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Ver la versión completa : ¿Hay innatismo o a priori?



ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
09/02/2011, 09:58
“La manera como adquirimos cualquier conocimiento basta para probar que no es innato. Es opinión establecida entre algunos hombres que hay en el entendimiento ciertos principios innatos, ciertas nociones primarias, caracteres como impresos en la mente del hombre, que el alma recibe en su primer ser y que trae al mundo con ella.” (John Locke, Ensayo sobre el entendimiento humano, §1, pg, 21)

El celebrado filósofo Locke se basó principalmente en la experiencia para criticar el innatismo. Según Locke, vendríamos al mundo sin idea alguna de las cosas. La experiencia sería el principio a partir del que las ideas se irían imponiendo sobre la mente como lo haría sobre una hoja en blanco o tabla rasa.

La contradicción de la experiencia, el contraste de una diversidad con un principio (a priori), es un a priori en forma de a posteriori. Son distinciones psicologistas incapaces de establecer la necesidad con la que la mente hará su continuo. El a posteriori es una ordenación bajo el principio de la forma que unifica una misma experiencia. No se ordena una experiencia infinita porque no tiene por sí misma la identidad formal con la que hacer una misma experiencia. Nos referimos a una misma experiencia, y es por ello que tenemos una forma priori para ella. No es una idea impresa en un sitio que albergue ideas porque las ideas son objetos mentales causados por una estructura a priori que condiciona toda experiencia mental, donde deriva finalmente el empirismo con su irracionaldad.

La teoría de la tabula rasa fue derribada por G.W. Leibniz en la sublime obra Nuevos ensayos sobre el entendimiento humano. Kant, posteriormente, llevó aún más lejos la racionalización de la experiencia que un maestro del empirismo, David Hume, había hecho relativa a una experiencia subjetiva.

Considerar a Kant un subjetivista es un grave error, pues su mente buscaba la superación del límite subjetivo; justamente, lo contrario del subjetivismo, pues el subjetivismo consiste en establecer una totalidad de una subjetividad.

La tabula rasa es, pues, una teoría en principio irracional. Toda su racionalidad reside en la imposición de una síntesis de experiencia sin una teoría que dirija su principio.

La unidad de la experiencia se crea a partir de la diversidad que la síntesis unifica. La crítica del innatismo es una filosofía ingenua y, lo más importante de todo, es una filosofía falsa. Hay una predisposición a la experiencia en la forma mediante la que se da esta experiencia. La experiencia es posterior, pues, a partir de la forma que le es anterior. La identidad de tiempos entre el a priori y el a posteriori es un espejismo que crea la forma de la mente. Cuando se tienen ideas las ideas son causadas anteriormente a que éstas se conciban como entes no causados, la ingenuidad en la que reside su falsedad.

ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
10/02/2011, 10:25
La idea central de la tabula rasa es que somos básicamente sensibles a la experiencia, que la experiencia es un contenido por sí mismo y aporta algo que sin ella no había; es, pues, positiva por ella misma. El conocimiento, muy al contrario, es un fenómeno negativo que se sucede por contrastes; el conocimiento es dialéctico a priori.

La sensibilidad, siguiendo la teoría de la falta de innatismo, sería una forma de inmediación, incluso sería algo informe que no necesitaría de forma alguna al ser por sí mismo. El error de la tabula rasa reside en la ingenuidad de dicha identidad. Semejante teoría absurda llevaría a que conocemos la identidad de la experiencia, pues el conocimiento sería la experiencia del mismo. Y conocer no sería posible si no fuese porque hay una forma de conocer con todo un aparato cognoscitivo que hace posible una identidad en la forma de la experiencia. Vemos, una forma de conocimiento visual, porque hay un ojo que ve, y no porque haya una experiencia de ver sin un ojo que haga posible la experiencia de ver. Dicha teoría es, como digo, una teoría filosóficamente ingenua. Entrados en detalles la tabula rasa no sólo es falsa sino un mito filosóficamente muy peligroso. En lugar de cuestionar el conocimiento y hacerlo problemático, lo hace idéntico a la síntesis por la que viene determinado. Sería como si veo y concluyo que veo.

El mundo es externo, y por ello hay experiencia de él. Voy más lejos de mí mismo porque tengo una experiencia que me abre un mundo que hay fuera de mí. Pero ese mundo no sería posible si el mundo no estuviese ahí sin mí y sin que yo tuviese una forma para él.

Cuando uno conoce su cara, por ejemplo, que es una de esas cosas que a priori uno no conoce, conoce su cara porque cada vez que se mira en el espejo la cara que ve es la misma. Necesito, sin duda, la experiencia de ver mi cara para conocerla, pero me remito a algo repetidamente que establece su continuidad. Me remito continuamente a una misma cara que es el objeto de mi expectativa. La cara es distinta cada vez que la veo, y es mi forma para verla la que hace la generalidad a partir de la que lo visto es lo mismo.

A priori es la forma de toda experiencia. No hay ninguna experiencia que no sea a priori. Lo que se niega como innatismo es justamente la forma a partir de la que hay experiencia alguna. Ver supone, en este sentido, poder ver algo. Sólo a partir de una expectativa menos incierta se pasa a niveles más complejos, a ver, por ejemplo, si voy bien o mal peinado, si estoy guapo o si me queda bien este pantalón, etc. Esto es hasta tal punto así que el proceso neurológico del que surge el conocimiento es optimizado cuando hay una densidad suficiente de expectativas, una confianza en los objetos a conocer, el significado lógico de a priori. Las variedades psicologistas del significado de a priori pertenecen a la psicología del conocimiento y no a la filosofía del conocimiento.

Asexperia
13/02/2011, 15:32
Alberto:

Descartes defendia las ideas innatas y Kant las formas a priori, ¿Cual es la diferencia entre el innatismo de Descartes y el de kant?

¿Puede la realidad objetiva existir sin mi?

Un saludo

ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
14/02/2011, 09:17
Hola Elvis. Agradezco tu participación en este tema. He de reconocer que me sorprendió tu adhesión a la filosofía de la tabula rasa de Locke. Me parece una filosofía ingenua, subjetivista, contradictoria y falsa. Me sorprendió mucho porque anteriormente te había comentado que un discurso no a priori es incoherente. Se queda sin posible racionalidad y se desfonda solo.

Todo conocimiento es a priori, y no sólo es a priori sino que ha de serlo. El cambio, la posibilidad de que discurra, basa su continuidad en que sea a priori, pues de lo contrario rompería la identidad en la que se basa. Si lo que se tenga pensado tratar en este tema no es a priori no hay ningún agarre firme al que remitir el trato; ya sea tu razón, ya sea la mía, si no hay una razón a la que remitirnos no hay en qué basar la continuidad de una idea.

Compete a la lógica de todo conocimiento que se refiera siempre a aquello que se conoce. Si lo que se conociese no fuese lo mismo no podría hablarse de conocimiento. Si miras una mesa, una silla, un libro, una cara, lo que sea, y te refieres a ello, tienes que referirte a algo en lo que se basa la posibilidad de tu referencia; sin ello el contenido de tu proposición, aquello que hipotéticamente llamamos conocer, la identidad de la proposición con lo que sea la cosa, rompe en lo que se basa. Es como si digo que soy Elvis, pero soy Alberto.

