Gabriel Carretié González
22/05/2013, 07:58
Lo que nos enseña el ministro Wert
Llegaron al colegio y a la escuela a adquirir conocimientos trascendentes y les instruyeron en el Catecismo y la Educación para la Ciudadanía.
El catecismo es un compendio de fantasías, carentes de alguna racionalidad, que con dificultad podremos eludir.
Sólo los diez mandamientos son normas naturales de convivencia, que ni siquiera todas sus infracciones las penaliza la ley del Sr. Wert.
¿No mentir?. Según dice, el ciudadano cristiano tiene la obligación de buscar la verdad, pero la ley del ministro Wert Ortega, no tiene la obligación de enseñar la verdad, tiene la de enseñar lo que conviene a las derechas, que dicen poseer la única verdad la de Dios; sus derechos por la gracia de Dios.
Es el colmo para el desquicio mental de los estudiantes españoles: de hecho, al re***** el obligado criterio cristiano comprobarán que no han acudido a la escuela a conocer las verdades racionales o científicas, sino falsedades a conveniencia de las derechas.
Educar es disciplina aplicable a los llamados animales irracionales, los humanos para nuestro correcto desarrollo mental, necesitamos conocimientos trascendentes, no dictados.
Educar, según o gusto de los ciudadanos ¿De qué ciudadanos? ¿los tradicionales, los ignorantes, los...?
El catecismo, es un compendio de mentiras.
Hemos ido a la escuela a conocer verdades incuestionables racionalmente, no engaños.
Nadie tiene derecho a sugestionar en el error a sus hijos educándoles desde su infancia en religión. Ni tampoco los políticos, haciéndolo a su conveniencia.
La juventud, no debe fundar su subsistencia en pedir quejándose, presuponiendo que su voto será suficiente para ello; tiene que esforzarse en crearse valores personales.
Aceptando objeciones a debate y con el esfuerzo de toda mi vida, sólo puedo ofrecer conocimiento y lo hago por altruismo y en la medida de mis escasas posibilidades. Los que me dan la espalda, pudiendo ayudarme, me ignoran; no se cubrirán de gloria con ello, ni sabrán re***** más de lo que se merecen.
La democracia en la globalidad, no resuelve problemas, sino que conduce a las sociedades donde se merecen. El conocimiento, sino puede solucionar algún problema, al menos lo podrá paliar.
Gabriel Carretié González
Llegaron al colegio y a la escuela a adquirir conocimientos trascendentes y les instruyeron en el Catecismo y la Educación para la Ciudadanía.
El catecismo es un compendio de fantasías, carentes de alguna racionalidad, que con dificultad podremos eludir.
Sólo los diez mandamientos son normas naturales de convivencia, que ni siquiera todas sus infracciones las penaliza la ley del Sr. Wert.
¿No mentir?. Según dice, el ciudadano cristiano tiene la obligación de buscar la verdad, pero la ley del ministro Wert Ortega, no tiene la obligación de enseñar la verdad, tiene la de enseñar lo que conviene a las derechas, que dicen poseer la única verdad la de Dios; sus derechos por la gracia de Dios.
Es el colmo para el desquicio mental de los estudiantes españoles: de hecho, al re***** el obligado criterio cristiano comprobarán que no han acudido a la escuela a conocer las verdades racionales o científicas, sino falsedades a conveniencia de las derechas.
Educar es disciplina aplicable a los llamados animales irracionales, los humanos para nuestro correcto desarrollo mental, necesitamos conocimientos trascendentes, no dictados.
Educar, según o gusto de los ciudadanos ¿De qué ciudadanos? ¿los tradicionales, los ignorantes, los...?
El catecismo, es un compendio de mentiras.
Hemos ido a la escuela a conocer verdades incuestionables racionalmente, no engaños.
Nadie tiene derecho a sugestionar en el error a sus hijos educándoles desde su infancia en religión. Ni tampoco los políticos, haciéndolo a su conveniencia.
La juventud, no debe fundar su subsistencia en pedir quejándose, presuponiendo que su voto será suficiente para ello; tiene que esforzarse en crearse valores personales.
Aceptando objeciones a debate y con el esfuerzo de toda mi vida, sólo puedo ofrecer conocimiento y lo hago por altruismo y en la medida de mis escasas posibilidades. Los que me dan la espalda, pudiendo ayudarme, me ignoran; no se cubrirán de gloria con ello, ni sabrán re***** más de lo que se merecen.
La democracia en la globalidad, no resuelve problemas, sino que conduce a las sociedades donde se merecen. El conocimiento, sino puede solucionar algún problema, al menos lo podrá paliar.
Gabriel Carretié González