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Ver la versión completa : Desde el punto de vista de la Psicología Social



Pompilio Zigrino
22/07/2010, 17:32
Invito a los lectores a darle un vistazo, y luego opinar, sobre el siguiente artículo de mi autoría......

http://psicologiasocial2011.blogspot.com

Caracolamarina
22/07/2010, 17:43
Interesante de leer. Felicitaciones.

Pompilio Zigrino
22/07/2010, 18:04
Le agradezco mucho su opiniòn favorable. (También podría agradecer alguna crítica constructiva.......pero son mejor recibidas las favorables)

ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
23/07/2010, 05:58
He leído su texto y apruebo una buena parte de él pues parece que ha ampliado algún matiz importante; lo felicito. Ahora bien, sigue sin hacer lógica de la raíz del conflicto ni definirla: estamos a lo mismo en una incompatibilidad de espacios, tanto físicos como emocionales (*); es lo que debiera estudiar su psicología social, aceptar un problema intrínseco que el hombre crea con otros hombres allí donde vaya.

Su ética y la mía se oponen frontalmente en su buena disposición y mi cinismo: usted es el bueno y yo el malo, pero si acepta mi problema (*) verá que mi actitud hacia ello no es tanto mala como científica.

Se trata de conceptos muy complejos porque la psicología no tiene herramientas para hacer justicia con ellos en su puesta al día, el trato actual entre la gente.

Hay una idea muy peligrosa derivada de pensadores que le gustan a usted sobre la nueva psicología que la biología ha hecho posible: la neurociencia, o, más concretamente con mi línea de crítica, la biopsicología. Desde una psicología social estricta sus cosas no son suyas; la psicología no es sólo algo psicológico en una identidad biológica como se querría en una ontología; es desigual y psicológico desde un cambio de forma en su materia. No les niego su psique, pero no es todo lo que hay en una psique. Paradójicamente es el avance que veo en usted al pasar de causa exclusiva a causa principal; lo que le falta es ver el conflicto psicológico que supone: la preferencia se hace impreferente con el giro moral (el desplazamiento), su evolución es incierta y no basta con poner una ley extraña a las cosas mismas sobre ella; el error es la regla que facilita la distancia psicológica y la que rompe su identidad. La ley no es lo que supera a los hombres sino que son los hombres los que se superan los unos a los otros. El sentimiento ético no siempre está jusificado en el conocimiento moral, más bien, se repelen, como uno rechaza en ocasiones cosas que quiere y gente que ama profundamente (un sentimiento muy desagradable y extraordinariamente educativo).

Pompilio, no le lo voy a discutir un patrón con apariencia de constante, pero es más una falta de óptica del tiempo de la evolución que un tiempo de la evolución en y por sí mismo. La cosmología aplicada al hombre falla justamente en lo moral. Un orden moral debiera comprender con mucho detalle y cuidado qué ordena y a quiénes ordena, pues el orden del que se forma parte es, como hemos visto, esencialmente conflictivo; la ética consistirá en poner razón en ello, la representación de ellos.

Ciencia es universalidad de los particulares, y ciencia experimental una degeneración de la otra. En una psicología social, al contrario de lo que se hace, se debiera preguntar: ¿qué es lo que se generaliza y con qué derecho se puede hacer?.

Hay una cooperación con apariencia de hacer menos conflictivas las representaciones de los hombres al aunarlas y sacar mutuamente provecho de ellas, es cierto, pero los hombres sin conflictos llegan a hartarse de sí (ahí tiene la crisis del individualismo que es como caer en un vacío). El hombre acude al otro por asco de sí, porque no hay tanto de él como para sentirse a gusto; y el asco generalizado, el asco al otro, es una forma moral huérfana que busca una cara en quién ponerse. Miren por dónde van los hombres: de unos a a otros, y no van solos.

El altruismo reside en una afección muy similar al egoísmo. ¿No ve que las neuronas espejo se activan igualmente si es cosa de uno como si es cosa del otro?. Es un principio, y no un final; es sólo una orientación. La psicología tiene altruismo, pero es la psicología la que no tiene coherencia con el tiempo altruista de la psicología; es un afecto y no algo por sí constante.

La misma razón de la ética spinozista es conflictiva en las distintas representaciones de distintos sujetos, pues no hay una constante sino teorética. ¿Dónde pone, pues, la ética, en el falso continuo de un afecto, ya que los afectos no son constantes sino para su falsa teoría, en un sujeto incoherente con la realidad contradictoria de sus representaciones, o en muchas psiques que tratan fuera de sus cerebros y para los que sólo hay una teoría sociológica, y no psicológica ni biológica, que los aúne con justa medida?. La psicología social debe empezar por dar la vuelta a una solución psicológica que no vale; es al revés, la psicología es distancia común.

La psicología, como parece no entender su amigo Bunge difamando sin fondo a Kant, no puede ser ciencia; puede ser, en en el mejor de los casos, esa cosa experimental que no vale para una comunidad de psiques, pues no puede tener una regla; sería subjetivista.

En la biología no están las cosas de las psiques. ¿Alguien cree de veras que la ciencia natural tiene en sí su cuestión de mañana, que los cerebros tienen ansiedad por un divorcio, los problemas del trabajo, el tráfico, etc.?. Ya aclaré en El estrés de la neurociencia (http://foros.monografias.com/showthread.php?t=53542) que no sino como generalización grosera. La ciencia experimental se basa en el control de las condiciones sobre las que repite la experiencia de su teoría. Por eso la ética es tan compleja; más que una gran solución debiera ser un menor daño. Esto es muy cínico, lo sé, pero el cinismo es un signo de madurez, y no sólo de ensoñación. La racionalidad ética está en anticiparse a un mal general sin generalizar lo que no se puede generalizar.

Caracolamarina
23/07/2010, 09:40
Se pone más interesante....leerlos...Para legos y ""entendidos" siempre el diálogo con respeto es bueno...
Felicitaciones. Se lee con interés. Puntos de vista diferentes, son parte del aprender para legos...
""El saber no ocupa lugar"" frase remanida, pero no por eso, diremos que no es cierta...
Leemos con interés.

ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
23/07/2010, 10:08
Véalo así: ¿y qué tipo de saber es ese que es lo que conozco del otro pero que es distinto del saber del resto de las cosas?.

¿Conozco al otro?. Sí lo conozco, íntimamente; pero lo que identifico con conocer no vale para él. El saber del otro se llama su sentimiento, sentir al otro. También siento al otro si me da un beso o un puñetazo; la distinción está en que la emoción del otro es entre intimidades y no entre labios o puños. La lógica de la representación del romance y de las formas de violencia se hacen mucho más evidentes desde una reflexión distante que íntima. ¿Cómo es, si no, que hablamos de ello?: porque hay un mismo concepto.

El espacio del otro visto desde el concepto solidario no es tanto el emocional e íntimo como el que tiene formas de coherencia en la diversas representaciones y por donde se efectúa su cambio. Los espacios internos son necesarios, pero insuficientes e inconsistentes.

La empatía es algo prodigioso, pero no es tan claro ni unidireccional como parece; su concepto es un reto maravillosamente complejo para una filosofía de la psicología. Los sentimientos son contrarios a la representación de un sujeto. ¿Cómo si no se sentirían?. Los sentimientos no son continuos con ellos mismos ni podrían serlo. La referencia no está en ellos sino en su concepto, y su camino gradual deja de ser tan diverso. El tiempo del sentimiento es un tiempo causado en el que una psique pone su espacio, ¿por qué si no iba yo a hablar de distancia?.

Vean dónde se reúnen los hombres y verán de qué tratan sus pesares y faltas. De los sentimientos nos cansamos con facilidad; hastían, como cuando uno se desencanta con algo muy bello durante demasiado tiempo (el sexo ejemplifica muy bien el reto ético del otro). Nos quejamos por lo común más de lo que no tenemos que de lo que tenemos; somos distantes con nosotros: falsos nosotros.

Caracolamarina
23/07/2010, 10:14
La empatía es algo prodigioso, pero no es tan claro ni unidireccional como parece; su concepto es un reto maravillosamente complejo para una filosofía de la psicología.

Jamás claro ...cada uno un Universo...
Seguimos leyendo...

ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
23/07/2010, 11:04
Pero fíjese que nos entendemos bastante bien, y cuando nos entendemos mal, cuando nos llevamos mal, lo hacemos también bastante bien. En ¿Hacia dónde vamos? comentaba que la psique del hombre sólo se indigna moralmente con otros como nosotros, para distinguir el mal del otro de otras molestias; vamos buscando caras de otros. ¿Y qué creemos que somos nosotros mismos?. Sin duda que sombras de otros. Pongan el tiempo de la psique bajo un concepto más amplio y con más mente que un tiempo psíquico con menor densidad y verán cómo la psique propia se desvanece. La psique no sólo es dialéctica sino que está precipitada con cierto margen propio que no se elimina entre contrastes; el desplazamiento es un salto creativo entre distancias que vuelven ellas solitas a sí mismas. ¿Se ve ahora dónde está la razón del objeto ético?: ¡está en una mente solidaria!.

Hay algo que es psicológico y no es mente, y es sin duda precipitación de solidaridad con una parte biológica muy importante. La biología forma un conjunto temporal distinto del de la psique como pueden ustedes comprobar con ciertas trampas y anticipaciones basadas en grados de seguridad y confianza; y hay algo que es mente precipitado con anterioridad a ser mente y que marca inciertamente un rumbo emotivo, como un olor conocido. El cerebro, en estos temas, trabaja sobre todo con patrones hechos, variaciones sobre lo mismo. ¿Y cómo cambia principalmene el simismo, su identidad?: con el efecto del otro.

Es importante ver que lo que es mente es un espacio con otro, otro formal, su expectativa y no necesariamente su presencia. ¿O no hacen solos las cosas que hacen con los demás?. Póngalo en un continuo y verán que la densidad de lo que se hace son cosas que se hacen con los demás. Somos, valga sí, imitativos por principio y con un margen de arbitrio tan leve que sólo se hace denso en una gran precipitación de psiques.

Esto es algo con lo que especulé desde hace años, pero que no fui capaz de poner en conceptos; era muy especulativo. Como en el caso de la empatía y la solidaridad que hice iguales desde una síntesis crítica de tradición filosófica que contaba con unas reveladoras neuronas que precipitan a lo mismo, ahora cuento con conceptos para ver más lo que es mental y no pertenece a una materia psíquica. La nueva psicología que necesitamos no es psicológica sino conceptual, esto es, que es cricable y científicamente posible. ¿Será que me voy a hacer después de sociólogo psicólogo?. Qué cosas, creo distancia con la psicología para terminar en la psicología; así es, hacia atrás con la psique para ir hacia delante con ella. ¿Ven que no puede ser la misma?. No puede porque no comparte forma con la mente.

Pompilio Zigrino
25/07/2010, 12:22
La psicología social, o en general la psicología, es ciencia en cuanto sea capaz de establecer leyes, o descripciones, verificadas, o factibles de verificación. De lo contrario es "ciencia errónea", o no es ciencia.

Ante cuestiones evidentes, existe la posibilidad de negar la evidencia o bien aceptarla. Las descripciones sobre lo evidente pueden estar mal hechas, mal comunicadas, eso sí. Es posible. Pero hay aspectos observables de la realidad que son evidentes y necesarios para el comportamiento humano.

La empatía, por ejemplo, es estudiada desde hace tiempo en algunas ramas de la ciencia.......y por algo hay muchas coincidencias (si varios miran la misma realidad, no es raro que aparezcan coincidencias)

Caracolamarina
25/07/2010, 13:05
La empatía, por ejemplo, es estudiada desde hace tiempo en algunas ramas de la ciencia.......y por algo hay muchas coincidencias (si varios miran la misma realidad, no es raro que aparezcan coincidencias) __________________

Seguimos leyendo, porque no sólo es interesante hacerlo, sino que, los conceptos de una u otra forma, nos llevan a saber algo más, sobre lo que es el pensamiento de otros.
Unir la experiencia de los legos, con los que tienen... conocimientos.
Excelente experiencia... leerlos.

ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
25/07/2010, 13:22
La empatía consiste en esto: sentir una misma afección. Si negamos que dos psicologías hacen dos distancias de un mismo objeto, que tú ves lo mismo que yo y cabe en esa identidad una disposición enfrentada, repetimos la forma que lleva al primer problema.

Durante años he sido muy severo con un estilo de ética que ya pocos defienden, pues es indefendible. La realidad la desdice porque no sabe cómo encarar el conflicto.

Hace unos años que vengo diciendo que esas neuronas serían revolucionarias para la ética. He definido cuál es el conflicto. Ahora ¿cuál es el problema? ¿sigo siendo oscuro, historiador, difamador, pseudofilósofo, ... ?.

Puedo usar otro estilo si usted lo quiere, yo me cansé.

ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
26/07/2010, 07:08
Empezaremos con unos detalles que conviene aclarar. No hay ciencia no errónea e ilimitadamente comprobada; la ciencia es un modo de comprobación pragmáticamente coherente, y no es una verdad absoluta que pueda reducir al hombre a su ley. Otra cosa es la institucionalización de la ciencia por medio de la sociología de la ciencia que, como mostré hace tiempo, crea regularmente contradicciones con el original sentido social para el que fue propuesta, lo común de su solución.

Lo que hoy por hoy se llama ciencia es una labor administrativa y burocrática. Miren, si no, en las librerías cómo tienen mucho más éxito los divulgadores científicos que los autores que confeccionan la ciencia de la que éstos hablan; unos van siempre a la sombra de los otros. Dicho en otras palabras, la ciencia necesita de la aceptación de su forma para constatar su validez, la socialización de la ciencia; no es por sí misma sino que por el contrario es por unas mentes que la aseguran y la crean.

Si le quitamos a la ciencia su epistemología se queda en chatarra; la ciencia sin matemática es irracional, y no hay nada más irracional para una mente que el pensamiento matemático que la nubla con delirios de identidad. Esto se comprueba en muchos jóvenes que rechazan la matemática porque no ven nada con ella y otros tantos sólo ven con matemática.

Un grave fallo moral consiste, como mostraré después, en la identidad de la moral con la matemática. En la matemática no hay ninguna ética ni la moral que la comprende; la identidad de las formas de relación entre los hombres es, por esa misma identidad, un conflicto.

El aprendizaje matemático consiste en ir sedimentándolo poco a poco y hacerlo coherente con su pensamiento común, esto es, hacer natural a la mente el pensamiento matemático y habituarnos a él. Hay gente muy inteligente que no lo acepta nunca mostrando un delicioso sentido común que afirma la realidad de las cosas sin necesidad de matemática en ellas.

No es extraño de manera alguna que no haya que ser muy listo para aprender a resolver problemas matemáticos en la adolescencia y es muy extraño que un adolescente entienda el fondo de los problemas filosóficos. Es, en resumen, cuestión de meter a la fuerza una forma a la mente (por eso memorizamos fórmulas y demostraciones) y hacemos memorizar la vida, obras y tópicos comunes de filósofos, que es casi la única filosofía de la que los adolescentes son capaces; la filosofía no se puede meter a la fuerza y un ordenador no puede hacer filosofía. No obstante, en Wikipedia pueden conocer los méritos de los filósofos pero no por qué fueron de valor. En mi experiencia personal he comprobado lo extraña que es la filosofía a la mente de las personas y lo fácil que es que todos hagamos matemáticas. Muchas personas tienen graves problemas de aceptación de cuestiones de la vida porque van con la expectativa de que las cosas de la vida son y serán de cierta manera, que en las cosas hay un grado de confianza que las garantiza; y no somos idénticos con las cosas ni lo son nuestros sentimientos hacia ellas.

La mente tiene cierta capacidad de pensamiento matemático e incondicional. Recientemente la neurociencia ha comprobado algo que se sabe desde hace siglos en filosofía y décadas en psicología: tenemos naturalmente una propensión matemática. Naturalmente estamos hechos para contar, para establecer diferencias, grupos, clases, etc.; es decir, establecemos categorías.

Hemos de ser muy prudentes con las formas de evidencia pues no son generalmente otra cosa que formas metidas a la fuerza que terminan por aceptar la evidencia por un impulso a ver lo mismo aunque sea distinto. Si nos acostumbramos a ver lo mismo finalmente veremos lo mismo por la lógica de la costumbre y no porque íntimamente sea así.

Hay una psicología como ciencia que no voy a discutir pues en general la acepto. Se basa en lo que se conoce del funcionamiento del cerebro. Con ella se pueden afirmar cosas como que no podemos hacer esta cosa si tenemos lesiones cerebrales. Así como el que no tiene un ojo no puede ver sin él, hay zonas del cerebro que impiden emoción, lenguaje, pensamiento, coordinación, etc. El profesor Mario Bunge se basa en el funcionamiento del cerebro para refutar a Kant y la imposibilidad de la ciencia de la psicología que defendió. Vamos a ser justos y aceptar que Kant no pensó que se pudiese ver dentro de los cerebros y conocer algunas de las relaciones internas que producían la mente y el pensamiento, pero con Bunge es habitual ver las cosas con espíritu científico y sin ojos filosóficos.

El cerebro determina la psicología, y hay una psicología con la que hacer ciencia. Kant pensaba que no se podía hacer ciencia con lo que pensase la mente; no era, pues, el cerebro que producía la mente lo que no podía ser ciencia sino lo que pensaba la mente. Es muy sencillo desde una postura emergente: lo que se piensa está por encima de lo pensado, si miro esta silla y pienso cómo crear una copia de ella en otro color hay una ampliación de la silla pensada; en la silla no hay sillas de colores pues pertenecen a tipos de silla distintos. Y los males de la ética de ayer no son los de hoy.

La síntesis que Kant persiguió era más compleja que el cambio de color de una silla; él quería ver el límite de afecciones de color. Y el gran problema está en su parte moral; si bien hay una posibilidad científica en las reglas de la naturaleza, no la hay en la intimidad moral porque el sentimiento moral y psicológico no tiene íntimamente su desenlace y no se puede reducir al esquema teórico por el que es juzgado; es, como hemos dicho anteriormente, inferior.

