Mario Enrique Bruzzone
31/07/2012, 04:59
Estimados hermanos Ciro y demás participantes de este foro
Conforme se lo prometí a Ciro hace unos días, coloco este nuevo post sobre el mismo tema, es decir, sobre la supuesta selección de los levitas como servidores directos de Dios (y el otorgamiento a los mismos de una serie de privilegios a cargo del resto de los israelitas).
Y como me resulta más sencillo hacerlo de esa forma, me permitiré transcribir algunos párrafos de uno de mis libros (titulado «Iglesia sin Estado Vaticano – cristianismo humilde») ya que considero que servirán para explicar mejor lo que trato de decir.
“Admitir errores – desarrollar nueva visión
Pues bien; al finalizar el análisis mediante el cual he procurado señalar posibles errores, estructurados a lo largo de los siglos, que se usan para “justificar” la existencia de una diferenciación entre los seres humanos como realmente establecida por Dios, comprenderán que he puesto énfasis en lo que estimo lo más conflictivo del problema, pues se asume que como resultado de esa “separación”, un grupo minoritario habría obtenido determinados privilegios sobre el grueso de los seres humanos, ya que éstos deben “proveerles los bienes necesarios”, que ese “segmento favorecido” usa y administra con absoluta discrecionalidad.
Y lo he encarado procurando que, los actuales “referentes” religiosos (curas, obispos, monjas, pastores, popes, etc.) comprendan de una buena vez, que el gigantesco “resto” de seres humanos que pulula por el mundo tropieza con enormes dificultades para lograr descubrir al verdadero y único Dios, al Amor, simplemente porque choca con la realidad en que vivimos, y por ende suele rechazarlo expresando «no puede ser que exista Dios, ya que si existiese, Él no permitiría que sus “ministros” vivan como lo hacen, aprovechándose de los demás», sin comprender que esto último, en definitiva, se origina simplemente, en un error de la educación que reciben esos “ministros”.”
Interrumpo aquí el texto de ese libro para señalarles que EXACTAMENTE lo mismo ocurrió (y ocurre) con los hebreos, ya que ellos fueron (y son) educados en la creencia de que Dios (el único y verdadero Dios, el Eterno) es quien los “eligió” y sometió a todo el resto de la humanidad bajo sus pies, dado que serían el único pueblo al cual le habría dado sus mandamientos, sus instrucciones para “adorarlo” y también con relación a lo que se puede, o no, hacer en la vida.
Y para ejemplificar lo que señalo, me permito copiar unos párrafos del último libro que publiqué y que se titula «No fue Dios quien dio tierra a Israel – análisis bíblico de conflictos absurdos»
“RAZA = PODER
"Revela su palabra a Jacob, sus preceptos y mandatos a Israel, a ningún otro pueblo trató así, ni le dio a conocer sus mandamientos. ¡Aleluya!". SALMO 147,19-20 (B.L.)
COMENTARIO: El título del Salmo 147, al cual pertenece este pequeño trozo, es "Himno de Alabanza a Dios, Protector de su Pueblo", lo cual es bastante ilustrativo para comprender el sentido “exclusivista” y de gran poder que surge del sentirse "Pueblo Elegido", que tienen los hebreos y que también se trasladó, en “versión corregida y aumentada”, a los cristianos.”
Finalizado este breve paréntesis, continúo ahora con la explicación de mi pensamiento conforme lo expuse en el otro libro que les mencioné antes.
“Obvio que pese ha todo lo que he expuesto, continuarán existiendo quienes digan: «Sin duda, ese tipo (o sea yo) no tiene fe, ya que Dios puede hacer las cosas cómo quiere y cuándo quiere» lo cual, insisto una vez más, adolece no sólo del error de afirmar algo que no es cierto con respecto a mi persona, ya que tengo tanta fe como puede poseer cualquiera, sino que sería una simple excusa para no detenerse a analizar, tanto lo que ya mencioné, como también muchos otros temas, el primero de los cuales señalaré seguidamente.
Se suele afirmar que «hay que “entender correctamente” los textos bíblicos, y que para hacerlo es necesario “pensar” con la mentalidad de los hombres que la escribieron y no con la nuestra. Por consiguiente, que hay que aceptar que existen simples aspectos “formales”, utilizados por quienes los redactaron, que no corresponden a hechos reales, sino a “mensajes” de Dios», frase con la cual intentan indicar que, lo que es difícil admitir, lo que puede chocar con nuestra mentalidad o forma de ver las cosas, no debe ser utilizado para cambiar los “aspectos esenciales de la fe” (¿?) sino que es necesario seguir aceptando todo tal cual está, con total “obediencia a los que saben”.
