Davidmor
08/11/2011, 13:22
HASTA mediados del siglo diecinueve la mayoría de la gente de la cristiandad creía que en un tiempo un diluvio global había hecho perecer a casi toda la vida terrestre. El relato mejor conocido de esto se halla en la Santa Biblia, la que declara que solo ocho seres humanos y animales escogidos sobrevivieron al Diluvio en un “arca,” o un gran cofre flotante.
Hoy es popular que las personas consideren al Diluvio como un mito. Muchos eruditos bíblicos afirman que el relato meramente recuerda una inundación local que ocurrió en la antigüedad, quizás en la zona de la Mesopotamia.
¿Realmente sucedió el diluvio bíblico? ¿Cuán extenso fue? ¿Qué significa ese acontecimiento para nosotros hoy día?
El Diluvio, según la Biblia
El primer libro de la Biblia, Génesis, presenta los detalles del Diluvio. En el capítulo 6 de Génesis se nos dice que las condiciones en el mundo se habían deteriorado a tal grado que Dios dijo: “En cuanto a mí, aquí estoy trayendo el diluvio de aguas sobre la tierra para arruinar toda carne en la cual está activa la fuerza de vida de debajo de los cielos. Todo lo que está en la tierra expirará.” (Gén. 6:17) Dios proveyó lo necesario para conservar viva a la familia humana y el reino animal por medio de ordenar a Noé que construyera un arca, un cofre o caja rectangular, de 300 codos de largo, 50 codos de ancho y 30 codos de alto.—Gén. 6:14, 15.
¿Se da cuenta del tamaño de esa embarcación? Si calculamos según un cálculo conservador de 44,5 centímetros por codo, el arca medía 133,35 metros de largo, 22,25 de ancho y 13,35 de alto. Como el arca estaba dividida en tres pisos, tendría una superficie de 8.454 metros cuadrados y una capacidad de casi 34.000 metros cúbicos de espacio útil. Esto es suficiente espacio como para 445 vagones de ferrocarril, ó 10 trenes de unos 44 vagones cada uno. ¿Hubiese sido necesario construir una estructura tan voluminosa para sobrevivir a un diluvio local? ¿No pudiera Noé sencillamente haberse mudado a una zona no afectada por un diluvio local? Notemos lo que dice la Biblia, en Génesis 7:11, 12, 17-24, en cuanto a la extención del Diluvio:
“Fueron rotos todos los manantiales de la vasta profundidad acuosa y las compuertas de los cielos fueron abiertas. Y siguió la fuerte precipitación sobre la tierra por cuarenta días y cuarenta noches. . . . y siguieron aumentando las aguas y empezaron a llevar el arca y estaba flotando muy arriba de la tierra. Y las aguas se hicieron abrumadoras y siguieron aumentando mucho sobre la tierra, pero el arca siguió yendo sobre la superficie de las aguas. Y tan abrumadoramente anegaron las aguas a la tierra que todas las altas montañas que estaban debajo de todos los cielos quedaron cubiertas. Hasta quince codos las anegaron abrumadoramente las aguas, y las montañas quedaron cubiertas.
“De modo que expiró toda carne que estaba moviéndose sobre la tierra, entre las criaturas volátiles y entre los animales domésticos y entre las bestias salvajes y entre todos los enjambres que estaban enjambrando sobre la tierra, y toda la humanidad. Todo lo que tenía activo en sus narices el aliento de la fuerza de vida, a saber, cuanto había en el suelo seco, murió. Así borró él toda cosa existente que había sobre la superficie del suelo, desde hombre hasta bestia, hasta animal moviente y hasta criatura volátil de los cielos, y fueron borrados de sobre la tierra; y solo Noé y los que con él estaban en el arca siguieron sobreviviendo. Y las aguas continuaron anegando la tierra abrumadoramente ciento cincuenta días.”