He insistido repetidamente en la génesis crítica del pragmatismo filosófico que se hace relevante y racional en moral. Lo moral hace complejo el objeto ético porque lo amplía subjetivamente con un sentimiento, que es, justamente, lo que lo encierra en su imposibilidad científica. Puede haber una regla de conducta que debo seguir que no comprenda la diversidad de mis sentimientos. Puedo estar muerto de hambre y hacerme con un trozo de pan tuyo que cojo sin tu permiso o puedo no cumplir con la cita esta noche en el restaurante porque me he quedado cuidando de un familiar enfermo que ha acudido desesperadamente a mí. Lo que no se supo ni se sabe actualmente fue y es sacar a la subjetividad del juicio de su subjetividad.

La ética a la que me opongo es la que hace general un problema que no tiene las condiciones que le dan generalidad. Todos tenemos sentimientos, pero ni son los mismos ni los tenemos simultáneamente. La empatía no es sólo amor al otro sino lo que hace que pongamos los ojos en lo mismo. La irracionalidad ética reside en que confunde la realidad con su concepción ideal. Un problema se racionaliza ajustándolo, poniendo un juicio teórico sobre él; se irracionaliza negando un conflicto que no cabe en su concepción general, lo que llamé adhocismo generalizado y que tan bien explica muchos conflictos de la ideología racional puesta al día con su verdadera experiencia.

Hay, empero, una posibilidad sociológica y otra que llamaremos de condiciones formales de precipitación. Están muy relacionadas, pero no son estrictamente lo mismo. Una se basa en el esquema emotivo del concepto solidario que se reproduce de manera abstracta ante la falta de presencia del sentimiento que hace coherentes las representaciones de distintos sujetos, y el otro reside en que en una mente no cabe todo lo que es concebible meter en una mente, pues hay un punto de saturación en el que ser mente es precipitado y no da más de sí.

La psicología social falla desde el principio de su falta de reflexión sobre la naturaleza psico-social. Cuando se estudia psicología social no se aprende lo que está por principio mal en dicha disciplina, sino que se aprende lo que está bien. Y hay interpretaciones de personas muy respetadas, como la del profesor que cito, que creen que lo positivo del conocimiento es lo mismo que lo positivo del sentimiento; y son al revés, no hay pensamientos que no sean sino distancias de sentimientos, el conocimiento sólo avanza negativamente y es sólo el sentimiento el que lo hace positivamente. Cuando dichas personas mezclan valores y lógicas morales con valores y lógicas del conocimiento crean una falsa identidad basada en el juicio superfluo de que la identidad es una constante.

Y algo más acerca de la empatía. Es una afección que el otro causa en nosotros sin una respuesta idéntica en el otro que la ha causado; ni uno mismo siente siempre lo mismo. En Distancia psicológica ya esbocé ciertos problemas que sólo se pueden ver con aparatos de medición muy sofisticados o con complejos sistemas de reflexión; yo soy filósofo y no neurólogo, y aunque estudie lo que hacen colegas de otras disciplinas no me dejo llevar por nada que no pueda pensar por mí mismo. Una visión subjetivista de las formas de relación entre los hombres no sabe bien cómo mirar con lo que se relacionan los hombres. Los hombres se relacionan con sentimientos, principalmente en ciertas formas pasajeras (niñez, enfermedad, etc.), pero en términos sociológicos se relacionan principalmente con formas abstractas (palabras, teléfonos, etc.).

Querría aclarar al Sr. Pompilio Zigrino que está bien que nos deje leer sus temas y nos pida nuestra opinión; yo las he dado positiva y negativa, pero ha sido la negativa (que es aleccionadora y no negativa, pues me baso en desarrollos míos con puntuales deudas con la tradición) de la que más pueden aprender. No entiendo que se pidan opiniones a los demás y no se debata lo que es indudablemente problemático del tema. En mis temas no dejo nunca fuera ese problema al hablar de ética. Ya nadie escribe ética de la manera idealista sino que se hace con los pies en la tierra. No se puede ir hablando del bien de la ciencia y la realidad sin ton ni son como si por ser ciencia se contase con algún tipo de garantía ética.

ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
27/07/2010, 07:32
La empatía, por ejemplo, es estudiada desde hace tiempo en algunas ramas de la ciencia.......y por algo hay muchas coincidencias (si varios miran la misma realidad, no es raro que aparezcan coincidencias)

Este es el detalle problemático porque de una misma realidad surgen dos subjetividades que la hacen distinta. Si los dos miramos una pieza en el suelo y la vemos, pero tú la quieres para ti y yo para mí, no basta con que los dos entendamos que podemos compartirla. Puede que tú la quieras para dar de comer a los tuyos y yo a los míos de manera que puede no haber suficiente pieza para los dos, o puedo pensar en mañana o en mis conocidos, etc..

La diversidad de representaciones psicológicas puede tener un patrón, una forma, pero lo que no tiene por sí es su desenlace, que es con lo que generalmente se especula atendiendo a una generalización abusiva que se apoya en varias psiques con las que, erróneamente, hace una. No hay principio válido por esa línea para una psicología social. El problema está en qué no puede ser ciencia: su falso tono general. Es un principio erróneo por esto: los objetos que se dan a una psique han de guardar una misma forma con ella, pues de lo contrario no se darían a esa psique. Miren un objeto con colores que no ven y no verán, como es claro, dichos colores; no es que no haya otros colores, sino que no entran en nuestro campo, que es por lo que se ha desarrollado evolutivamente todo un sistema de percepción. Como también es claro, la ciencia ha creado un problema al ir más lejos del límite del hombre y crear una forma para él que, al hombre mismo, se le pasa por alto al no compartir una unidad de forma. La ciencia, visto así, nos vuelve miopes.

