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Ver la versión completa : El nóumeno en Kant



Victor Viera
13/12/2011, 20:39
Hola a todos, como estan. Veo que es un foro muy interesante y quiero plantear un tema que me resulta complejo para ver si les interesa comentarlo.

Kant, en su "Crítica de la Razón Pura", afirma que el ser humano no puede conocer la "cosa en sí", es decir, no podemos conocer las cosas como realmente son (noúmeno), sino como se nos presentan (fenómeno). Ahora bien, si el noúmeno no lo podemos conocer, ¿como sabemos que existe? ¿como podemos nombrarlo?

¿Por qué afirma Kant que no podemos conocer el nóumeno? Esa es una cuestión que no he podido encontrar explicada en el libro, si alguno puede tentar una respuesta sería genial.

ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
14/12/2011, 08:43
El noúmeno es un problema del mundo inteligible, no está en la experiencia.

Sabemos que existe porque lo podemos pensar pero no lo podemos conocer. El mundo inteligible guarda, dicho así, una distancia íntima con el mundo sentido y fenoménico. Para que el mundo fuese pensado de igual manera que es conocido debiera guardar una misma extensión; el mundo del pensamiento y el del objeto de este debieran ser el mismo.

En las categorías del pensamiento no hay sitio que permita hacer diversa una experiencia sin el trato inmediato con esa misma experiencia. Las categorías a priori permiten la forma de la experiencia, no su contenido. Usted puede pensar a priori cosas como esto y lo otro, pero no puede pensar a priori que su cara es distinta de la mía. Formalmente, las caras son iguales; son caras.

No podemos conocer el noúmeno porque el contenido del pensamiento no es el mismo que el contenido del conocimiento. El principio por el que puede dividir el espacio infinitamente no es el mismo por el que va andando de un sitio a otro. Si andar fuese sólo inteligible, usted podría, perfectamente, andar sin moverse de sitio. Para que pudiésemos conocer el noúmeno debiéramos conocer íntimamente, que no hubiese ninguna distancia intermedia. Sobre esta misma cuestión he propuesto en otros temas varias ideas problemáticas sobre la raíz del pensamiento y la del conocimiento.

La cosa en sí no se debe leer como una cosa-en-sí. La cosa no está en ningún sitio; si así fuese, el problema estaría resuelto, pues tendría un sentido a priori.

De cualquier manera, mucha gente piensa que se sí puede conocer la cosa en sí. Según yo lo veo, es una lectura literal y no lógica de la cosa en sí. La cosa en sí no se puede conocer porque si se pudiese conocer ya se conocería. Y es bastante claro que semejante idea del conocimiento es una idea del mismo vacía.

Victor Viera
15/12/2011, 19:23
Muchas gracias Alberto por responder. Es un tema complejo que no logro comprender, aunque bueno, ahora tengo la tarea de encontrar la diferencia entre pensar algo y conocerlo. Supongo que será algo así como, sé que existe pero no sé qué es.

Aparentemente Kant busca sobre todo terminar con la Metafísica dogmática que emitía juicios acerca de aquello que escapaba a la experiencia, por eso delimita la experiencia posible, levanta un muro insalvable. Dice que no podemos ir más allá de ese muro, pero que detrás de ese muro hay algo.

Pero con respecto al nóumeno y el fenómeno, me da la impresión de estar frente a una duplicación innecesaria, aquello de lo que Aristóteles acusaba a Platón. Claro, Hume diría que todo es fenómeno, más no podemos decir, pero no entiendo por qué afirmar algo más allá del fenómeno, como hace Kant, ya que no parece ser evidente esta conclusión.

ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
16/12/2011, 06:03
Hola de nuevo, Victor. Los fenómenos se ven superados continuamente. Su contradicción es una condición que lleva el fenómeno más allá de sí en lo que, fenomenológicamente, se denomina intencionalidad: el objeto de la mente, o a qué ésta está dirigida.

Es importante advertir también que la ampliación del fenómeno, que Kant llama extensión (Ausdehnung), es algo hipotético. No es una ampliación positiva ni, por tanto, por sí; muy al contrario, es algo negativo (que se basa en otra cosa). Así pues, para que el conocimiento amplíe límites éste debe ser, asimismo, contrastado; debe ir más allá de sí.