Pues bien, sobre eso traeré a colación el conocido dicho que menciona ¿qué existió primero, el huevo o la gallina?. Es decir, si son meras formas literarias utilizadas por los hombres de otras épocas, y que por ende no responden a hechos reales, ¿por qué se las usa para fundamentar toda la estructura piramidal, de poder y de riqueza, en la cual viven cómodamente?
Y para tratar de clarificar eso, me permito transcribir dos comentarios que podemos encontrar en la Biblia Latinoamericana (XIII Edición, “Letra grande”, San Pablo y Verbo Divino) pues me parecen útiles para explicar lo que quiero decir.
El primero es una nota al Capítulo 6 del Libro de Josué (pág.292) donde, intentando justificar (o al menos explicar) la matanza de los habitantes de Jericó se dice: «anatema ... se practicaba en varios pueblos; aquí al destruir todo lo que era cananeo, Israel se preservaba de adoptar la cultura y la religión materialista de los cananeos. El lector moderno a veces se escandaliza. ¿Cómo pudo Dios ordenar una guerra así?, Josué ¿cómo pensó agradar a Dios ordenando matar a todos, incluso a los niños? .... el autor quería demostrar a sus contemporáneos que no debían temer... Así, pues, cuando se dice: “Yavé ordenó a Josué el anatema”, no debemos pensar en una intervención especial de Dios (ver comentario Gn.16). Estas palabras significan solamente que, al decidir el anatema conforme a la mentalidad de su tiempo, Josué preservaba la fe de Israel de lo que más contradecía el plan de Dios: la idolatría. Pero ellos lo hacían como hombres que no sabían todavía el valor de la vida humana».
El segundo (pág.246) dice: «y la prueba de la elección de Israel, está en las intervenciones sobrenaturales de Dios a favor suyo, cuando lo sacó de Egipto».
Pues bien, lo que cabe preguntarse es, si no fue Dios quien “ordenó” la masacre de Jericó, sino que es una forma de hablar, ¿por que se dice que “la prueba” de la intervención y elección del Buen Dios en favor de los hebreos es otra masacre, la de los primogénitos de Egipto?
Obvio que si aquí también dijeran que es “sólo una forma de hablar”, ¿dónde quedaría, entonces, el “origen divino” de la separación de los levitas y del intermediar ante Dios, obteniendo bienes por esa actividad?
Digo yo, ¿sí en un lado es sólo una “forma de hablar”, por qué en otro es una “prueba”?
Insisto, ¿el huevo, o la gallina?
Y antes de terminar quiero recordarles, que al iniciar esta redacción traté de aclarar, que a veces los seres humanos cometemos errores por haber recibido una educación equivocada, ya que actuamos de determinada manera pues damos por cierto lo que se nos enseñó.
Y eso ocurre porque “nadie educa mal a propósito”, sino que transmite lo que considera “correcto y verdadero”, aún cuando pueda no serlo.
Y traté de explicárselos, mencionando a título de ejemplo, que todos aceptamos que “yo escribo” y “ustedes leen”, dado que esas son las palabras que utilizamos para describir las conductas que realizamos cada uno de nosotros.
Y les dije que, sin embargo, podríamos pensar (o imaginar) que, en lugar de desarrollarse esas palabras a lo largo de los años, pudo haber acontecido exactamente a la inversa y, de haber sido así, hoy todos “aseguraríamos” que yo “leo” lo que ustedes “escribirían” más adelante.
……
Con lo expuesto intento señalarles, que son muy pocas las personas que se detienen a pensar en el porqué de los hechos, y en cuáles son las razones por las que utilizamos las palabras con las que nos comunicamos.
Menos aún las que analizan si resulta "totalmente” correcto el uso que les otorgamos ahora, e incluso, les diría que es ínfimo el número de seres humanos que razona, con respecto a sí en el origen de su aplicación, las palabras expresaban igual idea que la que les adjudicamos en nuestra época.
Y aún cuando podríamos continuar con los ejemplos, creo que alcanzan para comprender que algo similar aconteció con muchos textos bíblicos.