Como anticipé hace tiempo, la teoría de la evolución no se puede usar a antojo sino que hemos de ser muy precavidos con un uso ilegítimo que generalice cualquier otra idea que no sea la de una evolución en mente y la identidad con su objeto de conocimiento. El link que el autor del tema ha referido es un ejemplo de uso de un fin aparente que no se cuestiona, pero al que, no obstante, se adhiere; no está dispuesto a cuestionarlo ni, por lo tanto, hacer ciencia de él. Quiero decir con esto que es un abuso acostumbrado de cierta ciencia acomodada; es una incorrección muy grave y peligrosa en la proximidad psicológica, que es donde se reconocen las psiques, en lo que se quiere basar este tema y logra lo contario al negar su conflicto; como se advirtió anteriormente, se le pasa el conflicto psicológico, pues no tiene forma para él.

Hay un experimento muy conocido en psicología social llamado el gorila invisible que pone de manifiesto muchas de las confusiones psicológicas de la percepción del objeto de identidad: no vemos el gorila no porque no esté sino porque estamos a otra cosa.

Es incalculable el daño filosófico de los divulgadores que hacen filosofía de un credo que no están dispuestos a cuestionar. No quiero poner adjetivos que estarían más que justificados, pero se debe ver que quieren hacer una publicidad que usa la psicología social para vender su confección propia como si fuese la confección del resto. La publicidad hace, al igual que lo hace la propaganda, uso de la psicología social no con fines científicos sino con la finalidad de alinear las psiques en torno al modelo que promociona.

No se puede razonar con arreglo a un principio que no se puede justificar racionalmente. El hombre entre hombres revela su relación social en el espacio que sería o debería ser, justamente, objeto de racionalidad para una ética en la que quepa otra síntesis en el objeto que causa su mal; y como se le pasa y, por lo tanto lo niega, lo perpetúa.

La síntesis científica aporta algo que por sí solo no está y la razón pone para ella, pero para esa síntesis en moral no vale con la forma matemática (nouménica) sino que ha de ser una aproximación a la psicología involucrada en esa síntesis; es al revés. Cualquiera hace una ley moral, haz esto y, sobre todo, no hagas lo contrario; lo que es difícil es hacer una ley justa y primeramente moral que comprenda las psiques que formen parte de ella y no sólo quepan en ella a la fuerza. La moral no sólo es positivamene incierta como conocimiento, sino que es generalmente negativa con su ausencia de verdadero sentimiento; es la distancia moral.

La coherencia entre las representaciones de unos hombres y las de otros pertenece a una ciencia racional que entienda qué se hace coherente entre los hombres. Hay un espacio para la neurociencia, lo admito; y otro para una nueva psicología.

ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
29/07/2010, 09:09
En una línea similar a mi noción de conflicto vean: http://www.newscientist.com/article/dn19232-did-emotions-evolve-to-push-others-into-cooperation.html.

El problema está, como defiendo en este tema, en que la cooperación abre un margen en el que caben dos representaciones, y no sólo la identidad de sus sentimientos; es apartir de la abstracción de la presencia del sentimiento cuando empieza la creación de su distancia.

En el estudio citado no se trata de una variación del enfrentamiento (una misma pieza por la que dos se enfrentan), sino que uno de los dos responde a la acción del otro para modificar su conducta por medio de la expresión de las emociones. Sería una muestra de que las emociones tienen como principal objeto a otros como nosotros. Imaginen a hombres con sentimientos propios que fuesen con formas propias y tiempos propios: no haríamos aprecio; nos daríamosos igual, esto es, lo mismo que si fuésemos monos, perros o lo lo que se quiera que fuésemos. La identidad de los hombres no está en que sean hombres por su parecido físico, sino por lo parecido de su sentimiento. ¿Y cómo lo sabrían si para conocer hay que tener capacidad de abstraer aquello que se siente?. Sin duda, porque no se conoce en sí sino mediante una forma, así como uno conoce una manzana porque la come y le sirve de molde para la unidad que sirve de forma al 1, ¿o creen que existen los números y no los sentimientos?. Su historia es al revés, es decir, no es primero el noúmeno y luego su sentimiento sino que para la psique lo primero es su sentimiento.

La emoción es un ejemplo claro de generalidad sin identidad de objeto; es un sentimiento incierto dirigido a otro que no se corresponde como se corresponden dos manzanas con el manzano en que crecieron sino como las dos manzanas que el pintor pinta para describir el sentimiento del nacimiento de los frutos. Lo general del sentimiento moral radica en que es psicológico a partir de algo que es propio de muchos; todos tenemos esos sentimientos aunque no en este preciso momento.

Las emociones no dependen de la representación de su sentimiento; son, en ese sentido, discontinuas al no ser ellas mismas causa de ellas. Las emociones son causadas por algo que actúa en mí, pero que no tiene tiene por sí, por el sentimiento mismo, la representación de dicha emoción en mí; no son una misma identidad.

Las emociones son intimidades que se representan en mí como si fuesen resonancias internas, para usar la imagen de William James, pero que su causa no me pertenece. Su diversidad en diferentes sujetos puede ser del mismo tipo de sentimiento (vg. los dos vemos de la misma forma el espacio), en diferentes tiempos (vg. hay gente con una intuición muy despierta y gente con una muy lenta), con distintas intensidades (vg. me pongo a llorar a la mínima o no me mueve ni un ápice), etc.

Visto desde la línea comentada de ¿Hacia dónde vamos? es claro que la emoción que expreso ante un animal (vg. mi perro) no es como la que te expreso ante ti. El mundo posible es principalmente el mundo contigo, el mismo mundo con otro hombre, un universo moral que crea una distinción con el resto de las cosas por una misma forma de su representación. Todos tenemos sentimientos subjetivamente distintos que finalizan en una misma forma en la que expresarlos. ¿O no tomamos todos unas cervezas en el bar con los amigos para pasar un buen rato, hacemos el amor con nuestras mujeres para tener hijos, hacemos las compras en tiendas que se anticipan a nuestras necesidades, vamos a trabajar para ganar dinero o echamos gasolina en el surtidor cuando se vacía el depósito del coche?. Eso lo hacemos todos de la misma forma porque hay una forma para ello; con el sentimiento no es posible porque la subjetividad radica en ello, en la representación de una incertidumbre. ¿O habría subjetividad con un patrón de ceros y unos predeterminado?.

