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Davidmor
06/02/2012, 15:54
La razón por la cual surge esta pregunta es que Jesús dijo en cierta ocasión: “Así como Jonás estuvo en el vientre del gran pez tres días y tres noches, así el Hijo del hombre estará en el corazón de la tierra tres días y tres noches.” (Mat. 12:40) Muchos lectores de la Biblia consideran que eso significa tres días y tres noches completos, o setenta y dos horas. Sin embargo, la evidencia bíblica muestra que el período de tiempo que Jesús estuvo en la tumba fue de menos de setenta y dos horas.

Jesús murió el 14 de Nisán, día de la Pascua, en el día que ahora se conoce como viernes. Y temprano en la mañana del día que ahora se llama domingo ya había sido levantado de entre los muertos. El relato de Marcos dice: “Muy de mañana, el primer día de la semana, vinieron [María Magdalena, María la madre de Santiago, y Salomé] a la tumba conmemorativa, cuando el sol había salido. . . . Cuando entraron en la tumba conmemorativa, vieron a un joven sentado a la derecha, vestido de una ropa larga blanca, y se aturdieron. Él les dijo: ‘Dejen de aturdirse. Ustedes buscan a Jesús el nazareno, el que fue fijado en un madero. Fue levantado, no está aquí.’”—Mar. 16:2-6; Juan 20:1.

Si Mateo 12:40 significa tres días completos de veinticuatro horas, ¿cuándo hubiera sido enterrado Jesús? Contando hacia atrás setenta y dos horas desde temprano el domingo por la mañana, llegaríamos a temprano el jueves por la mañana. Pero puesto que
Jesús murió alrededor de las tres de la tarde, tendría que haber sido colocado en la tumba el miércoles por la tarde. (Mat. 27:46, 50) Sin embargo, el relato bíblico en cuanto a la muerte y resurrección de Jesucristo no sugiere de ninguna manera que el período envuelto se haya extendido desde el miércoles hasta el domingo. Entonces, examinemos la evidencia.

La razón por la cual las mujeres fueron a la tumba fue para untar el cuerpo de Jesús con especias. Compraron algunas de estas especias inmediatamente después del sábado. (Mar. 16:1; compare con Lucas 23:56.) ¿Qué sábado o día de descanso pudo haber sido éste? Si el 14 de Nisán se hubiera extendido hasta incluir la tarde del miércoles, esto haría del jueves 15 de Nisán el primer día de la Fiesta de Tortas no Fermentadas y por consiguiente también un día de descanso o sábado. (Lev. 23:5-7) El siguiente sábado hubiera sido el sábado semanal, comenzando al anochecer del viernes y extendiéndose hasta el anochecer del sábado, puesto que los días judíos comenzaban al ponerse el Sol.

No parece razonable que María Magdalena, María la madre de Santiago, y Salomé hubieran comprado especias inmediatamente
después del 15 de Nisán (al anochecer del jueves, según tal cómputo) y entonces hubieran esperado hasta temprano en la mañana del 18 de Nisán (domingo) para ir a la tumba de Jesús. Eso hubiera sido más de tres días y medio completos desde la muerte de Jesús. Cualquier untadura con especias entonces hubiera sido de muy poco valor para el cadáver. (Vea Juan 11:39.)

También parecería realmente raro que las mujeres hubieran dejado pasar sin hacer nada el 16 de Nisán (un día que no hubiera sido sábado) y luego se hubieran apresurado a la tumba tan pronto como se les hubiera hecho posible el domingo 18 de Nisán por la mañana.

En vista de estos factores que apoyan el hecho de que hubo un período de menos de tres días completos entre el entierro y la resurrección de Jesús, surge la pregunta: ¿Por qué pudo decir Jesús que el “Hijo del hombre estará en el corazón de la tierra tres días y tres noches”? (Mat. 12:40) Esto se debe a que la expresión “tres días y tres noches” se puede referir a partes de tres días, como se muestra claramente en 1 Samuel 30:12, 13. Bajo el encabezamiento “Día,” The Jewish Encyclopedia dice: “En la vida comunal judía a veces parte de un día se computa como un día; v.g., el día del funeral, aun cuando este acontezca a últimas horas de la tarde, se considera como el primero de los siete días de duelo; un período corto en la mañana del séptimo día se considera como el séptimo día; la circuncisión acontece al octavo día; aunque solo hubiesen quedado unos cuantos minutos del primer día después de nacer el niño, se les contaba como un día.” En armonía con esto, como declara el comentarista bíblico Lightfoot, tres días y tres noches “abarcaban cualquier parte del primer día; toda la siguiente noche; el día siguiente y su noche; y cualquier parte del día subsiguiente o tercero.” ¿Fue esto lo que sucedió en el caso de Jesús?

La respuesta a esta pregunta se hace evidente una vez que se determina el año en el cual murió Jesús. Al conocer el año, se pueden hacer cálculos en armonía con los principios del calendario judío para determinar el día de la semana en el cual cayó el 14 de Nisán, aun allá en el primer siglo E.C. Felizmente la Biblia suministra suficiente evidencia para fijar el año.