¿Encaja un diluvio local con esa descripción? El libro The Genesis Flood dice: “¡No hubiera sido posible que el agua cubriera ni siquiera una montaña alta en el Cercano Oriente sin inundar también a Australia y América del Norte!” La misma publicación entonces cita al bien conocido erudito hebreo S. R. Driver que dijo:
“Es evidente que un diluvio que pudiera haber sumergido tanto a Egipto como a Babilonia tendría que haber subido por lo menos a 600 metros (la altura de la zona elevada entre ambos), y así en realidad hubiera sido universal . . . por otra parte, un diluvio que hubiese hecho menos que esto no es lo que describen los escritores de la Biblia.”
Las Escrituras Griegas Cristianas, que incluyen el testimonio de Jesucristo, confirman el hecho de que el Diluvio fue global. (Mat. 24:37-39; 1 Ped. 3:20; 2 Ped. 2:5; 3:6) ¿Da testimonio la Tierra de un diluvio semejante? ¿Qué es lo que uno esperaría ver?
Efectos del agua en movimiento
Las inundaciones fluviales en épocas recientes dan una idea del poder enorme del agua en movimiento. Una publicación del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos dice de ciertas inundaciones que ocurrieron en el estado de Utah: “Destruyeron casas . . . y depositaron desechos a una profundidad de varios metros, incluso pedrejones de todo tamaño y hasta de 20 toneladas de peso. Algunos de los pedrejones más grandes fueron movidos cuesta abajo a unos 300 metros de la boca del desfiladero por una pendiente de 4 grados. Varios de éstos pesaban de 75 a 100 toneladas cada uno, y dos . . . pesaban 150 y 210 toneladas respectivamente.”
El abrirse “las compuertas de los cielos” no se refiere a una sencilla tormenta de lluvia. (Gén. 7:11) Significó la caída repentina de miles de millones de litros de agua que habían estado suspendidos en la atmósfera superior como un dosel de agua que rodeaba al globo, lo que la Biblia llamó “las aguas . . . sobre la expansión.” (Gén. 1:6, 7) El peso de estas aguas adicionales precipitándose sobre la Tierra seguramente contribuiría a considerables movimientos tectónicos. El deslizamiento y pandeo de la corteza terrestre generaría enormes olas tsunami que barrerían a través de las zonas terrestres. Según un artículo en Scientific American, las olas agitadas por una tormenta en Cherburgo, Francia, “arrojaron piedras de 3.175 kilos por encima de [una] pared y movieron bloques de hormigón armado de 65 toneladas a una distancia de 18 metros.”
¿Hay evidencia global?
¿Vemos los efectos de una inundación por toda la Tierra parecidos a éstos? A. M. Rehwinkel da un ejemplo en su libro The Flood:
“Por ejemplo, grandes masas de granito y roca dura metamórfica, cuyo origen se puede rastrear a Escandinavia, están esparcidas sobre las planicies de Dinamarca y el norte de Alemania. Algunos de estos bloques son de un tamaño inmenso, y pesan miles de toneladas. El mismo fenómeno se halla aquí en América del Norte en los estados de Nueva Inglaterra y en Nueva York, Pensilvania, Ohio, Michigan, Wisconsin, Minnesota, Iowa, en el este y oeste del Canadá, y en otras partes. . . . En muchos casos la distancia que fueron transportados fue muy grande, y a veces se hallan sobre una elevación evidentemente mucho más alta que la de su origen.”
Algunos han presentado la teoría de que estas colosales masas de piedra fueron transportadas a sus ubicaciones actuales sobre los glaciares durante una edad de hielo. “Sin embargo, estos pedrejones también se hallan en climas más cálidos, lejos de cualquier señal de congelación. Por ejemplo, en California del Sur,” señala el libro Target: Earth. Además, los glaciares no pueden explicar por qué muchos de estos cantos rodados descansan sobre suelo más alto, algunas veces cientos de metros más alto, que lo que evidentemente fue su ubicación original. “Y hay todavía otro problema relacionado con los cantos rodados para los cuales la teoría glacial no tiene ninguna teoría satisfactoria,” señala Rehwinkel:
“Y ésa es la cuestión de la mezcla de rocas en una localidad traídas desde lugares de origen ubicados en direcciones opuestas. Este fenómeno se ha observado en varios lugares de la Tierra. Uno de éstos está en Sajonia, donde se hallan en el mismo sitio algunas rocas que tuvieron su origen en Escandinavia en el norte y otras que fueron llevadas allí desde algún lugar en el sur. . . . El hielo en movimiento no puede acumular pedrejones de direcciones opuestas y depositarlos juntos en un solo lugar.”
