Oraciones de raices biblicas

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Oraciones de raices biblicas
libro de Mateo
Mateo; Capítulo 1:1-25 Padre Creador de los cielos y de la tierra, bendecimos tu nombre porque siempre levantastes descendencia a través de las dispensaciones, de generacion a generacion, para levantar al Hijo del Hombre, como la Simiente engendrada, para bendecir nuestras vidas. Porque a través de las generaciones que hubieron ibas preparando el camino, para que el Unigénito del Padre, naciera con una naturaleza humana y divina. Gracias por rescatar a tu pueblo de la esclavitud. Gracias por conservarle la vida a nuestros hermanos, por permitirnos haber engendrado hijos en los imperios y los reinos de éste mundo. Gracias por la deportación porque nos vuelve, a unir en familia. Por engendrar una vida nueva, hemos nacido de nuevo, gracias a tu santo Evangelio. Gracias por las cuarenta y dos generaciones que hubieron desde el llamado de Abraham, el padre de muchedumbres, hasta el nacimiento de Jesucristo. Gracias por la bendición, por la mujer que concibe y la conviertes en una bienaventurada, por dar la vida. Por hallar gracia de tu Espíritu Santo. Eres el Dios Todopoderoso que bendice el hogar, la familia. Cuida Padre celestial, las relaciones entre parejas que se guardan para hacer votos delante de tu presencia. Bendice nuestras esposas, nuestros esposos y nuestros hijos. Tú eres un Dios Justo, que se complace en hacer el bien, te apareces en lo secreto, para revelarlo a la luz del día. Quita todo pensamiento de iniquidad, envía tus ángeles mensajeros, manifiesta te en sueños, en visiones, quita todo temor. Bendice nuestros hijos que son engendrados y también los que son adoptados. Tú eres el Padre de los huérfanos, queremos recibir a Jesús que salva a su pueblo de sus pecados. Danos discernimiento para es***** el nombre apropiado de nuestros hijos, para que también lleven la bendición del Santo de Israel. Gracias por cumplir conforme a tu Palabra, palabra profética. Gracias por Emanuel, el Dios con nosotros. Despierta a tu pueblo Padre celestial del sueño profundo, envía tus ministros con el mensaje de las Buenas Nuevas del Evangelio de Dios, Jesús y su Santo Espíritu. Queremos conocerte tal como tú eres y aceptamos tal como somos. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
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Mateo; Capítulo 2:1-23 Bendito Dios, gracias porque nuestro Rey Jesús ha nacido en Belén de Judea, eres el pan del cielo que sustenta a reyes y esclavos, chiquitos y grandes, al pobre y al menesteroso, al casado y la viuda. Somos tus discípulos y hemos venido para servirte y honrar tu nombre, no solamente eres el Rey de los judíos, eres el Rey de las estrellas del universo y ellas también te honran. Te adoramos Señor nuestro, quita toda turbación de nuestras mentes, queremos invocarte en esta hora, para que escribas en las tablas de nuestro corazón la fecha exacta de tu nacimiento en nuestro ser. Como está escrito por el profeta, en la tierra que es más pequeña, saldrá un guiador, que apacentará a tu pueblo. Ayúdanos a ser diligentes para buenas obras. Envía el consejo sabio, tú eres la Estrella de la Mañana. Haznos saber las cosas que tú tienes preparadas en estos tiempos. Tus señales y prodigios se manifiestan sobre toda la tierra. Que tu resplandor nos llené de regocijo para que nuestras almas se gocen de tu santa y divina presencia. Entra Padre amado a nuestro hogar, nos mostramos delante de ti, ofreciendo cánticos y alabanzas que son los tesoros del alma que tu has depositado en nuestras vidas. Como el oro, incienso y mirra. Avisa nos del peligro que nos acosa, queremos andar por tus caminos. Queremos partir de este lugar huyendo de la maldad de éste mundo. Aparece te en sueños y levanta nos para buscar tu dirección. Reprende Padre celestial el espíritu de homicida, en el nombre de Jesús. Despiértanos a tiempo, para terminar la buena carrera de la fe. Cumple tus propósitos en nosotros, porque desde Egipto hemos sido llamados. Quita toda burla, todo enojo, perdona, todo el que inquiera hacer maldad a uno