Eburnea
12/07/2012, 08:33
Por aquella larga senda,
que jamás se terminaba,
sin Norte ni rumbo fijo
lentamente caminaba.
En el borde del camino
tú, sentado bajo el sauce,
extendiste tu sonrisa
queriéndome dar alcance.
Y yo te miré a los ojos,
que reflejaban mi alma.
Te di la mano y sentí
ya toda mi vida en calma.
Alma Ebúrnea
que jamás se terminaba,
sin Norte ni rumbo fijo
lentamente caminaba.
En el borde del camino
tú, sentado bajo el sauce,
extendiste tu sonrisa
queriéndome dar alcance.
Y yo te miré a los ojos,
que reflejaban mi alma.
Te di la mano y sentí
ya toda mi vida en calma.
Alma Ebúrnea