Neftis
10/05/2012, 14:01
Era su mejor amiga la que se casaba, y en casa a la hora de la comida, hacía comentarios de todos los preparativos. El vestido, los regalos que iba recibiendo.
Entre ellas dos nunca habían existido secretos, eran como hermanas bien avenidas y parecía que las dos disfrutaban con aquella nueva situación.
Sólo le ocultó uno.
Nunca le dijo que su hermano mayor estaba enamorado en secreto de ella. Pensó que no era oportuno.
Su amiga ya había decidido con quien iba a compartir su vida.Pero cuando llegó el día, ella vestida con sus mejores galas, porque era una de las damas de honor, por primera vez vio a su hermano llorar, mientras le decía lleno de nostalgia, “ahora sí que la he perdido para siempre”.Y con esa sensación de angustia al ver a su hermano tan hundido, se dirigió a casa de su amiga, desde allí, irían todos a la iglesia. Con la alegría de todos los presentes, se le olvidó la pena de su hermano. Disfrutó de aquel día especial, bailó, se rio de todos los comentarios que se hacían.
Todo transcurrió perfectamente.Sólo cuando volvió a su casa, recordó las palabras del hermano. Y sintió que algo se rompía por dentro. Sus padres estaban callados y cabizbajos, no le preguntaron nada de cómo había transcurrido la fiesta. Le dieron una carta en la que pudo leer“Necesito estar solo, no me busquéis, y cuando vuelva, sólo os pido que no me hagáis preguntas”Pasaron tres largos días, en las que él permaneció desaparecido.¿Qué pensaría su amiga, si estuviera al corriente de este asunto? Y decidió que nunca llegaría a saberlo. Este sería el gran secreto que mantendría oculto a todos.
Cuando su hermano volvió, nadie preguntó nada. Fue él mismo quien anunció que había tomado la decisión de irse a trabajar muy lejos de allí. Se iba con su amigo a otro País.
Los dos hermanos se miraron.
Ni una palabra.
Pero los dos sabían que era una verdadera huida. En la despedida lo abrazó tan fuerte como pudo.
Entre ellas dos nunca habían existido secretos, eran como hermanas bien avenidas y parecía que las dos disfrutaban con aquella nueva situación.
Sólo le ocultó uno.
Nunca le dijo que su hermano mayor estaba enamorado en secreto de ella. Pensó que no era oportuno.
Su amiga ya había decidido con quien iba a compartir su vida.Pero cuando llegó el día, ella vestida con sus mejores galas, porque era una de las damas de honor, por primera vez vio a su hermano llorar, mientras le decía lleno de nostalgia, “ahora sí que la he perdido para siempre”.Y con esa sensación de angustia al ver a su hermano tan hundido, se dirigió a casa de su amiga, desde allí, irían todos a la iglesia. Con la alegría de todos los presentes, se le olvidó la pena de su hermano. Disfrutó de aquel día especial, bailó, se rio de todos los comentarios que se hacían.
Todo transcurrió perfectamente.Sólo cuando volvió a su casa, recordó las palabras del hermano. Y sintió que algo se rompía por dentro. Sus padres estaban callados y cabizbajos, no le preguntaron nada de cómo había transcurrido la fiesta. Le dieron una carta en la que pudo leer“Necesito estar solo, no me busquéis, y cuando vuelva, sólo os pido que no me hagáis preguntas”Pasaron tres largos días, en las que él permaneció desaparecido.¿Qué pensaría su amiga, si estuviera al corriente de este asunto? Y decidió que nunca llegaría a saberlo. Este sería el gran secreto que mantendría oculto a todos.
Cuando su hermano volvió, nadie preguntó nada. Fue él mismo quien anunció que había tomado la decisión de irse a trabajar muy lejos de allí. Se iba con su amigo a otro País.
Los dos hermanos se miraron.
Ni una palabra.
Pero los dos sabían que era una verdadera huida. En la despedida lo abrazó tan fuerte como pudo.