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Davidmor
28/10/2011, 16:04
JEHOVÁ ‘SE APEGA’ A LOS QUE LE SIRVEN

Jehová siempre está dispuesto a otorgar su ayuda y su amor a cualquiera que los quiera recibir. Y la intensidad y constancia de su amor son mucho mayores de lo que nosotros podemos expresar para otros. Note el amor de Dios para Abrahán, Isaac y Jacob, que eran hombres imperfectos pero que sirvieron a Dios de todo corazón. Siglos después Moisés le dijo a la nación de Israel: “A tus antepasados se apegó Jehová para amarlos.” (Deuteronomio 10:15) Él toleró por siglos la terquedad de la nación debido a este amor.—Deuteronomio 7:7, 8.

El amor de Jehová es tan grande y tan duradero como aquél para los que le sirven hoy. (Romanos 8:38, 39) Él está esperando, por decirlo así, una oportunidad para ‘apegarse’ a cualquiera que lo invoque con sinceridad y verdad. (Santiago 4:8 ) “En cuanto a Jehová,” dice la Biblia, “sus ojos están discurriendo por toda la tierra para mostrar su fuerza a favor de aquellos cuyo corazón es completo para con él.” (2 Crónicas 16:9) “Sus oídos [están] atentos a su ruego.”—1 Pedro 3:12.

A medida que Jehová observa la Tierra y ve las muchas angustias que experimentan los hombres, se conmueve profundamente por la humanidad. Su deseo es ayudarlos. Aunque no ‘cierra los ojos’ a la maldad, no anda buscando las faltas de la gente, sino sus buenos puntos. (Salmo 130:3) ‘Se acuerda de que son polvo.’—Salmo 103:14.

El Hijo de Dios estuvo muy deseoso de usar su poder para ayudar a la gente cuando estuvo en la Tierra. Cuando un leproso le dijo: “Si tan solo quieres, puedes limpiarme,” Jesús “se enterneció, y extendió la mano y lo tocó, y le dijo: ‘Quiero. Sé limpio,’” de modo que lo sanó.—Marcos 1:40, 41.

Cuando Jesús sanaba a la gente que venía a él en busca de ayuda, el sanar estaba acompañado de profundo sentimiento. De la misma manera Dios y su Hijo están manifestando interés y amor actualmente a cualquiera que ha hecho una pausa en los asuntos de la vida cotidiana para dar consideración a las buenas nuevas acerca del propósito de Dios. ¿Está usted investigando la Palabra de Dios ahora mismo con genuino escudriñamiento para averiguar más acerca de él? Si así es, esto en sí mismo es una prueba de que él está interesado en usted. ¿Por qué se puede decir esto con seguridad?

PARA ENTENDER TENEMOS QUE TENER LA AYUDA DE DIOS

Esta declaración es verdadera porque Dios ve alguna virtud o excelencia de corazón en cualquiera que sinceramente investiga su Palabra. Como resultado de esto, abre la mente de esa persona al entendimiento. Jesús dijo: “Nadie puede venir a mí a menos que el Padre, que me envió, lo atraiga.” (Juan 6:44) Usted no puede entender los propósitos de Dios sin la ayuda del espíritu de Dios, su fuerza activa invisible, que puede influir en su mente y dirigirla.

El apóstol Pablo escribió: “Nadie ha llegado a conocer las cosas de Dios, salvo el espíritu de Dios. [Es decir, el espíritu de Dios es esencial para transmitirnos los pensamientos y propósitos de Dios.] Ahora bien, nosotros recibimos, no el espíritu del mundo, sino el espíritu que proviene de Dios, para que conozcamos las cosas que Dios nos ha dado bondadosamente.” (1 Corintios 2:11, 12; compare con Hechos 16:14.) Si usted no tuviera esta ayuda, entonces la confusión de este mundo, su falta de fe y su espíritu, que está en oposición a Dios, lo vencerían a usted, porque “la fe no es posesión de todos.”—1 Corintios 2:14; 2 Tesalonicenses 3:2.

Dios, al responder así al esfuerzo suyo por obtener entendimiento, está desplegando otra excelente cualidad para con usted. Esa cualidad es aprecio. Indudablemente usted tiene y expresa aprecio por las cosas buenas que otras personas hacen por usted. Pero el aprecio que las criaturas humanas sienten es mucho menos profundo y sentido que el aprecio que Dios siente para con los que muestran fe en él y que respetan su Palabra. Él se regocija en ellos. Jesús hasta dijo que se siente gozo en el cielo por un solo pecador que se arrepiente o abandona las cosas malas para agradar a Dios. (Lucas 15:10) Sí, Jesús hasta dijo que una persona que diera solo un vaso de agua fría al que reconociera como siervo de Dios de ninguna manera quedaría sin su galardón. (Mateo 10:42) Dios observa y aprecia a cada persona que respeta su nombre y trata a su pueblo bondadosamente. Por eso, su corazón y su ayuda se vuelven hacia esa persona.—Considere el ejemplo que se registra en Marcos 14:3-9.

