Eburnea
26/02/2013, 05:58
Para hacer una pequeña reseña de esta gran poetisa, voy a basarme en las palabras que, sobre ella, escribió el filósofo y biógrafo Manuel A. Penella. Citaré algún poema y aportaré las fotos de portada y contraportada de mi libro, así como un poema al que se le aprecian dos asteriscos, que son dos antiguas señales indicadoras de que me gustó mucho .
………………………………
Alfonsina Storni, hija de padres argentinos, nació en 1892 en Lugaggia, cantón suizo de Tizinio, donde la familia no pudo resistir el golpe de mala suerte, que hundió al padre en el vértigo y el alcohol, tras la ruina de sus negocios. Se vieron obligados a volver a Argentina, radicándose en san Juan, lugar donde Alfonsina comenzaría a procesar la música verbal de su verdadera patria. Afortunados antes, pobres ahora, medio europeos y argentinos, los padres sometieron a Alfonsina a una situación turbadora y difícil, que determinaría en gran medida su necesidad y ansia de POESÍA.
Conforme crecía fue abriendo los ojos a la obsesión que dominaría gran parte de su obra: viendo sufrir a su madre por culpa de un padre problemático e incomprensible, se forjó una imagen particular y amarga de las relaciones entre el hombre y la mujer.
En 1901 se trasladó con su familia a Rosario y trabajó como costurera. Se asfixiaba, notaba que sus horizontes estaban cerrados y escribía poesías a raudales, su gran vía de escape. Tuvo oportunidad de contactar con un grupo teatral, la Compañía José TALLAVI y aunque no triunfó en este campo supuso un soplo de aire fresco sobre su ánimo.
Estudiaba intensamente y comenzó a trabajar como maestra rural. Los versos seguían fluyendo y fluyendo como una necesidad vital. Sin haber cumplido 20 años fue madre en circunstancias difíciles. Dejó definitivamente Rosario y con 21 años se instaló definitivamente en Buenos Aires con el único hijo que tuvo, Alejandro, llamado a ser su mejor y más fiel compañero.
Para sacar adelante al niño tuvo que trabajar en una oficina. Casi asfixiada y a escondidas escribió un poemario desatadamente romántico y muy influido por Rubén Darío:”LA INQUIETUD DEL ROSAL”.Dijo de él que lo escribió para no morir. Pagó la edición con sus propios ahorros, pero fue una buena credencial que le sirvió para entrar en los cenáculos literarios. Publicó “EL DULCE DAÑO” que le abrieron las puertas de la fama.
Su voz es femenina, pero fuerte, sin amaneramientos fáciles y expresando al rojo vivo la entrega y el desgarramiento, esperanza siempre atacada por el recelo o resuelta en frustración abnegada o trágica rebeldía. Alfonsina nunca consiguió reconciliar plenamente al hombre y a la mujer. Ella se considera irremediablemente víctima del amor por él y tenía el sentimiento de haber estado permanentemente dañada por el varón:
Cuánta dulce tortura quietamente sufrida
Cuando, picada el alma de tristeza sombría.
Sabedora de engaños, me pasaba los días
¡Besando las dos manos que me ajaban la vida!.
En 1919 publicaba su tercer poemario – IRREMEDIABLE -, en sólo tres meses escrito. Obra dividida en “ momentos “ amorosos, humildes, selváticos, tempestuosos…
Momentos de la vida aprisionó mi pluma
momentos de la vida que fueron luego,
momentos que tuvieron la violencia del fuego
o fueran más livianos y los copos de espuma.
En 1920 publicó “LANGUIDEZ”. Su melancolía había ido en aumento. Era una mujer, pero irrumpían los recuerdos de la infancia. Le aplastaba la ciudad, sentía una especie de claustrofofia que era como una metáfora de su falta de horizontes. Puso en la dedicatoria: “A los que como yo, nunca realizaron uno solo de sus sueños”.
