Eburnea
11/03/2013, 07:43
S T A L I N G R A D O
Quiero reseñar aquí, brevemente ( no puede ser de otra forma, no se permiten muchos caracteres) el libro de ANTONY BEEVOR: “STALINGRADO”, que leí en Diciembre de 2012.
Creía yo saber algo de esa batalla y tan solo sabía los trazos gruesos: Hitler, incumpliendo en 1941 su pacto con Stalin (1939) de no agresión mutua, invadió Rusia con su VI EJERCITO. La campaña duró hasta 1943 y la derrota hasta la práctica destrucción del ejército alemán en Stalingrado, decidió un cambio radical en el Curso de la II Guerra Mundial: Allí comenzó el declive alemán.
Sabía que Stalingrado había sido una batalla terrible, espantosa. Que el frío invierno ruso había destrozado a un ejército mal pertrechado para esas condiciones climatológicas, pues no creyeron que el invierno les alcanzaría sin haber obtenido la victoria. Hitler, en una especie de enloquecimiento, no compartido por la mayoría de sus generales, abandonó a su suerte al VI ejército, con la orden de no rendirse JAMÁS, orden que IN EXTREMIS no fue obedecida por el general Paulus.
La idea de una “RETIRADA NAPOLEÓNICA” no entraba en la cabeza de Hitler y nunca cedió, ni cuando el pequeño aeropuerto donde podía enviar suministros quedó inhabilitado quedando a su suerte lo que quedaba de un ejército de hombres depauperados.
Estos son los hechos que no sólo yo, cualquiera con un poco interés por la II Guerra Mundial sabe. Pero hay muchísimo más; concretamente 556 páginas más… y, en ellas, se cuentan cosas tan espeluznantes, que resultan a veces irresistibles. El libro está documentadísimo: solamente el apéndice donde se citan nombres propios, mapas, testimonios, bibliografía… ocupa 90 pág.
Como sólo se admiten 1500 caracteres seré esquemática:
Desde 1941 –año de la invasión alemana- hasta 1943 – fecha donde TODO terminó, hubo desigual suerte en las campaña: En un principio el VI EJÉRCITO alemán, formado por alemanes y rumanos fue obteniendo éxitos y avanzando. Llegaron casi sin dificultad al río DON, pero fue la decisión de tomar Stalingrado (ciudad de nacimiento de Stalin), junto al Volga, lo que hizo cambiar la suerte y lo que convirtió una preciosa ciudad en el peor de los infiernos.
La etapas de la “OPERACIÓN RUSA” son:
1.- Operación BARBARROJA, JUNIO – DICIEMBRE DE 1941
2.- Operación AZUL, verano de 1942
3.- Ataque alemán a STALINGRADO, septiembre de 1942
4.- Operación URANO, noviembre de 1942
5.- Operación TORMENTA DE INVIERNO y operación PEQUEÑO SATURNO
6.- Operación ANILLO, enero 1943
Dos hombres – desgracia del siglo XX – fueron los causantes del espanto de Stalingrado:
De un lado Hitler, que ni en los peores momentos, ni en los instantes en que sabía que condenaba a una muerte segura a lo que quedaba de su VI ejército, COMPATRIOTAS SUYOS en gran medida, quiso oír hablar de retirada. Ni cuando sus aviones ya no podían abastecer o lo hacían erróneamente, lanzando paquetes BLANCOS sobre la nieve ( al buscarlos teniendo que detenerse en exceso, los pobres soldados eran blanco fácil para francotiradores). Ni sabiendo que sus hombres vestían harapos robados a los rusos muertos, pues el metalde botas y cascos del uniforme ( de verano) es absolutamente inviable a – 40º C. Sabiendo que los hombres estaban tan famélicos ( no podríamos distinguirlos de los judíos de Auswitchz) que no tenían fuerzas para quitarse los piojos, algunos ni siquiera para enderezar la cabeza. Sabiendo que se refugiaban en los agujeros de las bombas cual trincheras de un nuevo Verdún y sabiendo que incluso hubo canibalismo ( también en el otro bando) y sabiendo que los depauperados soldados mantenían con sus pocas fuerzas la fe en que su FÜRER no los abandonaría.