Hoy es popular que las personas consideren al Diluvio como un mito. Muchos eruditos bíblicos afirman que el relato meramente recuerda una inundación local que ocurrió en la antigüedad, quizás en la zona de la Mesopotamia.
¿Realmente sucedió el diluvio bíblico? ¿Cuán extenso fue? ¿Qué significa ese acontecimiento para nosotros hoy día?
El Diluvio, según la Biblia
El primer libro de la Biblia, Génesis, presenta los detalles del Diluvio. En el capítulo 6 de Génesis se nos dice que las condiciones en el mundo se habían deteriorado a tal grado que Dios dijo: “En cuanto a mí, aquí estoy trayendo el diluvio de aguas sobre la tierra para arruinar toda carne en la cual está activa la fuerza de vida de debajo de los cielos. Todo lo que está en la tierra expirará.” (Gén. 6:17) Dios proveyó lo necesario para conservar viva a la familia humana y el reino animal por medio de ordenar a Noé que construyera un arca, un cofre o caja rectangular, de 300 codos de largo, 50 codos de ancho y 30 codos de alto.—Gén. 6:14, 15.
¿Se da cuenta del tamaño de esa embarcación? Si calculamos según un cálculo conservador de 44,5 centímetros por codo, el arca medía 133,35 metros de largo, 22,25 de ancho y 13,35 de alto. Como el arca estaba dividida en tres pisos, tendría una superficie de 8.454 metros cuadrados y una capacidad de casi 34.000 metros cúbicos de espacio útil. Esto es suficiente espacio como para 445 vagones de ferrocarril, ó 10 trenes de unos 44 vagones cada uno. ¿Hubiese sido necesario construir una estructura tan voluminosa para sobrevivir a un diluvio local? ¿No pudiera Noé sencillamente haberse mudado a una zona no afectada por un diluvio local? Notemos lo que dice la Biblia, en Génesis 7:11, 12, 17-24, en cuanto a la extención del Diluvio:
“Fueron rotos todos los manantiales de la vasta profundidad acuosa y las compuertas de los cielos fueron abiertas. Y siguió la fuerte precipitación sobre la tierra por cuarenta días y cuarenta noches. . . . y siguieron aumentando las aguas y empezaron a llevar el arca y estaba flotando muy arriba de la tierra. Y las aguas se hicieron abrumadoras y siguieron aumentando mucho sobre la tierra, pero el arca siguió yendo sobre la superficie de las aguas. Y tan abrumadoramente anegaron las aguas a la tierra que todas las altas montañas que estaban debajo de todos los cielos quedaron cubiertas. Hasta quince codos las anegaron abrumadoramente las aguas, y las montañas quedaron cubiertas.
“De modo que expiró toda carne que estaba moviéndose sobre la tierra, entre las criaturas volátiles y entre los animales domésticos y entre las bestias salvajes y entre todos los enjambres que estaban enjambrando sobre la tierra, y toda la humanidad. Todo lo que tenía activo en sus narices el aliento de la fuerza de vida, a saber, cuanto había en el suelo seco, murió. Así borró él toda cosa existente que había sobre la superficie del suelo, desde hombre hasta bestia, hasta animal moviente y hasta criatura volátil de los cielos, y fueron borrados de sobre la tierra; y solo Noé y los que con él estaban en el arca siguieron sobreviviendo. Y las aguas continuaron anegando la tierra abrumadoramente ciento cincuenta días.”
¿Encaja un diluvio local con esa descripción? El libro The Genesis Flood dice: “¡No hubiera sido posible que el agua cubriera ni siquiera una montaña alta en el Cercano Oriente sin inundar también a Australia y América del Norte!” La misma publicación entonces cita al bien conocido erudito hebreo S. R. Driver que dijo:
“Es evidente que un diluvio que pudiera haber sumergido tanto a Egipto como a Babilonia tendría que haber subido por lo menos a 600 metros (la altura de la zona elevada entre ambos), y así en realidad hubiera sido universal . . . por otra parte, un diluvio que hubiese hecho menos que esto no es lo que describen los escritores de la Biblia.”