Los perros son criaturas extraordinariamente sensibles, pero el mundo posible con un perro es un mundo muy limitado porque se limita a un catálogo de emociones; y el lenguaje se caracteriza por la superación abstracta de esa limitación. Uno se desnuda, por ejemplo, sin vergüenza ante un perro cualquiera, y no ante una mujer cualquiera. En cualquier caso, la universalidad de las emociones es un tema complejo porque es una universalidad con muchos matices culturales. Es decir, todos sentimos ciertas emociones pero no significan lo mismo para todos, ni estamos condicionados socialmente de la misma forma hacia ellas.

La enorme capacidad que tenemos para leer los gestos de los demás coincide con la que los demás tienen para leer los nuestros. Un bebé se entiende con un perrillo, pero se entiende mejor con un hombre; y no es por la emoción sino por la identidad de forma. La capacidad de expresión de emociones, no su sentimiento, tiene una relación enorme con las que el otro es capaz de intuir. Eso no dice que estén ahí para llevarnos bien sino para que sepamos unos de otros con arreglo a una misma forma.

Pompilio Zigrino
29/07/2010, 19:16
No puedo debatir con alguien que niega lo evidente (al menos evidente para mí y para muchos psicólogos sociales, neurocientíficos,etc.). No tiene sentido..........

La ética ahora es una cuestión de las ciencias sociales, es demasiado importante para dejarla dentro del círculo vicioso de la filosofía pura (no hay nada concreto, todos son rodeos, etc.)

Las realidades cotidianas del hombre y de la sociedad requieren conocimientos basados en lo concreto, lo lógico, lo real.

ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
30/07/2010, 08:06
Las realidades cotidianas del hombre y de la sociedad requieren conocimientos basados en lo concreto, lo lógico, lo real.

La confusión viene de no ver que no hay un concreto inamovible en la acción social, y es el flujo mismo el que se modifica por medio de la psicología.

Como he advertido, hay para ella una posibilidad en la neurociencia que une biología con psicología fisifizándola, pero no es por ella misma y para ella misma; no es monista, y hay un orden externo a la mónada que no es la de la mónada misma como un hijo no es su madre pero nace a partir ella. Hay órdenes primeros y órdenes segundos, nadie niega que haya una biología psíquica, como también es innegable que hay acciones fuera de la mónada. Cuando se meten en un atasco la explicación del atasco no es biológica sino que se explica por la coincidencia los horarios laborales y escolares. Es cierto que esa unión es a partir de una misma forma, pero no es cierto que con esa forma se explique lo que no está en ella.

El horario escolar se ha creado para hacer compatibles la vida laboral y el orden de la familia. Según advienen cambios se debe crear un concepto que explique qué ocurre y por qué ocurre. ¿Y creen que se lo van a preguntar a un neurocientífico? No; se lo preguntarán a quien conoce de qué trata su conflicto.

El modelo de incompatibilidad escolar y laboral es un buen ejemplo que lleva a muchas cosas de no poca importancia. Las familias se desestructuran por causas de ese tipo, causas sociológicas que unifican las psiques. Los padres trabajan y no pueden cuidar de los hijos que pierden referencia moral. La colectividad que construye una moral es esa. No es la moral de cada familia sino la del conjunto de familias que viven igual porque están sometidos a unas mismas condiciones. Desde el fenómeno de la precipitación puedo probar que todos ustedes tienen una misma forma psicológica de ver el mundo; el mundo no es de ustedes sino que ustedes están en un mundo que ven y con el que hacen su síntesis psicológica.

Los conceptos sociológicos son básicos para poder ver la raíz de lo social, y es posible a partir de la teoría sociológica. No hay formas evidentes en la intuición para que una psicología vea de buenas a primeras lo que se ve con ciencia. Si esto es así con un análisis de sangre o una radiografía, que no son evidentes sino para el médico, no lo es para la filosofía de una psique social. Uno va al médico y, una vez curado, generalmente se olvida; pero los objetos sociales sólo son del sociólogo en un principio teorético, luego son de la sociedad. Uno se mete en atascos todos los días, y trabaja, y hace la compra, y tiene ocio, y discute, etc.; y se mete en atascos para ir al trabajo, y trabaja para pagar su forma de vida, y hace la compra para llenar la nevera, y tiene ocio para relajarse, y discute porque las psicologías enfrentadas son hostiles, etc.

Hay formas muy concretas para el sociólogo que estudia la psique social. Todos vemos la televisión porque venden televisiones en las tiendas que podemos comprar, hay un suministro eléctrico, unas emisiones, un tiempo después del trabajo para verla en familia, etc.; no se ve porque suscite la misma emoción sino porque hay una misma forma que lleva a la televisión.

Las formas abstractas, que no pertenecen a la psicología sino a la filosofía, son mediaciones, tránsitos de una cosa a la otra. De las televisiones de hace años con un fondo del tamaño de la pantalla se ha pasado a televisiones con el fondo del ancho de un brazo, y ha sido porque han unido un sistema económico basado en un consumo máximo con una tecnología que lo facilita. ¿Y no ocurre lo mismo con los móviles, la ropa, la música o los coches?. Luego nos extrañamos de las consecuencias de la independencia y la individualidad fruto del sistema económico que individua una psique entre cosas que sólo son individuales física y ontológicamente, y no moralmente (la individualidad es un término ontológico que se hace principio de sí mismo porque lo pone una mente sobre el resto con un propio abstracto).

La individuación de una psique, bautizada por mí como el individuo incierto, es una crítica filosófica de la psicología en una acción psicológica misma que no es ni puede ser sí misma; es la Distancia Psicológica. La superación de la distancia la hice concepto justamente en la proximidad en la que dos psiques se encuentran. No es, pues, una individualidad trascendental sino moral. Así es como uno se reconoce porque lo han criado con cariño sus padres, familiares y amigos, y no porque uno sea objeto de estudio de neurocientíficos. Uno reconoce el sentimiento con algo que no es idéntico al sentimiento.

El afecto de la psique no es un continuo sino, y como defendí en mi anterior aporte, un efecto de otra cosa por el que es movido y que se vuelve complejo con su representación subjetiva, cuando el afecto causado pasa a ser el efecto en alguien. Así es como si sienten miedo, como cuando se separa a un bebé de su madre, pueden llegar a crear formas de control. Ese espacio de control de la emoción sucede principalmente porque la psicología del afecto se hace menos presente y otra psicología, la del aprendizaje, la remplaza.

