es comparable terrenalmente con esa luz hermosísima. Yo sentía la fuente de todo
ese amor, de esa paz...
Cuando yo voy subiendo digo: ¡Miércoles! Me morí. Y en ese instante pienso en mis
hijos y digo: ¡Ay Dios mío, mis hijitos! ¿.Qué van a decir esos hijos? Esa mamá tan
ocupada, nunca tuvo tiempo para ellos. Ahí miro con verdad la vida mía y me da tristeza.
Me salí de mi casa a transformar el mundo y me quedaron grandes mis hijos y mi hogar.
Y en ese instante de vacío por mis hijos yo hago una mirada. Cuando miro hay algo
bello; ya mis carnes no estaban ni en las medidas de tiempo de acá, ni de espacio. Vi a
todas las personas en un mismo instante, en un mismo momento, a todas las personas, a
los vivos y a los muertos, me abracé con mis bisabuelos, con mis padres, que habían
fallecido, con todos, fue un momento pleno, hermoso. Ahí me di cuenta que me habían
metido un "Gol" en la reencarnación, porque yo si defendía la reencarnación. A mi abuelo y
mi bisabuelo andaba viéndolos por todas partes. Me abrazaron, me encontré con ellos en Página 2 TESTIMONIO DE GLORIA POLO
un instante, nos abrazamos y abracé a todas las personas con las cuales tuve que ver en mi
vida en todas partes, en un mismo instante. Sólo a mi hija cuando yo la abracé, se asusto,
tenía 9 años, ella sí sintió mi abrazo. No había pasado nada de tiempo en ese momento tan
hermoso, que lindo ya sin carnes. Ya no miraba como miraba antes, que sólo miraba el que
estaba gordo, flaco, negro, feo, con criterios, ahí no. Ya cuando estaba sin carnes veía el
interior de las personas, que lindo ver el interior de las personas, ver en las personas sus
pensamientos, sus sentimientos. Los abracé en un instante, sin embargo yo seguía
subiendo y subiendo llena de gozo. Cuando sentí que iba a disfrutar de una vista hermosa,
en el fondo un lago bellísimo. En ese instante oigo la voz de mi esposo, mi esposo llora y
con un grito profundo, con todo el sentimiento me grita, dice: "Qué hubo ¡Gloria por favor no
se vaya! ¡Mire Gloria regrese! los niños Gloria, no sea cobarde". En ese instante yo hago
esa mirada así, como global y no lo miro sólo a él, lo vi llorando con tanto dolor, ahí el Señor
me concede regresar, yo no me quería venir, que gozo, que paz, que alegría. Entonces,
empecé a bajar lento a buscar mi cuerpo, me encontré sin vida. Estaba mi cuerpo en la
camilla de la Universidad Nacional de la enfermería, veía cómo los médicos le hacían como
choques eléctricos a mi corazón para sacarme del paro cardíaco. Duramos dos horas y
media allí tirados, porque no nos podían re*****, porque "le pasábamos corriente" a todo el
mundo. Hasta que dejamos de "pasar corriente" y nos pudieron asistir. Y me empezaron a
reanimar. Mire, yo llego y pongo los pies aquí, en esa parte de mi cabeza. Y una chispa con
violencia me entra, yo entro en mi cuerpo; me dolió muchísimo entrar. Porque es que salen
chispas como de todas partes, lo veía encapsular en esto "tan chiquito". El dolor de mi
carne, mi carne quemada: Como me dolía, salía humo y vapor, el dolor más terrible, el de mi
vanidad. Una mujer con criterios de mundo, la mujer ejecutiva, la intelectual, la estudiante,
la esclavizada del cuerpo, de la belleza y de la moda, 4 horas diarias de aeróbicos.
Esclavizada para tener un cuerpo hermoso, masajes, dietas... bueno, de todo lo que se
quieran imaginar, esa era mi vida. Una rutina esclavizante por un cuerpo bello. Y yo decía:
“Bueno, si tengo senos bonitos es para mostrarlos, porque que tal guardados, igual mis
piernas”, porque sentía que tenia muy espectaculares piernas y senos; en un instante veía
con horror cómo toda una vida cuidando un cuerpo. Ése era el centro de mi vida, el amor a
mi cuerpo. Y no había cuerpo, ni senos, unos huecos impresionantes; sobretodo el seno
izquierdo, estaba prácticamente desaparecido. Y mis piernas, era lo más terrible que tenia,
pedazos vacíos y sin carnes, como chicharrón negrísimos... y de allí me llevaron al Seguro
Social.
Rápidamente me operan y empiezan a raspar todos mis tejidos quemados. Cuando yo
estoy anestesiada me vuelvo a salir del cuerpo. Estaba mirando lo que estaban haciendo
los médicos con mi cuerpo, preocupada por mis piernas. Cuando de pronto ... fue un
momento tan terriblemente horroroso.

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fabienne guerrero
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Porque yo les cuento mis hermanos: "Católica Dietética" como toda mi vida, pues mi
relación con el Señor era una Eucaristía los domingos, 25 minutos donde el padre hablara
menos, porque qué desespero y qué angustia: Esa era mi relación con Dios. Y como esa
era mi relación, sólo eso, pues todas las corrientes del mundo me arrastraban como una
veleta, al punto de que cuando ya me estaba especializando, cuando yo estaba estudiando
y oía a un sacerdote que "el infierno no existía y que los diablos tampoco" ¿Quién dijo
miedo? A mi lo único triste, mire padre, vergonzosamente les confieso, lo único que me
mantenía en la Iglesia, era el miedo al Diablo. Y cuando me dicen que no existe, pues que
lucha. Y yo dije: "Bueno para el Cielo vamos, no importa cómo somos". Entonces, eso
terminó de alejarme totalmente del Señor. Empiezo hablar mal porque el pecado no se
quedó en mi, yo empiezo a dañar mi relación con el Señor peor. Empiezo a decirle a todo el
mundo que los demonios no existen, que son invenciones de los curas, que son Página 3 TESTIMONIO DE GLORIA POLO
manipulaciones. Bueno empiezo ... Y estudiando con muchos compañeros de La Nacional,
empecé a andar con el cuento de que Dios no existía, que éramos producto de una
evolución. Y miren, cuando me veo en ese instante, que susto tan terrible! Cuando veo a los
demonios, que me vienen a re*****, y que la paga soy ¡yo!... En ese instante, empiezo a
ver cómo de la pared del quirófano empiezan a brotar muchísimas personas,
aparentemente común y corrientes, pero con una mirada de odio tan grande, una mirada
espantosa y yo me doy cuenta en ese instante que en mis carnes hay una sabiduría
especial, yo me doy cuenta que a todos ellos les debo; que el pecado no fue gratis y que la
principal infamia y mentira del demonio fue decir que no existía, veo cómo me vienen y me
empiezan a rodear y me vienen a re*****. Ya ustedes tienen idea del susto, el terror, esta
mente científica e intelectual no me servía de nada. Y rebotaba al piso, rebotaba dentro de
mi carne, para que mi carne me recibiera y mi carne no me recibía. En ese susto tan terrible
yo salí corriendo y no sé en que instante atravesé la pared del quirófano. Yo aspiraba
esconderme entre los pasillos del hospital, y no. Cuando pase la pared del quirófano... "zas"
un salto al vació...
