Neftis
02/07/2012, 04:56
Las quejas casi siempre son las mismas.
El día es corto, se quieren hacer muchas cosas, pero al llegar la noche nos damos cuenta, que no hemos cumplido ni con la mitad de nuestros deseos, o de nuestras obligaciones, y es cuando invade esa impotencia al pensar que estamos o bien perdiendo facultades, o en el mejor de los casos somos conscientes que estamos adjudicando a nuestro cuerpo, más de lo que puede asimilar.
Prefiero apuntarme a lo segundo.Me hago el firme propósito de que cuando al día siguiente me levante, ya lo he programado para no tener que salir, porque no hay nada urgente fuera de casa para hacer, haré algo que me guste de verdad.Mañana sin falta lo dedicaré a escribir, porque me apetece. Porque mil ideas están transitando por mi cabeza, y necesito ponerlas en orden ante el ordenador.
Al despertar recuerdo muy bien la promesa que me hice ayer noche.Me conecto enseguida al PC.¿Pero… qué les ha ocurrido a todas mis ideas, que ayer bullían sin tregua?Hoy, precisamente hoy que lo tenía todo dispuesto, para dedicarme a escribir, ni un solo párrafo he sido capaz de explicar con una cierta gracia.Recuerdo vagamente lo que quería decir ayer, pero sólo son palabras sueltas sin sentido.
En el transcurso de la noche parece que se han desvanecido. Se me han ido probablemente junto con esos sueños que se recuerdan vagamente, sólo unas imágenes sin sentido. Total me he quedado en blanco.Pienso sin parar, en lo que quería decir ayer, pero no consigo hilvanar nada aceptable. Recuerdo más o menos de lo que quería hablar pero no encuentro las palabras.
Las letras del teclado se han declarado en huelga, junto con mi mente en una rebeldía absoluta.Precisamente hoy que tenía muchas horas para dedicarle a mis ideas, han volado.Y para darme ánimos me digo que iré siempre con papel y lápiz, para poder tener un borrador a mano, y cuando llegue ese día dedicado al PC, ponerlo a trabajar.No es cuestión de darle vacaciones, que luego por lo visto se le van las ganas de colaborar, y eso no está nada bienLAS QUEJAS.
Las quejas casi siempre son las mismas. El día es corto, se quieren hacer muchas cosas, pero al llegar la noche nos damos cuenta, que no hemos cumplido ni con la mitad de nuestros deseos, o de nuestras obligaciones, y es cuando invade esa impotencia al pensar que estamos o bien perdiendo facultades, o en el mejor de los casos somos conscientes que estamos adjudicando a nuestro cuerpo, más de lo que puede asimilar.
Prefiero apuntarme a lo segundo
.
Me hago el firme propósito de que cuando al día siguiente me levante, ya lo he programado para no tener que salir, porque no hay nada urgente fuera de casa para hacer, haré algo que me guste de verdad.
Mañana sin falta lo dedicaré a escribir, porque me apetece. Porque mil ideas están transitando por mi cabeza, y necesito ponerlas en orden ante el ordenador.
Al despertar recuerdo muy bien la promesa que me hice ayer noche.
Me conecto enseguida al PC.
¿Pero… qué les ha ocurrido a todas mis ideas, que ayer bullían sin tregua?
Hoy, precisamente hoy que lo tenía todo dispuesto, para dedicarme a escribir, ni un solo párrafo he sido capaz de explicar con una cierta gracia.
Recuerdo vagamente lo que quería decir ayer, pero sólo son palabras sueltas sin sentido. En el transcurso de la noche parece que se han desvanecido. Se me han ido probablemente junto con esos sueños que se recuerdan vagamente, sólo unas imágenes sin sentido. Total me he quedado en blanco.
Pienso sin parar, en lo que quería decir ayer, pero no consigo hilvanar nada aceptable. Recuerdo más o menos de lo que quería hablar pero no encuentro las palabras. Las letras del teclado se han declarado en huelga, junto con mi mente en una rebeldía absoluta.
Precisamente hoy que tenía muchas horas para dedicarle a mis ideas, han volado.
Y para darme ánimos me digo que iré siempre con papel y lápiz, para poder tener un borrador a mano, y cuando llegue ese día dedicado al PC, ponerlo a trabajar.