A partir de algunas reflexiones que tuve sobre la predisposición del tiempo subjetivo y las últimas discusiones con Mario Blacutt (http://foros.monografias.com/showthread.php?t=57132) me vi forzado a superar el límite subjetivo por una coherencia que fuese más amplia que el mínimo subjetivo. Mi verdadero interés estaba en el a priori moral, pero la contradicción psicológica requiere de una forma objetiva que determine la incertidumbre subjetiva. El desplazamiento fue un concepto para representar la incertidumbre psicológica en su determinación emotiva, cuando la representación se ve superada por un contenido positivo que no entra en la forma a priori para representarlo.

El empirismo tiene un sentido muy importante al contradecir y dar contenido a la teoría. Un concepto cualquiera sin experiencia está vacío, y no puede ser a priori consigo mismo. El concepto a priori no tiene más discurso que un simismo indeterminado, no tiene objeto y tiende al vacío de su falta de determinación. Todo discurso tiene origen en la predisposición de un concepto, y todo a priori debe ser necesariamente un concepto en la continuidad de su historia; debe ser, por tanto, a priori. El fenómeno de la precipitación invierte la limitación teorética en la predisposición preferente en la que reside la expectativa.

La historia no se debe hacer mirando hacia atrás sino hacia delante. Tiene ciertamente un sentido de antemano, hacia delante; pero no tiene en sí la diversidad de su desarrollo sino sólo una forma de confianza que originalmente determina su expectativa. La síntesis de la forma del tiempo no puede ser una forma psicológica sino anticipándose al contenido que primeramente determina la experiencia psicológica.

Kant amplia el cogito por medio de una síntesis empírica que da forma a la extensión con la que se desarrolla la experiencia.

Las facultades predispuestas en el alma de Descartes deben ser situadas. Descartes hablaba de Dios y una ciencia primera con la que poder conocer en primer orden la posibilidad del discurso del conocer mismo, la continuidad del conocimiento.

La modernidad de Descartes debe ser vista a la luz de la racionalidad. La razón sustituye a Dios. Se sustituye una lógica sobre Dios por una lógica sobre la facultad racional del hombre. Descartes tiene mucho valor.

Hace un par de años descubrí en sus obras una modernidad asombrosa. Se lo estaba criticando mucho por el éxito de la obra de Antonio Damasio, El error de Descartes. Observé que la superación de los neurocientíficos, su presuntuosidad, era una pobre interpretación de su importancia para la historia de la filosofía.

Descartes no debe ser leído como la solución definitiva al problema de la relación del alma con el cuerpo, el dualismo cartesiano, sino desde la continuidad de su relación en el conocimiento. Los escritos de Descartes sobre el cerebro y la determinación del pensamiento no tienen mucho interés vistos desde el conocimiento actual del cerebro. Una interpretación justa de Descartes debe fijarse en lo que había de verdad e importancia en sus escritos. Yo me asombré sobremanera cuando comprobé que estaba perfectamente adelantado a toda la teoría sobre la esencia de los fenómenos, empezando por ser el padre de la ciencia primera en la que Husserl centraba la fenomenología. Así es como el interaccionismo dualista de Popper es una importantísima ampliación de los objetos problemáticos para la mente. La mente no es el pensamiento ni su razón cerebral, sino que éstos no son nada sin su exterioridad, el continuo referencial, para ser lo más cercano a las propias palabras de Descartes, “aquello a lo que se refiere”.

Kant entendió esto perfectamente, y entrevió los problemas del tiempo psicológico del conocimiento y los de la lógica que determina la extensión del mismo. Maestros de esa talla requieren estudios de sus obras con seriedad, justicia, novedad y actualización. Así es sorprendente que Damasio la tome contra Descartes y se rinda ante Spinoza. Spinoza solucionó una extensión que verdaderamente no salía del ámbito cartesiano. Su Ética es el fracaso de la interioridad al buscar la resolución del conflicto de las pasiones. Es una ética subjetivista con forma de racionalidad dogmática. Damasio, a este propósito, no parece ni haber empezado a entender qué clase de conflico supone el límite subjetivo para la ética. Aún así, quiere solucionarlo mirando al cerebro.

Según mi opinión no hay ninguna diferencia entre el innatismo y el a priori. Se refieren a lo mismo. ¿Cómo habría de ser una proposición que no esté determinada por algo?

Por último, no puede hablarse de realidad objetiva sin mí. Es una especulación absurda. Sólo se daría en el noúmeno, donde no hay experiencia alguna. Pero el sujeto necesita, sin duda, de una objetividad en la que basarse; y la racionalidad la hace a priori.

Un saludo

Asexperia
16/02/2011, 15:46
Alberto:

La determinación de si el conocimiento es a priori o a posteriori es una opinión y una verdad relativa. La verdad relativa es evidente para algunos y rechazada por otros. Nadie tiene, ni ha tenido la verdad absoluta, la que es evidente para todos.

En el proceso del conocimiento primero es la percepción, luego la representación y el concepto. Antes de eso el recién nacido trae consigo reflejos e instintos que le permiten la supervivencia. Las ideas las adquiere a medida que su cerebro se desarrolla y enfrenta la realidad.

Dentro de las corrientes del Empirismo que conozco, yo me considero empirista moderado: la experiencia es la base de las ideas. Que luego esas ideas nos faciliten el reconocimiento de nuestras experiencias cae en el concepto de transferencia del aprendizaje.

ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
17/02/2011, 09:56
A priori es una ordenación lógica del conocimiento. El conocimiento se refiere a algo que ha de ser objetivamente a priori; supone que su posible conocimiento es posible al referirse a un mismo objeto. Si conozco esta cosa la cosa ha de permanecer en un continuo como aquello que es conocido; si la cosa no es la misma, si la cosa no permanece, no conozco la misma cosa en un continuo. Vg. si me refiero a un conjunto de hombres, pero es un conjunto de gatos; no sería un conjunto a priori de hombres sino sólo la relación a priori de ser distintos miembros.

Si algo puede ser criticado es a partir de la consistencia lógica del conocimiento con respecto a la experiencia. No es primero la lógica y luego la experiencia, ni primero la experiencia y después la lógica; son las dos acciones en una continuidad que ha llevado a que la experiencia se dé de una forma.

La verdad es y tiene que ser a priori. Por otro lado, yo defiendo una crítica de esto mismo que no es epistemológica sino moral. En cualquier caso, es una crítica a priori. La lógica del conocimiento se cumple perfectamente; conocer es conocer a priori. La lógica de la moral, contrariamente, sólo se da imperfectamente; la moral y su sentimiento residen en una subjetividad y en ella radica su límite. La subjetividad moral no la estudia la epistemología sino la sociología; la moral no es ni puede ser una cuestión individual y no pertenece al noúmeno. Recordemos que la verdad reside en el noúmeno al pertenecerle las condiciones que tratan sobre ellas, pues son condiciones inteligiles. La continuidad de su identidad reside en ellas.

Mi postura no es absoluta. Mi defensa del a priori no es dogmática. El a priori es la forma mayor de la que se sirve el conocimiento. Todas las experiencias guardan una relación a priori con el conocimiento; si no, se pueden conocer, pero es un conocimiento imperfecto.

La lógica surge como un patrón de máxima coherencia con la experiencia. También es cierto que sin una experiencia diversa no se llegaría a establecer una coherencia lógica de la misma. Para que la experiencia sea pensada, el conocimiento tiene que referirse a priori a esa experiencia; no habría verdad de otra forma.