Conforme a Lucas 3:1, Juan el Bautista comenzó su ministerio “en el año decimoquinto del reinado de Tiberio César.” Como Lucas usó una palabra griega que significa literalmente “gobernación,” algunos han llegado a la conclusión de que debe calcularse que el “año decimoquinto” empezó desde el tiempo en que Tiberio fue corregente de Augusto. Por consiguiente, colocarían el principio del ministerio de Jesús en 27 E.C. Sin embargo, es asunto debatido exactamente cuándo comenzó tal corregencia.

Aunque hay incertidumbre en cuanto al principio de la corregencia, el principio del reinado de Tiberio como César está bien establecido. La fecha es 17 de agosto de 14 E.C. (calendario gregoriano). Por consiguiente, el año decimoquinto se extendió desde el 17 de agosto de 28 E.C. hasta el 16 de agosto de 29 E.C. Esto fijaría el principio del ministerio de Jesús en 29 E.C., aproximadamente seis meses después que Juan el Bautista empezó su actividad. Fue originalmente al tiempo de su bautismo que
Jesús fue ungido por el espíritu de Dios, llegando a ser así el Mesías o Cristo prometido. La profecía bíblica predijo específicamente el tiempo exacto para este acontecimiento. (Dan. 9:25) Y el aplicar esa profecía a los datos históricos también señala a 29 E.C. como el tiempo para el aparecimiento del Mesías.—Vea el libro Aid to Bible Understanding, págs. 137, 328-331, 348.

Daniel 9:27 indica que a la mitad de la “semana,” o tres años y medio después de comenzar su ministerio, Mesías ‘haría que cesara el sacrificio y la ofrenda de dádiva.’ Esto lo hizo entregando su propia vida en sacrificio, haciendo así que todos los sacrificios animales quedaran sin valor a los ojos de Dios. De acuerdo con esto, su ministerio como Mesías duró tres años y medio, extendiéndose desde el otoño de 29 E.C. hasta el mes primaveral de Nisán en el año 33 E.C. Según se ha establecido por medio de cálculos, en el año 33 E.C. el día de la Pascua ó 14 de Nisán empezó al anochecer del jueves y se extendió hasta el anochecer del viernes.
Esto armoniza bien con los relatos bíblicos en cuanto a la muerte y resurrección de Jesucristo. Jesús murió el viernes por la tarde y fue enterrado antes que comenzara el sábado. En vista de esto, el sábado semanal coincidió con el primer día de la Fiesta de Tortas no Fermentadas, que también era día de descanso o sábado. Es lógico, pues, que por eso es que la Biblia llama al día siguiente de la muerte de Jesús un sábado “grande.” (Juan 19:31, 42; Mar. 15:42, 43; Luc. 23:54) Tan pronto como terminó aquel sábado (que sería al ponerse el Sol el 15 de Nisán) María Magdalena, María la madre de Santiago, y Salomé compraron especias adicionales para untar el cuerpo de Jesús. Su oportunidad más temprana para usar las especias llegó el domingo 16 de Nisán por la mañana, al despuntar el alba. Para ese tiempo Jesús ya había sido resucitado, después de haber estado en la tumba durante partes de tres días.

Y este punto de vista bíblico de los asuntos está en armonía con las numerosas declaraciones bíblicas en el sentido de que Jesús fue levantado “al tercer” día, no al cuarto día.—Mat. 16:21; 17:23; 20:19; Luc. 9:22; 18:33; 24:7, 21, 46; Hech. 10:40; 1 Cor. 15:4. Vea también el artículo “Las primicias de la resurrección,” que se publicó en La Atalaya con fecha del 1 de septiembre de 1944, en particular desde el subtítulo “Las primicias identificadas” (pág. 262 en adelante hasta el fin del artículo).

[Notas]

Algunos quizás aleguen que Mateo 28:1 prueba que hubo dos días de descanso o sábados separados entre el tiempo de la muerte y resurrección de Jesús. Ese texto dice: “Después del sábado [literalmente, sábados], cuando esclarecía el primer día de la semana.” Sin embargo, el hecho de que se use el plural en el griego no demuestra que hubo más de un sábado envuelto en el caso. Según autoridades respetadas, como A Greek-English Lexicon por H. G. Liddell y Robert Scott, la forma plural a menudo se refiere a un solo día. También, el plural “sábados” se usa en la Biblia para designar una semana. (Mar. 16:2; Luc. 24:1; Juan 20:1, 19; Hech. 20:7) Es por eso que Rotherham vierte Mateo 28:1: “Y a fines de la semana cuando estaba a punto de amanecer el primer día de la semana.”

Indicando la incertidumbre que existe, The International Standard Bible Encyclopaedia declara: “En 13 AC (o según Mommsen 11 AC) T[iberio] fue elevado a la corregencia por una ley especial.” También puede notarse que, aunque Tiberio estuvo asociado con Augusto en la gobernación, no fue sino hasta que gobernó solo que comenzó a reinar como César. Lógicamente, por lo tanto, el ‘año decimoquinto de Tiberio César’ fue el verdadero año decimoquinto de su reinado. Aunque él mismo favorece la cuenta del año decimoquinto desde el tiempo de la corregencia, el docto holandés J. J. Van Oosterzee reconoce: “Ciertamente los años reinantes de un emperador romano por lo común se fechaban desde el tiempo en que gobernaba solo.”