No es cuestión de darle vacaciones, que luego por lo visto se le van las ganas de colaborar, y eso no está nada bien
El día es corto, se quieren hacer muchas cosas, pero al llegar la noche nos damos cuenta, que no hemos cumplido ni con la mitad de nuestros deseos, o de nuestras obligaciones, y es cuando invade esa impotencia al pensar que estamos o bien perdiendo facultades, o en el mejor de los casos somos conscientes que estamos adjudicando a nuestro cuerpo, más de lo que puede asimilar.
Prefiero apuntarme a lo segundo.Me hago el firme propósito de que cuando al día siguiente me levante, ya lo he programado para no tener que salir, porque no hay nada urgente fuera de casa para hacer, haré algo que me guste de verdad.Mañana sin falta lo dedicaré a escribir, porque me apetece. Porque mil ideas están transitando por mi cabeza, y necesito ponerlas en orden ante el ordenador.
Al despertar recuerdo muy bien la promesa que me hice ayer noche.Me conecto enseguida al PC.¿Pero… qué les ha ocurrido a todas mis ideas, que ayer bullían sin tregua?Hoy, precisamente hoy que lo tenía todo dispuesto, para dedicarme a escribir, ni un solo párrafo he sido capaz de explicar con una cierta gracia.Recuerdo vagamente lo que quería decir ayer, pero sólo son palabras sueltas sin sentido.
En el transcurso de la noche parece que se han desvanecido. Se me han ido probablemente junto con esos sueños que se recuerdan vagamente, sólo unas imágenes sin sentido. Total me he quedado en blanco.Pienso sin parar, en lo que quería decir ayer, pero no consigo hilvanar nada aceptable. Recuerdo más o menos de lo que quería hablar pero no encuentro las palabras.
Las letras del teclado se han declarado en huelga, junto con mi mente en una rebeldía absoluta.Precisamente hoy que tenía muchas horas para dedicarle a mis ideas, han volado.Y para darme ánimos me digo que iré siempre con papel y lápiz, para poder tener un borrador a mano, y cuando llegue ese día dedicado al PC, ponerlo a trabajar.No es cuestión de darle vacaciones, que luego por lo visto se le van las ganas de colaborar, y eso no está nada bienLAS QUEJAS.
Las quejas casi siempre son las mismas. El día es corto, se quieren hacer muchas cosas, pero al llegar la noche nos damos cuenta, que no hemos cumplido ni con la mitad de nuestros deseos, o de nuestras obligaciones, y es cuando invade esa impotencia al pensar que estamos o bien perdiendo facultades, o en el mejor de los casos somos conscientes que estamos adjudicando a nuestro cuerpo, más de lo que puede asimilar.
Prefiero apuntarme a lo segundo
.
Me hago el firme propósito de que cuando al día siguiente me levante, ya lo he programado para no tener que salir, porque no hay nada urgente fuera de casa para hacer, haré algo que me guste de verdad.
Mañana sin falta lo dedicaré a escribir, porque me apetece. Porque mil ideas están transitando por mi cabeza, y necesito ponerlas en orden ante el ordenador.
Al despertar recuerdo muy bien la promesa que me hice ayer noche.
Me conecto enseguida al PC.
¿Pero… qué les ha ocurrido a todas mis ideas, que ayer bullían sin tregua?
Hoy, precisamente hoy que lo tenía todo dispuesto, para dedicarme a escribir, ni un solo párrafo he sido capaz de explicar con una cierta gracia.
Recuerdo vagamente lo que quería decir ayer, pero sólo son palabras sueltas sin sentido. En el transcurso de la noche parece que se han desvanecido. Se me han ido probablemente junto con esos sueños que se recuerdan vagamente, sólo unas imágenes sin sentido. Total me he quedado en blanco.
Pienso sin parar, en lo que quería decir ayer, pero no consigo hilvanar nada aceptable. Recuerdo más o menos de lo que quería hablar pero no encuentro las palabras. Las letras del teclado se han declarado en huelga, junto con mi mente en una rebeldía absoluta.
Precisamente hoy que tenía muchas horas para dedicarle a mis ideas, han volado.
Y para darme ánimos me digo que iré siempre con papel y lápiz, para poder tener un borrador a mano, y cuando llegue ese día dedicado al PC, ponerlo a trabajar.
No es cuestión de darle vacaciones, que luego por lo visto se le van las ganas de colaborar, y eso no está nada bien