El pensamiento y lo abstracto, a este respecto, no son mundos distantes sino mediante una forma. A mí me interesa la forma mayor. Las categorías con las que tomamos estas acciones (pensar y abstraer) son generalmente idealismos que, en mi opinión, reclaman filosofía de su historia. Pensamos, más bien, poco y mal; estamos muy limitados. Esto ha de ser a priori. Para que no fuese así deberíamos ser infinitos o estar preestablecidos. La tabula rasa, que conduce a lo contrario de lo que critica, es una filosofía de la mente imposible. Su experiencia es teóricamente vacía al ser rasa; no tiene predisposiciones en mente.

Planteemos la cuestión en otros términos. ¿Cómo habría de ser algo a conocer para que no fuese a priori? ¿A qué nos estaríamos refiriendo si negamos que nos refiramos a una misma cosa?.

Al tomar la vía escéptica terminamos por contradecirnos a nosotros mismos. El escepticismo cae en su propia trampa, y, en último término, muestra su incoherencia. El límite subjetivo reposa en la contradicción con su propia experiencia. Usa la lógica para cuestionar el conocimiento, pero no se hace cargo de que su límite es a priori y la representación subjetiva está determinada por ese límite.

Lo relativo del conocimiento no se refiere a la verdad sino a la diversidad de una perspectiva en ella, un nivel que se refiere a ella a priori.

De una verdad relativa, como si digo veo esto, podemos ir a ver esto otro. Hay distintos objetos vistos que sirven de base a una vista relativa, pero ver no es relativo. La verdad de la que hablo es proposicional, verdad sobre algo; es a priori con respecto a ello.

La experiencia de ver será relativa, ciertamente. Las condiciones lógicas de ver no son relativas; están limitadas por una lógica. Ver un objeto cualquiera y ver otro objeto distinto son idénticos en tanto son vistos, unidos bajo un mismo concepto: ver.

Es significativo que estés derivando en la misma lógica que Mario Blacutt. La experiencia sin predisposición es lo contrario del aprendizaje. Se aprende porque hay una remisión repetida a una misma experiencia.

La experiencia guarda una relación a priori con la mente que conoce; de lo contrario, no se aprendería nada. La tabula rasa es tan absurda que conduciría, como dije, a que sólo se aprende; esto es, que no se aprende nada porque todo se renueva. La mente sería un raso continuo; su conocimiento es autocontradictorio.

Lo aprendido se entrama en un conjunto. De hecho, te comenté que había una depuración de información enorme. Defender la tabula rasa al respecto es un mentalismo sacado de una identidad con la experiencia que la reduce a lo que se graba en la experiencia individual. Y muy al contrario, lo que se aprende finalmente es lo que queda de lo aprendido, lo que termina por anteponerse a la experiencia. Si cada vez que aprendiésemos comprobásemos que la experiencia fuese distinta, sería muy difícil aprender.

Tenemos una forma en la mente, sensibilidad o cerebro, igual me dan para esta cuestión, que restringe el máximo objetivo para hacerlo posible el mínimo subjetivo. Mente es la base a priori a partir de la que conocemos. Ahora bien, la experiencia en un continuo no es una experiencia individual, sino que la experiencia se hace máxima en diversos individuos que comparten una misma forma. Se logra más actuando en conjunto.

Los niños cuentan con un programa de aprendizaje que compartimos casi todos lo humanos: vista, oído, predisposición al lenguaje, al efecto del otro, al espacio, al tiempo, etc., etc. La extraordinaria actividad neuronal de los niños es una prueba más de la fasedad de la tabula rasa. La experiencia no se graba en una forma o tabla intínsecamente seca sino que está más predispuesta a la siguiente experiencia; se anticipa a ella. El aprendizaje en los niños requiere de más actividad para aprender. La inteligencia artificial, por ejemplo, tiene gravísimos problemas para imitar esa complejísima actividad. No sería posible ninguna imitación que no fuese a priori. Y nada de esto es individual más que en una incierta representación mínima. Nadie aprende en un continuo. ¿Qué se aprende sino lo que se reincorpora a un proceso conjunto (no individual) que saca partido de lo aprendido?. En otras palabras, actúa como una totalidad. El aprendizaje en el hombre es principalmente imitación. En definitiva, un mismo objeto y una misma intencionalidad son una misma forma con la que hacer unidad de experiencia. Lo relevante en la imitación no es quién imita sino que lo principal es lo imitado.

Querría dejar claro que no estoy en contra de lo empírico. Lo hago relativo a la teoría. Hablo de una epistemología. Conocer qué.

erre
17/02/2011, 21:45
Entrados en detalles la tabula rasa no sólo es falsa sino un mito filosóficamente muy peligroso.

Hola Alberto, me puede decir ¿porque considera la tabula rasa como filosóficamente muy peligroso?

ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
18/02/2011, 09:45
Hola erre. Es peligrosa por todo lo que digo: es psicologista, falsa, ingenua y, como consecuencia de todo ello, inmoral; crea muchos problemas que no resuelve sino confundiéndose con la síntesis empírica en la que reside el problema que no resuelve.

Locke no sólo se opuso a las ideas innatas del conocimiento sino también a las morales o principios prácticos. Por supuesto, estoy en contra de Locke y su peligrosísima tabula rasa.

Ciertamente la tabula rasa es una teoría atractiva. Nos dirige a la experiencia, pero comete el error de no contar para ella de una teoría primera. El racionalismo se contrapone al empirismo en la inferioridad de la experiencia frente a la razón.

Cualquiera puede comprobar que la experiencia no es algo dado. Está ahí, sin duda, pero para que esté tiene que haber una forma para ella. La razón hace una experiencia de su diversidad. Habrá la riqueza de experiencia que se quiera. Sólo se nos da a partir de una forma. Vg. los sentidos y variedades de estos tales como la inteligencia, la memoria, la imaginación, etc.

Ya anteriormente usted se interesó por el a priori en la discusión con Mario Blacutt. Usted planteó:


de acuerdo con el ejemplo que usted pone de la mesa no sería correcto decir que: el conocimiento de la mesa es independiente de la experiencia.

´que cuestioné como:


¿hay una predisposición tal que nos refiramos a algo como a una mesa por el espacio que ocupa, la palabra que la designa, o alrededor de lo que nos reunimos para comer conjuntamente?. Claro está, que habrá muchas maneras de medir el espacio que algo ocupa, un término distinto para designar ese algo, y prácticas muy diversas a la hora de reunirse; pero todos medimos el espacio, usamos términos para referirnos a las cosas, y nos reunimos alrededor de algo.

La aprioriedad consiste en un esquema sedimentado consecuencia de la exposición muy repetida a una experiencia; la teoría para la experiencia llega a ser anticipada en forma de expectativa. Dicha experiencia no es fija sino plástica; es preferente, pues es la teoría más coherente con una experiencia continua y de máxima repetición. Es lo que queremos decir con lógica, no que sea un máximo de intelección sino un mínimo teórico sacado de un máximo de experiencia. La síntesis del conocimiento es independiente en este sentido, ya que no discurre de igual manera que su experiencia; es un discurso distinto que sigue una lógica superior que depende del antecesor que cabalmente supera, esto es, que es histórico, pero forma parte de otra historia.