Por supuesto que la ética es una cuestión fundamental para los hombres, y no se la puede dejar en manos de gente incapaz de pensar qué es la ética fuera de la biología. Las neuronas espejo, curiosamente, es lo que tiraron por los suelos: no hay una psicología moral absoluta que no esté determinada psicológicamente; es relativa a la cuestión que determina sobre qué es psicología.

Para terminar mi aporte voy a hacer un comentario duro que espero sea polémico. Me parece un descaro tremendo que se desacrediten mis textos, mi erudición (como si ahora saber fuese un problema) y se diga que ignoro la ciencia. Este es el momento justo para poner en su sitio a cada uno. En mi estilo de filosofía hay mucho de crítica de la historia de la filosofía, que es lo que significa la historia de la filosofía, cómo se ha ido de unas ideas a otras por medio de quienes las pensaron. Así es como terminé hablando de Charles Sanders Peirce como sociólogo. A partir de una crítica de su complejo sistema pude ver que había llegado a una posible deducción sintética para lo social (no habría James, Dewey o Blummer sin el genio de Peirce), algo que no es por lo que Peirce es más conocido. Este filósofo es imprescindible para entender la filosofía de la ciencia de S. XX., incluyendo la neurociencia. Mi sorpresa vino cuando leyendo la web del que me critica vi que, por otro lado, hacía, y quizá sin saberlo, lo que me criticaba a mí. ¡Citaba a Peirce como genética para la filosofía de la neurociencia (¿cómo sería posible estudiar lo mental con un correlato que no fuese interno a la mente, esto es, que fuese externo a ella?). Es probable que esa mención fuese consecuencia de que el personaje que me critica se basa en citas de otros y raramente dice algo suyo con valor histórico, filosófico o científico; es como entiendo que se le pase una genética que no figura en obras divulgativas sino en las dirigidas a cierta especialidad o en los escritos que uno mismo desarrolla (el material de valor suele estar en revistas, y los libros divulgativos están llenos de paja sin filosofía alguna). Peirce es un filósofo respetadísimo principalmente por filósofos, y no por estudiantes o diletantes; es un filósofo para filósofos (en ciertas universidades sí se lo estudia). Pero ese detalle no es todo, sino que después de escribir desde hace unos tres años de las neuronas espejo y la revolución que significaban (abrí dos temas seguidos sobre ello y he hablado de su importancia lógica y representacional hasta la saciedad), leí que el personaje del que hablamos dice que las neuronas espejo podrían ser el fundamento cerebral de lo social. ¡Es un hipócrita, un falso autor y un cínico!. Y no es difamación sino algo que pueden comprobar todos con sus escritos y los míos. Pero las neuronas espejo no son tan sencillas ni evidentes sino que se problematizan con la representación del sujeto. Así es como en el equipo de Rizzolatti, el que llegó a ellas, reclama una fenomenología y una sociología para dar visión filosófica a ese nuevo campo de estudio. Dicho personaje sólo habla de fenomenología citando a Mario Bunge para desprestigiar a Husserl e ignora que se lo está recuperando por el límite de la neurociencia para la neurociencia misma, porque no sabe bien qué hacer con lo que sabe y se queda en un vacío.

Caracolamarina
30/07/2010, 09:37
:confused::plane:

¿Me perdí en algún momento del tema original?...

:confused::focus: ¿ podríamos ?



""Las realidades cotidianas del hombre y de la sociedad requieren conocimientos basados en lo concreto, lo lógico, lo real""".

Para una lega, que trabaja con seres que tienen dolores físicos y de las emociones, por sus lesiones naturalemnte...ya que, dejar de caminar a los 28 años por ejemplo...no es broma...
Lo concreto para aprender y aprehender es algo necesario...dentro de los legos.
Disculpen mi tamaña ignorancia...Aunque no pido disculpas por mi interés de leerlos...

ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
30/07/2010, 09:49
Mi último aporte estaba movido con una psique social que es concreta en una unidad de forma abstracta. Todos tenemos sentimientos con los otros. Esas neuronas crean un reflejo motor y emocional, o sea, que si me ves hacer algo lo haces tuyo reflejamente, y si sientes dolor también lo siento yo, pero sólo emotivamente (no hay dolor físico, lo que es una sutileza evolutiva sorprendentemente hábil). Pero no es lo mismo besarse y sentir el mismo cosquilleo que usar las mismas cosas: ¡los besos!. ¿O no utilizamos principalmente palabras, y cosas, para comunicarnos, aunque sean sombras de unos sentimientos que no caben justamente en ellas?.

He señalado el conflicto desde mi primer aporte, e invité por MP al autor a que dirigiese el rumbo del tema; creo que no tiene nada que decir. La polémica que quiero crear es esa: ¡qué tiene que decir!. Ponga unos medidores que lean el tiempo de sus sentimientos y los míos, y verá que no hay identidad porque los sentimientos no son iguales, no tienen igual intensidad, no se producen a la vez, etc. El problema es que no se entiende ni el tema ni su conflicto.

En mis temas y aportes sobre sociología en distintos foros he dado montones de explicaciones. Disculpe que a veces parezca lejano. Intentaré aclarar todo lo que usted me pida y sea capaz.

Caracolamarina
30/07/2010, 10:38
Gracias por la gentileza...Quizás ser lega total en ciertas materias de estudio, hace que uno no pueda decir justamente..o como se debería según el tema..
Los sigo leyendo...
Reitero las gracias y saludos muy cordiales.

ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
31/07/2010, 04:30
Citaba a Peirce como genética para la filosofía de la neurociencia (¿cómo sería posible estudiar lo mental con un correlato que no fuese interno a la mente, esto es, que fuese externo a ella?)

Voy a hacer una aclaración conveniente debido a que no quiero ser injusto y quiero mostrar que hay una razón y una lógica que mueven mis ideas. Desde que traté directamente con la obra de Peirce, hace unos cinco años, no me he cansado de decir maravillas de su filosofía. Pero lo sorprendente no es lo que todos pueden leer sino su profundidad a la hora de abordar sus problemas.

