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Ver la versión completa : El ojo de vidrio



buholobo
01/03/2013, 19:55
En una pequeña aldea de un país cualquiera, en el campo de un acaudalado señor trabajaba un hombre, un peón, viudo él, con un hijo pequeño que era toda su esperanza y alegría.

Un día el niño enfermó de gravedad, y era necesario su traslado a la ciudad capital, en la cual se le practicaría una intervención quirúrgica absolutamente necesaria para salvar su vida. Pero esta operación costaba mucho dinero, dinero que el padre del niño no tenía.

El tiempo corría, apuraba. El jornalero, desesperado, recurrió a su amo solicitando el monto para poder pagar la operación de su hijo. Eran treinta años que estaba a su servicio. De adolescente ya trabajaba para el señor, dueño de la finca. Éste, una vez que escuchó a su peón, manifestó no poder hacer entrega de la suma requerida argumentando que no tenía seguridad que el dinero le fuese devuelto, pues nada tenía ese mísero trabajador que sirviera de garantía al préstamo.

No obstante las súplicas del pobre hombre, que con la cabeza gacha juraba que si era necesario trabajaría gratis por el resto de su vida, el patrón se mostró imperturbable.Acongojado, vencido por el dolor, el jornalero se aprestaba a retirarse, cuando antes de llegar a la puerta del despacho, el patrón le espetó:

Ven, acércate; te diré algo. ¡No me importa la vida de tu hijo! puesto que no es mío, es tuyo, pero te he de ofrecer algo. El pobre hombre escuchaba en silencio. El patrón siguió hablando. Me gusta apostar, soy un jugador empedernido, un jugador nato y como tal, si pierdo pago mis apuestas. Te haré un trato. Si aciertas sobre algo que te he de contar, te daré el dinero, en cambio si te equivocas ya sabes, te vas de mi campo con tu hijo; entiendes que una apuesta es una apuesta.

-Si señor, entiendo-.

Escucha entonces:

Muchos años hacen ya, que en unos de mis viajes al extranjero, sufrí un grave accidente que me costó la pérdida de un ojo. Gracias a mi solvencia económica pude ser tratado en la mejor clínica oftalmológica del mundo, en la cual unos maravillosos orfebres tallaron y me colocaron una prótesis de vidrio tan perfecta, que nunca, nadie, ha podido darse cuenta de la misma.Hizo una pausa y prosiguió.Mírame, mira de cerca mis dos ojos, míralos todo el tiempo que quieras, que si puedes decirme con total seguridad cual es mi ojo de vidrio, te daré el dinero para la operación de tu hijo, y agregó, pero será inútil, nadie puede,... nadie. Mírame te he dicho, mira mis ojos, a ver, dime cual es el de vidrio, dímelo, o te largas de una vez.

El desolado campesino, se acercó a un metro del patrón, alzó la vista y miró los ojos de aquel hombre cruel a quien había servido fielmente por tantos años.Un instante después señaló decididamente el ojo izquierdo.Un silencio increíble se hizo en el recinto. El dedo índice, ligeramente tembloroso, había señalado con exactitud el ojo de vidrio.El amo, asombrado, incrédulo aún, hizo honor a la palabra y entregó el dinero gritando a su peón, aquí tienes, pero no vuelvas más a mi campo, no quiero verte jamás en mi vida.

Cuando el jornalero, aliviado y feliz se aprestaba a retirarse, le detuvo un grito: ¿Cómo es posible que con una simple mirada hayas descubierto lo que nadie había advertido en años? Dime, dime maldito ¿fue casualidad? ¿Fue pura suerte? ¿No es cierto?...dime... dime...siguió repitiendo como un obseso.El jornalero apenas se volvió. Esta vez levantó la cabeza, y dijo:No señor, no fue casualidad.El patrón se alzó violentamente de su asiento como si una corriente eléctrica le estuviese recorriendo su cuerpo... ¿Cómo has dicho?... ¿Qué dices, mentiroso?....habla...Le digo señor que no ha sido casualidad....¿Y entonces?.... ¿Cómo lo has descubierto?

El jornalero tomó un respiro y luego con toda la calma del mundo, respondió:Lo supe, sabe - tomó aliento otro instante-, porque en ese ojo – y señaló el de vidrio- solamente en ese ojo, pude ver un rasgo de humanidad.