En 1925 publicó “OCRE”, ya con pleno y pulido estilo. En el muestra una visión sarcástica del hombre que para ella envuelve dolor y decepción.
En este libro hay un precioso poema llamado “TERNURA”, francamente descriptivo:
Septiembre. El duraznero, florecido, decora
las ventanas del cuarto. Las manos de la madre
están blancas, exangües, y, sobre ellas, el padre
pone los labios buenos, tibios y los demora…
“OCRE” no tuvo continuación. Alfonsina empezaba a sentirse atraída por los movimientos de vanguardia, especialmente el ULTRAISMO, que hacían furor en Buenos Aires. Estos Movimientos de Vanguardia estaban tomando gran auge y cabe mencionar como portavoz de ellos en la época al joven JORGE LUIS BORGES.
Las experiencias de vanguardia de Alfonsina se agrupan en el título “SIETE POZOS”, pero allí ya se detecta claramente su profunda crisis interior sin resolver. Estos poemas, comparados con los anteriores sorprenden pero no conmueven, pues quieren participar del interno mal del movimiento al que pertenecen.
Su último poemario “MASCARILLA Y TRÉBOL”, ya menos vanguardista está influido por tendencias neobarrocas conceptistas, en el eco del tricentenario de Góngora. Pero en ellos está su impronta, su sello personal, ese que la hizo única y le dio un lugar en la historia de la Literatura.
Melancólica y sin esperanza, enferma de cáncer y de depresión, Alfonsina Storni fue conscientemente al encuentro con la muerte. En una solitaria pensión del Mar del Plata escribió su último poema: VOY A DORMIR”. Después fue a la playa y decidió marchar “vestida de mar”. Era el 25 de Octubre de 1938
……………………………………………………………………….
ALMA DESNUDA (FRAGMENTO)
“Soy un alma desnuda en estos versos,
Alma desnuda, que angustiada y sola,
Va dejando sus pétalos dispersos.
Alma que puede ser una amapola.
Que puede ser un lirio, una violeta,
Un peñasco, una selva y una ola.
Alma que como el viento vaga inquieta
Y ruge cuando está sobre los mares
Y duerme dulcemente en una grieta………….”
6499
6501
Ebúrnea
6500
………………………………
Alfonsina Storni, hija de padres argentinos, nació en 1892 en Lugaggia, cantón suizo de Tizinio, donde la familia no pudo resistir el golpe de mala suerte, que hundió al padre en el vértigo y el alcohol, tras la ruina de sus negocios. Se vieron obligados a volver a Argentina, radicándose en san Juan, lugar donde Alfonsina comenzaría a procesar la música verbal de su verdadera patria. Afortunados antes, pobres ahora, medio europeos y argentinos, los padres sometieron a Alfonsina a una situación turbadora y difícil, que determinaría en gran medida su necesidad y ansia de POESÍA.
Conforme crecía fue abriendo los ojos a la obsesión que dominaría gran parte de su obra: viendo sufrir a su madre por culpa de un padre problemático e incomprensible, se forjó una imagen particular y amarga de las relaciones entre el hombre y la mujer.
En 1901 se trasladó con su familia a Rosario y trabajó como costurera. Se asfixiaba, notaba que sus horizontes estaban cerrados y escribía poesías a raudales, su gran vía de escape. Tuvo oportunidad de contactar con un grupo teatral, la Compañía José TALLAVI y aunque no triunfó en este campo supuso un soplo de aire fresco sobre su ánimo.
Estudiaba intensamente y comenzó a trabajar como maestra rural. Los versos seguían fluyendo y fluyendo como una necesidad vital. Sin haber cumplido 20 años fue madre en circunstancias difíciles. Dejó definitivamente Rosario y con 21 años se instaló definitivamente en Buenos Aires con el único hijo que tuvo, Alejandro, llamado a ser su mejor y más fiel compañero.
