Koli33
04/10/2012, 22:15
Relaciones antagónicas entre una subjetividad continua y una emergente subjetividad alterna.
La crisis de nuestra civilización es una crisis del tope productivo, como del orden y la realidad generada, lograda y establecida a partir de la constitución histórica de un sujeto, una subjetividad que denomino como subjetividad continúa.
Sobre el sujeto alterno, la subjetividad alterna, en contra poción a la actividad del sujeto continuo, la subjetividad continua.
Ambos son portadores de orden y realidad en cuanto a producción, aunque considero que el sujeto alterno, es terriblemente más complejo, indómito, en tanto que libre, del antagónico sujeto continuo, que tiene que tener y contar en tanto que atenerse al principio de realidad, de legalidad otorgado, establecido ejercido exigido por la historia, la ciencia o la religión o por otros ordenadores, entre otros ordenadores del mundo constituido, con un principio y un fin especifico, por su linealidad desencadénate, causa listica del arbitraje del linaje histórico, en tanto que en otros la de su formación académica, en tanto que esclavo sumiso y obediente del orden existente, que lo concibe , le otorga la legalidad y el derecho a la existencia especifica, obedeciendo a una orden, en tanto que a la organización de lo existente previamente.
El sujeto que tendrá que constituirse, o pronto a emerger, a partir de esta situación, a mi entender, es el sujeto alterno, el sujeto libre de toda forma de historia y acondicionamiento.
Sujeto alterno, que alterna entre lo real y no real, puede prescindir de la realidad para hacerse, es más, en sí es, porque escapa a lo real, lo tenido por tal cosa.
El sujeto continúo, no puede prescindir de la realidad, se funda y desarrolla en función de la continuidad de la realidad existente prevaleciente, entre ellas no sabe funcionar ni prescindir de la continuidad retenida de su propia imagen, nombre vehículo y medio de auto relacionamiento y auto reconocimiento convalidado y vigente como norma, entre sus pares, constituido y legalizado de igual manera por las misma normas, como transporte de la legalidad mental. Ya que este sujeto es dado en la continuidad, fijado y determinado por la legalidad constituyente, y no puede presidir de la continuidad, ya que se para y se desarrolla sobre y a partir de la linealidad congruente con el curso de su mundo, no puede desviarse ni salirse de la senda ya que crearía tremendos conflictos transitorios, no puede prescindir de la linealidad de su continuidad para existir, porque existe y se auto organiza a partir de la sumatoria y descripción, curricular y acumulativa de la retención y sumatoria de sus episodios, como se vale de la documentación y legalidad cronológica lineal de los hechos históricos, o llamados y adquiridos como tales, de los que proviene, la ubicación y limitaciones espacial y temporal de su miseria o linaje.
Principios auto organizacionales que no se pueden negar y sabotear, ya que de hacerlo o considéralo como algo posible se pudre toda la gama de privilegios, seguridades y artificios, que ha acumulado, adquirido, que mentalmente maneja y retiene como el tesoro verbal, como el valor comercial patrimonial, de la propiedad de su ser, heredables y transferibles a su linaje, si no lo hiciera se corrompe el paradigmático progreso arbitrario de las jerarquías, en tanto el de la autoridad, fundada y reconocida, en tanto que aceptadas, por la fuerza y la violencia. Y todo este mundo universo de categorías, formas y personajes funcionales que se sustentan y se desenvuelven sobre el lenguaje podría venirse abajó.
Para el sujeto alterno, las propiedades de las cosa le son un estorbó, una limitante para la libre manifestación, para el transito y la acción creativa, y en tanto el alcancé, los alcances de la experiencia productiva de su ser.
Para el sujeto continúo, la propiedad de las cosas le es esencial para representarse, significarse, auto pensarse y actuar a partir de ello, ofreciéndose o vendiéndose, como convalidándose en el mercado con un valor utilitario representativo estable, como con una marca, un currículo, un registro de origen y calidad incuestionables, como la de cualquier mercancía, en relación al dominio y manejo de tales propiedades, en tanto en posesión, como propiedad de una unidad un valor productivo (continuo- estable) en tanto regido y legislado por las transacciones y negocios del libre mercado, de las ofertas, las baratéelas y las demandas, o por un en tal estilo y sentido.