© 7 de marzo de 2001.

PD/ Este relato me fue narrado por el padre de un viejo amigo y compañero de trabajo, hacen ya muchos años. Este hombre ya no vive. No sé si el mismo tiene dueño, si es una anécdota que viene de lejos y desde la vieja Italia, porque italiano era este hombre que me lo contó, a su manera y más sucintamente. Yo lo único que hice fue ponerle las letras y un poco de mi rabia.

Avicarlos
02/03/2013, 08:34
En una pequeña aldea de un país cualquiera, en el campo de un acaudalado señor trabajaba un hombre, un peón, viudo él, con un hijo pequeño que era toda su esperanza y alegría.

Un día el niño enfermó de gravedad, y era necesario su traslado a la ciudad capital, en la cual se le practicaría una intervención quirúrgica absolutamente necesaria para salvar su vida. Pero esta operación costaba mucho dinero, dinero que el padre del niño no tenía.

El tiempo corría, apuraba. El jornalero, desesperado, recurrió a su amo solicitando el monto para poder pagar la operación de su hijo. Eran treinta años que estaba a su servicio. De adolescente ya trabajaba para el señor, dueño de la finca. Éste, una vez que escuchó a su peón, manifestó no poder hacer entrega de la suma requerida argumentando que no tenía seguridad que el dinero le fuese devuelto, pues nada tenía ese mísero trabajador que sirviera de garantía al préstamo.

No obstante las súplicas del pobre hombre, que con la cabeza gacha juraba que si era necesario trabajaría gratis por el resto de su vida, el patrón se mostró imperturbable.Acongojado, vencido por el dolor, el jornalero se aprestaba a retirarse, cuando antes de llegar a la puerta del despacho, el patrón le espetó:

Ven, acércate; te diré algo. ¡No me importa la vida de tu hijo! puesto que no es mío, es tuyo, pero te he de ofrecer algo. El pobre hombre escuchaba en silencio. El patrón siguió hablando. Me gusta apostar, soy un jugador empedernido, un jugador nato y como tal, si pierdo pago mis apuestas. Te haré un trato. Si aciertas sobre algo que te he de contar, te daré el dinero, en cambio si te equivocas ya sabes, te vas de mi campo con tu hijo; entiendes que una apuesta es una apuesta.

-Si señor, entiendo-.

Escucha entonces:

Muchos años hacen ya, que en unos de mis viajes al extranjero, sufrí un grave accidente que me costó la pérdida de un ojo. Gracias a mi solvencia económica pude ser tratado en la mejor clínica oftalmológica del mundo, en la cual unos maravillosos orfebres tallaron y me colocaron una prótesis de vidrio tan perfecta, que nunca, nadie, ha podido darse cuenta de la misma.Hizo una pausa y prosiguió.Mírame, mira de cerca mis dos ojos, míralos todo el tiempo que quieras, que si puedes decirme con total seguridad cual es mi ojo de vidrio, te daré el dinero para la operación de tu hijo, y agregó, pero será inútil, nadie puede,... nadie. Mírame te he dicho, mira mis ojos, a ver, dime cual es el de vidrio, dímelo, o te largas de una vez.

El desolado campesino, se acercó a un metro del patrón, alzó la vista y miró los ojos de aquel hombre cruel a quien había servido fielmente por tantos años.Un instante después señaló decididamente el ojo izquierdo.Un silencio increíble se hizo en el recinto. El dedo índice, ligeramente tembloroso, había señalado con exactitud el ojo de vidrio.El amo, asombrado, incrédulo aún, hizo honor a la palabra y entregó el dinero gritando a su peón, aquí tienes, pero no vuelvas más a mi campo, no quiero verte jamás en mi vida.

Cuando el jornalero, aliviado y feliz se aprestaba a retirarse, le detuvo un grito: ¿Cómo es posible que con una simple mirada hayas descubierto lo que nadie había advertido en años? Dime, dime maldito ¿fue casualidad? ¿Fue pura suerte? ¿No es cierto?...dime... dime...siguió repitiendo como un obseso.El jornalero apenas se volvió. Esta vez levantó la cabeza, y dijo:No señor, no fue casualidad.El patrón se alzó violentamente de su asiento como si una corriente eléctrica le estuviese recorriendo su cuerpo... ¿Cómo has dicho?... ¿Qué dices, mentiroso?....habla...Le digo señor que no ha sido casualidad....¿Y entonces?.... ¿Cómo lo has descubierto?

