Sadness
27/07/2010, 19:40
http://2.bp.blogspot.com/_Q4anX00oo0I/Sq4Mz-pu3oI/AAAAAAAAABc/ySCz9xvnYms/s320/caza+estrellas[1].jpg
Para ti Héctor, mi querido cazador de estrellas.
El la penumbra de su cuarto a obscuras, el chico orientaba el telescopio hacía un punto en específico, el dormitorio de las chicas, y no es que él, fuera un pervertido o un fisgón lascivo, no, él solo estaba interesado en una chica en especial, una trigueñita poco agraciada, de porte desgarbado y rostro salpicado de pecas, que al adolescente la parecía la más bella de las princesas. De pronto, de forma por demás descortés, fue sacado de su embelesada contemplación, por su compañero de habitación, un joven un poco menor que él-¿Qué haces Esteban?-Cuestionó intrigado-¡No enciendas la luz!- en tono imperativo, respondió el interrogado-¿Pero por qué?-replicó el entrometido, para enseguida cuestionar de nuevo-¿Qué haces?-¡Contemplando el firmamento!-replicó impaciente-¿Otra vez?¿Qué tiene el cielo que le miras todas las noches, siempre a la misma hora? ¡Ay, Esteban, tú y tus locas manías!-repróchele el compañero-Es que, no sólo contemplo el firmamento, sino que busco estrellas-Agregó el chico de los espejuelos-¡Ahhh!-Exclamó el inoportuno compañero y pareció esta respuesta satisfacer su curiosidad, saliendo de la habitación de nuevo. El joven trigueño, apenas ve, alejarse a su compañero y vuelve a su anterior actividad, a través de la mirilla del telescopio enfoca al inalcanzable objeto de su amor-¡Sí, es cierto contemplo las estrellas, aunque sea una vana actividad, porque aunque son tan hermosas no dejan de ser inútiles por inalcanzables!-Murmura con gran desasosiego, sin dejar de mirar a su inalcanzable estrella.
Para ti Héctor, mi querido cazador de estrellas.
El la penumbra de su cuarto a obscuras, el chico orientaba el telescopio hacía un punto en específico, el dormitorio de las chicas, y no es que él, fuera un pervertido o un fisgón lascivo, no, él solo estaba interesado en una chica en especial, una trigueñita poco agraciada, de porte desgarbado y rostro salpicado de pecas, que al adolescente la parecía la más bella de las princesas. De pronto, de forma por demás descortés, fue sacado de su embelesada contemplación, por su compañero de habitación, un joven un poco menor que él-¿Qué haces Esteban?-Cuestionó intrigado-¡No enciendas la luz!- en tono imperativo, respondió el interrogado-¿Pero por qué?-replicó el entrometido, para enseguida cuestionar de nuevo-¿Qué haces?-¡Contemplando el firmamento!-replicó impaciente-¿Otra vez?¿Qué tiene el cielo que le miras todas las noches, siempre a la misma hora? ¡Ay, Esteban, tú y tus locas manías!-repróchele el compañero-Es que, no sólo contemplo el firmamento, sino que busco estrellas-Agregó el chico de los espejuelos-¡Ahhh!-Exclamó el inoportuno compañero y pareció esta respuesta satisfacer su curiosidad, saliendo de la habitación de nuevo. El joven trigueño, apenas ve, alejarse a su compañero y vuelve a su anterior actividad, a través de la mirilla del telescopio enfoca al inalcanzable objeto de su amor-¡Sí, es cierto contemplo las estrellas, aunque sea una vana actividad, porque aunque son tan hermosas no dejan de ser inútiles por inalcanzables!-Murmura con gran desasosiego, sin dejar de mirar a su inalcanzable estrella.