de tus pequeños. Te pedimos que acampes a nuestro alrededor. Enjuga toda lágrima de lamentación, todo lloro y quebranto, consuela Padre celestial, porque pereceremos sin tu favor, sin tu bondad, sin tu misericordia, sin tu perdón, queremos ser redimidos en el día postrero. Dad nos la visión por revelación, para saber cuándo debemos de huir y cuando debemos enfrentar al enemigo. Habita en nuestra ciudad, tú eres Jesús de Nazaret que cumple todo lo que la boca de los profetas habían testificado. Eres el Nazareno que nos embriaga con la santa unción de tu Santo Espíritu, mejor que el vino de una viña y más dulce que la miel, que destila el panal. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

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Mateo; Capítulo 3:1-17 Gracias Dios Eterno, por acercarte a nuestros corazones, ayúdanos para anunciar las buenas nuevas del Evangelio, con el poder de tu santa Palabra, te presentamos nuestras vidas, que vagan como en un desierto, nos arrepentimos de nuestros pecados, porque conocemos que la maldad no entrará en el reino de los cielos. Tu tu voz ha clamado desde el desierto, preparando el camino del Señor, y queremos que nuestras sendas se enderecen. Por amor a tu nombre Padre. Te presentamos nuestra vestimenta interna, que se enreda más que la del pelo de un camello, queremos que tú sujetes nuestras entrañas y hasta nuestros lomos, queremos recibir el alimento espiritual. Queremos llegar a las provincias con manos llenas. Permite que tus mandamientos y tu ley conmuevan el corazón, para confesar nuestros pecados y podamos ser bautizados. Aparta nos de la generación de víboras, queremos el rescate de nuestras almas, de la ira venidera. Permite que nuestros frutos crezcan en arrepentimiento, porque no tenemos a nadie más que pueda levantar aún de las piedras hijos de los patriarcas. No queremos ser cortados, como árboles sin frutos, queremos que nuestras raíces sean profundas en el Señor, en el conocimiento de tu Palabra. Porque todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado en el fuego. Porque no solamente queremos ser bautizados en agua. Queremos ser bautizados en el Espíritu Santo y fuego, para atar y desatar aquí en la tierra, en el nombre del Señor, para que también se haga así en el cielo. Te pedimos una limpieza completa, recogenos como trigo en el granero y quema toda cizaña con el fuego que nunca se apaga. Queremos ser bautizados con el mismo bautismo de nuestro Señor Jesucristo, con las aguas sacras del Espíritu. Quita Padre celestial toda oposición, porque es necesario que tú hagas la obra completa en nosotros, responde a nuestro clamor, tú conoces lo que conviene en nuestra vida, cumple tu justicia en nosotros Señor Jesús, no nos dejes, ni nos abandones. Queremos subir a tu presencia, Padre de la gloria, abre los cielos en esta hora y recibenos, desciende a nuestra vida, a nuestras entrañas y has un nido en nuestro corazón, somos tu morada y queremos que tú nos hables directamente. Adoramos a tu Hijo amado Jesús, en el cual tú tienes complacencia. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
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Mateo; Capítulo 4:1-25 Padre eterno, Dios de las alturas, te damos las gracias porque tú no eres un Dios tentador, y tampoco Dios puede ser tentado. Porque no eres hijo de hombre para que te arrepientas, ni hijo de hombre para que mientas. Te honramos en ésta hora, con nuestro espíritu, nuestra alma, nuestros cuerpos y con nuestras fuerzas. Por cuanto no estamos exentos de ser tentados por el mismo diablo, te pedimos autoridad para reprender en el nombre de tu Hijo amado Jesús, las fuerzas del mal, porque muchas veces seremos llevados a desiertos y ciudades para ser probados conforme a tu voluntad, y muchos estaremos en ayunos y en oración padeciendo hambre por la causa de otro. Te pedimos que respondas, porque no sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda Palabra que sale de la boca de Dios. No permitas Señor, que los afanes de éste mundo y la vanidad empobrezcan la vida del ser humano, ahogandose en los deleites y los placeres de éste mundo. Reprende todo espíritu de maldad, de homicidio y suicidio. Envía tus ángeles, queremos que nos rescates y nos sostengas con tu mano poderosa, quita todo tropiezo, todo lo que esté impidiendo que resibamos el favor inmerecido de tu poder, de tu autoridad. Porque escrito está el Señor nuestro Dios no puede ser tentado. Porque conforme a tu Palabra debemos resistir al diablo y el huirá de nosotros. Gracias por ese amor que nos ayuda a superar todas las cosas. Te pedimos que tú tengas misericordia de todo aquel que esté en prisión injustamente. Porque tú eres nuestro Abogado, eres el Juez justo, que con justicia gobiernas nuestras almas. Queremos que tú habites en medio nuestro, en nuestros pueblos, en nuestras ciudades. Queremos que tus promesas se cumplan en nosotros, somos el pueblo escogido de Dios, nación santa, plantillo de Jehová. Nos has rescatado de las tinieblas, para ver la luz Admirable, para no andar solos en los valles de sombra de muerte. Bendice nos grandemente, con sabiduría, conocimiento e inteligencia nuestros ser. Queremos predicar tu santo Evangelio de arrepentimiento, porque el reino de los cielos se ha acercado a nosotros. Tú nos has llamado, como lo hisistes con los primeros apóstoles, para hacernos pescadores de hombres. Hemos dejado nuestros quehaceres y nuestros trabajos para ser tus discípulos. Gracias por rescatarnos de las redes de éste mundo que muchas veces nos hace vivir como el hijo pródigo. Por cuanto tú, nos has transformado para ser hombres de provecho, con una vida nueva, nos has dado el dominio propio para no remendar nuestra propia salvación, con nuestras propias fuerzas, sino con el poder de Dios, porque tú eres nuestra guia, eres el capitán de nuestra barca. Gracias por convertir nuestra vida y enseñarnos que tú, no haces acepción de personas. Gracias Señor amado, por danos poder para sanar los enfermos de toda dolencia, para quitar toda aflicción de diversas enfermedades, distintos tormentos. Para reprender, lo endemoniado y lo lunático y toda parálisis pueda ser sanada. Porque tú quieres unir a tu pueblo de las diferentes regiones para que seamos uno delante de tu presencia. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

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Mateo; Capítulo 5:1-48 Eres el Dios de la perfección, el Dios de toda riqueza. Bendecimos tu nombre, tu autoridad, tu dominio, tu sabiduría, gracias Padre celestial por enseñarnos abiertamente todas las cosas, cosas misteriosas a través de tu revelación. Sigue inspirandonos con tu Palabra para meditar en tu grandeza. Gracias porque tú favor nos ha hecho bienaventurados, porque tú Espíritu ha hecho revivir nuestro espíritu, por cuanto pobres hemos sido de espíritu, nos has dado el reino de los cielos, te damos gracias porque has consolado nuestro llanto, nuestro gemir, gracias porque nuestro clamor subió a tu presencia. Eres de bendición para nuestra vida, porque ahora somos hombres mansos y humildes de corazón y tú has preparado una heredad incorruptible en un lugar santo y celestial para nosotros. Has extendido tu misericordia y todo aquel que hace misericordia alcanzará misericordia. Gracias Padre celestial, porque solamente por la sangre derramada de tu Hijo amado Jesús, hemos sido limpiados de corazón, has limpiado nuestro ser para poder ver te cara a cara. Nos has transformado para poder dar paz, somos tus hijos, porque tú nos has adoptado, cuando éramos huérfanos viviendo en nuestros delitos y pecados. Te pedimos por aquellos que aún sufren persecución, por causa de la justicia. Porque muchos hemos de ser vituperados y perseguidos, y muchos se levantarán hablando toda clase de mal en contra de nosotros, con mentiras, con falsos testimonios. Queremos ser de bendición para otros. Queremos entrar en el gozo del Señor alegres recibiendo el galardón grande en los cielos. Porque de la misma forma persiguieron a los profetas antes de nosotros. Tú nos has convertido en sal de la tierra, para que sea sazonada con tu Palabra, con tu bendición. Te pedimos que tengas misericordia de aquellos hombres que destruyen las buenas obras de los hombres desvaneciendo las por el orgullo y el celo y el odio. Gracias por hacérnos luz de éste mundo. Has enriquecido nuestra vida con una unción poderosa, para que nuestra fe crezca, para que nuestro amor enriquezca. Porque por causa de las buenas obras los hombres han de glorificar al Padre que está en los cielos. Gracias Padre por tus mandamientos, por tus decretos, por tu ley que a de cumplirse día tras día, para que los días del hombre en la tierra puedan alargarse conforme a tu voluntad. Para que se cumplan en los tiempos las zazones que tu has preparado en tus sola potestad. Queremos vivir conforme a tu palabra, porque Hay una distinción en ser llamado pequeño y ser llamado grande en el reino de los cielos, porque conforme a tu justicia el que los haga y los enseñe así será vuestro galardón. Te pedimos Señor que cada quien cuide de su hermano, para que así puedan venir tiempos de refrigerio y toda palabra profética se cumpla como está escrito. Porque así como el señor vino para cumplir la ley, así también todo aquel que le sirve y le sigue al señor no debe de abrogar la ley de Dios. Porque sabemos que el cielo y la tierra pasarán más su palabra no pasara, inclusive ninguna jota y ninguna tilde de la ley será quebrantada porque todo se ha de cumplir. Ayúdanos a no quebrantar ninguno de tus mandamientos por más pequeño que sea, sino más bien llenarnos de su poder con palabras de sabiduría para enseñarle a los hombres del conocimiento que hemos recibido acerca del reino de los cielos. Te damos gracias entramado porque la sangre de tu hijo amado nos justifica a través de la fe, porque nuestra fe excede a lo de los escribas y fariseos. Hemos oído, leído y hemos visto que nadie debe de matar a nadie, porque cualquiera que matare será culpable de juicio, más por esta causa te pedimos que quites todo espíritu del homicida, así también todo lo que cause enojo contra nuestros hermanos, te pedimos que borres toda palabra injuriosa, toda palabra blasfema, toda palabra que deshonra, toda palabra que nos aparte de la comunión con Dios, para él la había quede expuesto al infierno del fuego por causa de nuestra palabrería. Gracias padre por enseñarnos a ser misericordioso y no gravosos con nuestros hermanos y por causa de la reconciliación podemos traer nuestras ofrendas al altar y así también nuestras oración pueda subir a tu presencia en alabanza y aprobación. Por tanto te pedimos que también nos ayudes a estar a cuentas en todo tiempo con nuestro adversario el cual puede entregarnos al juez y el juez al alguacil y así ser echados en la cárcel, hasta pagar el último cuadrante. Apartarnos cada día de nuestra vana manera de vivir, porque la ley está escrito que lo cometeremos adulterio y he aquí que tu palabra nos enseña que al mirar una mujer para codiciarla, nuestro corazón ya adulteró. Reprende Padre armado en el nombre del señor todo lo que el hombre pueda codiciar bajo los ojos carnales y lo atan a pasiones vergonzosas. Te pedimos que nuestros cuerpos sean sanos, viviendo en santidad, porque hemos nacido de nuevo y no queremos que ninguno de nuestros miembros se pierdan, porque por causa de un solo miembro todo nuestro cuerpo puede ser echado al infierno. Te pedimos que nos ayudes a quitar la viga de nuestro ojo así también cuidó de nuestras manos para que no haya ocasión de que caer. Porque así como un tiempo es afectado todo el cuerpo también lo pueden hacer, guarda de nuestro ser cuerpo, alma y espíritu pedimos que nos utilices como instrumentos para el ministerio de la evangelización. Apartarnos del adulterio y fornicación, para que nuestras familias no exista el divorcio, porque hemos aprendido que cualquiera que se casa ya sea el que repudia o con la repudiada también cometió adulterio. Ayúdanos a cumplir todo lo que prometemos sea por palabra o por escrito con más bien por un pacto, no permitas que todo lo que hemos jurado delante de ti sea en vano, porque su palabra dice que no juremos por ninguna manera; ni por el cielo, porque es el tono de Dios; ni por la tierra, porque es el estado de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la ciudad del gran rey, ni por nuestra cabeza, porque no podemos hacer blanco o negro un solo cabello, se arrastraba con certeza, nuestros si, si y nuestro no, no porque todo estaba fuera de esto que ya está establecido de mal procede. Ayúdanos a resistir a todo lo que es malo, porque no podemos pagar ojo por ojo y diente por diente, sino más bien el que quiera nuestra mejilla derecha, también démosle la otra, el que quiera ponernos a pleito y quitarnos la túnica, también entreguemos nuestra capa. Y cualquiera que nos obligue para llevar una carga por una milla, vayamos dos millas más. Mas todo aquel que nos pida, debemos de darle, y todo aquel que quiera tomar prestado, no se lo niegues ni se lo rehúses, porque así como debemos amar a nuestro prójimo, también debemos de amar a nuestros enemigos, bendiciendo a los que os maldicen, haciéndoles bien a los que os aborrecen, orando en todo tiempo por los que os ultrajan y os persigan. Para que todos seamos hijos de vuestro padre que está en los cielos, el que hace salir el sol sobre los malos y los buenos, y que hace llover sobre justos e injustos. ¿Porque cuál será nuestra recompensa? Si solamente amamos a los que nos aman, porque los publicanos hacen lo mismo. Y si solamente saludamos a los hermanos, no así hacen los gentiles también. Por tanto debemos ser perfectos como vuestro padre que está en los cielos es perfecto. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
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Mateo capítulo 6:1-34
Sea Dios bendito por los siglos de los siglos, por guardar a sus hijos en justicia y santidad delante de los hombres, porque por amor a vosotros Dios envió a su único Hijo para que todos recibamos la recompensa de vuestro Padre que está en los cielos. Por tanto te pedimos Padre celestial que quites toda jactancia y ayúdanos para que seamos humildes y sencillos, llenos de voluntad y misericordia entre los hombres y para con los hombres. Así también te damos gracias por que todo lo que hemos recibido de parte de tu gracia ha podido ayudar muchos necesidades que han sido recompensadas a ciento por uno. Por eso te pedimos que quites toda hipocresía de nuestro ser que pueda impedir la bendición del cielo, porque ningún hombre merece ser alabado por otro hombre y si lo es, ellos ya tienen su recompensa. Perdona los Padre nuestro porque no saben lo que hacen. Acordémonos que el Señor dijo; que no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha. Porque así toda limosna debe darse en secreto, para que nuestro Padre pueda recompensarnos en público. Cuando nuestra naturaleza humana se interpone a lo que el Espíritu de Dios quiere hacer el hombre fracasa, no sólo en el sentido moral sino espiritual. Ayúdanos a orar fervientemente pero no como los hipócritas, escudriña nuestros corazones y nuestra mente para que nuestro clamor y nuestro llanto no sean en vano. Revela le a todos aquellos que estén falto de conocimiento, para que no este perdiendo su tiempo, parado en las esquinas haciendo sonar trompeta con palabrerías, porque tú conoces toda necesidad y desde antes que nosotros pidiéramos algo, ya tu lo conoces. Ayúdanos ahora, para que nuestra fe crezca y nuestra esperanza sea firme, para que no titubiemos en nuestra manera de pensar y nuestra manera de creer. Porque por esta razón, tú nos enseñaste a orar el Padre nuestro, para no usar vanas repeticiones. Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos metas en tentación, mas librarnos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén. Por lo cual nos has declarado tu justicia a través del santo evangelio de tu Hijo amado, nuestro Señor Jesucristo que ahora está en los cielos sentado a la diestra del Padre. Gracias por acercar tu reino a nosotros con manifestaciones poderosas, por cumplir el tiempo del cual los profetas habían profetizado desde muchos siglos sobre tu gloria. Ahora te pedimos la redención de nuestras vidas, la cual santificará nuestras vidas con cuerpos glorificados, semejante a la del primogénito de los muertos que una vez vivió en carne propia, y murió por nuestros pecados, resucitado al tercer día a través del Santo Espíritu de Dios del cual pueden modificar nuestras vidas, por lo tanto la muerte no tiene potestad de la misma muerte, porque el Señor Jesús, El Salvador, es un nombre que es sobre todo un nombre, recibiendo el poder sobre toda autoridad y principado en los cielos como la tierra. Gracias Padre nuestro por darnos una fe que traspasa los límites de la naturaleza humana. Porque también es una bendición haber recibido palabra profética de la boca de nuestro Señor Jesucristo, que como seres humanos debemos de perdonarnos unos con otros nuestras ofensas, pero también de la misma forma podemos recibir el perdón de Dios, porque también está escrito; que el justo por la fe vivirá. El ayuno también es muy importante y necesitamos orar constantemente para que Dios nos de esa facultad. Porque hay géneros que no solamente salen como oración, sino con oración y ayuno, pero tampoco se puede hacer con hipocresía, mudando nuestros rostros para que seamos vistos por los hombres. El ayuno es un acto de fe, es un acto secreto, donde Dios da su recompensa en público. Allí es donde nos muestra su misericordia para con nosotros, porque nuestro deber es orar sin cesar hasta poder llegar a sujetar la carne al espíritu. Gracias Padre celestial, por este tesoro divino que nos has dado a conocer, porque lo que es de la tierra perecerá, mas lo que es del cielo, ni la polilla, ni el orín podrá ser corromperlo y tampoco ladrones no minan y hurtan, porque las cosas que no proceden de fe, son pecados. Y por esta causa, nuestra paciencia está depositada en Dios, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, para que nuestros corazones también atesoren toda Palabra que sale de la boca de Jehová, porque así como el ojo es la lámpara del cuerpo, y si nuestro ojo es bueno siempre estará lleno de luz. Te pedimos Señor que quites la venda de los ojos y que todos puedan buscar tu rostro, Sana a los ciegos para que las tinieblas no tengan potestad alguna en ellos. Tú nos has llamado a ser luz en medio de las tinieblas, porque lámpara es a nuestros pies tu Palabra y lumbrera a nuestros caminos, tú eres el Dios de amor que siempre nos ha guardado, nos guarda y no seguir guardando hasta la eternidad y de eternidad a eternidad. Reconocemos Padre nuestro que tú eres un Dios celoso, por tanto no podemos servir a dos señores, porque uno será amado y otro será aborrecido, se estimará a uno y despreciará al otro. Ayúdanos amado Dios a servirte conforme a tu voluntad y no a las riquezas de este mundo, aun por el afán de esta vida, por lo que hemos de comer o de vestir, porque la vida misma vale más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido. Más bien, si tú tienes misericordia de las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni tampoco recogen en graneros y tú las alimentas cada día, cuanto más no valemos nosotros, gracias por hacernos sentir tu amor, tu fidelidad, tu providencia. Gracias por los recursos, los dones y talentos, por el llamado que nos has hecho, por el ministerio que nos has dado, porque tu gracia nos ha capacitado, porque por más que nos afanemos, no podremos añadir un codo a nuestra estatura. Porque conforme a nuestra necesidad, tu suplirás todas las cosas para que no tengamos necesidad de vestido, porque así como vistes los lirios del campo del cual tampoco Salomón llegó a vestirse como uno de ellos. Pero te pedimos que nos súgetes en tu mano poderosa, te pedimos que nos alimentes con tu santa palabra, para no ser como la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno. Te pedimos fe en abundancia, aunque tú ya sepas de antemano las necesidades nuestras, necesitamos la fe para seguir buscando el reino de Dios y su justicia para que el resto de lo que falta sea añadido. Porque tu, amado Dios conoces lo que ha de ser de nosotros en el mañana, y si en nosotros está ese afán que trae el mañana, apresúrate ven pronto a nosotros, porque también cada día trae su propio mal. Bendito Señor nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

