Luna Rebelde
04/07/2013, 16:54
Me gustaría compartir con ustedes estos bellos poemas de este gran poeta. Espero que los disfruten.
--- Mensaje agregado ---
Carta a Usted
Señora, según dicen, ya Ud. tiene otro amante
Lástima que la prisa nunca sea elegante...
Yo sé que no es frecuente que una mujer hermosa
Se resigne a ser viuda sin haber sido esposa,
Ni pretendo tampoco discutirle el derecho
De compartir sus penas, sus goces, y su lecho,
Pero el amor, señora, cuando llega al olvido,
Tambien tiene el derecho de un final distinguido.
Perdón, si es que la hiere mi reproche; perdón
Aunque sé que la herida no es en el corazón...
Y, para perdonarme, piense si hay más despecho
En lo que yo digo que en lo que U.D ha hecho;
Pues sepa que una dama, con la espalda desnuda,
En luto, en una fiesta, puede ser una viuda
- pero no como tantas de un difunto señor -
sino, para ella sola, viuda de un gran amor.
Y nuestro amor -¿recuerda?- fue un amor diferente
(Al menos al principio; ya no, naturalmente):
U.D era el crepúsculo a la orilla del mar,
Que, según quien lo mire, será hermoso o vulgar,
U.D era la flor, que, según quien la corta,
Es algo que no muere o algo que no importa.
O acaso, cierta noche de amor y de locura,
Yo vivía un sueño... y U.D una aventura.
Así, U.D juró cien veces, ser para siempre mía.
Yo besaba sus labios, pero no lo creía; ...
U.D sabe - y perdone - que en su juramento
Influye demasiado la dirección del viento.
Por eso no me extraña que ya tenga otro amante,
A quien quizás le jure lo mismo en este instante.
Y como U.D, señora, ya aprendió a ser infiel,
A mí, así, de repente... me da pena por él
Si, es cierto. Alguna noche su puerta estuvo abierta,
Y yo, en otra ventana, me olvidé de su puerta;
Y una tarde de lluvia se iluminó mi vida
Mirándome en los ojos de una desconocida;
Y tambien es posible que mi amor indolente
Desdeñara su vaso bebiendo en la corriente
Sin embargo, señora, yo, con sed o sin sed
Nunca pensaba en otra cosa si la besaba a U.D.
Perdóneme de nuevo, si le digo estas cosas
Pues ni los rosales dan solamente rosas
Y no digo estas cosas por mí,
Sino por los amores que terminan así.
Pero vea, señora, que diferencia había
Entre U.D, que lloraba, y yo, que sonreía,
Pues nuestro amor concluye con fines diversos,
U.D besando a otro; y yo, escribiendo estos versos.
--- Mensaje agregado ---
CARTA SIN FECHA
Amigo : Sé que existes, aunque ignoro tu nombre.
No lo he sabido nunca, ni lo quiero saber.
Pero te llamo amigo para hablar de hombre a hombre,
que es el único modo de hablar de una mujer.
Esa mujer es tuya, pero también es mía.
Y es un pecado, es cierto, si es pecado el amor,
pues el rosal marchito que ya no florecía
no se siente culpable si le brota una flor
Ahora es de noche y llueve. Yo te llamo mi amigo,
yo, que corté una rosa que era tuya quizás ;
y ella, en tu propia almohada, tal vez sueña conmigo,
y tú, que no lo sabes, no la despertarás.
Que importa lo que sueña. Déjala así dormida.
Yo seré como un sueño sin mañana ni ayer.
Y ella irá de tu brazo para toda la vida,
y abrirá las ventanas en el atardecer
Quédate tú con ella. Yo seguiré el camino.
Ya es tarde, tengo prisa, y aún hay mucho que andar ;
y nunca rompo el vaso donde bebí un buen vino,
ni siembro nada, nunca, cuando voy hacia el mar.
Y pasarán los años, favorables o adversos,
y nacerán las rosas que nacen porque sí ;
y yo no sabré nunca si has leído estos versos,
ni tú sabrás, tampoco, que los hice por ti…
--- Mensaje agregado ---
CARTA SIN FECHA
Amigo : Sé que existes, aunque ignoro tu nombre.
No lo he sabido nunca, ni lo quiero saber.
Pero te llamo amigo para hablar de hombre a hombre,
que es el único modo de hablar de una mujer.
Esa mujer es tuya, pero también es mía.
Y es un pecado, es cierto, si es pecado el amor,
pues el rosal marchito que ya no florecía
no se siente culpable si le brota una flor
Ahora es de noche y llueve. Yo te llamo mi amigo,
yo, que corté una rosa que era tuya quizás ;
y ella, en tu propia almohada, tal vez sueña conmigo,
y tú, que no lo sabes, no la despertarás.
Que importa lo que sueña. Déjala así dormida.
Yo seré como un sueño sin mañana ni ayer.
Y ella irá de tu brazo para toda la vida,
y abrirá las ventanas en el atardecer
Quédate tú con ella. Yo seguiré el camino.
Ya es tarde, tengo prisa, y aún hay mucho que andar ;
y nunca rompo el vaso donde bebí un buen vino,
ni siembro nada, nunca, cuando voy hacia el mar.