El jornalero tomó un respiro y luego con toda la calma del mundo, respondió:Lo supe, sabe - tomó aliento otro instante-, porque en ese ojo – y señaló el de vidrio- solamente en ese ojo, pude ver un rasgo de humanidad.

© 7 de marzo de 2001.

PD/ Este relato me fue narrado por el padre de un viejo amigo y compañero de trabajo, hacen ya muchos años. Este hombre ya no vive. No sé si el mismo tiene dueño, si es una anécdota que viene de lejos y desde la vieja Italia, porque italiano era este hombre que me lo contó, a su manera y más sucintamente. Yo lo único que hice fue ponerle las letras y un poco de mi rabia.

Dentro de un corazón insensible , como rareza, la voluntad del cumplimiento radical de unas reglas de juego. Inesperado final. Encantado de seguir leyéndote. Y no hagas caso de otra vez el spam de turno. Ya lo borrarán.

Saludos de Avicarlos.

Caracolamarina
02/03/2013, 09:15
El que tiene un corazón insensible, (¿ por eso se hablará, de "corazón de piedra..o de concreto"" ? ) A veces, no puede ni siquiera imaginar, que otro pueda saber ..""cosas"", que él no sabe...

buholobo... Ya ves, tus relatos nos cuentan...la vida misma.
Seguimos leyendote...
Saludos y saludines...

once
02/03/2013, 10:47
¡QUÉ PRECIOSIDAD!!!me alegro al leerte Buholobo,me alegro de qué un hombre no lo pueda tener absolutamente todo.Espero qué te sientas bien en éste foro y nos sigas escribiendo tan bonito y házle caso a Avi ,pasando de los spams.
Cuidaté,Salud!!11.

buholobo
02/03/2013, 17:00
Muchas gracias a todos por leerme. Son muy generosos en sus apreciaciones. Yo pongo todo de mí y sale como sale. Ustedes son los que dicen , está bien o está mal; y a esos criterios me subordino.

Neftis
03/03/2013, 07:14
Un relato precioso. De esos que dan para pensar en la condición humana. Me gusta como describes las cosas. Soy parca en palabras, pero las digo de todo corazón. Felicidades.

ALEJANDRANATALY
03/03/2013, 23:27
Quizá lo que más me gusta de Oscar Wilde es la manera en que emana que las emociones más poderosas interceptan a la razón.

La forma en que sus personajes suelen salir del papel y de como un mendigo puede elevar su sabiduría a tal punto por encima de cualquier acaudalado personaje.
sin lugar a dudar, es un cuento con una hermosa enseñanza. Sin embargo, en los días que nos corren, esto es una obtusa y contundente realidad. Solo que los pobres, ahora han dejado de mirar con suspicacia...

Wilde siempre me gusta, siempre me encantará....


