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Ver la versión completa : El velatorio (3)



Eburnea
04/03/2013, 17:16
Víctor ha permanecido ante la vitrina con la noción perdida del tiempo y la vista fija en el remolino indomable del pelo de Gloria. Casi le hace sonreír: -Ni ahora han podido con tu remolino. Nunca pudiste domarlo, eh?, se te resistió y mira gracias a él no estás impersonal.

¿Has visto los lirios?. Me ha costado encontrarlos, no es tiempo ahora. El campo estaba precioso. He dejado el coche a mitad de camino y he caminado por un sendero. Quería emborracharme de aromas. Llenar mis sentidos de monte. Caminando, me he dado cuenta que hablaba, te hablaba. ¿Qué tienen en común el ajedrez y la Naturaleza?, me preguntabas.

-Están programados inteligentemente.

-En apariencia la Naturaleza es preciosa, pero la Selección Natural es implacable

-Y en el ajedrez los errores de estrategia se pagan caros
Igual que en la naturaleza. Intervienen fuerzas – nosotros, por ejemplo – que deshacen el juego.

-Pero en el ajedrez gana uno, en las malas jugadas contra la Naturaleza perdemos todos.

-De cualquier forma, la Naturaleza es cruel, siempre el fuerte derrota al débil.

-Ahí creo yo que está la grandeza del ser humano en su intervención. No para domeñarla, sino para ayudar al débil y que no sea siempre destruido por el fuerte.

-Es cierto. En la sabana la gacela enferma será la primera en ser devorada, pero en nuestro mundo nosotros podemos proteger al que ha nacido menos capacitado y en cierta forma enmendar la plana a la Naturaleza.

-Mira por donde ahora resulta, que torcer el curso de la Naturaleza está bien, a veces. Es como si pudiéramos jugarle una partida para retrasar el jaque mate de tantos que no lo merecen.
¡Ay, me encanta charlar y darle vueltas a las cosas!. ¿Tú crees que la Naturaleza se enfadará por haber cortado esos lirios?.

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-No me has contestado. He mirado y no estabas y me he dado cuenta entonces, NUNCA MÁS ESTARÁS. He cortado los lirios y he gritado tu nombre. Me he tumbado bajo nuestro árbol y te he llamado, paro sólo he oído mi propio grito. Ni siquiera los pájaros han piado hoy, no se han atrevido y no he visto ni una hormiga. No he tenido a quien decir lo que se me ha revelado de golpe, Gloria. No voy a saber vivir sin ti . Si pudiera dar marcha atrás, aunque sólo fuera un día no estarías aquí. ¿POR QUÉ NO TE LO DIJE ANOCHE?. Por qué no nos cogimos de la mano y echamos a correr hasta el fin del Mundo, o , al menos, Bel fin de este mundo estrecho y mezquino?. ¿Podrías hacerme el favor de volver?. Vuelve, Vuelve, que tengo muchas cosas que decirte, muchos abrazos que darte y una vida para entregar. ¡GLORIA!, ¡GLORIA!.

La noche va cayendo y en el tanatorio quedan pocos. Las amigas de Alicia se han marchado, volverán luego un rato y Alberto, su novio, también.


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Alicia no se parece a Gloria, ni siquiera físicamente. Hubiera querido tener el desparpajo de su hermana, pero era tímida. Eso sí, muy organizada, la mano derecha del notario, una secretaria eficiente.

Cuántas veces habría dado lo que tenía sólo por lucir el pelo de su hermana o por tener esa rapidez mental. Y el padre: ¡Cómo se le notó siempre la preferencia!. ¡Qué injusticia!. Sin embargo la madre valoraba mucho su forma de vestirse, de comportarse, su relación tan formal y tranquila con Alberto. Pues claro. De ella NADIE tuvo nunca NADA que decir. Estudiante aceptable, chica adaptada a las costumbres del pueblo, creyente, a punto de casarse por la Iglesia. Más alta que Gloria y morena, pero sutil, inadvertida en ocasiones. Hoy con los ojos enrojecidos mira a su hermana y no puede creer lo que ve: ¡MUERTA!. Aun así, se ve pequeña a su lado, se siente disminuida. Todos la abrazan llorando, pero es a Gloria a quien mencionan, sólo se habla de ella, como siempre.- ¡Por Dios! ¡; ¡Es normal. ¿Qué ha pasado?. ¡Qué confusa estoy! Y ¡Qué sola!.

-Mamá: marchaos papá y tú un rato a casa, tenéis que descansar un poco.