Para sacar adelante al niño tuvo que trabajar en una oficina. Casi asfixiada y a escondidas escribió un poemario desatadamente romántico y muy influido por Rubén Darío:”LA INQUIETUD DEL ROSAL”.Dijo de él que lo escribió para no morir. Pagó la edición con sus propios ahorros, pero fue una buena credencial que le sirvió para entrar en los cenáculos literarios. Publicó “EL DULCE DAÑO” que le abrieron las puertas de la fama.
Su voz es femenina, pero fuerte, sin amaneramientos fáciles y expresando al rojo vivo la entrega y el desgarramiento, esperanza siempre atacada por el recelo o resuelta en frustración abnegada o trágica rebeldía. Alfonsina nunca consiguió reconciliar plenamente al hombre y a la mujer. Ella se considera irremediablemente víctima del amor por él y tenía el sentimiento de haber estado permanentemente dañada por el varón:
Cuánta dulce tortura quietamente sufrida
Cuando, picada el alma de tristeza sombría.
Sabedora de engaños, me pasaba los días
¡Besando las dos manos que me ajaban la vida!.
En 1919 publicaba su tercer poemario – IRREMEDIABLE -, en sólo tres meses escrito. Obra dividida en “ momentos “ amorosos, humildes, selváticos, tempestuosos…
Momentos de la vida aprisionó mi pluma
momentos de la vida que fueron luego,
momentos que tuvieron la violencia del fuego
o fueran más livianos y los copos de espuma.
En 1920 publicó “LANGUIDEZ”. Su melancolía había ido en aumento. Era una mujer, pero irrumpían los recuerdos de la infancia. Le aplastaba la ciudad, sentía una especie de claustrofofia que era como una metáfora de su falta de horizontes. Puso en la dedicatoria: “A los que como yo, nunca realizaron uno solo de sus sueños”.
En 1925 publicó “OCRE”, ya con pleno y pulido estilo. En el muestra una visión sarcástica del hombre que para ella envuelve dolor y decepción.
En este libro hay un precioso poema llamado “TERNURA”, francamente descriptivo:
Septiembre. El duraznero, florecido, decora
las ventanas del cuarto. Las manos de la madre
están blancas, exangües, y, sobre ellas, el padre
pone los labios buenos, tibios y los demora…
“OCRE” no tuvo continuación. Alfonsina empezaba a sentirse atraída por los movimientos de vanguardia, especialmente el ULTRAISMO, que hacían furor en Buenos Aires. Estos Movimientos de Vanguardia estaban tomando gran auge y cabe mencionar como portavoz de ellos en la época al joven JORGE LUIS BORGES.
Las experiencias de vanguardia de Alfonsina se agrupan en el título “SIETE POZOS”, pero allí ya se detecta claramente su profunda crisis interior sin resolver. Estos poemas, comparados con los anteriores sorprenden pero no conmueven, pues quieren participar del interno mal del movimiento al que pertenecen.
Su último poemario “MASCARILLA Y TRÉBOL”, ya menos vanguardista está influido por tendencias neobarrocas conceptistas, en el eco del tricentenario de Góngora. Pero en ellos está su impronta, su sello personal, ese que la hizo única y le dio un lugar en la historia de la Literatura.
Melancólica y sin esperanza, enferma de cáncer y de depresión, Alfonsina Storni fue conscientemente al encuentro con la muerte. En una solitaria pensión del Mar del Plata escribió su último poema: VOY A DORMIR”. Después fue a la playa y decidió marchar “vestida de mar”. Era el 25 de Octubre de 1938
……………………………………………………………………….
ALMA DESNUDA (FRAGMENTO)
“Soy un alma desnuda en estos versos,
Alma desnuda, que angustiada y sola,
Va dejando sus pétalos dispersos.
Alma que puede ser una amapola.
Que puede ser un lirio, una violeta,
Un peñasco, una selva y una ola.
Alma que como el viento vaga inquieta
Y ruge cuando está sobre los mares
Y duerme dulcemente en una grieta………….”
6499
6501
Ebúrnea
6500