Una vez un joven muy rico y muy banal tuvo la desgracia de perder un ojo en un deplorable accidente de caza. Poco después del accidente decidió que se fabricaría el ojo de vidrio más hermoso del mundo. Esperaba que fuese un ojo de vidrio del todo acorde con su fortuna, su belleza personal y su nombre.
Y así, con el más puro cristal y el más fino de los barnices, se elaboró aquella obra maestra en miniatura. La umbrosa pupila parecía hecha de terciopelo, y en las profundas aguas verdes del iris brillaban pequeños copos de oro. Cuando el rico y joven caballero observó el ojo de vidrio en uno de sus muchos espejos, quedó tan satisfecho que casi volvió a enamorarse de sí mismo. Pasado un tiempo, invitó a su amigo más íntimo a tomar el té de la tarde en casa para probar así el ojo de vidrio. Durante la conversación el joven rico esperaba, por supuesto, una lluvia de elogios sobre su maravilloso ojo nuevo, pero al percatarse de que estos no llegaban le preguntó directamente a su amigo cuál era su opinión.
¡Ay!, cuando el amigo lo examinó con detenimiento quedó poco impresionado.
-Bueno, considerándolo todo –dijo con poco ánimo-, te queda bien, viejo amigo. Es un objeto encantador y, sin duda, el mejor de su clase.
-¡Por Dios, hombre! –exclamó el joven y rico caballero- . ¿Eso es todo lo que puede decir? ¡Es evidente que no entiendes nada de estas cosas! ¿No te deja atónito su realismo? Por mi parte, te lo aseguro, pienso que es tan maravilloso que apenas me considero capaz de distinguir entre él y mi ojo real. Mírame de nuevo a los ojos, pero de verdad, como un buen chico, y dime con toda honestidad que puedes identificar el ojo de vidrio.
Sin embargo, para gran asombro del joven y rico caballero, su amigo consiguió identificar el ojo artificial sin dudarlo un instante. Al preguntarle cómo lo había reconocido tan rápido, respondió sin mucho ingenio:
-Porque de tus dos ojos es, con mucho, el más hermoso.
-¡Ah!, eso podría ser –respondió el joven y rico caballero-, pero no es la verdadera razón. El hecho es que pudiste reconocerlo porque sabías de antemano qué ojo perdí en aquel maldito accidente. Y para convencerte de que tengo razón, vayamos afuera, a la calle, y efectuemos un pequeño experimento. ¿Qué opinas de esto? Paramos a la primera persona que pase y le pedimos que intente distinguir entre el ojo de vidrio y el real.
Acordaron una apuesta de caballeros sobre el asunto y los dos hombres salieron a la calle. Allí vieron a un desventurado mendigo apoyado contra una pared cercana; era uno de esos pobres hombres cuyos ánimos se han hundido tanto que ya ni siquiera son capaces de reunir el valor suficiente para pedirle dinero al rico cuando pasa. Ciertamente, el hombre parecía tan infeliz y desamparado que el amigo del caballero joven y rico sintió lástima por él.
El caballero joven y rico se acercó hasta donde el mendigo se encontraba de pie y le preguntó, con un aire de extrema condescendencia, si quería o no ganarse una corona.
-¡Una corona, señor! –respondió el mendigo—Eso me iría muy bien, señor, porque la verdad es que no he comido en varios días.
Después de explicar con precisión al mísero lo que debía hacer, el caballero joven y rico se puso de pie delante de él y, arrojando con naturalidad una moneda en su mano, le dijo:
-Bueno, mi estimado camarada, tómate el tiempo que quieras y cuando te hayas decidido de verdad dime cuál de mis ojos es de vidrio.
El pedigüeño no tuvo que pensárselo antes de decidir: después de uno o dos segundos, señaló el ojo artificial. El caballero joven y rico se echó hacia atrás movido por el asombro y luego le preguntó cómo había hecho para identificarlo tan fácilmente.
-Si me permite el atrevimiento, señor, se trata de una cuestión muy sencilla –respondió el mendigo-. Sólo en su ojo de vidrio puedo ver algo de piedad.

buholobo
04/03/2013, 04:02
ALEJANDRA NATALY: Creo que lo deberías haber planteado de otra manera y no ser tan mordaz. De todas maneras no he cometido plagio ninguno ni me he hecho de honores que no me corresponden, ya que lo explico al final del relato. Yo también he leído a Oscar Wilde, PERO NO A TODA SU OBRA. Si ello hubiese ocurrido no le ponía y santas pascuas, pero No, siempre hay un buey corneta decidido ( es un intento nomás, pues conmigo ni fú ni fá; es decir no me decepciona ni me menoscaba, que eso es lo que en fondo esta señorita ( supongo que lo es) intenta con su sardónico comentario.
Cuantos caminos deberá recorrer en la vida para entender lo que es lealtad, seriedad y además saber con qué bueyes tratas, y no con los que tú y tu despreciable post, crees tratar.

PD/ No sé porqué con los Aztecas ( mexicanos) siempre tengo un si y un no. No espero, ni lo deseo que se trate de una cuestión de piel, pero la repetición con estos tíos de la América del Norte, me llevan a pensar cualquier cosa, lo que es malo, pues no siento xenofobia ni la practico, que en Argentina tenemos material con tanto extranjero que caen como moscas, y espero no me salga ningún ******** a cuestionarme lo que digo, porque antes debe leer bien o de lo contrario cerrar el pico.