La subjetividad continua se fija a los objetos, a su dominio, a su control, posesión, a los limites de las cosas, se auto limita a sí misma, a las situaciones repetitivas, circulares de la constante recuperación continua de su significación, valor representacional en el mercado, no puede variar su lugar, ni su valor, porque alteraría, en tanto que afectaría, violando el orden lineal progresivo, productivo, cuantitativo matemático, contable, como histórico de los acontecimientos, contextualizados por su lógica personal, en correspondencia con la lógica histórica colectiva que los ampara y rige lingüísticamente.
En tanto el sujetó continuo sufre el deterioro, la pérdida, del uso del valor-apreciación, depreciación productiva, por la constante modernización de los valores de uso y cambio, de la construcción y competencia adquisitiva en constante progreso de nuevos y más eficientes como baratos y descartables sujetos-objetos, que sirven a y / en el mercado que constantemente para funcionar, avanzar se tiene que despreciar la significación de la vulnerabilidad de la vida del objeto-sujeto de uso, por el valor estable cuantificable de la moderna mercancía, constantemente renovada y desarrollada por el progreso lineal.
Para este sujeto continuo, fundado en la continuidad, la realidad es una continuidad solida y constante, sin quiebres, un valor sin fracturas, como una sumatoria lineal de números y acontecimientos, él como numero, producto de esa sucesión y sumatoria de espacios y lugares, ocupa un lugar, un tiempo especifico, definido en la cuenta de la historia, en tanto esto, no puede violar salirse de la cuenta, ni del espacio ni del tiempo, ni del lugar, ni del relato construido y organizado a partir de la cuenta, arriesgar perder el orden de aparición, desintegrase y perderse en la fluidez de los acontecimiento sin ninguna significación, representaría salirse del escenario y el libreto, no puede violar el texto y el contexto, de su acción y participación en el orden lineal de la realidad, de su única realidad, lugar de ocupación , en el seguimiento mental de los hechos.
--- Mensaje agregado ---
No puede arriesgar perder el valor representativo que ocupa tiene en el programado discurrir del acontecer histórico, como regresar al origen del cuento, de todos los cuentos y sumatoria de la extensión, proyección y prolongación de una linealidad histórica, no se puede violar , ni disolverse, ni perder, ni perderse en el lenguaje, contable redactadle por los signos y las palabras, que aparentemente ya no se sostiene más, simbología que pierde valor y que se nos diluyen entre las manos, hacia la temida nada, como por la boca corazón adentro, se diluye y pierde el agua, la actividad del agua, que configura nuestras firmes ideas, tras relampaguear y destellar através de nuestros sueños, neuronas y arterias, en su curso y dinámica, en su acción y disolución.
Estaría rompiendo y violando los orígenes y la cuenta del orden lineal y sumatorio de la programada e institucionaliza construcción propagación de la narración historia.
La subjetividad discontinúa, puede frecuentar múltiples estados, fracturarse, saltearse el orden de los acontecimientos, violando la continuidad y la linealidad de cualquier proceso, según la capacidad de variación del objeto-sujeto como de la alternancia de las formas y los lugares que configure y asuma para vivir avizorar una experiencia fluctuante dinámica, por medio de la organización y la desorganización constante, caótica de la construcción mental, elegida empleada para tal cosa, para mostrase en tal memento, por medio de lo que obtiene su representación provisional, a partir del modelo, la forma mental, circunstancial optada, por la cual se proyecta y constituye en la corriente dinámica y fluida de todos los acontecimientos como alguien concreto, visible, dado en los hechos, o dándose forma lugar espacio imagen y realidad a sí mismo, como un alguien emergido al mundo de lo perceptible y posible de representarse desde la nada o totalidad indefinible de al que regresa o vuelve.
La subjetividad alterna rechaza las limitaciones y definiciones establecidas, procuradas y establecidas, como los limites concretos y inviolables de las cosas, en tanto sistemas cárceles, prisiones, del acorralamiento de la experiencia, para el sometimiento y la esclavitud, de al acción y la energía como de la actividad mental, capturada y confinada a tales trampas, formas ideas, en tanto que definidas, creadas por los objetos, afirmados en lo concreto, como consolidados en las piedras por la acción mental involucrada, invertida en ellos, por las construcciones de la acción de la propia mente y de otras mentes sobre otras mentes.