Y entro por una cantidad de túneles que van abajo. Al principio tenían luz y eran luces
como panales de abeja donde había muchísima gente. Pero voy descendiendo y la luz se
va perdiendo y empiezo a andar en unos túneles de tinieblas espantosas y cuando llego a
las tinieblas esas no tienen comparación, vea, lo más oscuro de lo oscuro terrenal es luz del
mediodía allá. No se puede comparar. Ellas mismas ocasionan dolor, horror, vergüenza y
huelen mal. Yo termino ese descenso por entre todos esos túneles, llego a una parte plana,
desesperada, esa voluntad de hierro que decía que tenia, es que a mi nada me quedaba
grande, no me servia de nada, porque yo quería subir e igual estaba ahí, y veo como en ese
piso se abre una boca grandísima y siento un vació impresionante en mi cuerpo, un abismo
al fondo inenarrable. Porque lo más espantoso de ese hueco era que no se sentía ni un
poco del amor de Dios, ni una gota de esperanza y ese hueco tiene como unas chupas y
me halan y yo grito aterrorizada.
Yo sabía que si entraba ahí ya estaba muerta mi alma. Y en ese horror tan grande,
cuando estoy entrando, me toman de los pies. Mi cuerpo entró en ese hueco, pero mis pies
estaban sostenidos de arriba. Fue un momento muy doloroso y terrorífico. ¡Vea!, el ateismo
se me quedo en el camino y empecé a gritar: ”Almas del purgatorio por favor sáquenme de
aquí”.
Cuando yo estaba gritando fue un momento de un dolor inmenso porque me doy
cuenta que ahí se encuentran millares y millares de personas. En ese hueco, sobre todo
jóvenes, con dolor me doy cuenta que se empiezan a escuchar el rechinar de dientes con
unos alaridos y lamentaciones que me estremecían. Muchos años me habían costado para
asimilar eso porque yo me ponía a llorar cada vez que me acordaba del sufrimiento de esas
personas, me doy cuenta que allí estaban todas las personas que en un segundo de
desesperación se habían suicidado y estaban en esos tormentos con todas esas cosas que
ahí se encontraban. Pero los más terrible de esos tormentos es la ausencia de Dios. No se
sentía al Señor.
Y en ese dolor empiezo a gritar “¿Quien se equivoco?”. Miren yo tan santa. Jamás he
robado, yo nunca he matado, yo le daba mercados a los pobres, yo sacaba muelas gratis a
los que necesitaban. ¿Yo que hago aquí?. Yo iba a misa los domingos. A pesar de que me
consideraba atea, nunca falte; si en mi vida falte cinco veces a misa fue mucho. Yo era alma
que siempre iba a misa. ¿Y yo que hago aquí?. Yo soy católica, por favor yo soy católica,
sáquenme de aquí. Cuando yo estoy gritando que soy católica, veo una lucecita y miren una Página 4 TESTIMONIO DE GLORIA POLO
luz en esas tinieblas es el máximo regalo que puede recibir uno. Veo unas escaleras,
encima de ese hueco veo a mi papá, que había fallecido cinco años atrás, casi a ras del
hueco, un poquito de luz tenia y cuatro escalones más arriba veo a mi mamá, con mucho
mas luz y en esa posición como de oración.
Cuando yo los vi, me dio una alegría tan grande, y empecé a gritar: ”¡papito, mamita
por favor sáquenme de aquí se los suplico, sáquenme de aquí!”. Cuando ellos bajan la vista
y mi papá me ve allí; si hubieran visto el dolor tan grande que sintieron ellos; uno siente los
sentimientos en el sitio, uno mira esa parte y ve ese dolor tan grande. Mi papá empezó a
llorar y se ponía sus manitas en la cabeza y temblaba: “¡hija mía, hija mía!”, y mi mamá
oraba. Me doy cuenta que ellos no me pueden sacar, pues el dolor que me daba era de ver
que ellos estaban allí compartiendo ese dolor conmigo.
Y empiezo a gritar de nuevo: ”Por favor, miren, sáquenme de aquí, que soy católica,”
¿pero quien se equivoco?, por favor, sáquenme de aquí. Y cuando yo estoy gritando esta
segunda vez se escucha una voz, es una voz dulce, es una voz que cuando la escucho se
estremece toda mi alma, todo se inundó de amor y de paz, todas esas criaturas salieron
despavoridas, porque ellas no resisten el amor, ni la paz; y hay paz para mi. Me dice esa
voz tan preciosa: “Muy bien, y si tu eres católica dime los mandamientos de la ley de
Dios”.
Y que rajada tan horrible, ¿¡oyeron!?. Yo sabia que eran diez, pero de ahí en adelante
nada, ¡miércoles! ¡¿qué voy hacer aquí?. No, aquí si ¿qué hago?.
Mi mamá siempre me hablaba del primer mandamiento del amor. Al fin me sirvió. Al fin
sirvió para algo "la carreta" de mi mamá. Aquí me toca "echar esta carreta" de mi mamá.
Para ver como salgo de ésta que no se noten las demás. Pensaba manejar las cosas como
las manejaba acá, siempre tenia la excusa perfecta, siempre me justificaba y me defendía
de tal manera que nadie se enterará de lo que no sabia. Y aquí me figuró, aquí empiezo a
decir: … El primero, Amar a Dios sobre todas las cosas, y al prójimo como a ti mismo.
