PDA

Ver la versión completa : Me voy a la argentina (parte 1)



Eburnea
23/07/2013, 19:48
1.-
Narcisa madrugó aquel día mucho más que los demás. Había pasado la noche en vela, después de hacer el amor por última vez con Carlos antes del viaje. A las 9h lo esperaban su primo Arturo y Manuel, un amigo de la infancia. Se iban a ver en la estación. Allí tomarían el tren que salía a las 9: 30, hasta Madrid. En Madrid transbordarían y proseguirían viaje hasta Cádiz. Atravesar la península era casi 24 h ininterrumpidas. En Cádiz pasarían un día y descansarían en un hostal, después tomarían un barco que los trasladaría hasta la Argentina.
Lo habían hablado mucho. Era una decisión meditada y según Carlos imprescindible. Se habían casado diez años atrás, con gran disgusto de los padres de Narcisa. Y es que ella pertenecía a una familia acomodada del pueblo y él tan sólo era un obrero de la fábrica de alcohol de la familia. Carlos era un buen destilador, su padre lo había sido también y con él había trabajado en la fábrica “HERNANDO ALCOHOLES S.L”. Como Carlos había destacado desde pequeño por ser habilidoso, perspicaz, rápido en aprender y muy trabajador, su padre le enseñó cuanto sabía, que no era poco. Así que a los 20 años ya trabajaba como ayudante, con un sueldo aceptable.
Era además un joven agraciado, con el pelo ligeramente ondulado, castaño claro y unos ojos, color caramelo con largas pestañas. No es de extrañar que las chicas del pueblo tuvieran puestos sus ojos en él. Pero Carlos se había fijado en Narcisa, la hija mayor de la familia de los amos. Ella le correspondía, se lo daba a entender con sus intensas miradas, así que se atrevió a hablarle. No le costó mucho, ni a ella decidirse, ambos eran muy resueltos y con tendencia a allanar los obstáculos del camino.
Y los obstáculos eran la diferencia de posición social. Ella era hija de los dueños y él un empleado. Estaba bien pagado, lo trataban con afecto y le pagaban bien. Cuando su padre murió repentinamente de un infarto, fue ascendido inmediatamente a maestro alcoholero. El ascenso supuso aumento de sueldo y un ayudante. Todo hubiera seguido así, de no haber querido trastocar los papeles asignados: Camaradería, simpatía, trato deferente, SÍ, pero entrar en la familia…, aquello era otro cantar. La madre se echó las manos a la cabeza. El padre, que tenía a Narcisa como su ojito derecho, habló con ella intentando persuadirla. Los hermanos recelaron inmediatamente. – Éste viene por la herencia, comentaron y, desde ese momento, mantuvieron las distancias.
Narcisa se mantuvo en su postura y no se movió ni un milímetro. Había dicho “Me voy a casar con Carlos” y todos sabían que era de pocas palabras pero firmes. Así que un día cualquiera de Mayo de 1903, siendo padrino su hermano de leche Antonio, que vivía en una aldea próxima (todos los hermanos habían sido amamantados por un ama de cría, porque Dña. Manuela Rodríguez de Hernando no había tenido leche después de sus partos) y madrina la madre de Carlos, se casaron en la ermita den la patrona, arriba en el monte, con la presencia de unos cuantos, familia del novio casi todos. No hubo viaje de novios, aunque a él se le dieron siete días de permiso. Los utilizaron para habilitar una parte de la vivienda de la finca “LOS CINCO PINOS”, que su padre tenía tocando el pueblo. La finca era básicamente de viña ( variedad bobal) pero tenía también olivos, almendros, y cinco pinos, uno por cada hijo nacido de su matrimonio. No quiso el padre que su hija viviera en la casa del esposo, compartiéndola con su suegra y una hermana. Al fin y al cabo quería a su hija y sobraba sitio en aquel caserón. En 15 minutos andando se llegaba al pueblo y, además puso a su disposición una tartana con una jaca llamada “Chica”. Se habilitó la vivienda de la pareja, separando una porción del resto. Durante siete días la pareja se afanó y la convirtió en un hogar. Luego todo pareció volver a la normalidad: Él acudía andando a la fábrica. Ella apenas iba al pueblo. De vez en cuando visitaba a sus padres. Estos sólo la visitaron a ella cuando tuvo a los hijos. En ocho años nacieron cinco. Aquel 12 de Octubre de 1913, fiesta del Pilar, cuando Carlos iba a emprender su viaje y Narcisa ya estaba en pie, los niños dormían profundamente: Sólo eran las 6 de la madrugada.

(NOTA: Por favor , comentarios al terminar la historia, después de PARTE 3) Ebúrnea