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Ver la versión completa : ¿Ha visto algún hombre a Dios?



Davidmor
04/11/2011, 20:53
NUESTRO Creador mostró tanto afecto al renombrado patriarca Abrahán, quien vivió más de 1.900 años antes del nacimiento de Jesucristo, que se llamó a Abrahán “amigo de Dios”. (Santiago 2:23, Versión Moderna.) Si alguien hubiera de recibir el privilegio de ver a Dios, de seguro Abrahán sería esa persona. Pues bien, en cierta ocasión él tuvo tres visitantes que le dieron un mensaje divino. Abrahán llamó Jehová a uno de ellos. ¿Significa eso que Abrahán realmente vio a Dios?

Este relato se halla en Génesis 18:1-3. Ahí leemos: “Jehová se le apareció entre los árboles grandes de Mamré, mientras él estaba sentado a la entrada de su tienda como al calor del día. Cuando él alzó los ojos, entonces miró y allí estaban tres hombres de pie a alguna distancia de él. Cuando alcanzó a verlos, echó a correr a su encuentro desde la entrada de la tienda y procedió a inclinarse a tierra. Entonces dijo: ‘Ah, Jehová, si he hallado favor a tus ojos, sírvete no pasar de largo a tu siervo’”.
Después, Abrahán y sus tres visitantes contemplaron a Sodoma desde un lugar alto, y dos de los visitantes partieron hacia aquella ciudad. El versículo 22 dice entonces: “Pero en cuanto a Jehová, él todavía estaba de pie delante de Abrahán”. Esto pudiera dar la impresión de que Dios estaba ante Abrahán en un cuerpo carnal materializado. Eso es lo que alegan algunos que creen que Dios y Jesucristo son lo mismo, un mismo ser.

En cuanto a Génesis 18:3, el escriturario Melancthon W. Jacobus escribió: “Aquí Dios aparece por primera vez en el registro como hombre entre hombres, para mostrar la realidad de Su Ser, y de Su afinidad con los hombres, y por este acto típico dar seguridad al patriarca de la comunión y camaradería Divina”. Los que tienen ese punto de vista pudieran concluir que Abrahán en realidad vio a Jehová con los ojos físicos, y que las personas que vieron a Jesucristo también vieron a Dios. Pero ¿armoniza con la Biblia esa conclusión?

Lo que dijo Jesús

En vez de anunciar que era Dios en la carne, Jesucristo dijo: “Soy Hijo de Dios”. (Juan 10:36.) Como el Representante perfecto de Jehová Dios, Jesús también dijo: “No puedo hacer ni una sola cosa por mi propia iniciativa; así como oigo, juzgo; y el juicio que yo dicto es justo, porque no busco mi propia voluntad, sino la voluntad del que me envió”. (Juan 5:30.) Cuando Jesús colgaba del madero de tormento, oró al gran Creador que estaba en los cielos y le dijo: “Dios mío, Dios mío”. (Mateo 27:46.) Después de su resurrección, Jesús dijo a María Magdalena: “Asciendo a mi Padre y Padre de ustedes y a mi Dios y Dios de ustedes”. (Juan 20:1, 17.) Puesto que Jesucristo no era Dios encarnado, nadie que viera a Jesús podía decir que de ese modo había visto a Dios.
Juan, el apóstol a quien Jesús tenía cariño especial, confirmó que los apóstoles no veían a Dios cuando miraban a Jesús. Por inspiración, Juan dijo: “A Dios ningún hombre lo ha visto jamás”. (Juan 1:18.) Entonces, ¿a quién vio Abrahán? La experiencia de Moisés nos ayuda a contestar esa pregunta.

Cómo vio Moisés a Dios

En cierta ocasión Moisés dijo que quería ver a Dios. En Éxodo 33:18-20 leemos: “‘Hazme ver [dijo Moisés], por favor, tu gloria’. Pero él [Dios] dijo: ‘Yo mismo haré que toda mi bondad pase delante de tu rostro, y ciertamente declararé el nombre de Jehová delante de ti; y ciertamente favoreceré al que favorezca, y ciertamente mostraré misericordia al que le muestre misericordia’. Y añadió: ‘No puedes ver mi rostro, porque ningún hombre puede verme y sin embargo vivir’”.

