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Ver la versión completa : El mundo está cambiando. ¿Qué futuro nos espera?



Davidmor
25/01/2012, 14:18
SI NUESTRO mundo ha de cambiar para bien, ¿qué opciones tenemos? Una posibilidad es creer que con el tiempo los gobernantes y caudillos del mundo se volverán altruistas y empezarán a conducir a la humanidad hacia la tolerancia mutua, la comprensión y la paz.

Eso significa creer que el tribualismo y el nacionalismo serán erradicados y reemplazados por una actitud supranacional que produzca armonía en el mundo.

También implica creer que los dirigentes de las economías capitalistas reconocerán que pensar solo en el beneficio propio no es una ética adecuada en un mundo con tanto desempleo, tantas personas sin hogar y tantos gastos médicos.
Además, significa creer que todos los fabricantes de armas del mundo empezarán a anhelar que haya paz mundial y batirán sus
espadas en rejas de arado.

No solo eso, también significa que los elementos criminales del mundo —incluidos los jefes de la Mafia, los jefes de las organizaciones delictivas orientales y los magnates sudamericanos de la droga— se arrepentirán y empezarán una nueva vida.

En otras palabras, significa creer en una utopía de inspiración humana: un sueño imposible. Si se excluye a Dios del cuadro, nos encontramos en una situación similar a la que describió el historiador Paul Johnson en su libro A History of the Modern World (Una historia del mundo moderno). Él escribió que uno de los males subyacentes que han contribuido a los “catastróficos fracasos y tragedias” de nuestro siglo es “la arrogante creencia de que el ser humano resolverá todos los misterios del universo mediante su propio intelecto y sin ayuda alguna”. (Compárese con Isaías 2:2-4.)

Pero hay una alternativa válida para un cambio positivo. Es la de creer que el Creador de la Tierra, el Dueño de nuestro planeta, el Magnífico Arquitecto de los cambios, Jehová Dios, intervendrá en los asuntos humanos a fin de salvar su obra. La historia bíblica indica que en el pasado Dios intervino para llevar a cabo sus propósitos, y la profecía bíblica muestra que pronto intervendrá de nuevo para cumplir el propósito que originalmente tenía para la humanidad y la Tierra. (Isaías 45:18.)

Una Fuente incomparable de información fidedigna

El profeta bíblico Isaías dice cuál es la Fuente incomparable de verdadero conocimiento sobre lo que el futuro deparará a la humanidad: “Acuérdense de las primeras cosas de mucho tiempo atrás, que yo soy el Divino y no hay otro Dios, ni nadie semejante a mí; Aquel que declara desde el principio el final, y desde hace mucho las cosas que no se han hecho”. (Isaías 46:9-11.)

¿Por qué conoce de antemano Jehová Dios los sucesos que van a afectar a la humanidad? Isaías responde de nuevo: “Como los cielos son más altos que la tierra, así mis caminos son más altos que los caminos de ustedes, y mis pensamientos que los pensamientos de ustedes”. Los pensamientos de Dios para el futuro de la humanidad aparecen expresados en la Biblia. (Isaías 55:9.)

“Tiempos críticos, difíciles de manejar”

¿Qué ha predicho la Palabra de Dios, la Biblia, para nuestra generación? El apóstol cristiano Pablo dijo: “Mas sabe esto, que en los últimos días se presentarán tiempos críticos, difíciles de manejar”. (2 Timoteo 3:1.) Desde 1914 y la I Guerra Mundial hemos estado viviendo en tiempos más y más críticos. El egoísmo, la codicia y el ansia de poder que tiene el hombre le han conducido a cometer atrocidades cada vez peores, no solo contra su prójimo, sino también contra la propia naturaleza. La indiferencia del hombre hacia el medio ambiente está amenazando la futura existencia de sus hijos y nietos.

El ex presidente de Checoslovaquia, Vaclav Havel, resaltó este serio peligro al escribir acerca de las condiciones que reinaban en ese país. En realidad, sus palabras aplican a todo el mundo: “Estas no son más que las consecuencias de [...] la actitud del hombre hacia el mundo, hacia la naturaleza, hacia otros seres humanos, hacia la vida misma. Son las consecuencias [...] de la arrogancia del hombre moderno, que cree que lo entiende y lo sabe todo, que se erige en amo de la naturaleza y del mundo. [...]
Ese era el pensar del hombre que rehusó reconocer que hubiera algo [...] superior a sí mismo”.

El ya citado Al Gore escribió: “Estoy convencido de que muchas personas han perdido su fe en el futuro, pues estamos empezando a actuar en casi toda faceta de nuestra civilización como si nuestro futuro fuera tan precario que tuviera más sentido centrarse exclusivamente en nuestras necesidades actuales y en los problemas inmediatos”. (Earth in the Balance.) Parece claro que predomina una visión pesimista del futuro.

Esta situación se ha presentado en parte porque se ha cumplido lo que Pablo pasó a decir: “Los hombres serán amadores de sí mismos, amadores del dinero, presumidos, altivos, blasfemos, desobedientes a los padres, desagradecidos, desleales, sin tener cariño natural, no dispuestos a ningún acuerdo, calumniadores, sin autodominio, feroces, sin amor del bien, traicioneros, testarudos, hinchados de orgullo, amadores de placeres más bien que amadores de Dios, teniendo una forma de devoción piadosa, pero resultando falsos a su poder; y de estos apártate”. (2 Timoteo 3:2-5.)