Esta última mención que hago a la síntesis del conocimiento me pone totalmente en relación con Descartes. ¿Qué es lo que pienso cuando pienso? ¿No es aquello en lo que ha de residir la verdad al no reducirse a su experiencia y hacer posible una diversidad no dada en ella, que no sea un vacío continuo de sí mismo (analítico), tal y como habitualmente se malinterpreta la profunda sentencia de Descartes "pienso luego soy" (es pensable luego algo ha de ser)?

La experiencia de la mesa es indudable. En el cerebro no hay mesas preconfiguradas. Antes de que hubiese alguna mesa en ningún cerebro nunca hubo mesa alguna. Las ideas de la experiencia son las que han surgido con arreglo a alguna razón en ellas. A priori, por tanto, no se refiere a una idea absoluta sino que es la condición a partir de la que la mente concibe el resto. La generalidad, por ejemplo, es un concepto esencialmente problemático, porque requiere de una gran plasticidad que adapte casos individuales dentro de la unidad que se hace general. La incertidumbre de la plasticidad no es absolutamente incierta, como tampoco es absolutamente a priori. Hay un límite.

El problema es el siguiente (para ampliar el discurso de Mario). Efectivamente, el a priori es posible desde la acción de un juicio analítico. El juicio sintético a priori necesita de una experiencia que amplíe su conocimiento. Ahora bien, toda experiencia se hace relativa a un a priori desde la acción de la razón, lo que se conoce rectamente. El sentido del juicio sintético a priori es racionalizar la diversidad de la experiencia y hacerla posible científicamente.

La razón tiene la capacidad de poner su objeto, como diría Husserl, entre paréntesis, en suspenso. Dicha capacidad reside en la confianza en que su objeto se mantenga igual. De nada valdría dejar la mesa en suspenso si la mesa fuese una silla. Pero nos referimos a las mesas y podemos abstraer las mesas porque hay mesas con las que contamos que se pueden abstraer porque no son sillas. Nos basamos en la confianza en las mesas. Hay una confianza depositada en las mesas que no se contradice con la experiencia que comprobamos de las mesas

A pesar de ser un negativista que niega el carácter afirmativo del a priori continuo, en ningún momento soy un irracionalista sino, más bien, todo lo contrario. Me sirvo del a priori para comprender lo profundo de los problemas. La diversidad de la experiencia tiene un límite, justamente a partir del que es experiencia. Mi cuestionamiento del límite del a priori surge con la reflexión moral o el a priori moral, para mí, el auténtico problema. El a priori, tal cual, no se puede contradecir sin auto contradecirse; y la moral, en este sentido, es un tipo muy especial de síntesis a priori. Por esto dasarrollé el desplazamiento, para dar al conocimiento la forma que no comprende de la representación subjetiva .

erre
18/02/2011, 10:46
Alberto, me gustaría saber que opina de este articulo. Para mi demuestra las bondades del empirismo.

http://www.monografias.com/trabajos-pdf/pasteur-generacion-espontanea/pasteur-generacion-espontanea.shtml?monosearch

ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
18/02/2011, 11:02
Erre, no consigo enviarte MP. Cuando pueda leeré ese artículo.

No estoy en contra del empirismo. Cuestiono su falta de principio y, por tanto, su inmoralidad.

ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
22/02/2011, 09:26
No estoy en contra del empirismo ni de lo que la experiencia tiene de aleccionador. Mi defensa de apriorismo consiste en que todo conocimiento reside en la identidad de la experiencia y la forma para conocerla (*); y llevo esa defensa hasta el punto de que la contradicción de esta tesis (*) priva de sentido lógico al conocimiento; se deslegitima a sí mismo al no contar con la forma de la que se sirve su confianza. Para conocer hemos de contar con alguna forma a partir de la que poder conocer; conocer será, por tanto, conocer algo.

El conocimiento no es una forma de identidad definitiva sino, más bien, la muestra de su límite. Por ello doy mucha importancia a Descartes, Kant y la fenomenología.

A Descartes se lo toma como un prejuicio de la filosofía; y, muy al contrario, si uno sigue la lógica en la que Descartes se apoyaba ve con claridad con qué tipo de forma el conocimiento encuentra la verdad. La historia de la filosofía se hace al poner lo que los filósofos tuvieron en mente y relacionarlo con lo que nos puede interesar de ello.

Es enormemente educativo comprobar que la problemática de la fenomenología estaba perfectamente entendida hace siglos cuando sólo se intuían algunos problemas que abría la filosofía de la ciencia. Sin ir más lejos, la evidencia de la verdad es un problema fenomenológico para cualquier otro conocimiento que no comparta la misma forma de evidencia. El empirismo y la síntesis de experiencia se hacen con una forma que la mente tiene por sí misma, pero necesita de otras formas con las que proseguir la identidad de dicha experiencia.

La predisposición de la mente en forma de a priori no me parece discutible. Una forma de ampliar el a priori sería, como dije, cuestionar las formas a partir de las que la identidad no se mantuviese, a partir de qué límite la expectativa se convierte en algo nuevo, en algo, pues, distinto. La experiencia, en ese sentido, es una forma de hacerlo con la que, por otra parte, no se amplía mucho porque, en definitiva, se trata de la repetición de la misma forma con la que la mente se ve limitada a priori a sí misma; va de una forma a priori hasta su identidad con la expectativa que la mente tiene para ella. Dicho de otra forma, se trataría de pasar por alto lo problemático de la cosa en sí.

Hace unos días supe de un estudio que tal vez resulte aclarador sobre la esencia problemática de este tema. Estudiaron los tiempos que una serie de individuos tardaban en procesar ciertos estímulos. Los tiempos de procesamiento se reducían si los individuos eran condicionados por un estímulo repetido. O sea, que uno tarda x milisegundos en procesar una señal, pero si cuenta con una expectativa tarda menos. La razón neurológica está en que los estímulos fluyen con mayor facilidad si tienen la estructura sináptica con la que la acción neuronal hace todo su trámite (en terminología kantiana se llama síntesis, "el acto de reunir diferentes representaciones y de entender su variedad en un único conocimiento" {KdrV, B103}, un problema continuo para la acción de la mente). En lugar de sobrecargar el cerebro, ese trabajo se tiene ya hecho. La tabula rasa no sería rasa sino que contaría con unas preferencias tales como la predisposición a estímulos repetidos que se anteponen a la experiencia aun sin forma para ella; el cerebro busca hacerse lo más próximo posible a la experiencia mediante hipótesis en forma de la mínima distancia con ella, cabalmente, la forma adelantada de su precipitación. La posibilidad de una nueva síntesis no es una novedad rasa y sin deudas, sino que ha de ser un paso adelante con un objeto antepuesto, pues de lo contrario sería espontáneo y no habría ninguna conciencia del mismo. Si advertimos una serie de repeticiones en un tiempo dado (un segundo, un minuto, una hora, un día, etc.), se comprueba que las densidades a partir de las que las formas se estructuran se hacen enormes. Las formas que más se repiten son las preferentes. Ahora bien, las formas a priori no son otra cosa que formas muy generales con las que hacer una experiencia. Si son muy confiables, como indudablemente lo son, es porque la diversidad de la experiencia no es ilimitada; es por ello que hacemos una síntesis de la diversidad mediante una forma con la que sea posible la experiencia para que sea, en definitiva, posible al conocimiento, que la podemos conocer.

La experiencia no es ilimitada ni es por sí misma; tiene una forma. El idealismo que el empirismo quiere hacer experiencia no deja de ser idealismo. Es un problema de las formas con las que la experiencia hace síntesis sin crítica en ellas. Su expectativa ha de estar antepuesta en forma de experiencia preferente.

erre
24/02/2011, 19:48
A priori es la forma de toda experiencia.