Y pasarán los años, favorables o adversos,
y nacerán las rosas que nacen porque sí ;
y yo no sabré nunca si has leído estos versos,
ni tú sabrás, tampoco, que los hice por ti…
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Carta a Usted
Señora, según dicen, ya Ud. tiene otro amante
Lástima que la prisa nunca sea elegante...
Yo sé que no es frecuente que una mujer hermosa
Se resigne a ser viuda sin haber sido esposa,
Ni pretendo tampoco discutirle el derecho
De compartir sus penas, sus goces, y su lecho,
Pero el amor, señora, cuando llega al olvido,
Tambien tiene el derecho de un final distinguido.
Perdón, si es que la hiere mi reproche; perdón
Aunque sé que la herida no es en el corazón...
Y, para perdonarme, piense si hay más despecho
En lo que yo digo que en lo que U.D ha hecho;
Pues sepa que una dama, con la espalda desnuda,
En luto, en una fiesta, puede ser una viuda
- pero no como tantas de un difunto señor -
sino, para ella sola, viuda de un gran amor.
Y nuestro amor -¿recuerda?- fue un amor diferente
(Al menos al principio; ya no, naturalmente):
U.D era el crepúsculo a la orilla del mar,
Que, según quien lo mire, será hermoso o vulgar,
U.D era la flor, que, según quien la corta,
Es algo que no muere o algo que no importa.
O acaso, cierta noche de amor y de locura,
Yo vivía un sueño... y U.D una aventura.
Así, U.D juró cien veces, ser para siempre mía.
Yo besaba sus labios, pero no lo creía; ...
U.D sabe - y perdone - que en su juramento
Influye demasiado la dirección del viento.
Por eso no me extraña que ya tenga otro amante,
A quien quizás le jure lo mismo en este instante.
Y como U.D, señora, ya aprendió a ser infiel,
A mí, así, de repente... me da pena por él
Si, es cierto. Alguna noche su puerta estuvo abierta,
Y yo, en otra ventana, me olvidé de su puerta;
Y una tarde de lluvia se iluminó mi vida
Mirándome en los ojos de una desconocida;
Y tambien es posible que mi amor indolente
Desdeñara su vaso bebiendo en la corriente
Sin embargo, señora, yo, con sed o sin sed
Nunca pensaba en otra cosa si la besaba a U.D.
Perdóneme de nuevo, si le digo estas cosas
Pues ni los rosales dan solamente rosas
Y no digo estas cosas por mí,
Sino por los amores que terminan así.
Pero vea, señora, que diferencia había
Entre U.D, que lloraba, y yo, que sonreía,
Pues nuestro amor concluye con fines diversos,
U.D besando a otro; y yo, escribiendo estos versos.
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CARTA SIN FECHA
Amigo : Sé que existes, aunque ignoro tu nombre.
No lo he sabido nunca, ni lo quiero saber.
Pero te llamo amigo para hablar de hombre a hombre,
que es el único modo de hablar de una mujer.
Esa mujer es tuya, pero también es mía.
Y es un pecado, es cierto, si es pecado el amor,
pues el rosal marchito que ya no florecía
no se siente culpable si le brota una flor
Ahora es de noche y llueve. Yo te llamo mi amigo,
yo, que corté una rosa que era tuya quizás ;
y ella, en tu propia almohada, tal vez sueña conmigo,
y tú, que no lo sabes, no la despertarás.
Que importa lo que sueña. Déjala así dormida.
Yo seré como un sueño sin mañana ni ayer.
Y ella irá de tu brazo para toda la vida,
y abrirá las ventanas en el atardecer
Quédate tú con ella. Yo seguiré el camino.
Ya es tarde, tengo prisa, y aún hay mucho que andar ;
y nunca rompo el vaso donde bebí un buen vino,
ni siembro nada, nunca, cuando voy hacia el mar.
Y pasarán los años, favorables o adversos,
y nacerán las rosas que nacen porque sí ;
y yo no sabré nunca si has leído estos versos,
ni tú sabrás, tampoco, que los hice por ti…
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CARTA SIN FECHA
Amigo : Sé que existes, aunque ignoro tu nombre.
No lo he sabido nunca, ni lo quiero saber.
Pero te llamo amigo para hablar de hombre a hombre,
que es el único modo de hablar de una mujer.
Esa mujer es tuya, pero también es mía.
Y es un pecado, es cierto, si es pecado el amor,
pues el rosal marchito que ya no florecía
no se siente culpable si le brota una flor
Ahora es de noche y llueve. Yo te llamo mi amigo,
yo, que corté una rosa que era tuya quizás ;
y ella, en tu propia almohada, tal vez sueña conmigo,
y tú, que no lo sabes, no la despertarás.
Que importa lo que sueña. Déjala así dormida.
Yo seré como un sueño sin mañana ni ayer.
Y ella irá de tu brazo para toda la vida,
y abrirá las ventanas en el atardecer
Quédate tú con ella. Yo seguiré el camino.
Ya es tarde, tengo prisa, y aún hay mucho que andar ;
y nunca rompo el vaso donde bebí un buen vino,
ni siembro nada, nunca, cuando voy hacia el mar.
Y pasarán los años, favorables o adversos,
y nacerán las rosas que nacen porque sí ;
y yo no sabré nunca si has leído estos versos,
ni tú sabrás, tampoco, que los hice por ti…