Mencionándoles eso trato de exponer, que la existencia de “errores” en la Biblia como los que yo creo que existen, fundamentalmente en los textos de la tradición sacerdotal, no significa que hubiese existido “mala voluntad” en quienes redactaron esos pasajes sino, sencillamente, que los cometieron involuntariamente cuando dieron “forma literaria” a relatos que venían escuchando “desde antaño”, desde tiempo inmemorial, que se repetían de generación en generación.
Por eso al hacerlo, no se detuvieron a investigar en cuál había sido la realidad de los hechos que se mencionaban, sino que dieron por “absolutamente cierto” que habían ocurrido exactamente como los escuchaban.
Por supuesto —seres humanos al fin— al escribir los “adornaron” un poco, para “remarcar” aquellas cosas que SÍ ó SÍ consideraban que era “LA VERDAD”.
Se los consignó, sin buscar la explicación correcta a ciertos hechos (o leyendas) que involucraron al pueblo hebreo.
Aceptar errores no debe escandalizar, y menos aún hacernos perder la fe.
Por el contrario, debe servirnos para comprender mejor el verdadero sentido de lo religioso.
Y por eso, “machacando” sobre la necesidad de “meditar seriamente” en la posibilidad de implementar una verdadera vida cristiana (comunidad de vivencias y de bienes - recrear el estilo de vida de la Primera Comunidad Cristiana) plantearé distintas cuestiones que considero útiles para que comprendan mi pensamiento, aún cuando no las analizaré en detalle, evitando que este escrito se prolongue más allá de lo aconsejable…."
Por supuesto el texto sigue, pero lo interrumpo aquí para no extender tanto este post.
Y les aclaro que TODO lo que yo escribo tiene por único objeto procurar que el eventual lector preste atención en los problemas actuales (y pasados) de la humanidad, y los compare con los textos bíblicos, en especial en aquello que constituye —al menos para mí— la ESENCIA del Evangelio: invitar a compartir vivencias y bienes, y el rechazo total y absoluto al poder y la riqueza.
Esperando haber podido aclararles mejor mis pensamientos, y reiterando que descuento vuestra tolerancia, ya que es humanamente imposible resumir en las breves líneas que permiten un foro como este, todo lo que he redactado y publicado en al menos cuatro libros, les envío mis cordiales saludos
MARANA-THA
Conforme se lo prometí a Ciro hace unos días, coloco este nuevo post sobre el mismo tema, es decir, sobre la supuesta selección de los levitas como servidores directos de Dios (y el otorgamiento a los mismos de una serie de privilegios a cargo del resto de los israelitas).
Y como me resulta más sencillo hacerlo de esa forma, me permitiré transcribir algunos párrafos de uno de mis libros (titulado «Iglesia sin Estado Vaticano – cristianismo humilde») ya que considero que servirán para explicar mejor lo que trato de decir.
“Admitir errores – desarrollar nueva visión
Pues bien; al finalizar el análisis mediante el cual he procurado señalar posibles errores, estructurados a lo largo de los siglos, que se usan para “justificar” la existencia de una diferenciación entre los seres humanos como realmente establecida por Dios, comprenderán que he puesto énfasis en lo que estimo lo más conflictivo del problema, pues se asume que como resultado de esa “separación”, un grupo minoritario habría obtenido determinados privilegios sobre el grueso de los seres humanos, ya que éstos deben “proveerles los bienes necesarios”, que ese “segmento favorecido” usa y administra con absoluta discrecionalidad.
Y lo he encarado procurando que, los actuales “referentes” religiosos (curas, obispos, monjas, pastores, popes, etc.) comprendan de una buena vez, que el gigantesco “resto” de seres humanos que pulula por el mundo tropieza con enormes dificultades para lograr descubrir al verdadero y único Dios, al Amor, simplemente porque choca con la realidad en que vivimos, y por ende suele rechazarlo expresando «no puede ser que exista Dios, ya que si existiese, Él no permitiría que sus “ministros” vivan como lo hacen, aprovechándose de los demás», sin comprender que esto último, en definitiva, se origina simplemente, en un error de la educación que reciben esos “ministros”.”
Interrumpo aquí el texto de ese libro para señalarles que EXACTAMENTE lo mismo ocurrió (y ocurre) con los hebreos, ya que ellos fueron (y son) educados en la creencia de que Dios (el único y verdadero Dios, el Eterno) es quien los “eligió” y sometió a todo el resto de la humanidad bajo sus pies, dado que serían el único pueblo al cual le habría dado sus mandamientos, sus instrucciones para “adorarlo” y también con relación a lo que se puede, o no, hacer en la vida.