No hay ninguna experiencia que no sea a priori.

Alberto, seria tan amable de sustentarme estas dos afirmaciones.

ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
25/02/2011, 10:05
Se trata de una cuestión contradictoria que resuelve la dialéctica. La mente ha de tener una forma a partir de la que hacer discurrir una experiencia. Vg. ver o contar, la vista de un pájaro ó 1 y 2. Ahora bien, el discurso está limitado por la conciencia que se pone sobre ella. Vg. el pájaro que vuela es visto con mis ojos que son una forma que relaciona el campo que el pájaro ocupa; se va de 1 a 2 con una forma de sucesión que relaciona 1 y 2.

Anteriormente en este tema sugerí lo siguiente:


Planteemos la cuestión en otros términos. ¿Cómo habría de ser algo a conocer para que no fuese a priori? ¿A qué nos estaríamos refiriendo si negamos que nos refiramos a una misma cosa?..

Dicho esto, ¿qué sería un pájaro sin su deuda con la percepción que lo ve y el complejo entramado que hace posible una experiencia limitada en forma de ver?.

El conocimiento al me refiero es uno con forma apriorista, es decir, con un discurso que esté constituido de partes que lo determinen y sean las que puedo conocer.

Puede que esté desconcertando con el uso que hago del noúmeno. El noúmeno son las condiciones de una proposición que dan verdad. Nos basamos en el noúmeno para decir de algo que es verdad. Toda proposición es noumenalmente a priori, de lo contrario no podría ser verdad al ser su meta-nivel; que sea proposición de algo hace que, justamente, dependa de ello. El noúmeno es ideal. Su experiencia se reduce a ser pensable. Sería el pájaro ideal o un 1 ó un 2 (todos los números son noúmenos). Si digo, por ejemplo, “yo soy Alberto”, debe haber alguien a partir del que se diga que es Alberto. El nombre Alberto se corresponde con la persona a partir de unas relaciones ideales que soportan ser Alberto (mi cuerpo, mi identidad psicológica, mis familiares, mi casa, etc.).

Me ha pasado esta mañana algo que puede ayudar a ver el sentido que me atrae del innatismo. He salido de mi casa a tirar la basura. Cuando a los pocos segundos he vuelto, mi hijo ha chocado conmigo. Uno generalmente no choca con los otros porque tiene un mecanismo motor que está alerta del espacio que los otros ocupan; el espacio del otro es una expectativa que hay en la predisposición al espacio. El movimiento es a priori con respecto al otro. Pero mi hijo está creciendo mucho, y su tamaño cambia por días. Su predisposición al espacio no se corresponde con su experiencia porque ha de aprender que su identidad espacial no es la misma. La experiencia del espacio se corresponde con la expectativa de una identidad psicológica que se sustenta en quien está cambiando, pero, asimismo, tiene una misma experiencia del cambio (esto no le pasa sólo al adolescente sino a todo el mundo). Todo tiempo es común e incondicionalmente a priori.

El aprendizaje necesita de mucho más esfuerzo que la costumbre. Los niños tienen una gran propensión al aprendizaje porque requieren estructurar rápidamente el mundo. Hay, sin embargo, una lectura sobre esta cuestión con la que no puedo estar de acuerdo. La plasticidad cerebral ha sido limitada fisiológicamente a la acción del cerebro. Mi enfoque, por el contrario, pone unos límites externos a la acción del cerebro. Aunque siempre haya plasticidad cerebral (otra cuestión que está generalmente mal entendida), el continuo mayor que determina la plasticidad no le pertenece al cerebro por sí mismo, sino que es externo a la acción cerebral.

La aparente contradicción entre lo interno y lo externo de la acción cerebral es, en cierto modo, similar a la contradicción entre el a priori y su experiencia. A priori no es una forma fija como lo sería si fuese un noúmeno continuo; a priori es, mejor visto, la forma con la que ordenar lógicamente su experiencia. Una experiencia ilimitada se hace límite por una finalidad preferente que es ordenada. Podría parecer que hubiese un círculo vicioso (si es primero uno u el otro), pero la balanza cae hacia el lado que cuenta con la forma mayor. Leibniz, pensador al que estimo mucho más que al rancio Locke, intuyó esta idea magistralmente con su intuición del asno de Buridán; hizo de la tabula rasa de Locke, poco más o menos, una filosofía de subjetivistas indecisos.

Ciertamente, estamos dirigidos hacia la experiencia, pero nos adaptamos a ella mediante una forma. No vemos, por ejemplo, ningún continuo visual, sino que todo lo visto está antepuesto por un aparato visual basado en complejísimas expectativas con un lento proceso de corrección (esto lo puede comprobar cualquiera con algunos ejercicios visuales y sin necesidad de moderna tecnología). Aunque la vista es un sentido muy basto y lento si lo comparamos con otros sentidos, el más sutil de los sentidos, el pensamiento, es, igualmente, formal; la mente no se apercibe de ello porque su forma a priori llega a un límite. Delirios como la intuición, la auto percepción, la simultaneidad, etc., no son otra cosa que palabrería sobre la filosofía de la mente.

La modificación que la experiencia provoca es menor que el mayor al que la experiencia está predispuesta; si no fuese así todo sería experiencia y no podría haber ninguna conciencia de ella. La experiencia ha ser menor que la posibilidad de su conciencia. De esta indeterminación sale lógicamente el concepto de generalidad; es un concepto necesariamente incierto, y debiera decir que su razón es genética y no lógica. La conciencia, contrariamente a su experiencia, se basa en la remisión repetida a algo; la confianza de la conciencia se basa en una forma mayor de expectativa a la que la experiencia está predispuesta.

La tabula rasa es profundamente psicologista. Tiene, como dije desde un principio, una filosofía de la mente alarmantemente ingenua. La representación de la psique está causada por la acción cerebral. Los caracteres impresos en la mente no se aperciben porque vienen dados al estar determinados en una síntesis orgánica para la que carecemos de concepto a priori. Si contásemos con este concepto no habría errores en la filosofía del tipo del de la tabula rasa. Hay un retraso medible en la acción de la mente que deslegitima totalmente la impresión en una tabula rasa. La tabula rasa hace su historia (síntesis) desde el final sin saber nada del principio.

erre
27/02/2011, 22:03
Así como usted explica las cosas da la impresión de que fuera un innatista.

Para que centromos mejor la la discusión voy tomar el concepto de ideas simples e ideas compuestas de Hume. Según la experiencia nos permite hacernos una idea de las cosas que percibimos, así por ejemplo: si veo un ave me hago una idea del ave y si veo un caballo me hago una idea del caballo.

Si la persona toma estas dos ideas y las une forma una mueva idea que seria un pegaso.

SEgun esto:

Caballo y ave son ideas simples

Caballo con alas (pegaso) son una idea compuesta

Esto lo que demuestra es que no hay ideas innatas sino ideas simples e ideas compuestas. Las unas se dan por la experiencia y las otras por la reflexión.

Ahora me gustaría ¿saber como explica usted esto?

¿Donde esta el apriori?

ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
28/02/2011, 09:40
SEgun esto:

Caballo y ave son ideas simples

Caballo con alas (pegaso) son una idea compuesta

Esto lo que demuestra es que no hay ideas innatas sino ideas simples e ideas compuestas. Las unas se dan por la experiencia y las otras por la reflexión.