Lo que Dios permitió que Moisés viera fue Su gloria mientras pasaba. Los versículos 21-23 declaran: “Y Jehová dijo además: ‘Aquí hay un lugar conmigo, y tienes que apostarte sobre la roca. Y tiene que suceder que, mientras vaya pasando mi gloria, tengo que colocarte en un hoyo en la roca, y tengo que poner la palma de mi mano sobre ti como pantalla hasta que haya pasado. Después de eso tengo que quitar la palma de mi mano, y realmente verás mi espalda. Pero mi rostro no se podrá ver’”.

En armonía con lo que Jehová le dijo a Moisés y lo que el apóstol Juan dijo, Moisés no vio ninguna materialización o forma material de Dios. Todo lo que Moisés vio fue el resplandor residual de la presencia divina que pasaba por allí. Aún así, Dios lo tuvo que proteger. Es obvio, pues, que Moisés no había visto a Dios mismo.

Cuando Moisés hablaba a Dios “cara a cara” como dice Éxodo 33:11, no estaba en contacto visual con Jehová. Esta expresión
indica cómo se comunicaba Moisés con Dios, no lo que veía. El que se hablara con Dios “cara a cara” indica una conversación en que había reciprocidad. Es similar al caso del individuo que tiene una conversación por teléfono con alguien sin ver a la otra persona.

Cuando Moisés hablaba con Dios y recibía Sus instrucciones, aquella comunicación no era por visiones, como muchas veces sucedía en el caso de otros profetas. Esto se indica en Números 12:6-8, donde leemos: “Él pasó a decir: ‘Oigan mis palabras, por favor. Si llegara a haber un profeta de ustedes para Jehová, sería en una visión como me daría a conocer a él. En un sueño le hablaría. ¡No así con mi siervo Moisés! Tiene confiada a él toda mi casa. Boca a boca le hablo, y así le muestro, y no por enigmas; y la apariencia de Jehová es lo que él contempla’”. ¿En qué sentido contempló Moisés “la apariencia de Jehová”?

Moisés contempló “la apariencia de Jehová” cuando él, Aarón y otros hombres estuvieron en el monte Sinaí. En Éxodo 24:10 está escrito: “Llegaron a ver al Dios de Israel. Y debajo de sus pies había lo que se parecía a una obra de losas de zafiro y a los mismos cielos en pureza”. Pero ¿cómo llegaron a “ver al Dios de Israel” Moisés y los otros hombres, puesto que Dios había dicho a Moisés: “Ningún hombre puede verme y sin embargo vivir”? El versículo 11 explica, porque dice: “Él no alargó la mano contra los hombres distinguidos de los hijos de Israel, sino que ellos consiguieron una visión del Dios verdadero, y comieron y bebieron”. De modo que fue mediante una visión como Moisés y los otros vieron la apariencia de Dios.

Davidmor
04/11/2011, 20:55
Representantes angelicales

No ha sido necesario que el gran Creador del universo baje desde su lugar encumbrado en los cielos para entregar mensajes a algunos humanos. Aparte de los tres casos registrados en que la propia voz de Dios se escuchó mientras su Hijo estaba en la Tierra, Jehová siempre ha empleado a ángeles para transmitir Sus mensajes. (Mateo 3:17; 17:5; Juan 12:28.) Hasta la Ley que Dios entregó a la nación de Israel en el monte Sinaí fue transmitida por ángeles, aunque se dijo que Moisés había hablado directamente con Dios mismo. En cuanto a esto, el apóstol Pablo escribió: “Entonces, ¿por qué la Ley? Fue añadida para poner de manifiesto las transgresiones, hasta que llegara la descendencia a quien se había hecho la promesa; y fue transmitida mediante ángeles por mano de un mediador”. (Gálatas 3:19.)