Asexperia
20/12/2011, 10:11
Permítanme ofrecer mi opinión sobre este tema.

Para Kant solo conocemos o pensamos las apariencias de los fenómenos (noumeno) , porque para él la realidad no es objetiva, sino subjetiva. Solo percibimos sensaciones.

Victor Viera
20/12/2011, 20:04
Hola Alberto Rodriguez y Asexperia, estoy pensando en sus respuestas que estan muy buenas, gracias, me aportan mucho. Las anoto para analizarlas e investigar. Mientras tanto, increíblemente de casualidad, encontré esto de Nietzsche que parece que me leyera la mente (bueno yo pienso lo mismo que pensó él antes y mucho mejor claro, je) Les dejo este fragmento porque era justo una de las cosas que yo quería decir con respecto a cómo podemos nombrar algo que afirmamos que no podemos conocer.

Nietzsche
Supongamos aquello que no conocemos, la X de lo desconocido. ¿Acaso por esta X no lo conocemos ya, no lo aprehendemos ya de alguna manera?. Pero si lo aprehendemos en esa X entonces no nos resulta desconocido, no resulta ajeno a nuestro conocer. Esto quiere decir que en el mismo acto de nombrar lo desconocido, lo que nos permanece oculto, estamos contradiciéndonos, pues lo damos por conocido al nombrarlo. ¿Diremos tal vez que lo desconocido es imposible? Si, si por desconocido entendemos lo puramente desconocido, lo que existe excluido del campo de nuestro conocimiento. Lo adecuado es decir que no hay nada por completo desconocido sino que todo se nos da con un parcial conocimiento y un parcial desconocimiento. No hay pues tal X de lo desconocido más que en una mente aperplejada por una contradicción de la que no quiere escapar. Dado un existente, de él tenemos algún conocimiento y algún desconocimiento, siempre, y el conocer es el avance del conocimiento sobre el desconocimiento y quizás con ello el avance de la conciencia de nuestro desconocimiento. La “cosa en sí” de Kant es esa X absurda e imposible de lo puramente desconocido con cuyo trato el sistema de Kant no solo hace agua sino que se hunde en el sin sentido.

Victor Viera
20/12/2011, 20:52
Otra vez yo. Estaba pensando en su respuesta Asexperia, no llegué aún a decifrar como considera la realidad kant. El tema de la subjetividad, ¿es el famoso giro copernicano que realiza kant? Tal como yo lo entendí, pone el centro en el sujeto en contraposición con objeto, da un giro. Pero el sujeto de kant parece ser universal, dice que todos los seres dotados de razón conocen el fenómeno de acuerdo a unas condiciones de la sensibilidad a priori, y son el tiempo y el espacio. Pero estas condiciones a priori solo se activan ante la concurrencia del fenómeno, de la parte del fenómeno que se nos da por la intuición a los sentidos y se nos hace inteligible solo enlazándose inmediatamente con nuestros a priori espaciotemporales, entonces tendríamos la parte material del fenómeno, lo que se nos da, y la parte formal, lo que ponemos, y esto sería la experiencia, y dice que todo conocimiento comienza con la experiencia.

Mire lo que dice aquí kant: "Nuestras exposiciones enseñan, por consiguiente, la realidad (es decir, validez objetiva) del espacio en lo que se refiere a todo aquello que puede presentársenos exteriormente como objeto; enseñan, empero, también la idealidad del espacio, en lo que se refiere a las cosas, cuando la razón las considera en sí mismas, es decir, sin referencia a la constitución de nuestra sensibilidad."

Es muy difícil, aún intento desentrañar lo que quiere decir, con esto perdí el exámen, pero parece haber algo distinto a considerar la realidad como siendo subjetiva. Parece negar la existencia objetiva del espacio como relación entre las cosas, pero no negaría la existencia objetiva de las cosas. Espero desenredemos un poco esta madeja. Muchas gracias a ambos y por favor sigan con sus aportes.

ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
21/12/2011, 08:26
Hola, Víctor. Nietzsche critica la dialéctica del conocimiento: lo que se conoce es un paso por delante de lo que no se conoce.

El conocimiento discursivo de la cosa en sí, intrínsecamente limitado a sí, se amplía con un artificio de la razón. Esa es la postura de Kant, que el movimiento trascendental discurre con una extensión que va racionalmente más allá de la experiencia. Pero, como he señalado, la problematización kantiana no es simplemente una problematización formal (analítica) sino extensiva (sintética); no es, pues, una cosa en-sí que esté dentro, por poner el caso, de la mente. La cosa en sí está ahí teoréticamente; sólo se la ve si se plantea su cuestión. Vg. la intuición pensante y su objeto de pensamiento no son idénticas con el conocimiento.

El giro copernicano de Kant consiste en poner condiciones racionales al conocimiento de la experiencia; dirigir el conocimiento de la experiencia por medio de condiciones, por así decir, cognoscitivamente activas (trascendentales).


Permítanme ofrecer mi opinión sobre este tema. Para Kant solo conocemos o pensamos las apariencias de los fenómenos (noumeno) , porque para él la realidad no es objetiva, sino subjetiva. Solo percibimos sensaciones.

Pensar y conocer no son lo mismo. Difieren, justamente, en la razón por la que discurre la síntesis "objetiva" (*) del conocimiento. Insisto en que si hay algún subjetivismo en Kant no es porque sea subjetivista; lo importante del conocimiento de Kant es que está conseguido racionalmente.

Saludos a los dos

(*) Uso objetivo como lo que que da contenido a una proposición. Lo objetivo que es real no dice nada. Simplemente, abstrae; suprime su objeto de pensamiento como si, realmente, no pasase nada por ello, como si los pensamientos se suprimiesen por ellos mismos sin la razón más inmediata que los suprime.

Asexperia
21/12/2011, 10:52
Hola otra vez.

Conozco mejor a Kant que a Nietzsche, y sobre este último no me ha llamado la atención. Recordemos lo que dijo Aristóteles: "El hombre solitario es una bestia o un dios."

ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
22/12/2011, 05:39
Nietzsche escribió muchas obras. Muchas de sus ideas son excepcionalmente sutiles, de una finura intelectual, definitivamente, incomparable.

Asexperia
22/12/2011, 09:42
Nietzsche escribió muchas obras. Muchas de sus ideas son excepcionalmente sutiles, de una finura intelectual, definitivamente, incomparable.

Estoy completamente de acuerdo contigo, y no quiero ser inoportuno, pero no admiro a Nietzsche.

Un saludo a ti y a Victor.

Asexperia
23/12/2011, 10:32
El noúmeno (del griego "νοούμενoν" "noúmenon": "lo pensado" o "lo que se pretende decir"), en la filosofía de Immanuel Kant, es un término problemático que se introduce para referir a un objeto no fenoménico, es decir, que no pertenece a una intuición sensible, sino a una intuición intelectual o suprasensible.
Por otra parte, el término también ha sido usado para hablar de la cosa-en-sí, es decir, la cosa en su existencia pura independientemente de cualquier representación.

En la filosofía de Platón representa una especie inteligible o idea e indica todo aquello que no puede ser percibido en el mundo tangible y a la cual sólo se puede arribar mediante el razonamiento. El noúmeno como concepto fundamenta la idea de la metafísica en Platón.

La cosa en sí misma, fuera de su relación con nuestro modo de intuirla o percibirla; no es objeto de nuestros sentidos, ni por lo tanto de nuestro conocimiento. Para Kant no cabe un conocimiento de la realidad nouménica pero es posible acceder a dicha realidad mediante la experiencia moral; por ejemplo, aunque sólo podemos conocernos a nosotros mismos como seres sometidos a la causalidad dominante en el ámbito de los fenómenos –es decir como no libres–, tenemos que pensarnos también como libres si queremos aceptar la posibilidad de una conducta sometida a imperativos categóricos, –es decir una conducta moral–.

ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
24/12/2011, 08:12
La filosofía moral de Kant es interesante, pero es una moral ajena a los tiempos. En definitiva, es una razón fracasada.