Ahora me gustaría ¿saber como explica usted esto?

¿Donde esta el apriori?

Las ideas lógicas no son ideas en el sentido de ideas idénticas con su subjetividad sino en el de lógica de las ideas. Vg. usted ve y yo veo; ver es mayor que un límite subjetivo, pues es común y superior a los sujetos.

Las ideas innatas se refieren a ideas en tanto que ideas. No se refieren a tal o cual idea de algo sino a aquello que hace su mayor generalidad, es decir, aquello que no está condicionado por la experiencia sino que surge a partir la síntesis de ésta. Vg. los números no son objetos de experiencia sino formas inteligibles a partir de las que se da ésta. El patrón a partir del que se cuenta no es una idea sino una capacidad que hay en el cerebro. Contar, por ejemplo, no es posible poque usted tenga experiencia de contar, sino que tiene experiencia de contar porque se ha desarrollado una capacidad de contar.

Las ideas, en cuanto entes, no se encuentran en ningún sitio; son objeto de la metafísica (ontología). Por otro lado, caballo y ave son dos cosas distintas. No habría distinción alguna sin una forma a priori a partir de la que distinguir. Es propio de una filosofía ingenua tomar la diversidad de la experiencia por su totalidad. Vg. la lógica de la generalidad.

Locke no demostró nada en contra de las ideas innatas. Eran razones argumentativas falsas, su especulación carecía de un principio racional que las ordenase en relación a su experiencia; cuando hubo un principio, como actualmente, han de ser replanteadas. Hay cientos de estudios en la actualidad que desdicen la tabula rasa.

Mi postura es sin duda apriorista. Añadí el título de innatismo porque está íntimamente relacionado con el problema al que el apriorismo se enfrenta: ¿En qué se basa la confianza del conocimiento? ¿Qué razón hay en las cosas para que se pueda contar con que habrá una misma cosa aunque la cosa no sea la misma?

La cuestión de que Locke estuviese en contra del innatismo es conveniente para la historia de la filosofía; y más conveniente aún es que pongamos a Locke en su sitio y retomemos la enorme importancia del pensamiento de filósofos racionalistas como Descartes.

Yo dediqué meses al Ensayo de Locke, y no he vuelto a él sino para cuestiones puntuales; en ningún caso he visto en él un interés que no hubiese en otros pensadores. Desapruebo profundamente su filosofía; me parece un filósofo muy sobrevalorado. Filósofos como Leibniz y Kant, por el contrario, son pozos de incalculable riqueza.

El actual conocimiento del cerebro está derribando ciertos mitos como la tabula rasa que, como paradigma, son filosóficamente insostenibles. Con hacer cierto cuestionamiento de la tabula rasa vemos que es, como dije, subjetivista, y, consiguientemente, ingenua, irracionalista e inmoral.

1. Es subjetivista porque se limita a una representación para la que carece de una razón en la que fundarse; no va a ningún lado. La explicación del proceso que conduce a una subjetividad (idea) es mucho más complejo que un cúmulo de impresiones, ya sean simples o complejas.

2. La producción de las ideas no está limitada a su experiencia, sino que, contrariamente, las ideas se producen anteriormente a su representación. Esta causación de las ideas estaba perfectamente concebida en filosofías como las de Descartes o Spinoza.

3. Al carecer de un principio racional que ordene las ideas, las encierra en un discurso sin una razón con la que anticiparse a ellas.

4. Al igual que en la producción de las ideas relativas al conocimiento, las ideas morales no se dan sólo por su experiencia, sino que la tabula rasa repite de nuevo sus faltas.

No veo por qué usar una teoría que no lleva a ningún otro lado que a repetir errores.

erre
28/02/2011, 11:39
Las ideas innatas se refieren a ideas en tanto que ideas. No se refieren a tal o cual idea de algo sino a aquello que hace su mayor generalidad, es decir, aquello que no está condicionado por la experiencia sino que surge a partir la síntesis de ésta. Vg. los números no son objetos de experiencia sino formas inteligibles a partir de las que se da ésta. El patrón a partir del que se cuenta no es un a idea sino una capacidad que hay en el cerebro. Contar, por ejemplo, no es posible poque usted tenga experiencia de contar, sino que tiene experiencia de contar porque se ha desarrollado una capacidad de contar.


Esto de que los números no son objeto de experiencia es muy discutible. Recuerdo que a mi me enseñaron en la secundaria como habían sido inventados los números. La historia es mas o menos así:

Los pastores de ovejas cuando llevaban ovejas a pastar tenían el inconveniente de que no sabían si regresaban todas después de llevarlas todas. Entonces se inventaron un método para saber esto. Este método consistió en echar una piedra en una caja por cada oveja pasaba por la puerta al ser llevabas a pastar. Cuando volvían, cogían las piedras que habían en la caja e iban sacando una por cada oveja que entraba en el corral. Esto permitía saber si faltaban ovejas.

Después empezaron a usar rayas para contar sobre una pizarra entonces cada vez que pasaba una oveja hacían una raya y las iban agrupando de cinco, cuando completaban cinco trazaban un linea diagonal sobre las otras rayas para indicar que ya tenia un grupo de cinco.

Posteriormente crearon los números guiándose por la cantidad de dedos que tenia las dos manos, para esto hicieron símbolos que indicaban la cantidad de dedos mediante ángulos. Un símbolo con angulo indicaba un uno, uno con dos dos ángulos un dos..... y así hasta llegar a diez.

No recuerdo como es el resto de la historia pero después inventaron el cero, luego las sumas, las multiplicaciones.... etc.

¿Donde esta el apriori en esta historia? la verdad yo no lo veo por ningún lado y mucho menos el innatismo.

Lo único que entiendo es que el trasfondo de la discusión entre innatismo, apriorismo y empirismo lo que hay es una pregunta por el origen del conocimiento. Y para mi las evidencias lo que muestran es que es empírico.

ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
28/02/2011, 12:04
Esto de que los números no son objeto de experiencia es muy discutible.

¿Me podría usted decir dónde hay número alguno que no sea mediante una forma de representarlo?.


¿Donde esta el apriori en esta historia? la verdad yo no lo veo por ningún lado y mucho menos el innatismo.

Toda historia es a priori, pues cuenta con un principio a partir del que discurre. De algo que digo yo, usted va y lo critica, se opone dialécticamente a ello; va de mi idea a su crítica.


Lo único que entiendo es que el trasfondo de la discusión entre innatismo, apriorismo y empirismo lo que hay es una pregunta por el origen del conocimiento. Y para mi las evidencias lo que muestran es que es empírico.

O sea que para usted la evidencia surgiría sin un a priori en ella. ¿A partir de qué forma cree usted que se da una proposición evidente cualquiera?.

erre
28/02/2011, 13:16
Para no darle tantas vueltas al asunto le propongo el siguiente análisis:

Teorías sobre el origen del conocimiento

Innatismo: Las ideas surgen sin experiencia.

Empirismo: Las ideas surgen de la experiencia.

Apriorismo: ??????????????????????????????

Entiendo lo que plantea el innatismo pero no estoy de acuerdo con ello. En cambio lo que plantea el apriorismo respecto de este tema del origen del conocimiento no lo entiendo y por eso no estoy de acuerdo con ello.