Convertirme en hombre, en pájaro o montaña, abandonar la tierra el movimiento y la fluidez del agua, los minerales y los colores de la selva, a partir de un organismo por medio de un organismo, fluido y sustentado, movido por la actividad del pájaro, la montaña, el agua de los ríos, los profundos minerales de la oscura tierra, como manifestados por la acción oceánica, auspiciado por los movimientos y sabores mutantes de la selva, es todo un arte.
No digo de que pobreza, si anclado en esto, atado y convenido, convencido, a un término abstracto y sin vida, no me pueda mover y desplazar un centímetro, de la forma impresa, humana demasiado humana. Regida y articulada como movida por convenios y papeles escritos.
La subjetividad continua las acepta, las asume en tanto que se rige, orienta, vale por ellas.
El sujeto alterno va y viene entre la existencia y la no existencia entre lo visible y no visible, entre lo que existe y no existe.
El sujeto continuo, teme la desintegración, la no existencia, la no permanencia, que se desdibuje su imagen, su figura en el espejo, que se disuelva en su reflejo, en el que se registra la construcción mental fija de su abstracción, teme la movilidad, la no pertenecía, la no permanencia, el desplazamiento libre, se aterroriza, al sopesar la posibilidad de no tener realidad, de no encontrase al otro día en el espejo, en tanto de perder el objeto fijo, por el que se maneja y relaciona con el mundo, demarcado mentalmente, a partir de cual pensarse sentirse y saberes como alguien real, vive en el miedo y del miedo a la pérdida del valor operacional de su existencia abstracta.
El sujeto continuo, busca y pretende eternizarse en su realidad, esculpir su imagen y nombre para la posteridad, para la eternidad, inmortalizarse en la piedra en el bronce, nada más al pedo en este mundo, si le es posible, solo anhela incrementar el valor de su continuidad, figura y persona, en un gigantesco mercado de valores mentalmente inventados y creados, solo él es, el producto y la garantía de la permanecía de su soledad, legitimo destinatario de los réditos de su pobreza, duración y prolongación en el espacio y el tiempo, aun a costa de perder sacrificar su libertada, la fuente de su complejidad y increíble riqueza totalmente desconocida e ignorada.
El sujeto alterno goza de su libertad, de transmutarse mentalmente en cuanto objeto, bicho, construcción se le ocurra, puede prescindir de historia y no regirse por ella, es más, es más cuando aprende a valerse de ella, para deshacerse de ella, para no ser lo que ella mandata, liberándose de ella, se pude decir que se a liberado de la mediocridad y el confinamiento residual de la decadencia y la miseria, del linaje heredado, imputado, de una mente y unos estados mentales que lo condenan y persiguen.
El sujeto continuo, lucha por sostenerse mantenerse en la conservación de su representación, respetando la continuidad lineal de los acontecimientos a los que se haya subordinado sometido, ya que se rige por su leyes, que no son las leyes del barro, del pan caliente y el agua de lluvia, de los estremecimientos, la sacudida , el abrazo y el beso, y sufren cuando esta (unidad) perdurable en el tiempo y el espacio, sostenida por la huella de los gráficos y signos escritos, se desquebraja y se deteriora, ni hablar cuando sufre devaluaciones significativa, perdidas productivas en el mercado de las representaciones lingüísticas.
Aun cuando estas no son ni representan más que una mísera reducción empobrecedora de la instancia y antes la instancia viviente, que opera através de la discontinuidad, es decir la alternancia, la frecuencia, entre la existencia y no existencia, entre la vida y la muerte, entre lo visible invisibles, como modelación y modularidad productiva reproductiva de todo lo viviente.
Que el psiquismo mental organizado, estabilizado en la linealidad informativa de la continuidad, desconoce o desecha como operativa constitutiva organizacional, desecha y descarta la alternancia y la discontinuidad, de las operaciones cognitivas.
El sujeto continuo, precisa de un medio, un mundo coherente y lógico, fundado y dado en la violencia de lo cierto, lo concreto, lo fiable, en la estabilidad y la permanecía de las certezas, para orientarse y regirse por ella, para parase y caminar en el proyecto firme y seguro de su propia construcción, para no marearse ni perderse a cada paso en el progreso y la linealidad de sus convicciones y certezas, de sus signos y marcas.
