Neftis
05/10/2012, 14:09
Era un recorrido que lo hacía a diario camino de la escuela, invariablemente cuando regresaba a su casa, no dejaba de detenerse a contemplar el espectáculo.
--Muy cerca del domicilio había un vivero de plantas; ella no sabía lo que era eso, simplemente le parecía un jardín precioso. En plena ciudad encontrar un rincón que parecía un oasis, era sugestivo, y a pesar de su poca edad, se quedaba allí plantada, como si fuera uno de aquellos arboles que formaban un camino sin asfaltar, y que proporcionaban con su sombra en el suelo un entramado de claros y oscuros.
--Alrededor gran variedad de flores, las había de todos los colores y los aromas que le llegaban, despertaban ese algo indefinido que no sabía explicar a sus padres cuando llegaba a su casa. Porque era de esas niñas que solía compartir sus vivencias con los suyos.
--Su madre siempre le preguntaba, si se había detenido también aquel día para contemplar, lo que ellas dos decían, era como el Paraíso Terrenal, ese que se describe en las historias de los santos.
--Le dijo que si, y que le llamó la atención las pequeñas gotas de agua que se deslizaban despacio por las hojas verdes, recién nacidas, de aquellos arboles de tamaño mediano, que sombreaban el lugar. Explicó admirada que las gotas despedían todos los colores del arco iris.
--Supo que aquellas gotas provenían del riego que a diario se cuidaba el jardinero, para que las plantas no murieran de sed. Lo que su madre no le supo explicar, el motivo de poder ver el arco iris en una minúscula gota de agua.
--Pero no le importó demasiado. Cuando llegaba al lugar, se quedaba allí un rato, para disfrutar de los aromas, de los colores y sobre todo de silencio, pues el ruido de la circulación quedaba amortiguado. Un día empezó a llover con gruesas gotas que el suelo terroso, se encargaba de engullir rápidamente, y que al volatilizarse, despedía un olor muy especial. El calor de la tierra se evaporaba velozmente, dejando paso a ese olor que desprende la naturaleza al contacto con el agua, allí se mezclaba también el fuerte aroma del césped de los parterres.Por su gusto se hubiera quedado allí para saborearlo todo, pero la lluvia fue arreciando y tenía que ir a su casa.
--Con los años, esos olores, y esos colores, aún perduraban en su mente como si no hubiera pasado el tiempo.
--Incluso ahora lo recordaba con nostalgia.
http://fotos.euroresidentes.com/fotos/plantas/jardines-plantas/images/jardines-plantas%20(16).jpg
--Muy cerca del domicilio había un vivero de plantas; ella no sabía lo que era eso, simplemente le parecía un jardín precioso. En plena ciudad encontrar un rincón que parecía un oasis, era sugestivo, y a pesar de su poca edad, se quedaba allí plantada, como si fuera uno de aquellos arboles que formaban un camino sin asfaltar, y que proporcionaban con su sombra en el suelo un entramado de claros y oscuros.
--Alrededor gran variedad de flores, las había de todos los colores y los aromas que le llegaban, despertaban ese algo indefinido que no sabía explicar a sus padres cuando llegaba a su casa. Porque era de esas niñas que solía compartir sus vivencias con los suyos.
--Su madre siempre le preguntaba, si se había detenido también aquel día para contemplar, lo que ellas dos decían, era como el Paraíso Terrenal, ese que se describe en las historias de los santos.
--Le dijo que si, y que le llamó la atención las pequeñas gotas de agua que se deslizaban despacio por las hojas verdes, recién nacidas, de aquellos arboles de tamaño mediano, que sombreaban el lugar. Explicó admirada que las gotas despedían todos los colores del arco iris.
--Supo que aquellas gotas provenían del riego que a diario se cuidaba el jardinero, para que las plantas no murieran de sed. Lo que su madre no le supo explicar, el motivo de poder ver el arco iris en una minúscula gota de agua.
--Pero no le importó demasiado. Cuando llegaba al lugar, se quedaba allí un rato, para disfrutar de los aromas, de los colores y sobre todo de silencio, pues el ruido de la circulación quedaba amortiguado. Un día empezó a llover con gruesas gotas que el suelo terroso, se encargaba de engullir rápidamente, y que al volatilizarse, despedía un olor muy especial. El calor de la tierra se evaporaba velozmente, dejando paso a ese olor que desprende la naturaleza al contacto con el agua, allí se mezclaba también el fuerte aroma del césped de los parterres.Por su gusto se hubiera quedado allí para saborearlo todo, pero la lluvia fue arreciando y tenía que ir a su casa.
--Con los años, esos olores, y esos colores, aún perduraban en su mente como si no hubiera pasado el tiempo.
--Incluso ahora lo recordaba con nostalgia.
http://fotos.euroresidentes.com/fotos/plantas/jardines-plantas/images/jardines-plantas%20(16).jpg