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Ver la versión completa : TESELAS, de Juan Peña, Ed. AE, Jerez, 2008



ampara
02/01/2012, 11:19
Juan Peña
Teselas
AE, Jerez, 2008

LA LEVEDAD DEL SER (reseña aparecida en el nº 75 de la revista Clarín (Oviedo))

Últimamente parecen haberse puesto de moda las breverías poéticas, aforísticas y búdicas. Pues bien, acaso nadie, y no creo exagerar, domine estas distancias cortas como Peña. Para ilustrar esta afirmación permítaseme una salida de tono: lean las Quadras que publicó Hiparión en 2006 (desprejuíciense de su autor, si les es posible), luego lean estas Teselas, y sabrán de qué les hablo.

Peña ya dio muestras de su grandeza mínima en sus dos libros de letras flamencas, pero es ahora, en estos brevísimos poemas esenciales, cuando su autor nos ha dejado lo más depurado y delicado de su obra: poemas de cuatro versos de arte menor que se abren con la sutileza plástica y sugestiva del haiku, que se elevan y ahondan con reflexiones de apabullante clarividencia.

Una de las peculiaridades de estas Teselas radica en su hibridismo de géneros y tradiciones: lo popular y lo culto, el minimalismo sensitivo del haiku, la gravedad del aforismo, la prestidigitación de la greguería, la contundencia expresiva de la letra flamenca, la placidez sedente del pensamiento oriental.

En ocasiones, leyendo estas páginas, hemos tenido la sensación de haber hallado esas últimas verdades que andábamos buscando:

“Siempre habrá de ser la misma
la eterna historia del hombre:
los sueños que no se cumplen
o cumplidos se corrompen.

No busques la verdad
más allá de los cuerpos.
Lo más sabio es la piel
que aprendes con los dedos”.

La templanza y la serenidad, que como un poso acaban dejándonos estos versos, se deben a una visión de la vida como armónica e indisoluble conjunción de contrarios: el asombro y la decepción, el júbilo y el hastío, la plenitud y la devastación en que consiste estar vivo (esa misma idea ya se evidenciaba en el propio título, Los placeres melancólicos, de su anterior libro):

“No hay misterio ni belleza
que no alcancen tu mirada
y que no toquen tus manos.
Eso es todo, y se acaba”.

Todo un tratado sobre el arte podría desarrollarse a partir de algunas teselas:

“Cuántas veces la vida
se nos escapa
por no hallar las palabras
donde guardarla.

Leyendo una novela
o viendo una película
soy Dios: no muero, miro,
me salgo de la vida.

El arte debe ser luz
que ilumina y no deslumbra.
El arte no aclara nada,
en lo oscuro crea penumbras.

Habrás de leer mil libros,
saber de estrofas y oxímoron,
y mantener la pureza
de la mirada de un niño”.

Una particularidad de Peña, que ya pusimos de manifiesto en otra ocasión, es su actitud incisiva e iconoclasta hacia aquellas ideas preconcebidas y dadas como incuestionables, y que Peña se encargará de desbaratar y volver patas arriba:

“Forajidos, piratas
(vulgares asesinos).
De libertad y audacia
hoy son leyenda y mito”.

Llegará incluso a reducir a puro artificio la supuesta presuntuosidad de algunas de sus teselas, mostrándolas como simples juegos malabares que quisieran ofrecernos como verdad lo que no vendría a ser más que una acicalada componenda de sofismas:

“Proverbios, dichos, refranes,
sentencias: sólo una forma
de articular con palabras
una pirueta ingeniosa”.
(Algo que recuerda a aquella maldad de Ramón J. Sender: “La conducta inteligente de los hombres está hecha de un mosaico de tonterías bien ensambladas, y el ensamblaje es lo que cuenta”.

Pero a veces Homero dormita, y algunas teselas hubieran merecido haber acabado en las sentinas del olvido. Véase, si no, la imagen un tanto vulgar y trillada de la segunda tesela de la pagina 35 y de la tercera tesela de la página 39; o esos inanes chascarrillos cómicos que leemos en las páginas 79 y 80.

Teselas, a excepción de esa media docena de excrecencias, con su vocación de prontuario medieval que buscara contener todo el saber del mundo, es uno de los libros más hermosos y gozosamente sapienciales que jamás hayamos leído.

Juan Peña, dotado del don de la transparencia, la sencillez y la concisión, hace de esta obra un prodigioso ejercicio de revelación y sugerencia.

Pedro Bohórquez

Caracolamarina
03/01/2012, 11:56
Excelente el post...Gracias por darnos a conocer a los legos, como yo...estos poemas esenciales como se les llama, ...ni un haiku, ni un aforismo...un compendio del pensamiento...
“No hay misterio ni belleza
que no alcancen tu mirada
y que no toquen tus manos.
Eso es todo, y se acaba”.

Gracias y esperamos..más...ampara...No nos dejes ""con el sabor...de lo mínimo leído...

Saludos cordiales.