Nosotros, en cambio, correctamente deberíamos mostrar aprecio por la bondad que Dios nos muestra al ayudarnos a conocer su propósito y al darnos la oportunidad de conseguir vida eterna. El individuo debe agradecer el que a Dios le haya parecido propio permitirle ser como la gente a la cual Pablo predicó en una ciudad de Asia Menor. Allí los judíos, que alegaban servir a Dios, se opusieron a la verdad. Pero el registro declara: “Al oír [sobre la oportunidad de ser aceptados por Dios] los de las naciones [gentiles], empezaron a regocijarse y a glorificar la palabra de Jehová, y todos los que estaban correctamente dispuestos para vida eterna se hicieron creyentes.” (Hechos 13:48 ) Aquellas personas apreciaban la bondad de Dios. Este aprecio las ayudó a ser la clase de gente que a Dios le complace aceptar.

Davidmor
28/10/2011, 16:15
LA RESURRECCIÓN, UNA PRUEBA DEL INTERÉS DE DIOS

Una fuerte prueba del interés de Dios en todo individuo es su provisión de una resurrección “de justos [y] de injustos.” (Hechos 24:15) Para resucitar a una persona, Dios tiene que saber todo lo que hay que saber en cuanto a ella. Solo con esta información puede Dios devolver la vida a la misma persona con la misma personalidad, de modo que el individuo sea él mismo y se reconozca. Eso significa que Dios tiene que restaurar todo detalle de la composición de la persona. Esto incluiría su apariencia, sus rasgos heredados, la influencia que el ambiente y la experiencia hayan tenido en el individuo, junto con su memoria completa. ¡Qué interés y cuidado demuestra esto!

Alguien quizás diga: ‘Eso parece imposible.’ Pero hasta hoy día los hombres pueden hacer un registro en cinta de televisión o una película de cierta persona. Entonces, hasta después de haber muerto esa persona, pueden proyectar la cinta o película en una pantalla y ver las acciones y movimientos del individuo, además de oír su voz. Centenares de detalles se registran. Si los hombres pueden hacer esto, ¿no puede Dios, para el cual “todas las cosas son posibles,” tener un registro de los miles de detalles que componen una personalidad?—Mateo 19:26; Job 42:2.

Hasta nosotros, como criaturas humanas imperfectas, conocemos muchos detalles acerca de un amigo íntimo y podemos, por eso, describirlo con aceptable exactitud. Sin embargo, con el transcurso del tiempo la imagen va perdiendo claridad. Dios, con su percepción mucho mayor, conoce completamente todo detalle de toda persona. Sabe lo que está en el corazón de todos. (Hebreos 4:13) Además, hasta si alguien estuviera muerto por siglos, el recuerdo de esa persona por Dios no se desvanece.—Job 14:13-15.

Por consiguiente, los miles de millones de personas que están en el sepulcro todavía están en la mente de Dios en detalles claros. (Proverbios 15:11) Hasta los que no han sido enterrados, sino que han sido destruidos en el mar, o por quema o de otras maneras, están con igual viva claridad en su memoria.—Revelación 20:13.

En cuanto a los que Dios se propone resucitar, Jesús dijo: “Él no es Dios de muertos, sino de vivos, porque para él todos ellos viven.” (Lucas 20:38 ) Su poder y sabiduría hacen que sus propósitos sean tan seguros que él “vivifica a los muertos y llama las cosas que no son como si fueran.”—Romanos 4:17.

Dios le ha dado a Jesucristo el poder de ejecutar la resurrección. Cuando estuvo en la Tierra, Jesús demostró este poder en varios casos.—Lucas 7:14, 15; 8:49-56; Juan 11:39, 43, 44.

Entonces, ¿pudiera persona alguna decir, correctamente, que Dios y su Hijo no se interesan en ella? ¿Despierta ese cuidado e interés por parte de Jehová una respuesta en el corazón de usted? Usted puede expresarle aprecio por medio de aprender más acerca de él y estimular a otros a hacer lo mismo. Y usted aprenderá acerca de él en proporción con el esfuerzo sincero que ponga en obtener conocimiento de él. Él le suministrará la “capacidad intelectual” para hacer eso.—1 Juan 5:20.