Eburnea
12/03/2013, 06:26
“LA NOCHE” EN CONCIERTO
El viernes, 8 de Marzo de 2013, en el PALAU DE LA MÚSICA DE VALENCIA se ofreció el concierto nº 3133 del año LXX . Fue ejecutado por la orquesta y coros de Valencia y como conmemoración de los 25 años de la creación del Coro de la Generalit Valenciana. .
La Orquesta de Valencia, que tantos momentos gloriosos nos ofrece, está dirigida por Yaron Traub, que merece alguna palabra de presentación:
Nació en Tel Aviv y es hijo de Chaim Traub, antiguo concertino de la orquesta filarmónica de Israel. Estudió en Londres y posteriormente trabajó en Munich. Posteriormente Daniel Baremboim lo introdujo como su asistente.
Hago aquí un inciso para hablar de Baremboim. Supongo que a nadie se le oculta que es uno de los mejores pianistas del mundo, o el que más). Yo, que he tenido la gran suerte de asistir a conciertos suyos, puedo decir que no sólo es un lujo para los oídos, también lo es para la vista. Literalmente sus manos vuelan sobre las teclas del piano, sin mirar, sonriendo al público o cerrando los ojos. Pero su gran mérito tiene connotaciones humanitarias y es un canto a la paz. Su orquesta, de la que es director, está formada, por judíos y palestinos, convencido de que si la música ha conseguido la armonía entre ambos pueblos, es que hay solución al conflicto, en el que se niega a participar.
Bien, Yaron Traub, tiene el aval de Baremboim y un gran curriculum. No es un director al uso: Explica al público lo que se va a interpretar de forma sencilla y didáctica y dirige con el cuerpo entero; es sumamente expresivo y simpático. Consigue introducirnos a todos en el concierto, hacerlo cercano.
Esta vez se escogió un tema monográfico: “LA NOCHE”. El programa elegido fue:
CAMILLE SAINT-SAËNS (1835- 1921): LA NUIT, para soprano coro femenino y orquesta
FRANCIS POULENC (1899-1963): AUBADE.- CONCIERTO PARA PIANO Y 18 INSTRUMENTOS.
MANUEL DE FALLA (1876-1946): NOCHES EN LOS JARDINES DE ESPAÑA
FELIX MENDELSSHON (1876-1946).- EL SUEÑO DE UNA NOCHE DE VERANO
No hay espacio para comentarlo todo. Sólo lo haré de un autor que me era desconocido y que me dejó asombrada. Me refiero a Camille Saint-Saëns y “LA NUIT”, para soprano, coro femenino y orquesta.
Aquí la noche no se asocia con la intimidad, la melancolía o la tristeza, sino todo lo contrario. Escrita en 1900, año de la apoteosis de la electricidad, está pensada para exaltar los colores de la noche en el contexto de una naturaleza idílica. La soprano invoca al ruiseñor, para que se adentre en una “noche de pedrerías” a vocalizar los ensueños y equiparar la dulzura de su canto a un beso. El coro describe los misterios nocturnos, el perfume de las flores y la blancura de la Luna.
Hubo para mí un momento en que cerré los ojos. En la oscuridad de esa “noche”, gracias a los coros y orquesta apareció una Luna llena, en el centro del cielo, como si no estuviéramos en una sala. Creí notar cómo poco a poco iluminaba progresivamente a la orquesta y cómo, cual foco de luz blanquísima, destacaba incluso elevaba sobre todos nosotros a la soprano, que nos arropaba con su voz. Os prometo, que esa noche, cuando salí a la calle, después del concierto, había tocado la LUNA con mis manos
NOTA: Aporto fragmento de la obra
Valencia, Marzo 2013 Ebúrnea
http://youtu.be/9QlqF6i7iJM
El viernes, 8 de Marzo de 2013, en el PALAU DE LA MÚSICA DE VALENCIA se ofreció el concierto nº 3133 del año LXX . Fue ejecutado por la orquesta y coros de Valencia y como conmemoración de los 25 años de la creación del Coro de la Generalit Valenciana. .
La Orquesta de Valencia, que tantos momentos gloriosos nos ofrece, está dirigida por Yaron Traub, que merece alguna palabra de presentación:
Nació en Tel Aviv y es hijo de Chaim Traub, antiguo concertino de la orquesta filarmónica de Israel. Estudió en Londres y posteriormente trabajó en Munich. Posteriormente Daniel Baremboim lo introdujo como su asistente.
Hago aquí un inciso para hablar de Baremboim. Supongo que a nadie se le oculta que es uno de los mejores pianistas del mundo, o el que más). Yo, que he tenido la gran suerte de asistir a conciertos suyos, puedo decir que no sólo es un lujo para los oídos, también lo es para la vista. Literalmente sus manos vuelan sobre las teclas del piano, sin mirar, sonriendo al público o cerrando los ojos. Pero su gran mérito tiene connotaciones humanitarias y es un canto a la paz. Su orquesta, de la que es director, está formada, por judíos y palestinos, convencido de que si la música ha conseguido la armonía entre ambos pueblos, es que hay solución al conflicto, en el que se niega a participar.
Bien, Yaron Traub, tiene el aval de Baremboim y un gran curriculum. No es un director al uso: Explica al público lo que se va a interpretar de forma sencilla y didáctica y dirige con el cuerpo entero; es sumamente expresivo y simpático. Consigue introducirnos a todos en el concierto, hacerlo cercano.
Esta vez se escogió un tema monográfico: “LA NOCHE”. El programa elegido fue:
CAMILLE SAINT-SAËNS (1835- 1921): LA NUIT, para soprano coro femenino y orquesta
FRANCIS POULENC (1899-1963): AUBADE.- CONCIERTO PARA PIANO Y 18 INSTRUMENTOS.
MANUEL DE FALLA (1876-1946): NOCHES EN LOS JARDINES DE ESPAÑA
FELIX MENDELSSHON (1876-1946).- EL SUEÑO DE UNA NOCHE DE VERANO
No hay espacio para comentarlo todo. Sólo lo haré de un autor que me era desconocido y que me dejó asombrada. Me refiero a Camille Saint-Saëns y “LA NUIT”, para soprano, coro femenino y orquesta.
Aquí la noche no se asocia con la intimidad, la melancolía o la tristeza, sino todo lo contrario. Escrita en 1900, año de la apoteosis de la electricidad, está pensada para exaltar los colores de la noche en el contexto de una naturaleza idílica. La soprano invoca al ruiseñor, para que se adentre en una “noche de pedrerías” a vocalizar los ensueños y equiparar la dulzura de su canto a un beso. El coro describe los misterios nocturnos, el perfume de las flores y la blancura de la Luna.
Hubo para mí un momento en que cerré los ojos. En la oscuridad de esa “noche”, gracias a los coros y orquesta apareció una Luna llena, en el centro del cielo, como si no estuviéramos en una sala. Creí notar cómo poco a poco iluminaba progresivamente a la orquesta y cómo, cual foco de luz blanquísima, destacaba incluso elevaba sobre todos nosotros a la soprano, que nos arropaba con su voz. Os prometo, que esa noche, cuando salí a la calle, después del concierto, había tocado la LUNA con mis manos
NOTA: Aporto fragmento de la obra
Valencia, Marzo 2013 Ebúrnea
http://youtu.be/9QlqF6i7iJM