¡"Muy bien!" Y me dicen: "¿Y tú los has amado" Y digo: Yo sí, yo si, yo si. Y es cuando
me dicen: "No”. Miren. Cuando me dijeron ... No, ahí sí sentí el corrientazo del rayo porque
yo no me di cuenta en que parte me cayó el rayo, no sentía nada, y me dicen: "NO. Tú nos
has amado a tu Señor sobre todas las cosas y muchísimo menos a tu prójimo como a
ti misma, tú hiciste un dios que acomodaste a tu vida sólo en momentos de extrema
necesidad. Te postrabas ante él, cuando eras pobre, cuando tu familia era humilde,
cuando querías ser profesional. Ahí sí todos los días orabas y te postrabas tiempos
enteros, horas enteras, suplicando a tu Señor, orando y pidiéndole para que EL te
sacara de esa pobreza y te permitiera ser profesional y ser alguien, cuándo tenias
necesidad, querías dinero, ahí mismo un rosario Señor, pero … mándame la platica.
Esa era la relación que tú tenías con el Señor”.
Yo veía a mi Señor, de verdad tristemente les comento, la relación con Dios era de
"cajero automático”. Pisaba un rosario y tenía que bajar la plata, esa era mi relación con El.
Y me muestran. Tan pronto el Señor me permitió que tuviese profesión, que empezaba a
tener un nombre, y empezaba a tener dinero, ya me quedo chiquitíco el Señor, y ya empecé
a creerme muchísimo; ni siquiera la mínima expresión de amor con tú Señor. ¿Ser
agradecida? !Jamás¡, Ni siquiera abría los ojos. ¡Señor, gracias por este día que me has
dado, gracias por mi salud, por la vida de mis hijos, porque tengo un techo, pobrecitos los
que no tienen techo, ni comida Señor.!. !Nada, desagradecidísima!. Y fuera de eso, pusiste
tan debajo a tu Señor que creías más en Mercurio y Venus para la suerte, andabas pegada Página 5 TESTIMONIO DE GLORIA POLO
a la astrología diciendo que los astros manejaron tu vida, empezaste a andar en todas las
doctrinas que te ofrecía el mundo, empezaste a creer que simplemente morías y volvías a
empezar. Y te olvidaste de la Gracia. Que tú habías costado un precio de sangre a tu Señor.
Me hacen un examen de los Diez Mandamientos. Me muestran que yo decía que adoraba,
que amaba a Dios con mis palabras; y adora a satanás. Porque en mi consultorio llegaba
una señora a hacer riegos, y yo decía: "Yo no creo en eso, pero échelos por sí las moscas".
Y empezaba echar ella rieguitos para la buena suerte. Había puesto allá en un rincón donde
no supieran los pacientes una penca de sábila con una herradura que dizque para alejar las
malas energías.
Miren todo eso, ¡vergonzoso!. Me hacen un análisis de toda mi vida sobre los diez
mandamientos, me muestran con el prójimo quien fui yo, cómo le decía a Dios que lo
amaba. Cuando todavía no me había alejado de El, cuando no había empezado andar en el
ateismo yo decía: ¡Dios mío te amo!. Pero con esa misma lengua que yo bendecía al Señor,
con esa misma lengua le daba garrote a toda la humanidad, criticaba a todo el mundo, a
todo el mundo andaba señalando con el dedo, siempre la santa Gloria; y cómo me mostraba
que yo decía que amaba a Dios y era envidiosa y que agradecida; jamás le reconociste todo
el esfuerzo y amor y la entrega de ellos, para darte una profesión, para levantarte, todo eso
tan pronto tuviste profesión; hasta ellos te quedaron pequeños, al punto de llegar a
avergonzarte de tu mamá por la humildad y la pobreza de ella.
Y me muestran como esposa, ¿Quién era? Todo el día renegando desde que me
levantaba. Mi esposo me decía: “!Buenos Días¡” ¿Cuáles buenos días? Mire, esta lloviendo,
renegando todo el tiempo y con mis hijos me muestran que ni siquiera jamás tuve amor y
compasión por el prójimo, por mis hermanos de fuera. Y me decía el Señor: “Nunca
pensaste..! Pobrecitos Señor los enfermos! Dame la gracia de ir allá a acompañarlos
en su soledad. Los niños que no tienen mamá, los huerfanitos, cuantos niños
sufriendo Señor.”…. Mi corazón de piedra… !Total!, en el examen de los diez
mandamientos, no pase ni medio.
¡Terrible, espantoso!. Vivía un verdadero caos. ¿Cómo, que yo no había asesinado y
había matado a tanta gente?
Por ejemplo, yo di muchos mercados a gente necesitada pero daba no por amor, daba
por mi imagen, porque como era muy rico que todo mundo me viera la gracia y como era de
rico manipularle la necesidad a la gente. Y entonces yo decía: “Tome le doy este mercado
pero me hace el favor va y me remplaza en las reuniones del colegio de mis hijos, porque
yo no tengo tiempo de ir a las reuniones personales de los colegios”. Y así a todo el mundo
le daba cosas, pero les manipulaba; además me encantaba que anduviera un montón de
gente detrás de mí diciendo lo buena y lo santa que era. ¡Me creé una imagen!. Y me dicen
a mi: “¡Es que tu tenias un dios y ese dios era el dinero!, ¡por él te condenaste!, por él
te hundiste en el abismo y te alejaste de tu Señor.” … Nosotros si habíamos tenido
mucho dinero, pero estábamos quebrados, endeudadísimos, se nos había acabado el
dinero…. Entonces cuando me dicen dios dinero yo grite: “Pero cual dinero si yo allá en la
tierra deje muchas culebras”… y hasta ahí hablé …
Y cuando me hablaban, por ejemplo en el segundo mandamiento, veía que yo
pequeñita tristemente aprendí que para evitar los castigos de mi mamá, que eran bastante
severos, las mentiras eran excelentes y empecé a caminar con el padre de la mentira
(satanás), empecé a volverme mentirosa y a medida que mis pecados iban creciendo, las
mentiras iban haciéndose más grandes. Me daba cuenta que mi mamá respetaba mucho al Página 6 TESTIMONIO DE GLORIA POLO
Señor y para ella el nombre del Señor era Santísimo. Entonces yo pensé y dije: aquí tengo
el arma perfecta y comencé a jurar en vano, le decía: “mami por Cristo lindo te juro ...”, así
evitaba los castigos. Imagínense en mi mentira colocando el Santísimo nombre del Señor
en las porquerías, en mi inmundicia, porque ya estaba llena de tanta mugre y de tanto
pecado.

