isaac6080
07/02/2011, 11:12
Tommy era el perro mas feliz de la tierra, sin preocupaciones se la pasaba todo el dia jugando y brincando disfrutando de sus dias de cachorro. Un dia, Tommy se dio cuenta de cuanto habia crecido pues ya las personas no se acercaban para demostrarle afecto sino que mas bien se alejaban atemorizadas haciendole sonidos raros para mantenerlo alejado de ellos. Esto entristecia mucho a Tommy, ya que el se habia acostumbrado al cariño de los humanos, las caricias lo mantenian feliz y vivo y sin ellas solo se sentia un pobre can sin dueño y sin hogar. Pasaban los dias y la situacion de tommy empeoraba, el pobre perro que un dia habia sido un hermoso cachorrito ahora se habia convertido en un enorme costal de huesos, su tez palida y sus costillas brotadas marcaban un semblante enfermizo pues el pobre habia caido enfermo.
Tommy no sufria de una enfermedad en si, se trataba de la falta de ese afecto al que se habia acostumbrado. Sus ojitos ya no brillaban con la misma alegria, en su lugar una capa cristalina los cubria haciendolos lucir tristes y decaidos. Las personas pasaban por la calle constantemente, algunas se entristecian al verlo tirado sobre unas cajas de carton pero continuaban su camino, otras se acercaban para alimentarlo pero se alejaban al verlo tan enfermo. Tambien estaban los que pasaban y no les importaba la situacion del perro, eran los mismo que antes jugaban con el todos los dias al pasar por esa misma calle.
Tommy no entendia porque las personas no venian a ayudarlo, el creia haberse portado muy bien con todos, nunca los mordio y nunca les ladro (al menos no para ahuyentarlos). Se suponia que los amigos estaban en las buenas y en las malas. Ahora el necesitaba amor, al menos para poder descansar en paz pues el pobre can sabia que ya no le quedaba mucho y que una ultima sonrisa bastaria para poder ir al cielo con alegria. De pronto, una tierna niña, a la que Tommy nunca habia visto, se habia acercado para acariciarlo mientras que su padre un hombre vestido con una bata blanca la tomaba de la mano sin hacerle reclamos por tocar al perro sucio. Tommy hizo un gran esfuerzo para girar su cabecita hasta mirar a la niña a la que dirijio un ultimo suspiro y esbozando una gran sonrisa invisible supo que al fin habia descansado.
:-(
Tommy no sufria de una enfermedad en si, se trataba de la falta de ese afecto al que se habia acostumbrado. Sus ojitos ya no brillaban con la misma alegria, en su lugar una capa cristalina los cubria haciendolos lucir tristes y decaidos. Las personas pasaban por la calle constantemente, algunas se entristecian al verlo tirado sobre unas cajas de carton pero continuaban su camino, otras se acercaban para alimentarlo pero se alejaban al verlo tan enfermo. Tambien estaban los que pasaban y no les importaba la situacion del perro, eran los mismo que antes jugaban con el todos los dias al pasar por esa misma calle.
Tommy no entendia porque las personas no venian a ayudarlo, el creia haberse portado muy bien con todos, nunca los mordio y nunca les ladro (al menos no para ahuyentarlos). Se suponia que los amigos estaban en las buenas y en las malas. Ahora el necesitaba amor, al menos para poder descansar en paz pues el pobre can sabia que ya no le quedaba mucho y que una ultima sonrisa bastaria para poder ir al cielo con alegria. De pronto, una tierna niña, a la que Tommy nunca habia visto, se habia acercado para acariciarlo mientras que su padre un hombre vestido con una bata blanca la tomaba de la mano sin hacerle reclamos por tocar al perro sucio. Tommy hizo un gran esfuerzo para girar su cabecita hasta mirar a la niña a la que dirijio un ultimo suspiro y esbozando una gran sonrisa invisible supo que al fin habia descansado.
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