Avicarlos
04/03/2013, 07:54
Estimado buholobo: No creo que fuera intención en menoscabar tu escrito por parte de Natalia. Pero sí que no fue muy acertada la manera de hacernos entender que se trataba de una obra conocida de Oscar Wilde (no por mí, y seguro que tampoco por muchos de los que aquí te leemos).

Creo que tú lo aclaras bien que es una transcripción de lo que a tí alguien te relató. Y demostrado queda que no lo plagiaste ya que expresaste a tu manera la síntesis del relato.

Quizá Natalia podía haber iniciado su transcripción, mencionando precisamente que lo que tú contaste se refería a Wilde y que a continuación lo transcribía según el original.

Es muy posible que ahora se dé cuenta Natalia, que al no mencior a tu PD, que lo decías, veladamente te hace aparecer por lo que no eres.

A lo mejor ella misma al darse cuenta, se excusará.

Saludos de Avicarlos.

buholobo
04/03/2013, 13:46
Si, Avicarlos. Tienes toda la razón del mundo. Pero es que ocurre que siempre me toca bailar con la más chueca. Hace unos días nomás , en cada uno de mis post ( lo habrás visto) me salía una frase en inglés que nada quería decir .en total 10 post míos, 10 entradas de este sistema ( pues no era humano). ¿ Y porqué a mí solamente? . Yo te diré algo estimado amigo. Soy de pocas pulgas. No tengo la inteligencia de dar nomás por el ****, lo que el **** vale. No tengo zonas grises. O me aporrean por ser bueno y dejarme aporrear, o estallo como una bomba nuclear de 1000 Megatones. Yo no entiendo, tal como tú dices, qué carajos cuesta haberme dicho. " Buholobo: Este relato lo escribió Oscar Wilde. Tú lo aclaras y por ello no incurres en plagio; yo lo copio y pongo en tu post a los efectos que sepas de donde viene". O de lo contrario me hacía un MP y me lo aclaraba. Pero no, prefirió dejarme con el vino avinagrado, y ella muy modosita quedar como una reina de la literatura, pues ha leído todo Wilde. Yo , idiota y tonto del ****, no he leído nada, creo que me falta únicamente ese cuento.
Gracias por tus palabras Avicarlos. Y al diablo con esta come-maíz , al diablo con su tequila, y sus rancheras. No quiero disculpas ni nada. Hay un viejo refrán que dice: Siéntate en la puerta de tu casa y verás pasar el cadáver de tu enemigo" o más láconico pero no menos cierto por ello " donde las dan, las toman".

Un saludo amigo.
Buholobo

--- Mensaje agregado ---

He dado un vistazo a mi biblioteca y noto al comparar con todo lo escrito en la web, que tengo entre una docena más de obras de Oscar Wilde , los tres libros de cuentos que escribiera en su vida . Ellos son: El crimen de lord Arthur Saville y otras historias; Una casa de granadas y El príncipe feliz y otros cuentos. Por lo tanto y habiendo revisado y constatado que ninguno de ellos contiene el relato o cuento " El ojo de vidrio" , declaro no reconocer este cuento como escrito por O.Wilde, y hasta tanto no se me indique taxativamente en cual libro se encuentra. No creo, que el escritor lo haya escrito en forma aislada , máxime que hablamos de un cuento muy breve. Igualmente he tratado por todos lo medios y a través de Google, de buscar este relato; lo he buscado en la Wikipedia, y en todas las entradas pertenecientes a Oscar Wilde y la totalidad de sus obras ...y NADA. No deseo prejuzgar a nadie, ya que entiendo que por esas cosas tan raras de la web no esté registrado y el relato sea efectivamente una creación de Oscar Wilde, pero he seguido insistiendo habida cuenta que al haber leído casi toda la obra de este fantástico irlandés ( excepto algunas piezas de teatro y algunas otras poéticas, las cuales no encajan en el tenor del relato en cuestión) decía mi insistencia se fundamenta en no recordar haber leído este cuento en libro alguno de Wilde, lo que no significa ello que la autora de la nota que ha originado estas cuestiones que he planteado, no tenga al fin del camino, razón y ante ello no tendré empacho en solicitarle disculpas. Pero algo huele mal en el reino de Dinamarca y he visto tantas cosas en mi ya larga vida que no me extraña la existencia de que existan más papistas que el Papa.