fabienne guerrero
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Y vean hermanos aprendí que las palabras no se las lleva el viento. Cuando mi mamá
se me ponía muy terca le decía: “mamá, sabe que, ¡que me parta un rayo si te estoy
diciendo mentiras!”, y la palabra se fue en el tiempo. Pero miren, por misericordia de Dios
estoy aquí porque en realidad el rayo entró y me atravesó prácticamente en dos partes y me
quemó. Me mostraban, cómo yo, que me decía católica, nunca tuve palabra y siempre
anteponía el Santo nombre del Señor.
Me impresionó, cómo el Señor pasaba, y todas las criaturas, todas esas cosas
espantosas se votaban al piso en una adoración impresionante. Vi a la Santísima Virgen
postrada a los pies del Señor orando por mi, en una extrema adoración y yo pecadora;
desde mi inmundicia de tu a tu con el Señor. Yo tan buena que he sido: Renegando y
maldiciendo del Señor.
En Santificar las fiestas, fue espantoso y sentí un inmenso dolor. La voz me decía que
yo dedicaba cuatro y cinco horas a mi cuerpo y ni siquiera diez minutos diarios de profundo
amor al Señor, de agradecimiento o de una oración; eso si empezaba el rosario a una
velocidad y yo decía: “en los comerciales de la novela alcanzo hacer el rosario”. Mostraban
como nunca fui agradecida con el Señor; también me mostraban lo que yo decía cuando me
daba pereza ir a misa: “pero mamá, si Dios está en todas partes, que necesidad tengo de ir
allá”. Claro me era muy cómodo decir eso; y la voz me repetía que “yo tenia al Señor
veinticuatro horas en el día pendiente de mi y yo no rezaba ni un poquito o un
domingo a darle gracias al Señor, mostrarle cuan grande era mi agradecimiento y mi
amor por EL, y me quedaba grande”, pero lo peor del caso es que esa entrada a la iglesia
era el restaurante de mi alma. Me dediqué a cuidar mi cuerpo, me volví esclava, se me
olvido un pequeño detalle: Tenia un alma y jamás cuide de ella, nunca la alimente con la
Palabra de Dios, porque yo muy cómodamente decía que el que lee la palabra de Dios se
volvía loco.
Y en los sacramentos nada. Yo solamente, que cómo me iba a confesar con esos
viejos que eran mas malos que yo, porque era muy cómodo para mi, entre mi porquería no
irme a confesar. El maligno me sacó de la confesión y así fue como me quitó la sanación y
limpieza de mi alma, porque cada vez que yo cometía pecado no era gratis, satanás ponía
dentro de esa blancura de mi alma su marca, una marca de tinieblas; jamás, solo en mi
primera comunión hice una buena confesión; de ahí en adelante nunca más; recibí a mi
Señor indignamente.
Llego a tal punto la blasfemia, la incoherencia de mi vida que yo llegué a decir: “¿Cuál
Santísimo? ¿Qué tal Dios vivo en un pan?. Es que esos sacerdotes deberían echarle un
poco de arequipe para que supiera a rico”. Hasta ese punto llegó la degradación de mi
relación con Dios.
Jamás alimenté mi alma; y para rematar no hacia sino criticar a los sacerdotes, si
hubieran visto como me fue de mal con eso. En mi familia y desde muy pequeños
criticábamos a los sacerdotes, empezando por mi papá, decían que esos tipos son unos
mujeriegos que tienen más plata que nosotros y nosotros lo repetíamos. Y nuestro Señor Página 7 TESTIMONIO DE GLORIA POLO
me decía: “¿Quién te creías tu para hacerte Dios y juzgar a mis ungidos?”, me decía:
“son de carne y por la santidad de un sacerdote la hace la comunidad que ora, le ama
y le apoya y cuando un sacerdote cae en pecado no le preguntan tanto al sacerdote,
sino a la comunidad”. Y el Señor me mostraba que cada vez que yo criticaba a los
sacerdotes, se me pegaban unos demonios. Fuera de eso cuanto mal hice, cuando llame a
un sacerdote homosexual y toda la comunidad se entero; no se imaginan cuanto daño hice.
Del cuarto mandamiento, Honrar a Padre y Madre, el Señor me mostraba como ya les
comenté, como fui de desagradecida con mis padres, como maldecía y renegaba de ellos y
no me podían dar todo lo que mis amigas tenían y como fui una hija que no valoraba lo que
tenía. Llegué al punto de decir que esa no era mi mamá, porque me parecía muy poquita
cosa para mi. Fue espantoso ver el resumen de una mujer sin Dios y como una mujer sin
Dios destruye todo lo que se acerca y fuera de eso lo más grande de todo, es que yo sentía
que era buena y santa. También me mostró el Señor, como yo creía que no me rajaba en
este mandamiento por el simple hecho de haber pagado los médicos y las medicinas de mis
padres cuando ellos se enfermaron, también cómo yo analizaba todo a través del dinero y
como los manipule cuando yo tenia dinero, hasta de ellos me aproveche; el dinero me
endioso y los pisoteé.
¿Saben qué me dolió?: Ver a mí papá llorando con tristeza, a pesar de todo él había
sido un buen padre que me había enseñado a ser trabajadora, emprendedora y que debía
ser honorable, porque sólo el que trabaja puede salir adelante, pero se le olvido un pequeño
detalle que yo tenia alma y que él era un evangelizador con su testimonio y como toda mi
vida se empezó a hundir a través de todo esto. Veía a mi papá con dolor cuando era
mujeriego; él era feliz diciéndole a mi mamá y a toda la gente que él era muy macho porque
tenia muchas mujeres y que podía con todas; que además él tomaba y fumaba, con esos
vicios que lo hacían sentir orgulloso. El no pensaba que eran vicios sino virtudes. Y empecé
a ver, cómo mi mamá se cubría las lágrimas cuando mi papá empezaba hablar de otras
mujeres.