Kant se dio cuenta de que no podía hacer una filosofía de la moral como la podía hacer de otro objeto cualquiera, por ello usó el artificio de una razón moral práctica distinta de la teórica. El problema de fondo, sin embargo, no era que fuesen distintas y límites la una de la otra, dialécticas, pues, sino que eran sustancialmente distintas, y la continuidad entre ellas no era, por tanto, a priori de igual manera.

El problema categórico de la moral es problemático en sí mismo, pues deja de ser sí mismo. No hay dónde ubicar con justicia la representación moral de un sujeto cualquiera. Sin embargo, el problema de Kant estaba en que carecía de una moral a priori. Kant, por muy extraño que pueda parecer, fue demasiado abstracto; carecía de objeto a la hora de pensar la moral.

Digo que es extraño que Kant no pensase la moral con justicia porque las abstracciones no se adaptan a la moral sin una filosofía distinta de sí misma que permita ver con claridad la problemática del objeto moral pensado. Kant, ciertamente, pensó con mucha claridad lo problemático de la cuestión fenomenológica y la incertidumbre de la experiencia del objeto mismo pensado; pero mucho me temo que Kant estuviese enormemente incapacitado para pensar sobre una moral si no estuvo ni mínimamente cerca de pensar sobre el fundamento de la moral. Más bien, creo que estaba formalmente confundido al respecto (*).

No es lo mismo pensar en una manzana que pensar en alguien. La abstracción que permite pensar un objeto cualquiera se satura en cuanto se piensa en alguien. La categoría fundamental en la que se asienta un pensamiento cualquiera, una identidad a priori para él, se descubre insuficiente para mantener la generalidad de detalles que el otro moral requiere. El otro moral es una identidad más amplia que la de otro objeto cualquiera del pensamiento. De hecho, el otro moral es la razón extensiva que afirma sin dialécticas de por medio; es el contenido preferente que muestra que no todo es un juego de sombras en donde unas se contrastan con otras; el otro moral no es un agregado más. El otro moral es, en mi opinión, el problema y el principal argumento de la proximidad: no se llega finalmente a nada sin una razón a priori para ir a algún sitio. No obstante, el problema reside en el cuestionamiento propio, la distinción sustancial.

Kant careció de la razón que le hubiese permitido profundizar en una idea problemática de la experiencia moral. La síntesis moral no es simétrica con el objeto que la produce. El problema de la reflexión moral es la falta de unidad de su pensamiento; de hecho, no es, exactamente, pensamiento. Actualmente, esta cuestión es bastante más compleja porque se conoce qué produce la experiencia moral. Se trata de una mis cuestiones preferidas de, al menos, los últimos cinco años: el orden de Spinoza que, repetidamente, he denunciado como absurdo, si no falso. No obstante, es un tema, a mi modo de ver, de una riqueza asombrosa.

Spinoza pensó a una altura filosófica a la que sólo llegan unos pocos filósofos, pero llevó aún más lejos que Kant la adhesión a la razón. Señalo, en todo caso, que Spinoza fue anterior a Kant (**).

Kant no fue consciente de que podía ser, en cierto modo, spinozista. En mi opinión, ninguno de los dos estaba legitimado para hablar de moral. No supieron de qué sustancia estaba hecha la moral, ni en qué residía su causa primera. A este último respecto, quizá los amigos del psicoanálisis que me discuten estas cosas en otro tema quieran ahondar en la vertiente spinozista de Freud y la lógica profunda del sentimiento que el otro causa en uno.

(*) Aclaro que mi postura es, en gran parte, deudora de la filosofía de Arthur Schopenhauer. No sigo al pie de la letra a Schopenhauer, pero el fondo de la razón que yo sigo es similar al de Sobre el fundamento de la moral en Los dos problemas fundamentales de la ética, de Arthur Schopenhauer.

(**) Esta cuestión es un problema, sin duda, de la Historia de la filosofía que justificaría sobradamente la actualidad de la filosofía y la necesidad de la misma, ya sea para filósofos como para quienes dependan de una filosofía, quizá, sin saberlo.