La crisis de nuestra civilización es una crisis del tope productivo, como del orden y la realidad generada, lograda y establecida a partir de la constitución histórica de un sujeto, una subjetividad que denomino como subjetividad continúa.
Sobre el sujeto alterno, la subjetividad alterna, en contra poción a la actividad del sujeto continuo, la subjetividad continua.
Ambos son portadores de orden y realidad en cuanto a producción, aunque considero que el sujeto alterno, es terriblemente más complejo, indómito, en tanto que libre, del antagónico sujeto continuo, que tiene que tener y contar en tanto que atenerse al principio de realidad, de legalidad otorgado, establecido ejercido exigido por la historia, la ciencia o la religión o por otros ordenadores, entre otros ordenadores del mundo constituido, con un principio y un fin especifico, por su linealidad desencadénate, causa listica del arbitraje del linaje histórico, en tanto que en otros la de su formación académica, en tanto que esclavo sumiso y obediente del orden existente, que lo concibe , le otorga la legalidad y el derecho a la existencia especifica, obedeciendo a una orden, en tanto que a la organización de lo existente previamente.
El sujeto que tendrá que constituirse, o pronto a emerger, a partir de esta situación, a mi entender, es el sujeto alterno, el sujeto libre de toda forma de historia y acondicionamiento.
Sujeto alterno, que alterna entre lo real y no real, puede prescindir de la realidad para hacerse, es más, en sí es, porque escapa a lo real, lo tenido por tal cosa.
El sujeto continúo, no puede prescindir de la realidad, se funda y desarrolla en función de la continuidad de la realidad existente prevaleciente, entre ellas no sabe funcionar ni prescindir de la continuidad retenida de su propia imagen, nombre vehículo y medio de auto relacionamiento y auto reconocimiento convalidado y vigente como norma, entre sus pares, constituido y legalizado de igual manera por las misma normas, como transporte de la legalidad mental. Ya que este sujeto es dado en la continuidad, fijado y determinado por la legalidad constituyente, y no puede presidir de la continuidad, ya que se para y se desarrolla sobre y a partir de la linealidad congruente con el curso de su mundo, no puede desviarse ni salirse de la senda ya que crearía tremendos conflictos transitorios, no puede prescindir de la linealidad de su continuidad para existir, porque existe y se auto organiza a partir de la sumatoria y descripción, curricular y acumulativa de la retención y sumatoria de sus episodios, como se vale de la documentación y legalidad cronológica lineal de los hechos históricos, o llamados y adquiridos como tales, de los que proviene, la ubicación y limitaciones espacial y temporal de su miseria o linaje.
Principios auto organizacionales que no se pueden negar y sabotear, ya que de hacerlo o considéralo como algo posible se pudre toda la gama de privilegios, seguridades y artificios, que ha acumulado, adquirido, que mentalmente maneja y retiene como el tesoro verbal, como el valor comercial patrimonial, de la propiedad de su ser, heredables y transferibles a su linaje, si no lo hiciera se corrompe el paradigmático progreso arbitrario de las jerarquías, en tanto el de la autoridad, fundada y reconocida, en tanto que aceptadas, por la fuerza y la violencia. Y todo este mundo universo de categorías, formas y personajes funcionales que se sustentan y se desenvuelven sobre el lenguaje podría venirse abajó.
Para el sujeto alterno, las propiedades de las cosa le son un estorbó, una limitante para la libre manifestación, para el transito y la acción creativa, y en tanto el alcancé, los alcances de la experiencia productiva de su ser.
Para el sujeto continúo, la propiedad de las cosas le es esencial para representarse, significarse, auto pensarse y actuar a partir de ello, ofreciéndose o vendiéndose, como convalidándose en el mercado con un valor utilitario representativo estable, como con una marca, un currículo, un registro de origen y calidad incuestionables, como la de cualquier mercancía, en relación al dominio y manejo de tales propiedades, en tanto en posesión, como propiedad de una unidad un valor productivo (continuo- estable) en tanto regido y legislado por las transacciones y negocios del libre mercado, de las ofertas, las baratéelas y las demandas, o por un en tal estilo y sentido.
