mvct
20/02/2013, 00:04
Recuerdo cuando tocastes mis manos.
Recuerdo tu sonrisa, tu pelo; cada palabra que pronunciaste.
Recuerdo tus gestos y tus labios carnosos.
Sentado en mi escritorio, cierro los ojos
y aparece tu rostro diáfano y sencillo.
Te puedo tocar. Te puedo acariciar.
Veo claramente esos ojos de cocodrilo al acecho.
Ayer estaba triste, pero hoy llegas tú y erosionas
mi cuerpo, convulsionas mis sentidos.
Hoy en la mañana nací nuevamente cuando
tus manos tibias tocaron mis heladas manos.
Ahora no puedo dejar de pensarte, de imaginarme
un sin fin de momentos a tu lado; imágenes y
pensamiento que me parecen reales y que me quitan
el sueño y que me tienen escribiendo estas
palabras que quizás jamás te diré.
Recuerdo tu sonrisa, tu pelo; cada palabra que pronunciaste.
Recuerdo tus gestos y tus labios carnosos.
Sentado en mi escritorio, cierro los ojos
y aparece tu rostro diáfano y sencillo.
Te puedo tocar. Te puedo acariciar.
Veo claramente esos ojos de cocodrilo al acecho.
Ayer estaba triste, pero hoy llegas tú y erosionas
mi cuerpo, convulsionas mis sentidos.
Hoy en la mañana nací nuevamente cuando
tus manos tibias tocaron mis heladas manos.
Ahora no puedo dejar de pensarte, de imaginarme
un sin fin de momentos a tu lado; imágenes y
pensamiento que me parecen reales y que me quitan
el sueño y que me tienen escribiendo estas
palabras que quizás jamás te diré.