-Dentro de un rato hija. Me acaban de decir que la policía quiere hacernos unas preguntas y no sé qué voy a decir.

-Papá: Vete un rato a descansar.

No, no Estaré aquí hasta el último momento.

-¿Te traigo un café?.

Gracias Alicia; Estás en todo.

Alicia, Alicia.: ¿Por qué me siento en deuda contigo?. Sé que desearías tener inmensos deseos de llorar y que te sientes culpable porque no es así. Te notas vacía, derrotada y en tu confusión piensas que no eres buena porque nunca me quisiste de verdad. ¿Qué sucedía, Alicia?. ¿Qué te hice para que no me miraras nunca con buenos ojos?. De pequeña me esmeraba en ayudarte en los deberes y siempre me rechazaste. Nunca hemos tenido una conversación interesante . No sé si eres tú o he sido yo quien más sola se ha sentido en casa. En apariencia niña modélica, lo que más te ha interesado ha sido lucirte en el pueblo. Has sido reina de las fiestas y estás nombrada como clavariesa de la Virgen para el próximo año. ¡Cuánto honor! ¡Qué despilfarro! Y sobre todo, ¡Qué sobreexposición!; vaya, un escaparate. Nunca estuvimos de acuerdo en eso, que yo, UNA RARA, encontraba sin más lógica que la de lucir y presumir ante el vecindario. A mí me interesaban otras cosas y el pueblo se me quedaba pequeño. Por eso me fui. Pero ¡AY!, volví ; ¿por qué lo hice? . Era sólo una temporada hasta el traslado de Luis. En resumidas cuentas, en el pueblo me quedo y en el escaparate estoy, de nadie se habla como de mí y todo lo que aborrezco se ha conjugado en contra de mí.

¿Qué piensas ahora de Luis?. Tan buen chico, tan guapo, tanto que me quería, tan fácil de llevar, la suerte que había tenido……. ¿Recuerdas cuando un día me viste secándome las lágrimas y me preguntaste?-. Te dije que no podía más, que mi vida era un infierno. Tu respuesta, distante, fue que no podías entrar en asuntos que eran de dos y que no podías juzgar porque no “conocías la versión de la otra persona”. Aún es posible que tengas oportunidad cuando lo visites en la cárcel. Por mí , tú respuesta me dejó con una frialdad similar a la de hoy.

De cualquier forma, Alicia, ahora que te veo con ojos distintos, desde arriba, comprendo muchas cosas. Esto es como un gran conglomerado en el que la envidia soterrada ha clavado sus garfios. Ya no es momento de falsas modestias, porque mi vida se ha consumido. Nunca quise hacerte sombra, pero lo cierto es que te la hice. ¿Qué sabemos por qué somos de tal o cual manera? ¿Por qué nuestros mecanismos de defensa nos llevan a odiar, a traicionar, amargando a la vez nuestra vida?. No te culpo, Alicia, pero alguna gota de veneno del cáliz que he bebido hasta el final es tuya. ¿Hoy, con tus ojos, entre miel y verde, miras fijamente al infinito y aún no has caído en la cuenta de que ya tienes lo que siempre anhelaste: Eres hija única.

Cuando has visto a Víctor algo se ha removido en ti. Ha pasado por tu lado casi sin verte. No ha mirado a nadie, sólo a mí. Sólo al marcharse te ha besado y te ha dado el pésame. Pese a todo, ¡qué dulce ese beso! ¿verdad?. Víctor, entrando y saliendo de casa y jugando contigo. Víctor gastándote bromas cuando jugaba conmigo al ajedrez, Víctor comprándote cuentos, charlando contigo. Víctor, casi, casi, tu hermano mayor. Víctor, felicitándote cuando le comunicaste tu noviazgo. Víctor, Víctor………. ¿Cuándo supiste lo que significaba para ti?. ¿Cuándo caíste en la cuenta de que Víctor, con quien tanto te has reído era la tragedia de tu vida?. ¿Fuiste quizá la primera que conoció el secreto?

(Continuará)

Avicarlos
05/03/2013, 06:26
La construcción de este relato, que paso a paso da a entender la razón de la trama, no me negarás estimada Eburnea, que debió costarte lo tuyo- Al menos programar tan bien lo que se va desvelando durante el mismo, precisa de imaginación y orden.
Con gusto seguiré la lectura hasta el intrigante final.

Un abrazo de Avicarlos.

Caracolamarina
05/03/2013, 07:42
Seguimos leyendo...Quedamos con la fascinación... de tus letras en los ojos...