Me empecé a llenar de rabia, de resentimiento y empiezo a ver cómo el resentimiento
me lleva a la muerte espiritual, sentía una rabia espantosa de ver cómo mi papá humillaba a
mi mamá delante de todo el mundo. Y empiezo con la rebeldía y le digo a mi mamá: “Yo
nunca voy hacer como usted, por eso las mujeres no valemos nada, por mujeres como
usted, sin dignidad, sin orgullo, que se dejan pisotear de los hombres.”. Y yo le decía a mi
papá cuando ya fui mas grande: ”Jamás, póngale cuidado papá, jamás voy a permitir que
un hombre me humille como usted lo hace con mi mamá; si un hombre me llega a ser infiel,
yo me desquito papá”. Mi papá me pegó y me dijo: ”¿Cómo se le ocurre?”. Mi papá era muy
machista y le dije: “Así me pegue y me mate; si yo me llego a casar y mi esposo me es infiel
yo me desquito para que los hombres entiendan cómo sufre una mujer cuando un hombre la
pisotea”. Y me lleno de todo ese resentimiento y de esa rabia; y cuando ya tuve plata
empecé a decirle a mi mamá: “¿Sabe que mamá?: sepárese de mi papá, y eso que yo
adoraba a mi papá; es imposible que usted aguante un tipo así, sea digna, hágase valer
mamá”. Imagínense! Quería divorciar a mis padres. Y mamá decía, “No hija, a mi no es que
no me duela, a mi si me duele, pero me sacrifico porque ustedes son siete hijos y yo no soy
sino una; me sacrifico porque finalmente su papá es un buen papá y yo seria incapaz de
irme y dejarlos sin papá; además, si yo me separo quién va a orar para que su papá se
salve; yo soy la que puedo orar para que su papá encuentre la salvación, porque el dolor y
el sufrimiento que él me ocasiona, yo los uno a los dolores de la cruz y todos los días le digo
al Señor: “Este dolor, no es nada unido a tu cruz, me permita que se salve mi esposo y mis
hijos”. Yo no entendía eso. Y saben que, me dio tanta rabia y eso hizo que mi vida cambiara Página 8 TESTIMONIO DE GLORIA POLO
y me volviera una rebelde y empezara a promulgar en esos mismos deseos de defender a
la mujer. Empecé a defender el aborto, la estancia, el divorcio, y a defender la ley del
“Talion”, el que me la hace me la paga, nunca fui infiel físicamente, pero dañe a mucha
gente con mis consejos.
Cuando llegamos al quinto mandamiento el Señor me mostraba que yo era una
asesina espantosa y que cometí lo peor y lo más abominable ante los ojos del Señor, el
aborto. Miren, es que el poder que me dio el dinero me sirvió para financiar varios abortos
porque yo decía: “La mujer tiene derecho a es***** cuando quiere quedar embarazada o
no”. Miré en el libro de la vida y me dolió tanto cuando ví a una niña de catorce años
abortando, yo le había enseñado, porque saben que cuando uno tiene veneno, nada bueno
queda … y todo a lo que se acerca se daña.
Unas niñas, tres sobrinas mías y la novia de un sobrino abortaron; las dejaban ir a mi
casa porque yo era la de plata, la que las invitaba, la que les hablaba de moda, de glamour
y de cómo exhibir su cuerpo. Mi hermana me las mandaba allá; miren como las prostituí,
prostituí menores, que fue otro pecado espantoso después del aborto; porque yo les decía a
esas niñas: ”No sean bobitas mijitas, es que sus mamás les hablan de virginidad y de
castidad es porque están pasadas de moda, ellas hablan de una Biblia de hace dos mil
años y los curas no se han querido modernizar; ellas hablan de lo que decía el Papa, pero
ese Papa esta pasado de moda”.

fabienne guerrero
12/09/2013, 17:55
Imagínense mi veneno y les enseñe a las niñas que ellas tenían que disfrutar de su
cuerpo, pero que tenían que planificar. Yo les enseñe los métodos de planificación,
“perfecta mujer”. Y esa niña de catorce años, la novia de mi sobrino, llega un día a mi
consultorio (lo vi. en el libro de la vida), llorando me dice: ”Gloria, soy una bebé y estoy
embarazada”, y yo le dije: “Bruta, ¿no le enseñe a planificar?” y entonces me dice: ”Si, pero
no funcionó”. Entonces miré y el Señor me ponía allí esa niña para que no se hundiera en el
abismo, para que no fuera a abortar, porque es que el aborto es una cadena que pesa
tanto, que arrastra y pisotea, es un dolor que nunca se acaba, es el vació de haber sido un
asesino, es lo peor, a un hijo. Y saben que fue lo peor de esa niña, que en lugar de yo
hablarle del Señor, le di plata para que fuera a abortar en un lugar muy bueno para que
después no la fueran a perjudicar. Así como ese, patrociné varios abortos, cada vez que la
sangre de un bebé se derramaba era como un holocausto a satanás; es un holocausto. Al
Señor le duele y se estremece cada vez que se mata un bebé, porque en el libro de la vida
ví cómo el alma de nosotros tan pronto como se tocan el espermatozoide y el óvulo se
forma una chispa hermosa, una luz cogida del sol de Papá Dios. El vientre de una madre
tan pronto es fecundado se ilumina con el brillo de esa alma y cuando se aborta esa alma
grita y gime de dolor, así no tenga ojos ni carne, se escucha ese grito cuando lo están
asesinando y el cielo se estremece y en el infierno se escucha otro igual pero de jubilo; de
inmediato del infierno se abren unos sellos y salen unas larvas para seguir asediando a la
humanidad y seguir haciéndola esclava de la carne y de todas esas cosas que se ven y se
verán cada día peor. Porque ¿cuantos bebés se matan a diario?. Y eso es un triunfo para
él. Como será que ese precio de sangre inocente ocasiona un demonio más afuera y me
lavan en esa sangre y mi alma blanca se empezó a poner absolutamente oscura.