Y para ejemplificar lo que señalo, me permito copiar unos párrafos del último libro que publiqué y que se titula «No fue Dios quien dio tierra a Israel – análisis bíblico de conflictos absurdos»
“RAZA = PODER
"Revela su palabra a Jacob, sus preceptos y mandatos a Israel, a ningún otro pueblo trató así, ni le dio a conocer sus mandamientos. ¡Aleluya!". SALMO 147,19-20 (B.L.)
COMENTARIO: El título del Salmo 147, al cual pertenece este pequeño trozo, es "Himno de Alabanza a Dios, Protector de su Pueblo", lo cual es bastante ilustrativo para comprender el sentido “exclusivista” y de gran poder que surge del sentirse "Pueblo Elegido", que tienen los hebreos y que también se trasladó, en “versión corregida y aumentada”, a los cristianos.”
Finalizado este breve paréntesis, continúo ahora con la explicación de mi pensamiento conforme lo expuse en el otro libro que les mencioné antes.
“Obvio que pese ha todo lo que he expuesto, continuarán existiendo quienes digan: «Sin duda, ese tipo (o sea yo) no tiene fe, ya que Dios puede hacer las cosas cómo quiere y cuándo quiere» lo cual, insisto una vez más, adolece no sólo del error de afirmar algo que no es cierto con respecto a mi persona, ya que tengo tanta fe como puede poseer cualquiera, sino que sería una simple excusa para no detenerse a analizar, tanto lo que ya mencioné, como también muchos otros temas, el primero de los cuales señalaré seguidamente.
Se suele afirmar que «hay que “entender correctamente” los textos bíblicos, y que para hacerlo es necesario “pensar” con la mentalidad de los hombres que la escribieron y no con la nuestra. Por consiguiente, que hay que aceptar que existen simples aspectos “formales”, utilizados por quienes los redactaron, que no corresponden a hechos reales, sino a “mensajes” de Dios», frase con la cual intentan indicar que, lo que es difícil admitir, lo que puede chocar con nuestra mentalidad o forma de ver las cosas, no debe ser utilizado para cambiar los “aspectos esenciales de la fe” (¿?) sino que es necesario seguir aceptando todo tal cual está, con total “obediencia a los que saben”.
Pues bien, sobre eso traeré a colación el conocido dicho que menciona ¿qué existió primero, el huevo o la gallina?. Es decir, si son meras formas literarias utilizadas por los hombres de otras épocas, y que por ende no responden a hechos reales, ¿por qué se las usa para fundamentar toda la estructura piramidal, de poder y de riqueza, en la cual viven cómodamente?
Y para tratar de clarificar eso, me permito transcribir dos comentarios que podemos encontrar en la Biblia Latinoamericana (XIII Edición, “Letra grande”, San Pablo y Verbo Divino) pues me parecen útiles para explicar lo que quiero decir.
El primero es una nota al Capítulo 6 del Libro de Josué (pág.292) donde, intentando justificar (o al menos explicar) la matanza de los habitantes de Jericó se dice: «anatema ... se practicaba en varios pueblos; aquí al destruir todo lo que era cananeo, Israel se preservaba de adoptar la cultura y la religión materialista de los cananeos. El lector moderno a veces se escandaliza. ¿Cómo pudo Dios ordenar una guerra así?, Josué ¿cómo pensó agradar a Dios ordenando matar a todos, incluso a los niños? .... el autor quería demostrar a sus contemporáneos que no debían temer... Así, pues, cuando se dice: “Yavé ordenó a Josué el anatema”, no debemos pensar en una intervención especial de Dios (ver comentario Gn.16). Estas palabras significan solamente que, al decidir el anatema conforme a la mentalidad de su tiempo, Josué preservaba la fe de Israel de lo que más contradecía el plan de Dios: la idolatría. Pero ellos lo hacían como hombres que no sabían todavía el valor de la vida humana».
El segundo (pág.246) dice: «y la prueba de la elección de Israel, está en las intervenciones sobrenaturales de Dios a favor suyo, cuando lo sacó de Egipto».
Pues bien, lo que cabe preguntarse es, si no fue Dios quien “ordenó” la masacre de Jericó, sino que es una forma de hablar, ¿por que se dice que “la prueba” de la intervención y elección del Buen Dios en favor de los hebreos es otra masacre, la de los primogénitos de Egipto?