Las Escrituras Griegas Cristianas, que incluyen el testimonio de Jesucristo, confirman el hecho de que el Diluvio fue global. (Mat. 24:37-39; 1 Ped. 3:20; 2 Ped. 2:5; 3:6) ¿Da testimonio la Tierra de un diluvio semejante? ¿Qué es lo que uno esperaría ver?
Efectos del agua en movimiento
Las inundaciones fluviales en épocas recientes dan una idea del poder enorme del agua en movimiento. Una publicación del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos dice de ciertas inundaciones que ocurrieron en el estado de Utah: “Destruyeron casas . . . y depositaron desechos a una profundidad de varios metros, incluso pedrejones de todo tamaño y hasta de 20 toneladas de peso. Algunos de los pedrejones más grandes fueron movidos cuesta abajo a unos 300 metros de la boca del desfiladero por una pendiente de 4 grados. Varios de éstos pesaban de 75 a 100 toneladas cada uno, y dos . . . pesaban 150 y 210 toneladas respectivamente.”
El abrirse “las compuertas de los cielos” no se refiere a una sencilla tormenta de lluvia. (Gén. 7:11) Significó la caída repentina de miles de millones de litros de agua que habían estado suspendidos en la atmósfera superior como un dosel de agua que rodeaba al globo, lo que la Biblia llamó “las aguas . . . sobre la expansión.” (Gén. 1:6, 7) El peso de estas aguas adicionales precipitándose sobre la Tierra seguramente contribuiría a considerables movimientos tectónicos. El deslizamiento y pandeo de la corteza terrestre generaría enormes olas tsunami que barrerían a través de las zonas terrestres. Según un artículo en Scientific American, las olas agitadas por una tormenta en Cherburgo, Francia, “arrojaron piedras de 3.175 kilos por encima de [una] pared y movieron bloques de hormigón armado de 65 toneladas a una distancia de 18 metros.”
¿Hay evidencia global?
¿Vemos los efectos de una inundación por toda la Tierra parecidos a éstos? A. M. Rehwinkel da un ejemplo en su libro The Flood:
“Por ejemplo, grandes masas de granito y roca dura metamórfica, cuyo origen se puede rastrear a Escandinavia, están esparcidas sobre las planicies de Dinamarca y el norte de Alemania. Algunos de estos bloques son de un tamaño inmenso, y pesan miles de toneladas. El mismo fenómeno se halla aquí en América del Norte en los estados de Nueva Inglaterra y en Nueva York, Pensilvania, Ohio, Michigan, Wisconsin, Minnesota, Iowa, en el este y oeste del Canadá, y en otras partes. . . . En muchos casos la distancia que fueron transportados fue muy grande, y a veces se hallan sobre una elevación evidentemente mucho más alta que la de su origen.”
Algunos han presentado la teoría de que estas colosales masas de piedra fueron transportadas a sus ubicaciones actuales sobre los glaciares durante una edad de hielo. “Sin embargo, estos pedrejones también se hallan en climas más cálidos, lejos de cualquier señal de congelación. Por ejemplo, en California del Sur,” señala el libro Target: Earth. Además, los glaciares no pueden explicar por qué muchos de estos cantos rodados descansan sobre suelo más alto, algunas veces cientos de metros más alto, que lo que evidentemente fue su ubicación original. “Y hay todavía otro problema relacionado con los cantos rodados para los cuales la teoría glacial no tiene ninguna teoría satisfactoria,” señala Rehwinkel:
“Y ésa es la cuestión de la mezcla de rocas en una localidad traídas desde lugares de origen ubicados en direcciones opuestas. Este fenómeno se ha observado en varios lugares de la Tierra. Uno de éstos está en Sajonia, donde se hallan en el mismo sitio algunas rocas que tuvieron su origen en Escandinavia en el norte y otras que fueron llevadas allí desde algún lugar en el sur. . . . El hielo en movimiento no puede acumular pedrejones de direcciones opuestas y depositarlos juntos en un solo lugar.”