Después de los abortos ya no tuve mas convicción de pecado, para mi todo eso estaba
bien. Y lo triste también ver cómo en esos pagares que me tenia el maligno. allí me
mostraba todos los bebés que yo había matado también, porque saben que? Yo planificaba
con la T de cobre y fue doloroso ver cuantos bebitos habían sido fecundados y se habían
estallado esos soles, y el grito de ese bebé desgarrándose de las manos de Papá Dios. De Página 9 TESTIMONIO DE GLORIA POLO
razón que vivía amargada y mal geniana, haciendo mala cara, frustrada con todos y con
mucha depresión y decía para mi: “Qué Mamera“, claro, me había vuelto una máquina de
matar bebés
Y eso me hundió más en el abismo: ¿Cómo que no había matado? Y qué decir de
cada persona que me cayó gorda, que odiaba, que detestaba. ¡Ahí ya era aún asesina!
Porque no solo con un disparo se mata a una persona, basta con odiarla, con hacerle el
mal, con tenerle envidia, con eso ya se le mata.
Y en cuanto al sexto mandamiento de no fornicar yo dije: “No, aquí si no me van al
levantar ni un amante, porque yo toda la vida solamente he tenido un hombre y es mi
esposo”. Cuando me muestran que yo cada vez que yo estaba con mis senos descubiertos
y mi cuerpo con mis trusas estaba incitando a otros hombres a que me miraran y tuvieran
malos pensamientos, los hacia pecar y así fue como entre en adulterio. Yo les aconsejaba a
las mujeres que fueran infieles con sus esposos, les decía: “No sean bobas desquítense no
los perdonen y más bien divórciense”. Ya con eso estaba cometiendo un abominable
adulterio. Y me di cuenta que los pecados de la carne son espantosos y son condenatorios,
así el mundo les diga que son chéveres y que sigamos actuando como animales.
Tristemente me solté de la mano del Señor, porque los pecados están en los pensamientos,
en el alma y en la acción.
Fue tan doloroso ver cómo todo ese pecado, por ejemplo el pecado del adulterio de mi
papá daño y desgarro a sus hijos, a mi me volvió una resentida con los hombres y en mis
hermanos, tres fieles fotocopias de mi papá, felices por ser muy machos, mujeriegos y
tomatragos… no se daban cuenta cómo dañaban a sus hijos. Por eso mi papá lloraba con
tanto dolor viendo cómo su pecado había sido heredado en ellos, en su hija, dañándose así
toda la obra de Dios.
En el séptimo mandamiento de no robar, yo me consideraba honesta. El Señor me
mostraba que mientras que en mi casa se desperdiciaba la comida, tanta hambre que
padecía todo el mundo y me decía: “Yo tenia hambre y mira tú lo que hacías con lo que
yo te daba, desperdiciabas, yo tenia frió y mira lo que hacías tú esclavizada con las
modas y las apariencias, gastándote mucho dinero en una inyección para estar
delgada, esclavizada en el cuerpo, en pocas palabras hiciste un Dios de tú cuerpo” y
me mostraba que yo era culpable de la miseria de mi país y que yo si tenia que ver con eso.
También me mostraba que cada vez que yo hablaba mal de alguien le robaba la honra y
difícil devolvérsela; que hubiera sido más fácil reparar al robarle un billete a una persona
porque le había podido devolver la plata y no robarle el buen nombre a una persona. Le
robaba a mis hijos la gracia de una mamá en la casa, tierna, una mamá que les amaba y no
la mamá en la calle dejando a los niños solos con el papá televisor, la mamá computadora y
con los juegos de video y para calmar mi conciencia les compraba ropa de marca. Más me
horrorizó cuando vi a mi mamá que se cuestionaba y eso que mi mamá fue una mujer
santa, que nos corregía y nos amaba, igualmente mi papá y dije: “Que será de mi que yo ni
siquiera les he dado nada a mis hijos ... Que espanto, que dolor tan grande“.
Me dio una vergüenza, porque en el “Libro de la Vida” ve uno todo como en una
película y los niños decían: “Ahí que se demore mi mamá, que haya un trancón, porque mi
mamá es muy cansona y no hace sino renegar”. Que tristeza, un niño de tres años y una
niña más grande diciendo eso. Les robe a su mamá, les robe la paz que iba a dar en mi
casa y no los deje que conocieran de Dios a través mió y no les enseñe amar al prójimo y Página 10 TESTIMONIO DE GLORIA POLO
es que si no amo a mi prójimo yo no tengo que ver con el Señor; si no tengo misericordia no
tengo nada con el Señor.
Porque Dios es amor... y bueno. Les voy hablar un poquito de no levantar falsos
testimonios ni mentir. En eso si que fui experta ¿oyeron? porque satanás se volvió mi papá
es que tú tienes tu papá Dios y a satanás.
Si Dios es Amor y yo odio ¿quién es mi papá? no era tan difícil y si Dios me habla del
perdón y de amar a los que me hacen daño y yo decía: “el que me la hace me la paga” y
hasta allí llegó conmigo, pues ¿quién era mi papá? y si El es la verdad y satanás es la
mentira ¿quién era mi papá? y no hay mentira ni rosada, ni amarillita, ni verdecita, todas las
mentiras son mentiras y satanás es su padre. Tan terrible fueron los pecados de mi lengua
que yo veía con mi lengua cuanto daño hacía. Cuando yo chismoseaba, cuando yo me
burlaba, le colocaba un apodo a alguien, cómo se sentía esa persona, cómo le dolía el
apodo, cómo le podía crear complejo de inferioridad a una persona gordita que le andaba
diciendo gorda, cómo cuanto mal hacia y cómo la palabra siempre terminaba en una acción.
Cuando me hacen el examen de los diez mandamientos y de la codicia salieron todos
mis males, ese deseo loco. Yo pensaba que iba a ser feliz teniendo mucho dinero y se me
volvió una obsesión tener dinero. Lástima. Cuando tuve mucho dinero, fue el peor momento
que vivió mi alma hasta el punto de querer suicidarme. Con tanto dinero y sola, vacía,
amargada, frustrada. Esa codicia de desear tener dinero fue el camino que me llevó de la
mano a extraviarme y soltarme de la mano del Señor.
Después de ese examen de los diez Mandamientos me muestran "El Libro de la Vida".
