Julio Javier Sánchez
03/09/2011, 00:54
Y rescostó su cabellera en el pecho de él, cerró suavemente sus ojos, y pensó: Me gustaría estar así para siempre, él la contempló, con el alma en los ojos y se dijo es bella, es dulce, es muy tierna, tiene el señorío de una reina, la sencillez de una chica, se conmovió su corazón enamorado de verla tan cerca, de sostenerla en sus brazos y depositar un beso tierno en su cabellera negra, fueron apenas unos minutos que se eternizaron en el firmamento del tercer cielo, donde moran los sentimientos más puros del amor genuino y verdadero, el amor que cada día "tiene lo suyo".
Nó, no pueden las palabras describir los sentimientos que brotaron en esos instantes tan fecundos, en donde dos almas se funden en la llama del amor que no quema, sino más bien alimenta el fuego de la vida, él dicen, va a partir mucho antes que ella, fue, por esas cosas del destino, llegaron en horarios diferentes, pero, se esfuerzan por darse todo lo que tienen para darse el uno al otro, en el tiempo, corto tiempo que tienen, ella, dicen, le enseñó cómo se debe amar al ser amado, hasta con el aliento, le enseñó a ver más allá de lo que ven los ojos, intentó dejarlo, porque la razón le decía: "Estas loca", e hizo el intento pero ya era tarde, no se dió cuenta cuando había rendido el alma, y dijo: Con dulce voz y resignada como cuando se pierde una batalla contra sí misma, musitó: Esta bien, esta bien amor, aquí estoy, soy tuya, y entregó su amor al amor y el amor guardó su amor en el corazón de él, él había esperado ha mucho, y cuando resignadamente pensó ¡No llegó!, lo depositó en su corazón anhelante y le dió nuevos brillos en los dorados rayos del otoño de su vida, cuando las hojas habían caído y los frutos habían escaseado, surgió como el Ave Fénix y empezó a escribirle los versos más hermosos que habían estado durmiendo en las cuerdas de su lira enamorada diciéndole: Te amo tanto, tanto, que por ti canto, que por ti lloro, y sabes amiga mía, esta bella historia, que te narro aquí, es una caso verdadero, tan verdadero que un día, dentro de muchos años, si la conservas, amiga mía, te aseguro, más de una lágrima asomará en la niña de tus ojos. De veras amiga mía, es que eso fue un MOMENTO MUY SUBLIME.
Nó, no pueden las palabras describir los sentimientos que brotaron en esos instantes tan fecundos, en donde dos almas se funden en la llama del amor que no quema, sino más bien alimenta el fuego de la vida, él dicen, va a partir mucho antes que ella, fue, por esas cosas del destino, llegaron en horarios diferentes, pero, se esfuerzan por darse todo lo que tienen para darse el uno al otro, en el tiempo, corto tiempo que tienen, ella, dicen, le enseñó cómo se debe amar al ser amado, hasta con el aliento, le enseñó a ver más allá de lo que ven los ojos, intentó dejarlo, porque la razón le decía: "Estas loca", e hizo el intento pero ya era tarde, no se dió cuenta cuando había rendido el alma, y dijo: Con dulce voz y resignada como cuando se pierde una batalla contra sí misma, musitó: Esta bien, esta bien amor, aquí estoy, soy tuya, y entregó su amor al amor y el amor guardó su amor en el corazón de él, él había esperado ha mucho, y cuando resignadamente pensó ¡No llegó!, lo depositó en su corazón anhelante y le dió nuevos brillos en los dorados rayos del otoño de su vida, cuando las hojas habían caído y los frutos habían escaseado, surgió como el Ave Fénix y empezó a escribirle los versos más hermosos que habían estado durmiendo en las cuerdas de su lira enamorada diciéndole: Te amo tanto, tanto, que por ti canto, que por ti lloro, y sabes amiga mía, esta bella historia, que te narro aquí, es una caso verdadero, tan verdadero que un día, dentro de muchos años, si la conservas, amiga mía, te aseguro, más de una lágrima asomará en la niña de tus ojos. De veras amiga mía, es que eso fue un MOMENTO MUY SUBLIME.