Davidmor
19/11/2011, 11:58
"Los más valerosos fueron los Testigos de Jehová, que afirmaron su oposición doctrinaria directa desde el principio y sufrieron las consecuencias. Se negaron a cooperar con el Estado nazi, al que denunciaron como una entidad absolutamente perversa. Los nazis creían que eran parte de la conspiración internacional judeomarxista. Muchos fueron sentenciados a muerte por negarse a prestar servicio militar e incitar a otros a hacer lo mismo; o terminaron en Dachau o en asilos para locos. Un tercio fue asesinado; el noventa y siete por ciento sufrió persecuciones de distinto carácter. Fue el único grupo cristiano que despertó la admiración de Himmler."
Paul Johnson
La historia del cristianismo
¿Por qué no olvidar? Para que no se repita. Esta fue la razón por la que cientos de miles de prisioneros de los campos de concentración lucharon para seguir vivos.
En medio de sus sufrimientos, llegó un momento en que la vida perdió todo su valor, la venganza se veía como un imposible, pero el testimonio de aquel horror fue la llama que nunca se apagó en sus corazones.
Para que no se olvidara, desde 1945 se han publicado libros, rodado películas y realizado exposiciones por el mundo entero, para que el mundo no olvide que millones de personas fueron exterminadas sin compasión por el régimen nazi alemán.
Pero, lector, pregúntate: ¿Conozco qué grupos de seres humanos murieron? Todos diríamos sin dudarlo: los judíos. Muchos saben también a los gitanos. Aún otros conocen el asesinato de los comunistas, los deficientes mentales, los homosexuales, y la muerte de miles de eslavos, y hasta de delincuentes comunes.
Sin embargo, es muy oportuno el título del libro "Los Bibelforscher y el Nazismo" que añade "Estos olvidados de la Historia". Porque los Bibelforscher, también llamados Estudiantes sinceros de la Biblia, o Testigos de Jehová son las víctimas de los campos de concentración más desconocidas.
En ocasiones se ha hecho la siguiente clasificación de los grupos que fueron diezmados en los campos de concentración: los que murieron por lo que eran (judíos, gitanos...), los que murieron por lo que hicieron (criminales, comunistas), y los que murieron por lo que no hicieron (bibelforscher).
¿Por qué decimos que murieron por lo que no hicieron? Porque lo único que tenían que hacer para salir de los campos era firmar una declaración por la que renunciaban a su fe y se adherían al gobierno de Hitler.
Su resistencia, aunque pareciera pasiva, fue muy activa, ya que no sólo se negaban a realizar el saludo nazi, y a decir Heil Hitler, sino que además propagaban su fe de forma activa, imprimían publicaciones prohibidas y se reunían clandestinamente. Tan activos fueron en sus actividades, que al final de la guerra, y pese a que la mitad de sus miembros había sido encarcelado, y muchos habían muerto en los campos, el total de miembros se había duplicado.
Sorprendente valor el demostrado por franceses, holandeses, polacos, e incluso alemanes, todos ellos Bibelforscher, que hicieron frente al monstruo y sobrevivieron gracias a su fe, que les unió en mitad del horror y les hizo fuertes.
La actitud neutral de este grupo los hizo diferentes y a veces incomprendidos: entraron en los campos por su negativa a participar en la política nazi, a saludar la bandera y a pelear en la guerra; eran totalmente neutrales, pero esto implicaba que tampoco se enfrentaron ni política ni militarmente a sus perseguidores.
En los campos de concentración se negaron, aún enfrentándose a la muerte por ello, a colaborar con la guerra, aún por coser uniformes, sin embargo, como sus creencias religiosas les impedían matar aún a los nazis, éstos los escogieron en ocasiones para ser niñeras y criados en sus casas.
¿Postura equívoca? En absoluto, ellos tenían claro en sus mentes que era tan malo matar en la guerra a un enemigo como en los campos a un guarda, la vida era sagrada y el gobierno en el que depositaban sus esperanzas no era ni el de Hitler (por lo que no decían Heil Hitler, o que la salvación pertenece a Hitler) ni el de los aliados, sino el Reino de Dios.
Paul Johnson
La historia del cristianismo
¿Por qué no olvidar? Para que no se repita. Esta fue la razón por la que cientos de miles de prisioneros de los campos de concentración lucharon para seguir vivos.
En medio de sus sufrimientos, llegó un momento en que la vida perdió todo su valor, la venganza se veía como un imposible, pero el testimonio de aquel horror fue la llama que nunca se apagó en sus corazones.
Para que no se olvidara, desde 1945 se han publicado libros, rodado películas y realizado exposiciones por el mundo entero, para que el mundo no olvide que millones de personas fueron exterminadas sin compasión por el régimen nazi alemán.
Pero, lector, pregúntate: ¿Conozco qué grupos de seres humanos murieron? Todos diríamos sin dudarlo: los judíos. Muchos saben también a los gitanos. Aún otros conocen el asesinato de los comunistas, los deficientes mentales, los homosexuales, y la muerte de miles de eslavos, y hasta de delincuentes comunes.
Sin embargo, es muy oportuno el título del libro "Los Bibelforscher y el Nazismo" que añade "Estos olvidados de la Historia". Porque los Bibelforscher, también llamados Estudiantes sinceros de la Biblia, o Testigos de Jehová son las víctimas de los campos de concentración más desconocidas.
En ocasiones se ha hecho la siguiente clasificación de los grupos que fueron diezmados en los campos de concentración: los que murieron por lo que eran (judíos, gitanos...), los que murieron por lo que hicieron (criminales, comunistas), y los que murieron por lo que no hicieron (bibelforscher).
¿Por qué decimos que murieron por lo que no hicieron? Porque lo único que tenían que hacer para salir de los campos era firmar una declaración por la que renunciaban a su fe y se adherían al gobierno de Hitler.
Su resistencia, aunque pareciera pasiva, fue muy activa, ya que no sólo se negaban a realizar el saludo nazi, y a decir Heil Hitler, sino que además propagaban su fe de forma activa, imprimían publicaciones prohibidas y se reunían clandestinamente. Tan activos fueron en sus actividades, que al final de la guerra, y pese a que la mitad de sus miembros había sido encarcelado, y muchos habían muerto en los campos, el total de miembros se había duplicado.
Sorprendente valor el demostrado por franceses, holandeses, polacos, e incluso alemanes, todos ellos Bibelforscher, que hicieron frente al monstruo y sobrevivieron gracias a su fe, que les unió en mitad del horror y les hizo fuertes.
La actitud neutral de este grupo los hizo diferentes y a veces incomprendidos: entraron en los campos por su negativa a participar en la política nazi, a saludar la bandera y a pelear en la guerra; eran totalmente neutrales, pero esto implicaba que tampoco se enfrentaron ni política ni militarmente a sus perseguidores.
En los campos de concentración se negaron, aún enfrentándose a la muerte por ello, a colaborar con la guerra, aún por coser uniformes, sin embargo, como sus creencias religiosas les impedían matar aún a los nazis, éstos los escogieron en ocasiones para ser niñeras y criados en sus casas.
¿Postura equívoca? En absoluto, ellos tenían claro en sus mentes que era tan malo matar en la guerra a un enemigo como en los campos a un guarda, la vida era sagrada y el gobierno en el que depositaban sus esperanzas no era ni el de Hitler (por lo que no decían Heil Hitler, o que la salvación pertenece a Hitler) ni el de los aliados, sino el Reino de Dios.