Hermoso, yo ya quisiera tener palabras para describirles "El Libro de la Vida". Empezó
desde la concepción, tan pronto se unieron el par de células de mis padres, de inmediato
hubo !:Zas! una chispa, una explosión hermosa y se formó una alma, el alma mía cogida de
la mano de Papá Dios. Me encontré un Papá Dios, tan hermoso, tan maravilloso, 24 horas
al día, cuidándome, buscándome y lo que yo veía que era castigo, no era más que su amor,
porque El mira, no aquí en mi carne, sino miraba mi alma, y miraba cómo me iba alejando
de la salvación. Ese "Libro de la Vida". Para terminar les voy a dar un ejemplo de cómo es
de hermoso el "Libro de la Vida". Yo era muy hipócrita, a la gente le decía a alguien ihuy!,
oye como estás de linda, qué vestido tan precioso, como se te ve de lindo; y por dentro
decía "¡huy!" que pinta tan asquerosa, y todavía se cree la reina. En mis pensamientos, en
ese libro se ve igualito lo que yo decía con mi lengua. Con una diferencia se veían mis
pensamientos y se veía el interior de mi alma. Todas mis mentiras quedaron al rojo vivo,
vivas, todo mundo se dio cuenta. A mi mamá cuantas veces me le volaba porque mi mamá
no me dejaba ir para ningún lado. “Mami tengo un trabajo en grupo en la biblioteca” y mi
mamá creía el cuento. Y arrancaba a ver una película de pornografía, o a un bar a tomar
cerveza con mis amigas y mi mamá viendo mi vida, nada se escapó. Vea, es tan lindo "El
Libro de la Vida" que mis padres me daban bananos en las onces. En la época mía, mis
padres eran pobres de manera que mi lonchera eran bananos, bocadillos y leche, y yo me
comía el banano y botaba la cáscara de los bananos por todos lados. Nunca tuve la
conciencia de pensar que si yo dejaba una cáscara de banano podía hacerle algo a alguien;
ahí quedó la cáscara de banano. Pero saben qué fue lo lindo; que el Señor me mostró
algunas veces, no siempre, quién se cayó con esa cáscara de banano y que hubiera podido
asesinar a esa persona por mi falta de misericordia y cómo solo una vez que hice una
confesión con dolor y vergüenza bien hecha, que fue cuando una señora me dio 4.500
pesos de más en un supermercado en Bogotá. Y mi papá nos había hablado de ser
honorables y nunca tocar un centavo de nadie y yo me doy cuenta en el carro cuando ya Página 11 TESTIMONIO DE GLORIA POLO
voy para mi consultorio: “Ay esa vieja bruta, este animal me dio 4.500 pesos de más y ahora
me toca devolverme” y miro y hay un trancon y digo: "Huy no, qué me voy a devolver, no,
quién la manda de ser tan bruta”; pero me quedó el dolor de esa plata. Porque mi papá
había fundamentado muy bien la honorabilidad el domingo me confesé y le dije: "Hay padre
acúseme que me robe 4.500 pesos porque no se los devolví a una señora". Ni le puse
atención a lo que me dijo el padre. Pero saben que el maligno no me pudo acusar de
ladrona, pero sí saben qué me dijo el Señor: “Esa falta de caridad tuya, cuando no
reparaste el pecado, 4.500 pesos para ti no era nada, pero para esa mujer, con un
sueldo mínimo, era la alimentación de tres días”. Y saben qué fue lo más triste que me
mostró: cómo sufrió y aguanto hambre un par de días. Por mi culpa con sus dos chiquitos,
porque así muestra el Señor, muestra cuando yo hago algo quién sufrió, quién actúa y cómo
actúa. Me pregunta el Señor: ¿Qué tesoros espirituales traes?. Tesoros espirituales y mis
manos iban vacías, no llevaba nada en mis manos, iban absolutamente desocupadas; es
cuando me dice: “¿De que te sirve decir que tenías 2 apartamentos, que tenías casas,
que tenias consultorios, que te considerabas una profesional con muchísimo éxito?.
¿Te pudiste traer el polvo de un ladrillo aquí?. Es cuando me dice: “¿Qué hiciste con
los talentos que yo te di?” ¿Talentos?. Tenía una misión, la misión de defender el Reino
del Amor, el Reino de Dios. Se me había olvidado que tenía alma, muchísimo menos que
tenía talentos. Que yo, era las manos misericordiosas de Dios. Mucho menos que todo el
bien que dejé de hacer le dolió al Señor. Porqué saben qué era lo que siempre me
preguntaba el Señor? La falta de amor y caridad en el prójimo siempre me preguntaba por
el amor, y es cuando me dice: " Es que tú muerte espiritual...”. Estaba viva, pero muerta.
Si hubieran visto qué es "muerte espiritual". Cómo es un alma que odia. Cómo es un alma
espantosamente terrible de amargada y de fastidiosa que le hace mal a todo el mundo.
Cuando uno está lleno de pecados, y ver mi alma por fuera oliendo muy rico y con buena
ropa y mi alma oliendo horrible, viviendo en los abismos. Con razón tanta depresión y tanta
amargura. Y me dice: "Es que tu muerte espiritual comenzó cuando a ti te dejaron de
doler todos tus hermanos. Era una alerta cuando veías el sufrimiento de tus
hermanos en todas partes, o cuando veías en los medios de comunicación, mataron,
secuestraron, desplazaron y tú con la lengua por fuera dices: ¡Ay!. Pobrecitos!. Qué
pecadito. Pero no te dolían tus hermanos. En el corazón no sentías nada, toda de
piedra, el pecado te lo petrifico”.
Cuando se cierra mi Libro, ustedes se imaginan la tristeza tan grande mía. Cuan dolor
fuera de eso, por haberme portado así con mi Papá Dios. Porque a pesar de todos mis
pecados, a pesar de toda mi inmundicia y de toda mi indiferencia y de todos mis
sentimientos horribles el Señor siempre hasta el último instante me buscó, siempre me
enviaba instrumentos, personas, me hablaba, me gritaba, me quitaba cosas para buscarme;
El me buscó hasta el último instante. ¿Saben quién es Papá Dios? "pidiéndonos cacao" a
cada uno de nosotros para convertirnos.

fabienne guerrero
12/09/2013, 17:55
Yo cómo le decía:- "Óigame Señor usted me condenó". Claro que no, en mi libre
albedrío escogí quién era mi papá, y no fue mi papá Dios, escogí a satanás, ese fue mi
papá. Cuando se cerró ese libro, yo veo que en mi mente, estoy de cabeza porque me voy,
a un hueco y después de ese hueco se va abrir una puerta. Y allí ya voy, y empecé a
gritarle a todos los santos que me salvaran. Ustedes no tienen idea la cantidad de santos
que llegué a saber; yo no tenía idea que sabia tantos santos, era tan mala católica que
pensaba que igual me salvaba: San Isidro el labrador, que San Francisco de Asís. Cuando
se me acabaron todos los santos, el mismo silencio. Sentía un vacío, un dolor tan grande.
