Neftis
05/04/2012, 04:34
CARICIAS
Voy en el transporte público y cosa extraña, no está lleno a rebosar, o quizás no tan raro debido a que no es hora punta. Me llaman la atención dos chicos jóvenes que están hablando apoyados en una de las barras de hierro verticales que sirven para que los viajeros no se caigan, en una maniobra a veces inesperada por su brusquedad.
Nada sería raro, si no fuera porque me fijo en aquellos muchachos que sin importarles demasiado lo que puedan pensar quienes como yo, les mira primero sin dar importancia, después con una cierta curiosidad. Aún no estamos acostumbrados por completo a estas demostraciones de afecto entre dos seres del mismo sexo.
Es casi una novedad.
Años atrás, seria sin dudarlo motivo para que alguien les llamara la atención. Y si ese alguien fuera un agente de la guardia civil, uno de los “grises” como se les llamaba por aquí, les podía caer una multa por escandalo público
Tienen las manos unidas. Uno de ellos va recorriendo la mano de su compañero, lo hace con suavidad, pasa las yemas de sus dedos por los nudillos del compañero.
Me gustaría saber de que están hablando. Sea lo que sea, es lo suficientemente dulce e íntimo, para que ellos dos sigan con las caricias.
Y me bajo del transporte público sin saber nada de su conversación, pero fuera la que fuera no cabe duda que a ellos dos les servía para transmitirse con el roce de sus manos, mayor énfasis a las palabras.
Los tiempos han cambiado mucho.
Voy en el transporte público y cosa extraña, no está lleno a rebosar, o quizás no tan raro debido a que no es hora punta. Me llaman la atención dos chicos jóvenes que están hablando apoyados en una de las barras de hierro verticales que sirven para que los viajeros no se caigan, en una maniobra a veces inesperada por su brusquedad.
Nada sería raro, si no fuera porque me fijo en aquellos muchachos que sin importarles demasiado lo que puedan pensar quienes como yo, les mira primero sin dar importancia, después con una cierta curiosidad. Aún no estamos acostumbrados por completo a estas demostraciones de afecto entre dos seres del mismo sexo.
Es casi una novedad.
Años atrás, seria sin dudarlo motivo para que alguien les llamara la atención. Y si ese alguien fuera un agente de la guardia civil, uno de los “grises” como se les llamaba por aquí, les podía caer una multa por escandalo público
Tienen las manos unidas. Uno de ellos va recorriendo la mano de su compañero, lo hace con suavidad, pasa las yemas de sus dedos por los nudillos del compañero.
Me gustaría saber de que están hablando. Sea lo que sea, es lo suficientemente dulce e íntimo, para que ellos dos sigan con las caricias.
Y me bajo del transporte público sin saber nada de su conversación, pero fuera la que fuera no cabe duda que a ellos dos les servía para transmitirse con el roce de sus manos, mayor énfasis a las palabras.
Los tiempos han cambiado mucho.