Caracolamarina
19/01/2012, 10:04
Qué es la memoria?
La memoria es un proceso biológico y psicológico que implica la capacidad de recordar un evento después de sucedido. Las personas tenemos la habilidad de procesar información a partir de lo que percibimos, de la experiencia y de las interpretaciones que hacemos sobre la información que recibimos. A eso se le llama capacidad cognitiva y sus funciones más estudiadas son: la memoria, la atención, la información a la que accedemos a partir de observar y reconocer dónde estamos y el lenguaje. Nuestro cerebro es capaz de aprender nuevas habilidades a través del uso eficiente de estas funciones.
“A partir de los 40 años hay una pérdida en la capacidad cognitiva, no solamente de la memoria sino también de la capacidad para prestar atención y poder concentrarse, pero mientras no interfieran en nuestra vida cotidiana, no son un problema,- explica el doctor Conrado Estol, neurocirujano y presidente de la Asociación de Neurociencias de la Asociación Médica Argentina. Dentro del proceso de envejecimiento normal existe un deterioro de la memoria que se acentúa a partir de los 65 años pero, normalmente, no afecta la vida diaria. Los problemas de memoria comienzan a ser serios, y se alejan del envejecimiento normal, cuando la vida diaria de quien los padece se ve comprometida, cuando afectan su trabajo y la relación con su entorno. En ese caso, donde el cambio es tan marcado como para que las personas que nos rodean lo noten, es aconsejable hacer una consulta.
Olvidos frecuentes
Cuando una persona está pasando por períodos de estrés prolongado, se abruma y se produce una saturación que desemboca en pequeños olvidos que son muy diferentes de la pérdida de memoria que se da a partir de una enfermedad.
“Habitualmente los olvidos generados por el estrés se dan de forma más abrupta y en personas más jóvenes generando preocupación en quienes los sufren. Con ayuda pueden recuperar la información perdida. Cuando los olvidos comienzan a aparecer de forma insidiosa y sin que las personas lo perciban, a edades más avanzadas, pueden ser una señal de alarma de un cuadro de mayor gravedad”, indica el doctor Pablo Richly, director de la Clínica de Memoria de INECO.
Si la pérdida de memoria está asociada a una enfermedad, el diagnóstico precoz ayuda a hacer más lenta su evolución y a afinar el tratamiento, por eso es importante estar atentos a los cambios. Este trastorno puede tener diversas causas como las enfermedades degenerativas (Alzheimer, por ejemplo), los accidentes cerebrovasculares y los traumatismos de cráneo. También puede acompañar a la depresión, a los trastornos de ansiedad, al déficit de atención e hiperactividad del adulto o pueden aparecer como efectos adversos de alguna medicación. “La afectación de la memoria varía de acuerdo a la causa que lo produce. No siemprEjercicios mentalesAl cerebro, al igual que al cuerpo, es necesario ejercitarlo. “En la juventud, el cerebro se enfrenta con constantes situaciones de cambio y desafío pero con el paso del tiempo tendemos a restringir nuestras actividades a aquellas situaciones que conocemos y con las cuales nos sentimos cómodos. De esta manera el cerebro se encuentra menos estimulado lo cual limita su óptimo funcionamiento -explica la licenciada Teresa Torralva, jefa de Neuropsicología y Rehabilitación Cognitiva de INECO-, la actividad y el ejercicio mental permiten mantener la mente en forma”.
En los últimos años se han desarrollado programas específicos para la estimulación cognitiva que han demostrado tener una efectividad similar a las medicaciones que hoy existen para la memoria. Estos programas desarrollan escenarios en los que se estimula la memoria visual, verbal, la coordinación motora fina, la fluidez del lenguaje y la concentración.
“Si bien toda actividad es buena, como cualquier ejercicio físico es bueno para el cuerpo, la estimulación cognitiva con programas específicos es muy efectiva. -explica el doctor Estol-. A mayor actividad cognitiva (esto incluye todo estímulo de intercambio social, lectura, cine y juegos, etcétera) a lo largo de la vida y, especialmente durante la niñez, mayor protección contra el desarrollo de enfermedades de la memoria”.Mente activae es fácil distinguir esa causa”, agrega Richly.
