Neftis
01/10/2012, 14:57
Ella quería hacer algo útil a la sociedad. Esa sociedad cada vez más angustiada y preocupada por cómo se estaban desarrollando las cosas en la vida del día a día.
-En su primera jornada de aquel trabajo, fue a un hospital infantil, ya que en su solicitud mencionaba que prefería tratar con niños. Sabía que se necesitaban personas para atender a los pequeños enfermos, distraerlos y hacerles compañía cuando sus padres estaban en el trabajo. La mayoría de los allí ingresados, tenían a familiares. Aunque en algún momento se quedaran solos en la habitación. Solos con su enfermedad – pensó amargamente -
-La mandaron a una habitación donde estaba ingresado un niño. Una enfermera hizo las presentaciones ,y el niño le sonrió tímidamente.
-Ella ya iba preparada con bastantes ideas. La cuestión era distraerlo, para que por unos momentos se olvidara que estaba enfermo y recluido en un hospital. El juego tenía que ser algo que se pudiera hacer desde la cama, ya que estaba enchufado a dos monitores.
-En el brazo derecho llevaba puesta una vía por donde entraba el medicamento, con lo cual tenía muy poca movilidad.Este hecho tan simple a ella la conmovió.
- Sintió una pena enorme, aquel chiquillo, le tocaba estar dando patadas a un balón en lugar de postrado en una cama de hospital. Intentó apartar este pensamiento, sabía porque lo había leído en muchas ocasiones, que los pensamientos se transmiten. Ella debía tener en mente cosas completamente positivas, para que le llegaran al niño.
-Empezaron a jugar, con la intención de dejarle ganar, para que el pequeño se sintiera importante, y cual no sería su asombro al comprobar que el pequeño dominaba por completo el juego y acabó vencedor. El chiquillo le comentó que ya había jugado muchas veces. O sea que tenía más entrenamiento que ella misma.
-Hablaron de los programas de tele, de los dibujos animados que veía, y cuando llegó un familiar, ella se despidió. No era necesaria, ya tenía compañía.
-Se dirigió al mostrador, y las enfermeras le preguntaron que tal le había ido su primer trabajo como voluntaria.Se le llenaron los ojos de lágrimas cuando respondió que una gran pena la había invadido por completo al ver al niño casi condenado a una inmovilidad forzosa, al estar monitorizado.
-La enfermera, le dijo comprensiva.-.- “No te preocupes, es normal, las primeras veces suele ocurrir, luego lo asumes, y llegas a quererlos como si fueran de tu familia. Es bueno que te haya conmocionado, porque así te volcarás más en tu trabajo.”
-Cuando estuvo en la calle, se sentó en un banco. Necesitaba llorar y no quería hacerlo cuando estuviera en el transporte público. Se desahogó y luego más tranquila fue hasta su casa. No dejaría el voluntariado aunque le costara asimilar aquellas situaciones tristes. Estaba segura que aprendería a esconder esa sensación negativa, para poderles dar a los enfermos, algo de su vitalidad.
-Y con esta nueva idea se fue a su casa pensando ya en la próxima visita
http://foros.monografias.com/attachment.php?attachmentid=5179&d=1349113995
-En su primera jornada de aquel trabajo, fue a un hospital infantil, ya que en su solicitud mencionaba que prefería tratar con niños. Sabía que se necesitaban personas para atender a los pequeños enfermos, distraerlos y hacerles compañía cuando sus padres estaban en el trabajo. La mayoría de los allí ingresados, tenían a familiares. Aunque en algún momento se quedaran solos en la habitación. Solos con su enfermedad – pensó amargamente -
-La mandaron a una habitación donde estaba ingresado un niño. Una enfermera hizo las presentaciones ,y el niño le sonrió tímidamente.
-Ella ya iba preparada con bastantes ideas. La cuestión era distraerlo, para que por unos momentos se olvidara que estaba enfermo y recluido en un hospital. El juego tenía que ser algo que se pudiera hacer desde la cama, ya que estaba enchufado a dos monitores.
-En el brazo derecho llevaba puesta una vía por donde entraba el medicamento, con lo cual tenía muy poca movilidad.Este hecho tan simple a ella la conmovió.
- Sintió una pena enorme, aquel chiquillo, le tocaba estar dando patadas a un balón en lugar de postrado en una cama de hospital. Intentó apartar este pensamiento, sabía porque lo había leído en muchas ocasiones, que los pensamientos se transmiten. Ella debía tener en mente cosas completamente positivas, para que le llegaran al niño.
-Empezaron a jugar, con la intención de dejarle ganar, para que el pequeño se sintiera importante, y cual no sería su asombro al comprobar que el pequeño dominaba por completo el juego y acabó vencedor. El chiquillo le comentó que ya había jugado muchas veces. O sea que tenía más entrenamiento que ella misma.
-Hablaron de los programas de tele, de los dibujos animados que veía, y cuando llegó un familiar, ella se despidió. No era necesaria, ya tenía compañía.
-Se dirigió al mostrador, y las enfermeras le preguntaron que tal le había ido su primer trabajo como voluntaria.Se le llenaron los ojos de lágrimas cuando respondió que una gran pena la había invadido por completo al ver al niño casi condenado a una inmovilidad forzosa, al estar monitorizado.
-La enfermera, le dijo comprensiva.-.- “No te preocupes, es normal, las primeras veces suele ocurrir, luego lo asumes, y llegas a quererlos como si fueran de tu familia. Es bueno que te haya conmocionado, porque así te volcarás más en tu trabajo.”
-Cuando estuvo en la calle, se sentó en un banco. Necesitaba llorar y no quería hacerlo cuando estuviera en el transporte público. Se desahogó y luego más tranquila fue hasta su casa. No dejaría el voluntariado aunque le costara asimilar aquellas situaciones tristes. Estaba segura que aprendería a esconder esa sensación negativa, para poderles dar a los enfermos, algo de su vitalidad.
-Y con esta nueva idea se fue a su casa pensando ya en la próxima visita
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