La subjetividad continua se fija a los objetos, a su dominio, a su control, posesión, a los limites de las cosas, se auto limita a sí misma, a las situaciones repetitivas, circulares de la constante recuperación continua de su significación, valor representacional en el mercado, no puede variar su lugar, ni su valor, porque alteraría, en tanto que afectaría, violando el orden lineal progresivo, productivo, cuantitativo matemático, contable, como histórico de los acontecimientos, contextualizados por su lógica personal, en correspondencia con la lógica histórica colectiva que los ampara y rige lingüísticamente.
En tanto el sujetó continuo sufre el deterioro, la pérdida, del uso del valor-apreciación, depreciación productiva, por la constante modernización de los valores de uso y cambio, de la construcción y competencia adquisitiva en constante progreso de nuevos y más eficientes como baratos y descartables sujetos-objetos, que sirven a y / en el mercado que constantemente para funcionar, avanzar se tiene que despreciar la significación de la vulnerabilidad de la vida del objeto-sujeto de uso, por el valor estable cuantificable de la moderna mercancía, constantemente renovada y desarrollada por el progreso lineal.
Para este sujeto continuo, fundado en la continuidad, la realidad es una continuidad solida y constante, sin quiebres, un valor sin fracturas, como una sumatoria lineal de números y acontecimientos, él como numero, producto de esa sucesión y sumatoria de espacios y lugares, ocupa un lugar, un tiempo especifico, definido en la cuenta de la historia, en tanto esto, no puede violar salirse de la cuenta, ni del espacio ni del tiempo, ni del lugar, ni del relato construido y organizado a partir de la cuenta, arriesgar perder el orden de aparición, desintegrase y perderse en la fluidez de los acontecimiento sin ninguna significación, representaría salirse del escenario y el libreto, no puede violar el texto y el contexto, de su acción y participación en el orden lineal de la realidad, de su única realidad, lugar de ocupación , en el seguimiento mental de los hechos.
--- Mensaje agregado ---
No puede arriesgar perder el valor representativo que ocupa tiene en el programado discurrir del acontecer histórico, como regresar al origen del cuento, de todos los cuentos y sumatoria de la extensión, proyección y prolongación de una linealidad histórica, no se puede violar , ni disolverse, ni perder, ni perderse en el lenguaje, contable redactadle por los signos y las palabras, que aparentemente ya no se sostiene más, simbología que pierde valor y que se nos diluyen entre las manos, hacia la temida nada, como por la boca corazón adentro, se diluye y pierde el agua, la actividad del agua, que configura nuestras firmes ideas, tras relampaguear y destellar através de nuestros sueños, neuronas y arterias, en su curso y dinámica, en su acción y disolución.
Estaría rompiendo y violando los orígenes y la cuenta del orden lineal y sumatorio de la programada e institucionaliza construcción propagación de la narración historia.
La subjetividad discontinúa, puede frecuentar múltiples estados, fracturarse, saltearse el orden de los acontecimientos, violando la continuidad y la linealidad de cualquier proceso, según la capacidad de variación del objeto-sujeto como de la alternancia de las formas y los lugares que configure y asuma para vivir avizorar una experiencia fluctuante dinámica, por medio de la organización y la desorganización constante, caótica de la construcción mental, elegida empleada para tal cosa, para mostrase en tal memento, por medio de lo que obtiene su representación provisional, a partir del modelo, la forma mental, circunstancial optada, por la cual se proyecta y constituye en la corriente dinámica y fluida de todos los acontecimientos como alguien concreto, visible, dado en los hechos, o dándose forma lugar espacio imagen y realidad a sí mismo, como un alguien emergido al mundo de lo perceptible y posible de representarse desde la nada o totalidad indefinible de al que regresa o vuelve.
La subjetividad alterna rechaza las limitaciones y definiciones establecidas, procuradas y establecidas, como los limites concretos y inviolables de las cosas, en tanto sistemas cárceles, prisiones, del acorralamiento de la experiencia, para el sometimiento y la esclavitud, de al acción y la energía como de la actividad mental, capturada y confinada a tales trampas, formas ideas, en tanto que definidas, creadas por los objetos, afirmados en lo concreto, como consolidados en las piedras por la acción mental involucrada, invertida en ellos, por las construcciones de la acción de la propia mente y de otras mentes sobre otras mentes.