Una alternativa mejor

Pero Dios se ha propuesto que las cosas cambien en esta Tierra, y que sea para bien. Ha prometido que traerá “nuevos cielos y una nueva tierra [...], y en estos la justicia habrá de morar”. (2 Pedro 3:13.) Para restaurar esta Tierra contaminada a una condición paradisiaca, Jehová Dios primero tiene que “causar la ruina de los que están arruinando la tierra”. (Revelación 11:18.)

¿Cómo lo hará?

Con un lenguaje simbólico, la Biblia indica que Dios pronto pondrá en el corazón de los elementos políticos, incluidas las Naciones Unidas, el deseo de destruir el poder y prestigio de lo que probablemente ha sido la fuerza más negativa de la historia de la humanidad: la influencia nacionalista y divisiva de la religión en toda la Tierra. Según escribió Martin van Creveld en su libro The Transformation of War (La transformación de la guerra), “todo parece indicar que las actitudes, creencias y fanatismos religiosos desempeñarán un papel más importante en originar conflictos armados del que ha desempeñado, por lo menos en Occidente, durante los últimos trescientos años”. La religión, posiblemente debido a su intromisión en la política, va a sufrir a manos de las potencias políticas. Pero estas estarán cumpliendo inconscientemente con la voluntad de Dios. (Revelación 17:16, 17; 18:21, 24.)

La Biblia también indica que seguidamente Dios dirigirá su atención a los elementos políticos bestiales y explotadores del corrupto sistema mundial de Satanás, contra los que peleará su guerra final, es decir, la batalla de Armagedón. Una vez eliminados los despiadados sistemas políticos y su gran manipulador, Satanás, se habrá abierto el camino para el pacífico nuevo mundo que Dios ha prometido. (Revelación 13:1, 2; 16:14-16.)

Los testigos de Jehová llevan casi ochenta años predicando de casa en casa acerca de estos cambios venideros. Durante ese
tiempo también han visto y experimentado los muchos cambios que la humanidad ha producido. Han estado recluidos en prisiones y campos de concentración nazis debido a sus principios basados en la Biblia. En muchas partes de África han sufrido toda clase de penalidades, incluidas guerras civiles y contiendas tribuales. Han aguantado persecución a manos de la mayoría de los sistemas políticos y religiosos debido a su neutralidad y su celosa actividad de predicar. Pese a todo, han visto la bendición de Dios en su obra educativa mundial, pues de unos pocos miles en 1914 han aumentado a alrededor de cuatro millones y medio en 1993.

Razones para el optimismo

En lugar de dejarse vencer por el pesimismo, los Testigos son optimistas porque saben que pronto se producirán en la Tierra los cambios más grandes y mejores de toda la historia. Lo que ha sucedido a partir de 1914 ha cumplido las profecías de Jesús, que señalaron el tiempo de su presencia invisible en el poder del Reino e indicaron que nos encontramos en el tiempo del fin para cualquier “nuevo desorden mundial” de concepción humana, expresión que cierto escritor francés empleó en el periódico Le Monde al hablar de las perspectivas que había para el futuro inmediato. Jesús dijo: “Cuando vean suceder estas cosas, sepan que el reino de Dios está cerca”. (Lucas 21:7-32.)

El “nuevo orden mundial” del hombre es vulnerable a los defectos de la naturaleza humana: ambición, ansia de poder, codicia, corrupción e injusticia. Pero el nuevo mundo de Dios garantizará la justicia. En la Biblia está escrito lo siguiente respecto a Dios: “La Roca, perfecta es su actividad, porque todos sus caminos son justicia. Dios de fidelidad, con quien no hay injusticia; justo y recto es él”. (Deuteronomio 32:4.)

El “nuevo orden mundial” del hombre es vulnerable a lo que McGeorge Bundy, experto estadounidense en política exterior, denominó “sentimientos nacionalistas estrechos a los que los demagogos pueden apelar”. Y añadió: “La historia nos ha enseñado que los fracasos económicos y sociales pueden fortalecer a tales extremistas. También sabemos que, sin importar dónde se produzca, esa clase de nacionalismo es peligrosa”.

El nuevo mundo de Dios garantiza armonía y paz entre personas de todas las tribus y naciones porque serán educadas según los caminos de imparcialidad y amor de Jehová. Isaías profetizó: “Y todos tus hijos serán personas enseñadas por Jehová, y la paz de tus hijos será abundante”. (Isaías 54:13.) Y el apóstol cristiano Pedro dijo: “Con certeza percibo que Dios no es parcial, sino que, en toda nación, el que le teme y obra justicia le es acepto”. (Hechos 10:34, 35.)

No hay duda de que en el futuro inmediato se producirán grandes cambios en el mundo tal y como lo conocemos hoy. Sin embargo, los cambios más grandes, que serán permanentes y beneficiosos, son los que Dios ha prometido, y él “no puede mentir”. (Tito 1:2.)

[Notas a pie de página]
El imperio mundial de la religión falsa se identifica en la Biblia como “Babilonia la Grande, la madre de las rameras”, una reina manchada de sangre cuyos “pecados se han amontonado hasta llegar al cielo”. (Revelación 17:3-6, 16-18; 18:5-7.) Si se desea una explicación detallada de la identificación de Babilonia la Grande, véanse las páginas 368-371 del libro El hombre en busca de Dios, publicado por Watchtower Bible and Tract Society of New York, Inc.

Si se desea una explicación más detallada de estos sucesos profetizados en la Biblia, véanse los capítulos 30-42 del libro Apocalipsis... ¡se acerca su magnífica culminación!, publicado en 1988 por Watchtower Bible and Tract Society of New York, Inc.