El hecho de que Moisés en realidad habló con un ángel que representaba personalmente a Dios lo indica también Hechos 7:38, que dice: “Este es el que llegó a estar entre la congregación en el desierto, con el ángel que le habló en el monte Sinaí y con nuestros antepasados”. Aquel ángel era el vocero personal de Jehová Dios, el Creador, y por eso habló a Moisés como si Dios mismo estuviera hablando.

El ángel que entregó el mensaje de Dios a Moisés en la zarza ardiente era también un vocero. En Éxodo 3:2 se le identifica como el ángel de Jehová, así: “Se le apareció el ángel de Jehová en una llama de fuego en medio de una zarza”. El versículo 4 dice: “Cuando Jehová vio que él se desviaba para inspeccionar, en seguida Dios lo llamó de en medio de la zarza”. En el versículo 6, este vocero angelical de Dios dijo: “Yo soy el Dios de tu padre, el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob”. Por eso Moisés, al hablar con este representante personal de Dios, habló como si estuviera hablando a Jehová mismo. (Éxodo 4:10.)

En el sexto capítulo de Jueces hallamos otro ejemplo de un hombre que habla a Dios mediante un representante angelical. El versículo 11 identifica al portador del mensaje como “el ángel de Jehová”. Ahí leemos: “Más tarde el ángel de Jehová vino y se sentó debajo del árbol grande que había en Ofrá, que pertenecía a Joás el abí-ezrita, mientras Gedeón su hijo estaba batiendo el trigo en el lagar, para retirarlo rápidamente de la vista de Madián”. A este mensajero, “el ángel de Jehová”, después se le representa como si fuera Jehová Dios mismo. En los versículos 14 y 15 leemos: “Por lo cual Jehová se volvió hacia [Gedeón] y dijo: ‘Ve en este poder tuyo, y ciertamente salvarás a Israel de la palma de la mano de Madián. ¿No te envío yo?’ A su vez, él le dijo: ‘Dispénsame, Jehová. ¿Con qué salvaré yo a Israel?’”. Como vemos, en el relato bíblico se representa al ángel materializado que vio Gedeón, y con el cual habló, como si fuera Dios mismo. En el versículo 22 Gedeón dice: “He visto al ángel de Jehová cara a cara”.

El ángel dijo precisamente lo que Dios le mandó que dijera. Por lo tanto, Gedeón habló con Dios mediante este vocero angelical.
Considere, además, el caso de Manóah y su esposa, los padres de Sansón. Este relato también llama al mensajero angelical “el ángel de Jehová” y “el ángel del Dios verdadero”. (Jueces 13:2-18.) En el versículo 22, Manóah dice a su esposa: “Positivamente moriremos, porque es a Dios a quien hemos visto”. Aunque en realidad Manóah no había visto a Jehová Dios, pensó así porque vio al vocero personal materializado de Dios.

“A Dios ningún hombre lo ha visto”

Ahora se puede entender por qué Abrahán habló al vocero angelical materializado de Dios como si hablara a Jehová Dios mismo. Puesto que este ángel decía precisamente lo que Dios quería que se dijera a Abrahán y estaba representando personalmente a Dios, el registro bíblico podía decir que “Jehová se le apareció”. (Génesis 18:1.)

Recuerde que un vocero angelical de Dios podía transmitir Sus mensajes tan precisamente como un teléfono o radio puede transmitir nuestras palabras a otra persona. Por eso, se puede entender cómo Abrahán, Moisés, Manóah y otros podían hablar con un ángel materializado como si estuvieran hablando a Dios. Aunque aquellas personas pudieron ver a aquellos ángeles y la gloria de Jehová que reflejaban, no pudieron ver a Dios. Por lo tanto, de ninguna manera se contradice la declaración del apóstol Juan: “A Dios ningún hombre lo ha visto jamás”. (Juan 1:18.) Aquellos hombres vieron a representantes angelicales y no a Dios mismo.

Emeric
27/03/2012, 05:17
La respuesta, según la Biblia es, sí, y no. Depende de qué Persona divina se trate.

Al Padre, según Jesucristo, nadie de esta Tierra lo ha visto. Pero al Hijo, el cual también es Dios, muchos lo vieron. ¿ Entienden ?