Sadness
04/09/2012, 02:15
“Sublime poema, hoy me resultas tan ajeno, tan distante; dejaste de ser mi incipiente verso”
“No hablo a otro, sino a éste que desconozco” Celos
por
Sadness
Le conocí,
viento
jugando entre las copas
de los árboles;
manantial
carente de turbia malicia;
párvulo sentimiento,
incipiente verso
(Ya me daba una idea de su talento en ciernes)
atrapado en la red
de quien caza quimeras.
¡Y fue mío!
me cobijé
en un cielo colmado de estrellas;
navegué cual experta sirena
en la deliciosa anatomía de su ser.
En la cadencia de su rima
aprendí extrañas danzas
ejecutadas por el palpitar
de dos,
que bregaban por hacer tangible
lo irreal.
Y en mis manos fue perfecto poema.
De su sacro néctar
otras colmaron su sed.
Y en un arranque de celos,
de la vista, le privé
tajé su lengua zalamera,
desdibujé sus caricias
(a fuerza de escribir
en mi cuerpo con su boca);
trunqué sus alegrías
(en realidad, fueron mías)
Le lisié
en el perverso afán
de que sólo mío fuera.
¡Ah…tonta cazadora,
Él, ave migratoria en otro corazón
formó su nido!
Nunca más en su cauda estelar
viajaré
a esos mundos…
donde las farolas claman enamoradas
a un montón de estrellas fragmentadas,
¡Sublime poema
te llamo y no me reconoces!
.
.
..
“No hablo a otro, sino a éste que desconozco” Celos
por
Sadness
Le conocí,
viento
jugando entre las copas
de los árboles;
manantial
carente de turbia malicia;
párvulo sentimiento,
incipiente verso
(Ya me daba una idea de su talento en ciernes)
atrapado en la red
de quien caza quimeras.
¡Y fue mío!
me cobijé
en un cielo colmado de estrellas;
navegué cual experta sirena
en la deliciosa anatomía de su ser.
En la cadencia de su rima
aprendí extrañas danzas
ejecutadas por el palpitar
de dos,
que bregaban por hacer tangible
lo irreal.
Y en mis manos fue perfecto poema.
De su sacro néctar
otras colmaron su sed.
Y en un arranque de celos,
de la vista, le privé
tajé su lengua zalamera,
desdibujé sus caricias
(a fuerza de escribir
en mi cuerpo con su boca);
trunqué sus alegrías
(en realidad, fueron mías)
Le lisié
en el perverso afán
de que sólo mío fuera.
¡Ah…tonta cazadora,
Él, ave migratoria en otro corazón
formó su nido!
Nunca más en su cauda estelar
viajaré
a esos mundos…
donde las farolas claman enamoradas
a un montón de estrellas fragmentadas,
¡Sublime poema
te llamo y no me reconoces!
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