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Oraciones del libro de MarcosMarcos; Capítulo 1:1-45Eres poderoso Padre celestial, te honramos en esta hora, por haber enviado mensajeros en cada dispensación, siempre te has proveído de hombres piadosos, para que el camino del Señor Jesus fuese preparado. Gracias por ese precioso Evangelio del Hijo del Dios viviente. Siempre has bendecido aquellos hombres que han tenido la disposición de clamar y clamar, no importando las condiciones geográficas en que hemos vivido, así como también las estaciones del año, sea primavera, verano, otoño e invierno, porque aún desde el desierto, el camino de la senda del Señor, ha sido enderezada, para que los hombres, saliéramos de todas las provincias, para recibir el bautismo de arrepentimiento, para confesar nuestros delitos y pecados, y así recibir el perdón de pecados a través de nuestro Señor, el Cordero. Porque si en el bautismo de Juan se cumplieron las profecías de los videntes, acerca del Ungido de Dios, que quita el pecado del mundo, cuanto más, hemos sido bautizados con el Espíritu Santo y fuego, porque esto es poder de Dios, permite Padre celestial, que todo lo que atemos, aquí en la tierra, sea atado, haya en el cielo. Gracias por derramar esa unción, para qué cuando seamos llevados a desiertos para ser probados, salgamos victoriosos, no importando la tentación que venga. Porque nadie está exento a ser tentado y así como también, das la entrada, también das la salida. Porque no solamente de pan vivirá el hombre, sino de toda Palabra que sale de la boca de Jehová. Porque conforme a tu voluntad y haciendo el bien, tú tienes complacencia, de tus hijos. Siñe nos con ese amor infalible, para tener la autoridad de abrir y cerrar, romper y cortar, con esa llave de fe. Porque el reino de Dios se manifiesta con poderes en la predicación del Evangelio de Jesús de Nazaret. Te presentamos en esta hora nuestros trabajos, para que recibamos el ciento por uno. Porque siendo nosotros gentiles, hemos venido a formar parte de aquélla pesca milagrosa a través del Evangelio. Queremos ir, en pos de aquel que nos llamó y nos ha hecho pescadores de hombres, para nuestro Señor Jesus. Porque tu Señor, qué haces todas las cosas nuevas, nos has mostrado que con nuestros propios esfuerzos, remendando nuestras propias ideas, no podremos ser salvos. Gracias por tu Palabra, porque nos enseña a vivir confiados en Dios, para recibir los días de reposo, aquellos que serán eternos, juntamente con Cristo. Te pedimos la autoridad, para reprender todo espíritu inmundo que trata de destruir sin compasión, clamamos en esta hora Padre amado, para que toda impureza sea sacudida de nuestras vidas, quita toda violencia, toda discusión, toda infamia, toda falsa doctrina que falsifica tu Palabra y no obedece a tus mandamientos. Queremos que tus señales y prodigios nos acompañen, para que tus maravillas puedan ser vistas en las sinagogas, en las iglesias y nuestros concilios. Para que nuestra fe en Cristo Jesús, sea transmitida y nuestros cuerpos sean sanados, queremos administrar el don de sanidad entre las diversas enfermedades, libertando a los cautivos endemoniados. Oramos en este preciso momento, para interceder por toda necesidad espiritual, física, financiera que hay entre nuestros seres queridos, en nuestros ministros, ministerios y en nuestros familiares y amigos. Queremos despertar cada mañana con el deseo de buscar tu presencia cada día, porque tú eres la Aurora, de nuestro amanecer. Deseamos que tu nos prepares y nos lleves con bien a las naciones vecinas, llevando el mensaje de las Buenas Nuevas, te pedimos que quites los impedimentos que nos agobian, toda plaga, limpia toda impureza porque tú eres un Dios misericordioso. Reprende toda maldición en el nombre de Jesús, extiende tu mano sanadora en esta hora. Gracias por purificar nuestros corazones, queremos ofrecer alabanza y adoración, para que tu Palabra se divulge abiertamente, para que todo lugar que ha estado desierto, pueda ser habitado nuevamente, para que no sean territorios de impiedad, por la bendición gloriosa que tu has derramado en nuestra tierra. Gracias Señor de la gloria. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
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