Peirce es de esos pensadores considerados oscuros; diría que es para mayores. Cuando gente como Bunge critica la filosofía oscura lo dice por Heidegger o Husserl, ya que siempre repite la misma historia de los macaneadores que no entiende, y se ve por qué no dice lo mismo de Peirce, paradigma del racionalismo científico; lo que Bunge no entiende es que la filosofía no es sólo ciencia. Les puedo traer textos de Peirce mucho más especulativos que los de Heidegger. Peirce se anticipó, por ejemplo, con la terceridad al mundo 3 de Popper en 1888 o con su tijismo (ley azarosa de la mente) a Heisenberg allá por 1898. ¿Y no hizo Heidegger del afecto un relativo histórico pre-existente con una caída ontológica en la que el hombre se descuidada de sí por un devenir tan incierto como el eterno retorno de Nietzsche que lo pone en su sitio para justamente desplazarlo de él?. ¿Y se han dado cuenta de que lo que piensan no es mantenible en un continuo si no es por lo pensado y principalmente por un contexto social en el que se asienta?, ¿o no señaló Peirce el desconcierto natural ante algo que es claro, distinto y analíticamente simple y a su vez del todo complejo, incierto, procesual e indistinto?, ¿o no se levantan todas las mañanas, y cuando se ven en el espejo saben que son ustedes, pero son, sin lugar a dudas, todas las mañanas distintos?, ¿y no es el concreto que busca el autor del tema y no sabe dónde buscarlo porque va de aquí para allá en mentes de cada uno que se reconocen finalmente en una sola mente?, ¿o no necesitamos del ancho de una calle para cruzarla y tiene que haber un espacio asfaltado por el que cruzar y que puso alguien?. Sociológicamente no hay calles de nadie, las calles con interés sociológico son las calles que todos cruzamos. ¿O hay psicologías infinitamente íntimas en psicología social que sean evidentemente contrarias al social que quieren explicar, psicologías sociales absurdas?.

Peirce es conocido por ser el padre del pragmatismo, un estilo de filosofía muy norteamericano. James o Dewey son sus modelos en boca de filósofos que no se interesan a fondo por los problemas. Particularmente mi desprecio por el pragmatismo vino después de leer a estos dos. Por otra parte, admiro cosas de ellos, pero no la concepción moralmente débil de James ni un utilitarismo vulgar y chovinista como el de Dewey; James racionalizó sus dudas religiosas con un desconcertante ¿y qué pasaría si después de todo hiciese como que creyese, o sea, si hiciese como que no pasase nada pasase lo que pasase (negar la responsabilidad moral de uno negando que pasan más cosas que uno)?, y Dewey quitó todo valor epistemológico e incondicional a la epistemología y su incondicionalidad al reducirlas a una función que se topaba lógicamente con ellas (otro brillante pragmatista y admirador de Dewey, W.V.Quine, hizo de esto una excitante cuestión sintética).

En mi interpretación, el pragmatismo es hacerse cargo de una limitación epistemológica que cobra importancia en su insuficiencia moral. El problema del límite nos lleva a cuestiones clásicas de la filosofía como la inducción, el conocimiento a priori, etc. Si uno ve en qué Peirce era kantiano (decía conocer de memoria casi toda la Crítica kantiana), en qué hegeliano y en qué lógico reordena esas cuestiones con una nueva visión.

Podríamos decir que el pragmatismo de Peirce, el único que apruebo y el sistema filosófico con el que más me identifico, es un sentido de acción trascendental, una acción que se puede conocer por las condiciones más sutiles que actúan sobre un objeto. Psicológicamente es lo que me sorprendió de su ingenio para ver el efecto de una síntesis social que no pertenece a una sola psique sino a varias en una misma acción. Aquí se ve claramente la identidad de la terceridad de Peirce con la teoría del tercer mundo de Popper. Estos dos filósofos son extraordinariamente parecidos y aún no sé cómo no se ha visto habiendo dejado Popper pistas como alabarlo como sólo lo hizo con Einstein.

Peirce no dejó escritos grandes desarrollos de esta idea, sino que yo me había preocupado de seguir la línea de su pensamiento. Al poco de leerlo supe que había algo muy profundo en él, y, como contaba con una interpretación fenomenológica que había hecho tiempo atrás de la acción social de Max Weber, até rápidamente cabos. Peirce se había adelantado no sólo a Durkheim (la solidaridad) y Weber (la acción social) sino que contaba con una forma necesaria para la psique social. Recuerdo cómo el mérito de Mead se calló de un plumazo por el pensamiento de quien sobrepasaba las insuficiencias con una razón moral a medio camino entre la deducción y su historicidad (su experiencia). Peirce relató que fue su padre, un matemático, quien le contó que había un error de blindaje en las categorías encerradas en sí mismas de Kant. Para los que se interesen por la historia de la filosofía deben saber que era el argumento por el que Peirce tenía sospechas hacia Hegel por negar las categorías científicas a una lógica. Por más paradójico que parezca, la principal obra de Hegel se llamaba, para quien no lo sepa, Lógica.

Quiero decir que a Peirce hay que estudiarlo a fondo para ver lo muchísimo que hay en él. Dispongo de los Collected Papers y aún no los he digerido totalmente (son unas 3000 páginas, y no se deben leer como se lee cualquier libro), pero puedo afirmar cosas que no dejó escritas porque sé a qué se refería y con qué ojos las miraba. El pragmatismo no es lo que digan en una vulgar enciclopedia de filosofía sino que el pragmatismo es una forma concreta de hacer cosas. Las cosas que hacemos todos con todos, las que estudia la sociología, son una psicología conjunta y actualizada consigo misma. ¿Y qué es la psicología social sino la psique encontrada moralmente?, ¿o hay psicología social a solas?. El miedo a solas o la tristeza a solas son los mismos afectos que el miedo con otros o la tristeza con otros pero que toman distintas formas. Una cosa es la psique propia, y otra la psique con otros; entendamos en qué principios se basan respectivamente.