Hasta donde tengo entendido lo que planteo Kant fue una formula intermedia entre estas dos posturas pero por mas que trato de entenderlo me parece mas una posición ambigua que en nada ayuda a resolver el debate entre innatistas y empiristas mas lo que hace es contaminarlo mas.

Entonces:

¿Cual es el origen de las ideas según los apriorista? haber si por fin entiendo lo que quieren decir.

ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
28/02/2011, 14:42
Se trata de una teoría del conocimiento con la menor subjetividad. En términos de Schopenhauer o Popper, sería conocimiento sin sujeto cognoscente. En dicha visión, no entrarían tabulas rasas.

Si ponemos a Descartes, Spinoza o a Leibniz en relación con Kant, Schopenhauer, Peirce o Popper llegaremos con facilidad a lo que se considera realismo crítico.

No sigo a ninguno de estos pensadores al pie de la letra porque a mí me interesa una teoría moral que no encuentro en ninguno de ellos, con la salvedad, tal vez, de Schopenhaeur.

El empirismo tal cual no tiene una teoría por sí solo. Necesita de una razón con la que hacer su síntesis. Su teoría de la experiencia está por principio sin plantear. No hay ninguna experiencia por sí sola. La síntesis empírica, por ejemplo, en Kant, cuestiona la extensión de una experiencia a priori (racionalizada) que lleva al principio de su posible conocimiento, es decir, hasta el principio por el que ésta viene determinada.

Si no está de acuerdo con el innatismo (caracteres con los que se nace aunque no haya experiencia), traiga pruebas que lo contradigan. Usted aprendió a hablar a partir de una experiencia, pero los humanos pueden hablar porque tienen unas formas predispuestas para ello. Puede ser que si no lo enseñan a hablar no hable nunca, pero si lo enseñan hablará porque tiene una forma para ello; el límite de estas formas es contraria a la tabula rasa, y es favorable, por el contrario, al innatismo (los niños aprenden mejor porque en el aprendizaje hay una compleja acción innata). La forma para el lenguaje está anidada en una estructura cerebral de la mayoría de los hombres. Para contar sucede lo mismo, para la moral y sus emociones igual, etc.

Mi sentido de apriorismo o innatismo reside en lo mismo:


Es decir, ¿hay una predisposición tal que nos refiramos a algo como a una mesa por el espacio que ocupa, la palabra que la designa, o alrededor de lo que nos reunimos para comer conjuntamente?. Claro está, que habrá muchas maneras de medir el espacio que algo ocupa, un término distinto para designar ese algo, y prácticas muy diversas a la hora de reunirse; pero todos medimos el espacio, usamos términos para referirnos a las cosas, y nos reunimos alrededor de algo.

La aprioriedad consiste en un esquema sedimentado consecuencia de la exposición muy repetida a una experiencia; la teoría para la experiencia llega a ser anticipada en forma de expectativa. Dicha experiencia no es fija sino plástica; es preferente, pues es la teoría más coherente con una experiencia continua y de máxima repetición. Es lo que queremos decir con lógica, no que sea un máximo de intelección sino un mínimo teórico sacado de un máximo de experiencia. La síntesis del conocimiento es independiente en este sentido, ya que no discurre de igual manera que su experiencia; es un discurso distinto que sigue una lógica superior que depende del antecesor que cabalmente supera, esto es, que es histórico, pero forma parte de otra historia.(*)

(*) Este texto ya fue citado hace unos días. Ruego que para no ser repetitivo no se pasen por alto las explicaciones que ya se dieron. No es importante que sea apriorista, innatista u otro adjetivo; lo importante está en qué cuestión planteo. Este tema se llama ¿hay innatismo o a priori?. Yo defiendo que sí. Ahora bien, ¿cómo habría de ser la contradicción de esta idea?

erre
28/02/2011, 15:14
Si no está de acuerdo con el innatismo (caracteres con los que se nace aunque no haya experiencia), traiga pruebas que lo contradigan. Usted aprendió a hablar a partir de una experiencia, pero los humanos pueden hablar porque tienen unas formas predispuestas para ello. Puede ser que si no lo enseñan a hablar no hable nunca, pero si lo enseñan hablará porque tiene una forma para ello; el límite de estas formas es contraria a la tabula rasa, y es favorable, por el contrario, al innatismo (los niños aprenden mejor porque en el aprendizaje hay una compleja acción innata). La forma para el lenguaje está anidada en una estructura cerebral de la mayoría de los hombres. Para contar sucede lo mismo, para la moral y sus emociones igual, etc.

Precisamente lo que prueba que que no hay ideas innatas es el hecho de que los niños para poder hablar necesitan de se les enseñe. El hecho de que tenga las formas predispuestas para hacerlo lo que demuestra es que la teoría empirista de que la mente es una hoja en blanco es cierta.

Lo que si me doy cuenta ahora es que debatir sobre innatismo y apriorismo es un circulo vicio que no lleva a ningún lado porque juntos aceptan el innatismo lo único es que los apriorista se sitúan en una especie de punto medio entre el innatismo y el empirismo mientras que los innatistas se ubican en el extremo opuesto del debate con los empiristas.

Aunque se que no es el tema propuesto en este foro el debate esencial sigue siendo entre innatistas y empiristas. Porque el problema de fondo es el problema del origen del conocimiento.

ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
28/02/2011, 15:39
Erre, agradezco sus aportaciones, pero le ruego que no insista en posiciones anteriormente planteadas si no es que tiene algo que decir en ellas.


A priori no es una forma fija como lo sería si fuese un noúmeno continuo; a priori es, mejor visto, la forma con la que ordenar lógicamente su experiencia. Una experiencia ilimitada se hace límite por una finalidad preferente que es ordenada. Podría parecer que hubiese un círculo vicioso (si es primero uno u el otro), pero la balanza cae hacia el lado que cuenta con la forma mayor. Leibniz, pensador al que estimo mucho más que al rancio Locke, intuyó esta idea magistralmente con su intuición del asno de Buridán; hizo de la tabula rasa de Locke, poco más o menos, una filosofía de subjetivistas indecisos.

Una cuestión más. Sigo una interpretación que he sacado de relaciones entre pensadores tales como Descartes, Kant o Popper. A mí me es igual que uno sea esto o lo otro; lo que me interesa es que siguen una misma lógica (a priori o innatismo). Si pudiese ver su cerebro, vería que tiene toda una estructura predispuesta, de manera similar a que tenga dos piernas para andar. Eso ya no lo discute nadie. El interés vendría por cuestiones que no guarden una relación con el orden mayor predispuesto. Por ejemplo: ¿Y si no pudiese oír, pero hiciese que todo fuese como que oyese? ¿qué distinción habría entre una forma de oír y la otra forma de oír?. Aclaro a este respecto que mi teoría de la percepción es una teoría del conocimiento y no una psicología de la percepción

ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
28/02/2011, 16:22
Hagamos esta cuestión fácil. ¿En qué consistiría una idea que fuese innata y en qué una que no lo fuese?.

La predisposición es una síntesis que reproduce una estructura y logra un fin con el menor esfuerzo; no hay que reproducir todo el proceso cada vez, sino que la estructura lo reproduce a partir de algo (síntesis a priori). Cuando aprende a hablar no aprende a hablar cada vez, sino que hablar se basa en múltiples expectativas (palabras, tonos, gestos, etc). La tabula rasa es una teoría sobre la síntesis básicamente psicologista. En pocas palabras, carece de comprensión del fenómeno mental porque lo hace idéntico a la experiencia con la que se relaciona.