La memoria es un proceso biológico y psicológico que implica la capacidad de recordar un evento después de sucedido. Las personas tenemos la habilidad de procesar información a partir de lo que percibimos, de la experiencia y de las interpretaciones que hacemos sobre la información que recibimos. A eso se le llama capacidad cognitiva y sus funciones más estudiadas son: la memoria, la atención, la información a la que accedemos a partir de observar y reconocer dónde estamos y el lenguaje. Nuestro cerebro es capaz de aprender nuevas habilidades a través del uso eficiente de estas funciones.
“A partir de los 40 años hay una pérdida en la capacidad cognitiva, no solamente de la memoria sino también de la capacidad para prestar atención y poder concentrarse, pero mientras no interfieran en nuestra vida cotidiana, no son un problema,- explica el doctor Conrado Estol, neurocirujano y presidente de la Asociación de Neurociencias de la Asociación Médica Argentina. Dentro del proceso de envejecimiento normal existe un deterioro de la memoria que se acentúa a partir de los 65 años pero, normalmente, no afecta la vida diaria. Los problemas de memoria comienzan a ser serios, y se alejan del envejecimiento normal, cuando la vida diaria de quien los padece se ve comprometida, cuando afectan su trabajo y la relación con su entorno. En ese caso, donde el cambio es tan marcado como para que las personas que nos rodean lo noten, es aconsejable hacer una consulta.
Olvidos frecuentes
Cuando una persona está pasando por períodos de estrés prolongado, se abruma y se produce una saturación que desemboca en pequeños olvidos que son muy diferentes de la pérdida de memoria que se da a partir de una enfermedad.
“Habitualmente los olvidos generados por el estrés se dan de forma más abrupta y en personas más jóvenes generando preocupación en quienes los sufren. Con ayuda pueden recuperar la información perdida. Cuando los olvidos comienzan a aparecer de forma insidiosa y sin que las personas lo perciban, a edades más avanzadas, pueden ser una señal de alarma de un cuadro de mayor gravedad”, indica el doctor Pablo Richly, director de la Clínica de Memoria de INECO.
Si la pérdida de memoria está asociada a una enfermedad, el diagnóstico precoz ayuda a hacer más lenta su evolución y a afinar el tratamiento, por eso es importante estar atentos a los cambios. Este trastorno puede tener diversas causas como las enfermedades degenerativas (Alzheimer, por ejemplo), los accidentes cerebrovasculares y los traumatismos de cráneo. También puede acompañar a la depresión, a los trastornos de ansiedad, al déficit de atención e hiperactividad del adulto o pueden aparecer como efectos adversos de alguna medicación. “La afectación de la memoria varía de acuerdo a la causa que lo produce. No siemprEjercicios mentalesAl cerebro, al igual que al cuerpo, es necesario ejercitarlo. “En la juventud, el cerebro se enfrenta con constantes situaciones de cambio y desafío pero con el paso del tiempo tendemos a restringir nuestras actividades a aquellas situaciones que conocemos y con las cuales nos sentimos cómodos. De esta manera el cerebro se encuentra menos estimulado lo cual limita su óptimo funcionamiento -explica la licenciada Teresa Torralva, jefa de Neuropsicología y Rehabilitación Cognitiva de INECO-, la actividad y el ejercicio mental permiten mantener la mente en forma”.
En los últimos años se han desarrollado programas específicos para la estimulación cognitiva que han demostrado tener una efectividad similar a las medicaciones que hoy existen para la memoria. Estos programas desarrollan escenarios en los que se estimula la memoria visual, verbal, la coordinación motora fina, la fluidez del lenguaje y la concentración.
“Si bien toda actividad es buena, como cualquier ejercicio físico es bueno para el cuerpo, la estimulación cognitiva con programas específicos es muy efectiva. -explica el doctor Estol-. A mayor actividad cognitiva (esto incluye todo estímulo de intercambio social, lectura, cine y juegos, etcétera) a lo largo de la vida y, especialmente durante la niñez, mayor protección contra el desarrollo de enfermedades de la memoria”.Mente activae es fácil distinguir esa causa”, agrega Richly.