Caracolamarina
31/08/2010, 18:39
Ciertas sustancias generan cambios en el cerebro motivando así que la persona quiera volver a consumirlas, con el riesgo de tornarse un adicto.
Durante la década de 1950, los investigadores canadienses James Olds y Peter Milner, de la U de McGill, descubrieron que en ratas entrenadas para bajar una palanca, que les generaba una pequeña descarga eléctrica con microelectrodos implantados en diversos lugares de sus cerebros, la mayoría evitaba reiterar la maniobra, mientras otras por el contrario, la repetían para recibir los pequeños impulsos eléctricos como estímulos.
A veces lo llegaban a hacer hasta dos mil veces en el día dejando de lado actividades habituales como la alimentación o las actividades sexuales.
Así estos investigadores anunciaron que habían encontrado el centro de placer del cerebro.
En el hombre, el uso prolongado de ciertas sustancias o hábitos puede producir los mismos efectos, generar una adicción, que es buscar el placer a través de una conducta sobre la cual no se tiene control a pesar que se conocen las consecuencias negativas que tiene esto sobre la vida o la salud.
Esta definición general permite incluir, además de las adicciones clásicas, como alcohol, drogas ilegales, medicamentos, nicotina, cafeína, alimentos, a las conductas, como la adicción al juego, al trabajo, al sexo, a las compras compulsivas, al ejercicio o a internet.
L as adicciones fueron consideradas durante mucho tiempo como libres, o sea, ""elecciones" que hacía el individuo, pero los estudios científicos del tema actuales, permiten constatar cambios cerebrales, que transforman a la persona en poco menos que un ""esclavo" de la sensación placentera que siente con el estímulo de su adicción.
Los Drs afirman que el cerebro del adicto tiene tres modificaciones que lo caracterizan. la primera es el marcado incremento de la producción de dopamina, que viene a ser la sustancia clave responsable de producir la sensación de bienestar en el circuito cerebral del placer.
Las expectativas de tratamiento está en lograr atenuar el efecto cerebral de la dopamina para disminuir o abolir el placer proveniente de la adicción, para que ésta pierda su razón de ser.
La segunda es que en el cerebro del adicto se hallan interferidos los circuitos que permiten inhibir o descartar conductas. Es decir, el adicto tiene una falla en ""parar" por la falta de una sustancia cerebral llamada GABA en la actualidad se hacen estudios de cómo tratar las adicciones con medicamentos que aumenten el GABA. Cuando sean encontrados serán de una gran ayuda para el tratamiento de las adicciones.
La tercera modificación se da en la corteza cerebral frontal, que es el área a cargo e los procesos intelectuales donde se evalúan los procesos que deciden las consecuencias de una acción y se decide si los impulsos deben seguir o no.
En los cerebros de personas adictas, esta zona frontal cerebral esta zona tiene menor actividad, por lo cual hay una interferencia en la capacidad de discernir las consecuencias que tiene su comportamiento, lo cual induce aún más la adicción.
En consecuencia ha quedado demostrado que las sustancias o conductas adictivas producen cambios en el funcionamiento cerebral que limitan mucho el control de la voluntad.
Así que se debe cuidar de abarcar todos los factores en un tratamiento integral de las adicciones, factores cerebrales, aspectos ambientales y sicológicos particulares, que iniciaron el proceso adictivo. en el pasado.
Durante la década de 1950, los investigadores canadienses James Olds y Peter Milner, de la U de McGill, descubrieron que en ratas entrenadas para bajar una palanca, que les generaba una pequeña descarga eléctrica con microelectrodos implantados en diversos lugares de sus cerebros, la mayoría evitaba reiterar la maniobra, mientras otras por el contrario, la repetían para recibir los pequeños impulsos eléctricos como estímulos.
A veces lo llegaban a hacer hasta dos mil veces en el día dejando de lado actividades habituales como la alimentación o las actividades sexuales.
Así estos investigadores anunciaron que habían encontrado el centro de placer del cerebro.
En el hombre, el uso prolongado de ciertas sustancias o hábitos puede producir los mismos efectos, generar una adicción, que es buscar el placer a través de una conducta sobre la cual no se tiene control a pesar que se conocen las consecuencias negativas que tiene esto sobre la vida o la salud.
Esta definición general permite incluir, además de las adicciones clásicas, como alcohol, drogas ilegales, medicamentos, nicotina, cafeína, alimentos, a las conductas, como la adicción al juego, al trabajo, al sexo, a las compras compulsivas, al ejercicio o a internet.
L as adicciones fueron consideradas durante mucho tiempo como libres, o sea, ""elecciones" que hacía el individuo, pero los estudios científicos del tema actuales, permiten constatar cambios cerebrales, que transforman a la persona en poco menos que un ""esclavo" de la sensación placentera que siente con el estímulo de su adicción.
Los Drs afirman que el cerebro del adicto tiene tres modificaciones que lo caracterizan. la primera es el marcado incremento de la producción de dopamina, que viene a ser la sustancia clave responsable de producir la sensación de bienestar en el circuito cerebral del placer.
Las expectativas de tratamiento está en lograr atenuar el efecto cerebral de la dopamina para disminuir o abolir el placer proveniente de la adicción, para que ésta pierda su razón de ser.
La segunda es que en el cerebro del adicto se hallan interferidos los circuitos que permiten inhibir o descartar conductas. Es decir, el adicto tiene una falla en ""parar" por la falta de una sustancia cerebral llamada GABA en la actualidad se hacen estudios de cómo tratar las adicciones con medicamentos que aumenten el GABA. Cuando sean encontrados serán de una gran ayuda para el tratamiento de las adicciones.
La tercera modificación se da en la corteza cerebral frontal, que es el área a cargo e los procesos intelectuales donde se evalúan los procesos que deciden las consecuencias de una acción y se decide si los impulsos deben seguir o no.
En los cerebros de personas adictas, esta zona frontal cerebral esta zona tiene menor actividad, por lo cual hay una interferencia en la capacidad de discernir las consecuencias que tiene su comportamiento, lo cual induce aún más la adicción.
En consecuencia ha quedado demostrado que las sustancias o conductas adictivas producen cambios en el funcionamiento cerebral que limitan mucho el control de la voluntad.
Así que se debe cuidar de abarcar todos los factores en un tratamiento integral de las adicciones, factores cerebrales, aspectos ambientales y sicológicos particulares, que iniciaron el proceso adictivo. en el pasado.