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Ver la versión completa : Gacela. Ficción erótica.



Sadness
28/02/2011, 22:20
http://3.bp.blogspot.com/_NNyAF7Y-HaU/SSNNl5PiC4I/AAAAAAAAAc8/M09xGkKZab8/s400/retrato+de+mujer+negra.bmp

-¡Demonios!- Yo con este insoportable dolor de cabeza que amenaza hacérmela estallar y ahí viene de nuevo esa chica parlanchina, pero por más que me exaspere su interminable parloteo y esa voz meliflua, con que la castigo la naturaleza, no consigo enfadarme en contra ella. La veo acercarse con su inmaculado y extremadamente aderezado uniforme, y su enorme sonrisa, si fuera un poco romántico diría que semeja un ángel, pero no es así, su uniforme es horrendo, bajo sus múltiples capas de almidón que lo aderezan como escudo protector que oculta a la perfección las curvas naturales de la anatomía femenina-¿Cómo pueden soportar tanta falta de libertad? El ser humano viene al mundo desnudo, sin prejuicios sobre su desnudez, pero entonces…-¡Buen día, Alberto!- Lanza un grito ensordecedor, que taladra mis oídos, mientras coloca sobre una mesita su instrumental de tortura. Mientras habla y habla y habla, sin poner atención a su charla, me enfocó a observar su rostro, y no es que sea de una belleza excepcional, sólo que a pesar de que es para mí una total desconocida, su rostro me parece extrañamente familiar, quizá se deba a que es tan normal, nada fuera de lo extraordinario. Y sin darme cuenta en mi distraimiento, me veo sorprendido por una acometida inesperada, la chica-cacatúa me despoja de las frazadas y con gran habilidad de la camisola del pijama –Mmmm…su rubia y ondulada cabellera huele a libertad, a naturaleza- Y como bajo un influjo sobrenatural, me veo contemplado la dorada amplitud de la sabana Africana, y yo minúsculo grano de arena, quedo expectante ante la magnanimidad de la Naturaleza-Retorno a mi realidad actual, algo turba a perica-pecas, le miro abrir sus enormes y verde ojos color jungla, colmaditos de inquietud y gran sorpresa, su albo rostro, se tiñe de rubor y siento en el acto un estremecimiento en mi masculinidad, que despierta de un largo letargo. Ahora, comprendo el porqué de la turbación de la torpe-chica, me está dando un baño de esponja, pero con la torpeza que le caracteriza, llegó allende donde hace mucho tiempo, ninguna mano femenina ha irrumpido recientemente esa zona. Al darse cuenta de lo que ha despertado, se ha turbado, creo que es la primera vez que se enfrenta a esta situación, sin duda la chica es virgen hasta de pensamiento. Al percibir que la observo, intenta huir en retirada, con firmeza le sujeto, ella amaga con protestar, pero al mirar en mis ojos desbordar lasciva, obedece sin decir palabra, entonces, guio su pequeña, suave y tibia mano, que aun sujeta su pequeña y mojada esponjita, sobre mi falo que esta in-crescendo. Y como en un parpadeo, me encuentro de nuevo en el África, los nativos, con las piel oscura y lustrosa reflejan los rayos de Sol, sus cuerpos desnudos, en libertad, no les provoca morbo su desnudez, ni juicios, ni prejuicios, es algo natural en ellos. Entonces, la veo venir, desnuda, con sus pechos al aire, redondos, grandes, firmes a pesar de no usar sostén, sus piernas interminablemente largas y bien torneadas, de caderas amplias, apenas cubierta por la parte frontal por un especie de pequeño tapa-rabo, deja al descubierto de manera gloriosa, la redondez y voluptuosa carnosidad de ese par de nalgas de ensueño, de rostro excepcionalmente bello, ojos grandes y profundos, labios carnosos incitadores a la carnalidad, su piel morena, muy oscura color aceituna, me recuerda mucho a una gacela. Mi gacela, monta como experta jinete sobre mi falo turgente, que apunta con dirección al cielo, con urgencia tomo de sus caderas, acaricio la redondez de sus nalgas, le marco el ritmo de sus acometidas y comienza su danza frenética de ancestral apareamiento-¡Ahhh…! Siento estallar mis entrañas y mi torrente nervioso se estremece y con ansiedad, como si se de ello dependiera mi vida, me apodero de uno de sus cántaros femeninos, cántaros de vida...de lubricidad. Y la negra gacela somete una vez más, al rubio león, la noche en cópula con el día. Luego, de reposar unos instantes, abro mis ojos, no estoy en África, sino en un oscura prisión, sin mi bella gacela, ante mí, una ñoña rubia, con ojos desorbitados y mejillas ardientes, sostienen mi falo ya en decadencia en su erección. –Gracias, señorita-Sólo atino a decir, acomodo mi flácida virilidad, la oculto lejos de los ojos de la casta niña, y cierro de nuevo mis ojos, quiero volver a soñar con mi gacela, con la naturaleza…con la libertad. Sonrío de forma involuntaria, al menos, conseguí que doña parlanchina se mantuviera callada por largo rato. La rubia-periquita recoge en silencio su instrumental y se retira, sumamente consternada, no alcanza a comprender que fue lo que allí le aconteció.

Caracolamarina
01/03/2011, 08:25
Excelente Sadness...Casi... casi me sentí una voyeur, en esa habitación...
Muy buenas letras...de una carnalidad sexual y a la vez de fantasías eróticas que son parte de una vida así...Quizás has captado una esencia real....que anda por ahí en alguna poseída vivencia del Medio Oriente.
Felicitaciones.
Saluditos muy cariñosos.

Sadness
01/03/2011, 15:59
¿Acaso nosotros como tejedores de historias no somos un poco vouyeristas de las vidas de nuestros personajes? :oops: Creo que en todos hay un vouyerista en potencia, ¿No crees?

Gracias por leerme y dejarme tus amables comentarios. Un abrazote.