De otro lado Stalin. Con su terrible Ley “NI UN PASO ATRÁS” desautorizó la rendición fueran cual fueren las circunstancias. Un tanque bombardeado e inutilizado por ej, cuando su conductor salía era ejecutado. Si un soldado ruso era apresado y conseguía escapar y volver, era fusilado inmediatamente por no haber sabido defender bien. Incluso los civiles estaban sujetos a dicha ley. Fue tan terrible que es casi un milagro que alguien sobreviviera. Tal pánico llegaron a tener los habitantes de Stalingrado que al principio, cuando las cosas iban mejor para Alemania, muchos llegaron a pasarse, disfrazándose con uniformes de alemanes muertos o entregándose directamente, pensando que así quizá tendrían alguna posibilidad de sobrevivir. Hubo momentos en que no se distinguían unos de otros. La ciudad fue totalmente derrumbada, puro escombro. Los prisioneros de guerra , salvo los de alto rango, ejecutados y finalmente el VI EJÉRCITO literalmente masacrado.
Sobre Stalingrado se juró que la violación del sagrado suelo ruso sería vengado. ( de ahí la orden de violar, cuando los rusos entraron en Alemania). En tanto Goering ( al que no le faltaban Kg ni estaba desnutrido) presidió los actos de homenaje en conmemoración del 10º aniversario de la ascensión al poder de Hitler, después de transmitir la “Oración fúnebre del VI EJÉRCITO”, el 30 de Enero de 1943, que no tengo líneas para reproducir.
La batlla de Stalingrado fue la más catastrófica derrota hasta entonces de la historia alemana. El VI y 4º ejercito destruidos. Sólo en el Kessel del cerco murieron unos 60.000 hombres y más de 130.000 serían apresados sin que hubiera apenas supervivientes.
Las cifras son algo confusas, dada la mezcla ya sin uniformes de todo tipo de hombres. Añadamos 20.300 hiwis y 11.000 rumanos + 15.000 perdidos. Por inanición se cree que perecieron unos 100.000, aunque es muy difícil la estadística exacta, los cálculos finales suelen ser de más de 200.000 combatientes muertos entre los alemanes.
Los rusos sufrieron dos millones de bajas: 1 millón civiles y otro millón militares. Algunos miles fueron ejecutados por ellos mismos. Eso en Stalingrado. El total desde la invasión de Alemania hasta el final de Stalingrado fue aproximadamente de 9 millones de muertos y 18 millones de heridos. En la Guerra, además, murieron 18 millones de civiles rusos, con lo que el total de muertos de la URSS supera los 26 millones, lo que sobrepasa más de cinco veces el total de los muertos alemanes en el cómputo total de la II GUERRA MUNDIAL.
En algún momento del libro caen las lágrimas, por ejemplo en la celebración de la última navidad en las improvisadas trincheras. Se conservan algunas cartas encontradas después de quienes ya se saben abandonados y recuerdan la canción “NOCHE DE PAZ” que se canta en todos los hogares alemanes o el dibujo de una Virgen que hoy se conserva en un museo de Alemania.
La investigación de Antony Beevor ha sido tan exhaustiva como para interrogar a supervivientes de ambos bandos, leer cartas de desconocidos soldados, y estudiar minuciosamente todos los archivos. Pocos libros he leído tan documentados. Su narración lo convierte casi en novela, aunque no lo es. Por supuesto está a la altura de “GUERRA Y PAZ” de Tolstoi y de “AGOSTO DE 1914” ( reseñado en este foro) de Solzhenisyn. En pie de igualdad con ellos puede estar. Después de leerlo se pueden hacer las pertinentes comprobaciones, si así se desea, en la documentación aportada que, como dije, sólo los títulos abarcan más de 90 páginas.
¡IMPRESCINDIBLE!
Ebúrnea
6526 6527
6528
Quiero reseñar aquí, brevemente ( no puede ser de otra forma, no se permiten muchos caracteres) el libro de ANTONY BEEVOR: “STALINGRADO”, que leí en Diciembre de 2012.
Creía yo saber algo de esa batalla y tan solo sabía los trazos gruesos: Hitler, incumpliendo en 1941 su pacto con Stalin (1939) de no agresión mutua, invadió Rusia con su VI EJERCITO. La campaña duró hasta 1943 y la derrota hasta la práctica destrucción del ejército alemán en Stalingrado, decidió un cambio radical en el Curso de la II Guerra Mundial: Allí comenzó el declive alemán.
Sabía que Stalingrado había sido una batalla terrible, espantosa. Que el frío invierno ruso había destrozado a un ejército mal pertrechado para esas condiciones climatológicas, pues no creyeron que el invierno les alcanzaría sin haber obtenido la victoria. Hitler, en una especie de enloquecimiento, no compartido por la mayoría de sus generales, abandonó a su suerte al VI ejército, con la orden de no rendirse JAMÁS, orden que IN EXTREMIS no fue obedecida por el general Paulus.
La idea de una “RETIRADA NAPOLEÓNICA” no entraba en la cabeza de Hitler y nunca cedió, ni cuando el pequeño aeropuerto donde podía enviar suministros quedó inhabilitado quedando a su suerte lo que quedaba de un ejército de hombres depauperados.
Estos son los hechos que no sólo yo, cualquiera con un poco interés por la II Guerra Mundial sabe. Pero hay muchísimo más; concretamente 556 páginas más… y, en ellas, se cuentan cosas tan espeluznantes, que resultan a veces irresistibles. El libro está documentadísimo: solamente el apéndice donde se citan nombres propios, mapas, testimonios, bibliografía… ocupa 90 pág.
Como sólo se admiten 1500 caracteres seré esquemática:
Desde 1941 –año de la invasión alemana- hasta 1943 – fecha donde TODO terminó, hubo desigual suerte en las campaña: En un principio el VI EJÉRCITO alemán, formado por alemanes y rumanos fue obteniendo éxitos y avanzando. Llegaron casi sin dificultad al río DON, pero fue la decisión de tomar Stalingrado (ciudad de nacimiento de Stalin), junto al Volga, lo que hizo cambiar la suerte y lo que convirtió una preciosa ciudad en el peor de los infiernos.
La etapas de la “OPERACIÓN RUSA” son:
1.- Operación BARBARROJA, JUNIO – DICIEMBRE DE 1941
2.- Operación AZUL, verano de 1942
3.- Ataque alemán a STALINGRADO, septiembre de 1942
4.- Operación URANO, noviembre de 1942
5.- Operación TORMENTA DE INVIERNO y operación PEQUEÑO SATURNO
6.- Operación ANILLO, enero 1943
Dos hombres – desgracia del siglo XX – fueron los causantes del espanto de Stalingrado:
De un lado Hitler, que ni en los peores momentos, ni en los instantes en que sabía que condenaba a una muerte segura a lo que quedaba de su VI ejército, COMPATRIOTAS SUYOS en gran medida, quiso oír hablar de retirada. Ni cuando sus aviones ya no podían abastecer o lo hacían erróneamente, lanzando paquetes BLANCOS sobre la nieve ( al buscarlos teniendo que detenerse en exceso, los pobres soldados eran blanco fácil para francotiradores). Ni sabiendo que sus hombres vestían harapos robados a los rusos muertos, pues el metalde botas y cascos del uniforme ( de verano) es absolutamente inviable a – 40º C. Sabiendo que los hombres estaban tan famélicos ( no podríamos distinguirlos de los judíos de Auswitchz) que no tenían fuerzas para quitarse los piojos, algunos ni siquiera para enderezar la cabeza. Sabiendo que se refugiaban en los agujeros de las bombas cual trincheras de un nuevo Verdún y sabiendo que incluso hubo canibalismo ( también en el otro bando) y sabiendo que los depauperados soldados mantenían con sus pocas fuerzas la fe en que su FÜRER no los abandonaría.
De otro lado Stalin. Con su terrible Ley “NI UN PASO ATRÁS” desautorizó la rendición fueran cual fueren las circunstancias. Un tanque bombardeado e inutilizado por ej, cuando su conductor salía era ejecutado. Si un soldado ruso era apresado y conseguía escapar y volver, era fusilado inmediatamente por no haber sabido defender bien. Incluso los civiles estaban sujetos a dicha ley. Fue tan terrible que es casi un milagro que alguien sobreviviera. Tal pánico llegaron a tener los habitantes de Stalingrado que al principio, cuando las cosas iban mejor para Alemania, muchos llegaron a pasarse, disfrazándose con uniformes de alemanes muertos o entregándose directamente, pensando que así quizá tendrían alguna posibilidad de sobrevivir. Hubo momentos en que no se distinguían unos de otros. La ciudad fue totalmente derrumbada, puro escombro. Los prisioneros de guerra , salvo los de alto rango, ejecutados y finalmente el VI EJÉRCITO literalmente masacrado.
Sobre Stalingrado se juró que la violación del sagrado suelo ruso sería vengado. ( de ahí la orden de violar, cuando los rusos entraron en Alemania). En tanto Goering ( al que no le faltaban Kg ni estaba desnutrido) presidió los actos de homenaje en conmemoración del 10º aniversario de la ascensión al poder de Hitler, después de transmitir la “Oración fúnebre del VI EJÉRCITO”, el 30 de Enero de 1943, que no tengo líneas para reproducir.
La batlla de Stalingrado fue la más catastrófica derrota hasta entonces de la historia alemana. El VI y 4º ejercito destruidos. Sólo en el Kessel del cerco murieron unos 60.000 hombres y más de 130.000 serían apresados sin que hubiera apenas supervivientes.
Las cifras son algo confusas, dada la mezcla ya sin uniformes de todo tipo de hombres. Añadamos 20.300 hiwis y 11.000 rumanos + 15.000 perdidos. Por inanición se cree que perecieron unos 100.000, aunque es muy difícil la estadística exacta, los cálculos finales suelen ser de más de 200.000 combatientes muertos entre los alemanes.
Los rusos sufrieron dos millones de bajas: 1 millón civiles y otro millón militares. Algunos miles fueron ejecutados por ellos mismos. Eso en Stalingrado. El total desde la invasión de Alemania hasta el final de Stalingrado fue aproximadamente de 9 millones de muertos y 18 millones de heridos. En la Guerra, además, murieron 18 millones de civiles rusos, con lo que el total de muertos de la URSS supera los 26 millones, lo que sobrepasa más de cinco veces el total de los muertos alemanes en el cómputo total de la II GUERRA MUNDIAL.
En algún momento del libro caen las lágrimas, por ejemplo en la celebración de la última navidad en las improvisadas trincheras. Se conservan algunas cartas encontradas después de quienes ya se saben abandonados y recuerdan la canción “NOCHE DE PAZ” que se canta en todos los hogares alemanes o el dibujo de una Virgen que hoy se conserva en un museo de Alemania.
La investigación de Antony Beevor ha sido tan exhaustiva como para interrogar a supervivientes de ambos bandos, leer cartas de desconocidos soldados, y estudiar minuciosamente todos los archivos. Pocos libros he leído tan documentados. Su narración lo convierte casi en novela, aunque no lo es. Por supuesto está a la altura de “GUERRA Y PAZ” de Tolstoi y de “AGOSTO DE 1914” ( reseñado en este foro) de Solzhenisyn. En pie de igualdad con ellos puede estar. Después de leerlo se pueden hacer las pertinentes comprobaciones, si así se desea, en la documentación aportada que, como dije, sólo los títulos abarcan más de 90 páginas.
¡IMPRESCINDIBLE!
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