Diciendo: y todo el mundo allá en la tierra pensando que "tan Santa" esperando que yo me
muera para pedirme un milagrito. Y ¡Miren! ¿Para donde me voy? No, levanto los ojos y me Página 12 TESTIMONIO DE GLORIA POLO
encuentro con los ojos de mi mamá, y con mucho dolor le grito: ¡Mami!. Que vergüenza ¡Me
condené madre a donde yo voy, no te voy a volver a ver jamás. Y en ese momento a ella le
concedieron una gracia muy bella. Estaba inmóvil y le permiten mover sus dos deditos hacia
arriba y ella señala allí y saltan de mis ojos dos costras espantosamente dolorosas, esa
ceguera espiritual. Salta allí y veo un momento hermoso. Cuando una paciente me había
dicho:- "Mire doctora. Usted es muy materialista y un día lo va a necesitar. Cuando usted
esté en eminente peligro, cualquiera que sea, pídale a Jesucristo que la cubra con su
sangre que EL nunca, nunca la va abandonar. Porque EL pagó un precio de su sangre por
usted". Y con esa vergüenza tan grande y ese dolor empecé yo a gritar: Jesucristo. Señor
ten compasión de mí !perdóname, Señor dame una segunda oportunidad!. Y ese fue el
momento más bello, yo no tengo palabras para describir ese momento, EL baja y me saca
de ese hueco. Cuando EL me recoge, todas esas cosas se botaron al piso. Me levanta y me
saca en esa parte planita y me dice con todo ese amor: "Vas a volver, vas a tener tú
segunda oportunidad (...)”, pero me dice: “Pero no por la oración de tu familia, porque
es normal que ellos oren y clamen por ti, sino por toda la intercesión de todas las
personas ajenas a tu carne y a tu sangre que han llorado, han orado y han elevado su
corazón con muchísimo amor por ti”. Y empiezo a ver como se prenden un montón de
lucecitas que son como llamitas blancas llenas de amor. Y veo a las personas que están
orando por mí. Pero había una llama grande, grande, que era la que más luz daba, la que
más amor daba Yo miraba quién era esa persona que me amaba tanto y me dice el Señor:
"Esa persona que tú ves allí es una persona que te ama tanto, tanto, que ni siquiera te
conoce". Y me mostraba, había visto el recorte en la prensa del día anterior porque bajo al
pueblo, bien pobre, era un campesino que vivía al pie de la Sierra Nevada de Santa Marta.
Bajó el hombre bien pobrecito, compró una panela y se la envolvieron en una hoja del
"Espectador" del día anterior. Estaba ahí mi fotografía, quemada. Cuando ese hombre ve
esa noticia que ni la leyó de corrido, se fue para el piso y empieza a llorar con un amor tan
grande, y dice: "Padre, Señor ten compasión de mi hermanita, Señor sálvala, Señor, mira
Señor, si tú salvas a mi hermanita, yo te prometo que me voy al "Santuario de Buga" y te
cumplo una promesa, pero sálvala". Imagínense un hombre pobrecito, no estaba renegando
ni maldiciendo porque estaba aguantando hambre, con una capacidad de amor ofrecerse a
atravesar todo un país por alguien que no conocía. Y me dice el Señor: "Eso es Amor al
Prójimo" (...) y cuando me dice esto: ”Vas a volver pero tú no lo vas a repetir mil veces,
sino mil veces mil. Y hay de aquellos que oyéndote no cambiaron, porque van a ser
juzgados con más severidad, como lo vas a ser tú en tu segundo regreso”. Los
ungidos que son sus sacerdotes o cualquiera de ellos, porqué no hay peor sordo que el que
no quiere oír, ni peor ciego que el que no quiere ver.
Y esto mis queridos hermanos no es una amenaza; el Señor no necesita
amenazarnos, esta es la segunda oportunidad que ustedes tienen y gracias a Dios que viví
lo que yo viví porque cuando les abran "El Libro de la Vida" a cada uno, cuando se mueran
cada uno de ustedes vamos a ver este momento igualito, y vamos a vernos tal cual estamos
con la diferencia que vamos a ver nuestros pensamientos y nuestros sentimientos en la
presencia de Dios; y lo más hermoso es que cada quien va a ver el Señor en frente de cada
uno de nosotros, otra vez, pidiéndonos cacao para que nos convirtamos, para que de
verdad empecemos a ser nuevas criaturas con EL. Sin EL no podemos.
Que el Señor los bendiga a todos grandemente.
La gloria para Dios.
La gloria para Nuestro Señor Jesucristo.

Ciro
12/09/2013, 18:21
Siento decirlo, pero yo asistí a una reunión de un médico famoso, no recuerdo su nombre, y niega tajantemente el regreso de la muerte de cualquier persona. por otra parte hay muchísima gente que ha sido declarada muerta por los médicos, y han regresado a la vida y no cuentan ningún suceso como el vivido por Gloria Polo.

Oyendo a un sacerdote en radio María, ponía como una razón de fe que los muertos no pueden regresar a esta vida.

Podemos añadir un programa que echan en la tele, creo que en el canal tv Energy. algo relacionado con experiencias con fantasmas, lo vi en el canal, que uno de los creadores del programa decía a "algo", una persona muerta, un fantasma, que tirara unos palos que había puesto previamente sin ninguna posibilidad que se cayeran por casualidad, y fueron tumbados, fueron puestos tres veces y tumbados tres veces por esa "presencia fantasmal".

En un programa de la RAI en el cual se le hizo unas preguntas a Benedicto XVI por unos niños, saliendo en la tele, uno de los que explicaban las respuestas del Papa, un sacerdote invitado por los presentadores, comentó que la diferencia entre los fantasmas y los muertos, creo recordar, es que aquellos pertenecen al mundo de los muertos todavía, y no han ido al Padre. Esta respuesta no la recuerdo bien, creo que se explicaba así a la respuesta de la pregunta de la niña al Papa en la tv en directo.