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Eburnea
08/08/2012, 16:28
- Lisa, Lisa, ¿dónde estás?, ¿por dónde andas?.

Uf!, ya me están llamando otra vez. - Voy , mama, estoy guardando el violín.

De un tiempo a esta parte noto cómo me observan. No me dejan a solas ni un minuto y no quieren perderme de vista; me controlan. Y todo por aquello que ocurrió el año pasado en el Concierto de Navidad en la Catedral de san Stefan (Viena). Aquella tarde alguien se fijó en mí y yo quedé como clavada en el suelo y, por unos instantes sin saber que hacer. !Qué poder pueden llegar a tener unos ojos!...

Pero no me he presentado: Soy aquella semidiosa Kiacatuia y estoy viviendo una vida en Viena que comenzó en 1785. Me llamo Lisa y tengo 23 años. Dicen que soy una promesa del violín, de hecho soy concertino. Pertenezco a una saga de músicos. Mi "madre" es una buena pianista. Mi "padre" es el organista de la Corte y mi hermano toca el Chelo. Por supuesto, nadie sabe que soy una semidiosa reencarnada y yo no tengo la más mínima intención de mostrar poder alguno. Tan sólo habilidades humanas. Quiero ser una más y triunfar en la música, que es mi ambiente natural.

El año pasado, cuando sucedieron los hechos, que serían tan determinantes en mi vida, estábamos dando, como ya he dicho, el tradicional concierto de Navidad. El templo estaba lleno, pero sólo estaba iluminado el altar, de forma que el público veía a los músicos, pero nosotros no veíamos al público. Se sabía que asistirían algunos de los compositores famosos que vivían o estaban de paso en Viena: Hay que haber vivido aquella época para saber la importancia de Viena para la música: lo impregnaba todo.

Oí decir a alguien que asistiría Ludwig van Beethoven, que, aunque nacido en Bonn, estaba ya afincado en mi ciudad. Era un hombre de unos 37 o 38 años , con fama de hosco y de difícil carácter. Pianista virtuoso y compositor de gran fama, eso sí, pero con una vida muy amargada por la pérdida progresiva de oído. Lo había intentado todo (incluso las aguas termales de Baden Baden), pero sin solución. En el momento en que culminaba su sinfonía "HEROICA" ya era totalmente sordo. Cuando me lo contaron me estremecí; no podía imaginar la vida de un músico que no pudiera oir ni un sonido. Se decía que sufría de horrendas depresiones y ahora que lo he conocido lo creo: Beeethoven es un hombre totalmente pasional, en él no hay términos medios. También, para remachar el clavo, había tenido una relación tormentosa con una viuda que terminó de forma desdichada. Sin embargo, este hombre solo, sordo, desesperado e infeliz acababa de escribir la V SINFONÍA. ... Sin duda, este es un hombre que pertenece a otra dimensión, pensé yo cuando me enteré de todo esto.

Yo, que también soy de otra dimensión, noté su mirada fija en mí, aquella tarde de Navidad en la catedral. No podía ver, pero podía sentir. Y sentí tanto y tan hondo, que por primera vez en mi vida me equivoqué con el instrumento. Fue sólo un instante, pero el director, la orquesta, mis padres y los entendidos quedaron estupefactos. Lisa, la gran promesa, el orgullo de la familia, se equivocaba y ponía en un compromiso a la orquesta sinfónica en el concierto de Navidad. Supimos reaccionar y salimos adelante, pero al terminar yo estaba conmocionada y agotada.

Salí despacio del templo. Cerca de la puerta una mano me salió al paso ofreciéndome agua bendita. Era una mano de dedos largos, blanca y muy expresiva. Alcé los ojos y di las gracias. Era Beethoven. Una voz , un poco gangosa, dijo: -Señorita: Vd. es mucho más que virtuosa, vd. es música hecha mujer. Fue entonces cuando le dediqué la mirada larga de mis ojos verdes como las esmeraldas. Acababa de cambiar mi vida. Me santigüé y salí.

Desde ese día nos vemos gracias a la complicidad de mi tía Hilde, que con la excusa de ir aquí o allá me acompaña un trecho y me espera para volver. Pero a mis padres no les pasó inadvertido el gesto e intuyen algo. Los pretextos se agotan poco a poco. Ellos temen por mí. Beethoven es 15 años mayor que yo , la convivencia con él la consideran temible e incluso se comenta que tiene correspondencia con una pianista casada. Además, dedico mucho menos tiempo a mis ensayos en casa y con la orquesta. No saben que practico en otro lugar y que estoy recibiendo clases magistrales.

Nuestra relación es muy especial. No buscamos ser amantes, ni casarnos. En realidad no buscamos nada, sólo vivir el día a día entregándonos a aquello que sólo nosotros sabemos: Amor envuelto en música y vivido en silencio.

Ayer Beethoven me sorprendió. Era mi cumpleaños. Se sentó al piano y me dijo: He compuesto algo para ti, como regalo. te llamas Lisa, pero permíteme que, por una vez, te llame Elisa.Es un nombre trisílabo y me evoca el compás de 3x4. -El vals, añadí.... - Sí, el vals ¿Hay algo más hermoso para bailar?...

Aunque la composición no es un vals, ni es ese el compás, me ha gustado hacer trisílabo tu nombre. Por eso se titula "PARA ELISA". Aunque nadie lo sepa jamás, tú debes saber para siempre que está dedicado a ti y que tu dulzura ha sido mi inspiración. Luego hizo una interpretación al piano que jamás olvidaré.

Cuando terminó, levantó las manos del teclado y quedó muy quieto. Yo me acerqué a él lentamente por su espalda y posé mis manos sobre su cabeza. Sobre el piano el péndulo inexorable del diapasón daba el tiempo. Pensé que su cerebro estaba poblado de corcheas interconectadas, de blancas, negras y también... SILENCIOS, como el que estaba condenado a sufrir.

Comencé a dar suaves golpecitos sobre su cabeza y sus hombros, rítmicamente, llevando el compás. En los silencios ponía mis manos sobre sus oídos y los acariciaba el tiempo justo. Mi mente voló. Sobre la cabeza de Beethoven, yo, una violinista intérprete, estaba realizando una composición. Él lo captó al instante. Cerró los ojos. Yo también y.. ambos vivimos es instante de amor y música. Era 1808.

Si escucháis la SINFONÍA PASTORAL, su comienzo es aquel instante de amor y el resto, que luego completaría el genio , es como respirar a pleno pulmón por parte de alguien que necesita aire nuevo, limpio y renovado y que nos hace partícipes de ello.

Hoy, cuando mi madre me ha llamado, -Lisa, Lisa...no sabía que nuestra historia ya ha terminado. En la vida de Ludwig van Beethoven ha surgido un grave problema, que alterará su vida futura, lo llevára a los tribunales y mermará su fortuna: Lo acaban de designar cotutor de su sobrino Karl y el Mundo se le va a venir encima.

Yo no debo entrar en ese terreno, ni siquiera vivo con él ,ni hay más que lo que he contado. Ambos sabemos que ha llegado el momento del adiós. Nos hemos despedido con dulzura. Por última vez ha tocado para mí. Además de "Para Elisa" también "Claro de luna". Yo, sobre su cabeza, le he dicho rítmicamente con mis manos lo feliz que había sido. Se lo he dicho nota a nota. Él lo ha interpretado al piano con los ojos cerrados.

Antes de que los abriera, yo, sigilosamente, ya me había ido.

Ebúrnea

once
08/08/2012, 17:09
Qué bien! ,me imagino en 1808 tocando suave el pelo del genio ,siempre he pensado que la felicidad es hacer algo apasionante con otra persona,no hace falta nada más,exelente como siempre!,sabes que estamos aquí, Lisa , Elisa, Blanca.besos.

Eburnea
08/08/2012, 19:32
Gracias: me pareció buena idea que unas caricias rítmicas en la cabeza, en alguien que tanto las necesitaba y que no podía oír, fueran como notas de una partitura. Relajaban y comunicaban. Un beso

Neftis
09/08/2012, 07:55
Muy bonito el relato, y desde luego enternecedora la manera de hacerle notar, sobre su cabeza todo aquello que Lisa sentía dentro de su corazón.

La vida del compositor verdaderamente es digna de lástima, no solo por su sordera, todo lo que le envolvía siempre le fue en contra. Maravilla pensar las grandes obras que compuso.

Saluditos

Caracolamarina
09/08/2012, 08:07
Las melodías parecieran, que son para cada cual...y siempre me imaginé una Elisa enamorada, tierna y algo juguetona...Los pequeños golpecitos en el pelo revuelto del maestro ahora me lo comprueban.
Saludos Ebúrnea ...Felicitaciones ..La música, esa gran compañera de las horas, que son esas que llenan el alma...

Eburnea
09/08/2012, 10:20
Fue tan triste la vida de Beethoven que me apeteció que tuviera unas caricias suaves en su cabeza, esas que tanto relajan y que tanta falta hacen a veces. Quién sabe, quizá un viento juguetón se las lleve allá en el Cielo de las melodías. besitos Ebúrnea

Avicarlos
09/08/2012, 14:15
Fue tan triste la vida de Beethoven que me apeteció que tuviera unas caricias suaves en su cabeza, esas que tanto relajan y que tanta falta hacen a veces. Quién sabe, quizá un viento juguetón se las lleve allá en el Cielo de las melodías. besitos Ebúrnea

Me ha parecido oportuno, que dejaras la melodía aquí, para que los jóvenes lectores la conozcan, Para Elisa, ya que lo más probable es que no la reconozcan ni se recompuso como RAP. jajaja

http://www.youtube.com/watch?v=UPNUp9DwFR0

Saludos de Avicarlos.

Eburnea
10/08/2012, 04:55
Las buenas melodías, los buenos libros, el arte....ahí está y nadie se lo lleva. Alguien lo reconocerá seguro y de cualquier edad. Ni están todos los que son .. etc. Yo tengo mucha fe en los jóvenes (soy optimista). Saludines Ebúrnea