Obvio que si aquí también dijeran que es “sólo una forma de hablar”, ¿dónde quedaría, entonces, el “origen divino” de la separación de los levitas y del intermediar ante Dios, obteniendo bienes por esa actividad?
Digo yo, ¿sí en un lado es sólo una “forma de hablar”, por qué en otro es una “prueba”?
Insisto, ¿el huevo, o la gallina?
Y antes de terminar quiero recordarles, que al iniciar esta redacción traté de aclarar, que a veces los seres humanos cometemos errores por haber recibido una educación equivocada, ya que actuamos de determinada manera pues damos por cierto lo que se nos enseñó.
Y eso ocurre porque “nadie educa mal a propósito”, sino que transmite lo que considera “correcto y verdadero”, aún cuando pueda no serlo.
Y traté de explicárselos, mencionando a título de ejemplo, que todos aceptamos que “yo escribo” y “ustedes leen”, dado que esas son las palabras que utilizamos para describir las conductas que realizamos cada uno de nosotros.
Y les dije que, sin embargo, podríamos pensar (o imaginar) que, en lugar de desarrollarse esas palabras a lo largo de los años, pudo haber acontecido exactamente a la inversa y, de haber sido así, hoy todos “aseguraríamos” que yo “leo” lo que ustedes “escribirían” más adelante.
……
Con lo expuesto intento señalarles, que son muy pocas las personas que se detienen a pensar en el porqué de los hechos, y en cuáles son las razones por las que utilizamos las palabras con las que nos comunicamos.
Menos aún las que analizan si resulta "totalmente” correcto el uso que les otorgamos ahora, e incluso, les diría que es ínfimo el número de seres humanos que razona, con respecto a sí en el origen de su aplicación, las palabras expresaban igual idea que la que les adjudicamos en nuestra época.
Y aún cuando podríamos continuar con los ejemplos, creo que alcanzan para comprender que algo similar aconteció con muchos textos bíblicos.
Mencionándoles eso trato de exponer, que la existencia de “errores” en la Biblia como los que yo creo que existen, fundamentalmente en los textos de la tradición sacerdotal, no significa que hubiese existido “mala voluntad” en quienes redactaron esos pasajes sino, sencillamente, que los cometieron involuntariamente cuando dieron “forma literaria” a relatos que venían escuchando “desde antaño”, desde tiempo inmemorial, que se repetían de generación en generación.
Por eso al hacerlo, no se detuvieron a investigar en cuál había sido la realidad de los hechos que se mencionaban, sino que dieron por “absolutamente cierto” que habían ocurrido exactamente como los escuchaban.
Por supuesto —seres humanos al fin— al escribir los “adornaron” un poco, para “remarcar” aquellas cosas que SÍ ó SÍ consideraban que era “LA VERDAD”.
Se los consignó, sin buscar la explicación correcta a ciertos hechos (o leyendas) que involucraron al pueblo hebreo.
Aceptar errores no debe escandalizar, y menos aún hacernos perder la fe.
Por el contrario, debe servirnos para comprender mejor el verdadero sentido de lo religioso.
Y por eso, “machacando” sobre la necesidad de “meditar seriamente” en la posibilidad de implementar una verdadera vida cristiana (comunidad de vivencias y de bienes - recrear el estilo de vida de la Primera Comunidad Cristiana) plantearé distintas cuestiones que considero útiles para que comprendan mi pensamiento, aún cuando no las analizaré en detalle, evitando que este escrito se prolongue más allá de lo aconsejable…."
Por supuesto el texto sigue, pero lo interrumpo aquí para no extender tanto este post.
Y les aclaro que TODO lo que yo escribo tiene por único objeto procurar que el eventual lector preste atención en los problemas actuales (y pasados) de la humanidad, y los compare con los textos bíblicos, en especial en aquello que constituye —al menos para mí— la ESENCIA del Evangelio: invitar a compartir vivencias y bienes, y el rechazo total y absoluto al poder y la riqueza.
Esperando haber podido aclararles mejor mis pensamientos, y reiterando que descuento vuestra tolerancia, ya que es humanamente imposible resumir en las breves líneas que permiten un foro como este, todo lo que he redactado y publicado en al menos cuatro libros, les envío mis cordiales saludos
MARANA-THA