Convertirme en hombre, en pájaro o montaña, abandonar la tierra el movimiento y la fluidez del agua, los minerales y los colores de la selva, a partir de un organismo por medio de un organismo, fluido y sustentado, movido por la actividad del pájaro, la montaña, el agua de los ríos, los profundos minerales de la oscura tierra, como manifestados por la acción oceánica, auspiciado por los movimientos y sabores mutantes de la selva, es todo un arte.
No digo de que pobreza, si anclado en esto, atado y convenido, convencido, a un término abstracto y sin vida, no me pueda mover y desplazar un centímetro, de la forma impresa, humana demasiado humana. Regida y articulada como movida por convenios y papeles escritos.
La subjetividad continua las acepta, las asume en tanto que se rige, orienta, vale por ellas.
El sujeto alterno va y viene entre la existencia y la no existencia entre lo visible y no visible, entre lo que existe y no existe.
El sujeto continuo, teme la desintegración, la no existencia, la no permanencia, que se desdibuje su imagen, su figura en el espejo, que se disuelva en su reflejo, en el que se registra la construcción mental fija de su abstracción, teme la movilidad, la no pertenecía, la no permanencia, el desplazamiento libre, se aterroriza, al sopesar la posibilidad de no tener realidad, de no encontrase al otro día en el espejo, en tanto de perder el objeto fijo, por el que se maneja y relaciona con el mundo, demarcado mentalmente, a partir de cual pensarse sentirse y saberes como alguien real, vive en el miedo y del miedo a la pérdida del valor operacional de su existencia abstracta.
El sujeto continuo, busca y pretende eternizarse en su realidad, esculpir su imagen y nombre para la posteridad, para la eternidad, inmortalizarse en la piedra en el bronce, nada más al pedo en este mundo, si le es posible, solo anhela incrementar el valor de su continuidad, figura y persona, en un gigantesco mercado de valores mentalmente inventados y creados, solo él es, el producto y la garantía de la permanecía de su soledad, legitimo destinatario de los réditos de su pobreza, duración y prolongación en el espacio y el tiempo, aun a costa de perder sacrificar su libertada, la fuente de su complejidad y increíble riqueza totalmente desconocida e ignorada.
El sujeto alterno goza de su libertad, de transmutarse mentalmente en cuanto objeto, bicho, construcción se le ocurra, puede prescindir de historia y no regirse por ella, es más, es más cuando aprende a valerse de ella, para deshacerse de ella, para no ser lo que ella mandata, liberándose de ella, se pude decir que se a liberado de la mediocridad y el confinamiento residual de la decadencia y la miseria, del linaje heredado, imputado, de una mente y unos estados mentales que lo condenan y persiguen.
El sujeto continuo, lucha por sostenerse mantenerse en la conservación de su representación, respetando la continuidad lineal de los acontecimientos a los que se haya subordinado sometido, ya que se rige por su leyes, que no son las leyes del barro, del pan caliente y el agua de lluvia, de los estremecimientos, la sacudida , el abrazo y el beso, y sufren cuando esta (unidad) perdurable en el tiempo y el espacio, sostenida por la huella de los gráficos y signos escritos, se desquebraja y se deteriora, ni hablar cuando sufre devaluaciones significativa, perdidas productivas en el mercado de las representaciones lingüísticas.
Aun cuando estas no son ni representan más que una mísera reducción empobrecedora de la instancia y antes la instancia viviente, que opera através de la discontinuidad, es decir la alternancia, la frecuencia, entre la existencia y no existencia, entre la vida y la muerte, entre lo visible invisibles, como modelación y modularidad productiva reproductiva de todo lo viviente.
Que el psiquismo mental organizado, estabilizado en la linealidad informativa de la continuidad, desconoce o desecha como operativa constitutiva organizacional, desecha y descarta la alternancia y la discontinuidad, de las operaciones cognitivas.
El sujeto continuo, precisa de un medio, un mundo coherente y lógico, fundado y dado en la violencia de lo cierto, lo concreto, lo fiable, en la estabilidad y la permanecía de las certezas, para orientarse y regirse por ella, para parase y caminar en el proyecto firme y seguro de su propia construcción, para no marearse ni perderse a cada paso en el progreso y la linealidad de sus convicciones y certezas, de sus signos y marcas.