David Hume y no John Locke, como es bien sabido, relativizó peligrosamente la conexión causal de la mente y su experiencia al reducirla a un proceso psicológico basado en la costumbre. Fue lo que llevó a Kant a escribir su gran crítica. Puso razón en el subjetivismo.

erre
28/02/2011, 21:06
Hagamos esta cuestión fácil. ¿En qué consistiría una idea que fuese innata y en qué una que no lo fuese?.

Esa es una buena pregunta. Sería bueno que quienes defienden el inntismo dieran ejejmplos de cuales ideas son innatas y porque.

ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
01/03/2011, 08:44
Sería bueno que quienes defienden el inntismo dieran ejejmplos de cuales ideas son innatas y porque.

Ejemplos de ideas innatas, como ya he dicho, son contar, la estructura gramática del lenguaje, el sentimiento moral ante el otro (compasión y el problema de las otras mentes -theory of mind-), la predisposición a la vista en forma de ojo, el principio de causalidad (en sentido biológico y no psicológico), etc., etc. ¿Cuáles de estas ideas no son innatas? ¿O no es su crítica un idealismo subjetivista que confunde la experiencia subjetiva de la idea con una razón (explicación o principio al que remitir su conocimiento) por la que hay una remisión (acción de síntesis) que se corresponda con lo que se quiere explicar? ¿O no fue ese el argumento humeano (de David Hume) a partir del que Kant despertó de un sueño dogmático que, igualmente, hizo dependiente de una razón? ¿No será, pues, el escepticismo con la razón una trampa especulativa de una razón que no es capaz de salir de sí misma y confunde la síntesis de su identidad psicológica con la determinación mayor por la que dicha síntesis viene condicionada?

Innato se refiere a que nacemos con ello. Así pues, no contamos porque aprendamos a contar, sino que contamos porque tenemos una predisposición a ello, como cuando un niño nace y tiene un sistema motor a partir del que aprende a andar, que también sería una idea innata. No se aprende por experiencia, sino que se adapta la experiencia al desarrollo que facilita su sistema motor. Si se aprendiese a andar por experiencia y sin una forma innata a partir de la que aprender a andar, las personas con sistemas motores deficientes podrían aprender a andar porque andar sería una teoría de la experiencia por sí sola. ¿Es lo que usted quiere decir? Yo sí, y es por ello que voy al fondo del problema. ¿Cuál es el fondo del problema para usted? ¿El origen del conocimiento? La tabula rasa deriva en una teoría del conocimiento subjetivista. No sabe nada más que una experiencia individual para la que carece de una teoría hasta que una determinación viciosa determine la experiencia de la psique con la que se identifica. Es un falso mito psicologista más consecuente con el sensualismo. Su incierta identidad no está determinada por la experiencia psicológica con la que hace su síntesis; su psicología, más bien, está causada por una condición mayor que se le pasa enteramente por alto. Si no fuese porque es a priori nunca llegaría a conocerla. ¿Cómo iba a ser de otra forma si no es porque hay un continuo mayor que ella, esto es, una condición a priori para ella?


Lo que si me doy cuenta ahora es que debatir sobre innatismo y apriorismo es un circulo vicio que no lleva a ningún lado porque juntos aceptan el innatismo lo único es que los apriorista se sitúan en una especie de punto medio entre el innatismo y el empirismo mientras que los innatistas se ubican en el extremo opuesto del debate con los empiristas.

Si es tan amable, detálleme dónde está el círculo vicioso. Se está enredando con un pseudo argumento que terminará por hacer incoherente su crítica. Me remito a una continuidad, ¿usted no?. ¿De qué habla entonces si no tiene en qué basarse, si no tiene, en definitiva, una razón a priori para ello?. Círculo vicioso es donde deriva la tabula rasa: nunca llega a ningún sitio porque no tiene ninguna razón para ello. La determinación en la que se basa el a priori no es ideal sino como una forma teórica deducida. Ya he dicho que hay una condición mayor en la que basarse que no es la subjetiva que especula sin una razón para su idea, tal y como le ocurre a la tabula rasa; no puede tener adónde ir al sólo haber experiencia para ella. Leibniz la llamó ley de continuidad, y es un argumento a priori para no caer en círculos viciosos.


Precisamente lo que prueba que que no hay ideas innatas es el hecho de que los niños para poder hablar necesitan de se les enseñe. El hecho de que tenga las formas predispuestas para hacerlo lo que demuestra es que la teoría empirista de que la mente es una hoja en blanco es cierta.

¿Para usted hablar es hablar y ya está? De eso nada. Hablar necesita de muchas más acciones que la que identifica con el niño que habla y lo que usted se cree que aprende. Y una teoría deja de ser cierta en cuanto hay pruebas que la contradicen. Para hablar hay que nacer, para empezar, con una boca. ¿Puede falsar eso? Tener boca es innato. Si quiere ayudar a que hablen los que no tengan boca, que superaría el problema del límite innato, póngase a pensar en cómo reproducir el origen de la acción de hablar en lugar de dar vueltas a lo que no tiene ningún interés .

ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
02/03/2011, 09:53
Doy por cerrados mis aportes a este tema con un artículo reciente que trata sobre la importancia de las condiciones innatas para que haya cualquier aprendizaje: http://www.ucsf.edu/news/2011/02/9449/tweeting-teenage-songbirds-reveal-impact-social-cues-learning. Tal y como sostengo desde hace tiempo, la tabula rasa es una teoría filosóficamente muy peligrosa.

En ningún momento he negado la experiencia ni su decisiva importancia. Lo que digo es que no hay experiencia sin un proceso de interiorización de la misma; si ese proceso no fuese a priori sería incoherente con la subjetividad que lo representa. Si no hubiese un patrón a partir del que la experiencia se hiciese continua, no habría identidad para su experiencia. La tabula rasa es una teoría absurda, puesto que niega el principio a partir del que hace su unificación (síntesis); es una teoría sin teoría.

La experiencia que se imprime en una hoja en blanco o en el espacio que el cerebro tenga para ella es una ingenuidad, ya sean neófitos o neurofisiólogos quienes la defiendan. La continuidad de la relación mental tiene que ser a priori aunque finalmente se supiese que su síntesis no era a priori sino que su condición mayor no estaba enteramente determinada; es más, tiene que ser necesariamente incierta al estar predispuesta a su experiencia. Este es el principio de forma temporal a partir del que tuve que replantear mi nuevo enfoque racionalista para resolver la síntesis a priori de la psique.

La incertidumbre de la generalidad a la que me he referido es lo que trata de superar para no reducirse al esquema que le viene dado. Así fue como Descartes, Spinoza, Leibniz, Kant, Peirce o Popper pudieron hacer sus atrevidas especulaciones; tenían una razón para ello. Particularmente, no acepto las críticas superficiales que a estos brillantísimos pensadores se suelen hacer. Tanto por la importancia que tuvieron sus ideas en el pasado como por la actualidad de la verdad que reclamaban y en la que insistían, requieren de su actualización por parte de la filosofía para que ésta no se vea confundida con cuestiones bien poco filosóficas como son las habituales de la neurociencia.

Descartes estaba profundamente confundido, pero aún más profundamente estaba en la verdad.

erre
03/03/2011, 12:16
No le voy a dar mas vueltas al asunto. Quienes tienen que probar que las ideas innatas existen son los innatistas. Esto esta igual que los debates entre teistas y ateos.:mrgreen: