Sadness
14/07/2010, 14:00
“Con especial cariño para ti, mi inagotable fuente de inspiración”
“Tú vives siempre en tus actos,
Con la punta de tus dedos
Pulsas el mundo, le arrancas
Auroras, triunfos, colores
Alegrías, es tu música
La vida es lo que tu tocas.
(Pedro Salinas. 1891-1951)
(La voz, a ti debida)
***
La mujer, atraviesa el pequeño patio comunitario que comparte con otros condóminos, al principio su avance es titubeante, al divisar a un trío de viejas matronas, que hacen cara de aspaviento al verle llegar- La gente comienza a murmurar y no ocultan sus muecas de desaprobación cuando me ven pasar, ¿Por qué no se concentran en solucionar sus propios conflictos y dejan de entrometerse en las vidas ajenas? ¡Caramba! ¿Acaso no tienen actividades más gratificantes que chismear?- Luego, sin inmutarse ni un ápice, les brinda una enorme y radiante sonrisa y prosigue su camino sin detenerse-¡Buen día señoras! Permiso por favor- Alcanzando a escuchar tras de sí, los comentarios malidecientes de sus entrometidas vecinas-¡Pero qué desvergonzada!-exclama una-¡Descarada!- agrega otra-¡Que juventud tan descarriada! Por eso quieren independizarse, para vivir en libertinaje!- masculla otra más-¡La muy zorra, se exhibe con un hombre al que le dobla la edad!- Indignada completa la primera-¡Lo qué hay qué ver en estos tiempos, tanta juventud tan relajada! ¡Lástima de carita, tan modosita que se le veía!- Condenan tajantes todas. La trigueña sólo se sonríe, introduce la llave y empuja un poco la puerta, antes de entrar a casa, se da vuelta hacia donde se encuentra el trío de gallinas viejas y sin proponérselo, les obsequia con una graciosa mueca, acompañada con un ligero levantamiento de hombros- ¡¡Uff, al fin en casa!!-Suspira aliviada. El día para no variar fue extenuante y sin embargo, su rostro luce una expresión nueva, diferente y enigmática- ¡Estoy rendida! Expele antes de desplomarse sobre su mullido lecho, enseguida cierra sus hermosos ojos y de nuevo su rostro adquiere ese enigmático semblante- Jajaja, la gente se equivoca, no eres tan menor y yo, no soy una devoradora de niños. No, yo sólo necesito de ti, sólo en ti confío pleno- Y afloran en su mente, recuerdos recientes.
Esa tarde, Emilio, se había empecinado en venir a dejarle a casa, no quiso contrariarlo más, pues un poco antes, habían discutido a causa de que ella, se negaba a recibir de su ayuda, y del mismo modo, se negaba a mudarse de departamento y vecindario. Así que durante el trayecto, se hizo un incómodo silencio, algo realmente inusual, pues entre ellos siempre había existido excelente comunicación y siempre sobraban temas de conversación, la mujer achacó esto, al desacuerdo previo que habían tenido. Así que mientras él conducía, ella se dedicó a observar y recrearse en la persona de su querido amigo: De manos delgadas y menudas, pero fortalecidas por las labores rudas a las que se dedicó, cuando vagaba por el mundo en busca del sentido de la vida; su perfil, tan varonil, ni demasiado atractivo que llamará demás la atención, ni poco agraciado que pasará desapercibido, era hermoso, exacto, casi perfecto.¡Qué decir de su forma de mirar! Cualquiera podría perderse en esa mirada, dulce, cautivadora e inquietantemente obscura. Su negra cabellera, lucía rebelde y esto le daba un aire de desenfado y algo salvaje. Poseía una radiante sonrisa, tan natural y espontánea, que hacía sentir confortable a quien la recibía- El joven habíase despojado del saco y la corbata y aún a través de la camisa, podía observarse su atlético cuerpo, forjado a través de la práctica de rudas labores y a la perfecta genética de su estirpe. La mujer se encontraba fascinada contemplado a su joven amigo y se sentía entusiasmada al percibir cada pequeño gesto nuevo para ella- Emilio, cuando te encuentras tenso, sueles fruncir levemente el entrecejo y tu mirada adquiere un aspecto de frialdad, también sueles fruncir la comisura de tus labios…mmmm ¡Y qué labios! ¿Qué se sentirá besar tu boca? -¿Pasa algo linda?-Interroga el joven al sentir la mirada insistente de la chica sobre sí-¿¿¿EHHH????-Exclama al ser sorprendida en su lúdica actividad y su rostro se torna enrojecido por la vergüenza-¡NOOO!-Grita para ocultar su turbación más que evidente-¿Por qué lo dices?- Es que desde hace rato siento tu mirada escrutadora sobre mí ¿O se me ha figurado?-Cuestiona, al tiempo que busca la mirada de la joven y se sorprende al verla hecha un jitomate- ¿Estás enferma? ¿Te sientes bien? ¿Tienes fiebre?-visiblemente alarmado-¿Yo? ¡No, para nada! ¿Por qué lo dices? ¡Así es mi color natural¡…Sólo observaba tu manera de conducir, no es tan frecuente presenciar semejante espectáculo!-¡!- Emilio, abre desmesuradamente sus hermosos ojos, bastante sorprendido ante la retahíla de tonterías que dice su amiga a mil por hora y suelta sonora y contagiosa carcajada –¡Jajajaja. Eres tan impredecible!
***
Ya en casa, ella le invita a pasar y le ofrece una taza de café, él acepta gustoso, con la condición, de ser él, quien lo prepare- eres una gran profesora, pero sinceramente, pésima para preparar café- ¡Grosero!- Le responde mostrándole la lengua en cómica mueca, pero sabe que Emilio, tiene razón-Jajaja, no te enfades, sólo bromeaba, mientras yo preparo la cena, tú ponte cómoda-Y le obsequia esa sonrisa que rinde a cualquiera. El hábil prepara frugales pero exquisitas viandas, enseguida pone la mesa y observa la falta de mantelitos individuales, se dirige a la cómoda, donde ella, guarda los blancos. De pronto un espectáculo lo deja sin respiración, sólo oye latir fuertemente su corazón y una deliciosa descarga eléctrica recorre todo su sistema nervioso y hace larga pausa para finalmente alojarse en su entrepierna y es que incluso para cualquier mortal, es imposible resistir semejante visión:
-Ella por descuido o quizá por la costumbre de vivir sola, olvida cerrar la puerta de su recámara, acaba de salir de la ducha y una pequeña toalla cubre su deliciosa anatomía, dejando al descubierto, su blanca piel, tibia, tersa, con olor a limas. La hacen más incitante, unas gotas de agua que escurren provocativamente de su cuello y hombros, hasta el centro de su escote, allí donde se dibujan espléndidos sus turgentes senos.
-Y luego, su mirada se pierde en ese imponente par de largas piernas, tan largas como sus deseos de navegar en ellas, llegar a su derrié y circunnavegar alrededor de sus caderas y naufragar en la profundidad de su intimidad. Y como si adivinara sus lúbricos pensamientos, la mujer deja caer la única prenda que la cubre, dejando al descubierto sus más ocultos encantos y como conjuro mágico, que hechiza e hipnotiza y crece en él, el deseo- El joven titubea entre portarse todo un caballero y alejarse de allí o dejar fluir su instinto animal y continuar contemplando embelesado semejante panorama. Al fin, gana el caballero y algo atolondrado, toma de la cómoda un mantel y entra presuroso hasta donde se encuentra la mujer, para cubrir su desnudez-¡Lee…! –No alcanza a decir más, el mantel termina por enredarse entre sus piernas, haciéndolo tropezar y caer encima de la aturdida mujer-¡Dios, su piel es más tibia, más dulce y suave de lo que creí!-Descubre entusiasmado el joven.
La cercanía de ambos cuerpos, de cóncavo y convexo, de distintos polos positivo y negativo, de dos alientos, de dos pares de labios, piernas, brazos y manos; de sus miradas que se tornan cómplices, lascivas, amorosas y otra vez lascivas.
Sus bocas se unen por vez primera, embriagantes se funden en una sola, se escrutinan, se familiarizan, enervantes se demandan, se recrean, se entregan, se poseen.
Exploran su erogenidad, tímidos, tiernos, apasionados, salvajes, se descubren, se sensibilizan, se dejan fluir, se comunican, se comparten, se aman, se desean, se dan sin reservas, se tejen, se destejen, se entrelazan, se destraman, bregan en distinta dirección, uno al norte, otro al sur, se complementan, se atraen, copulan, culminan, se crean y recrean uno en el otro, son uno solo.
Al final, la calma, se abrazan, se cobijan, se protegen, se aman.
***
“Tú vives siempre en tus actos,
Con la punta de tus dedos
Pulsas el mundo, le arrancas
Auroras, triunfos, colores
Alegrías, es tu música
La vida es lo que tu tocas.
(Pedro Salinas. 1891-1951)
(La voz, a ti debida)
***
La mujer, atraviesa el pequeño patio comunitario que comparte con otros condóminos, al principio su avance es titubeante, al divisar a un trío de viejas matronas, que hacen cara de aspaviento al verle llegar- La gente comienza a murmurar y no ocultan sus muecas de desaprobación cuando me ven pasar, ¿Por qué no se concentran en solucionar sus propios conflictos y dejan de entrometerse en las vidas ajenas? ¡Caramba! ¿Acaso no tienen actividades más gratificantes que chismear?- Luego, sin inmutarse ni un ápice, les brinda una enorme y radiante sonrisa y prosigue su camino sin detenerse-¡Buen día señoras! Permiso por favor- Alcanzando a escuchar tras de sí, los comentarios malidecientes de sus entrometidas vecinas-¡Pero qué desvergonzada!-exclama una-¡Descarada!- agrega otra-¡Que juventud tan descarriada! Por eso quieren independizarse, para vivir en libertinaje!- masculla otra más-¡La muy zorra, se exhibe con un hombre al que le dobla la edad!- Indignada completa la primera-¡Lo qué hay qué ver en estos tiempos, tanta juventud tan relajada! ¡Lástima de carita, tan modosita que se le veía!- Condenan tajantes todas. La trigueña sólo se sonríe, introduce la llave y empuja un poco la puerta, antes de entrar a casa, se da vuelta hacia donde se encuentra el trío de gallinas viejas y sin proponérselo, les obsequia con una graciosa mueca, acompañada con un ligero levantamiento de hombros- ¡¡Uff, al fin en casa!!-Suspira aliviada. El día para no variar fue extenuante y sin embargo, su rostro luce una expresión nueva, diferente y enigmática- ¡Estoy rendida! Expele antes de desplomarse sobre su mullido lecho, enseguida cierra sus hermosos ojos y de nuevo su rostro adquiere ese enigmático semblante- Jajaja, la gente se equivoca, no eres tan menor y yo, no soy una devoradora de niños. No, yo sólo necesito de ti, sólo en ti confío pleno- Y afloran en su mente, recuerdos recientes.
Esa tarde, Emilio, se había empecinado en venir a dejarle a casa, no quiso contrariarlo más, pues un poco antes, habían discutido a causa de que ella, se negaba a recibir de su ayuda, y del mismo modo, se negaba a mudarse de departamento y vecindario. Así que durante el trayecto, se hizo un incómodo silencio, algo realmente inusual, pues entre ellos siempre había existido excelente comunicación y siempre sobraban temas de conversación, la mujer achacó esto, al desacuerdo previo que habían tenido. Así que mientras él conducía, ella se dedicó a observar y recrearse en la persona de su querido amigo: De manos delgadas y menudas, pero fortalecidas por las labores rudas a las que se dedicó, cuando vagaba por el mundo en busca del sentido de la vida; su perfil, tan varonil, ni demasiado atractivo que llamará demás la atención, ni poco agraciado que pasará desapercibido, era hermoso, exacto, casi perfecto.¡Qué decir de su forma de mirar! Cualquiera podría perderse en esa mirada, dulce, cautivadora e inquietantemente obscura. Su negra cabellera, lucía rebelde y esto le daba un aire de desenfado y algo salvaje. Poseía una radiante sonrisa, tan natural y espontánea, que hacía sentir confortable a quien la recibía- El joven habíase despojado del saco y la corbata y aún a través de la camisa, podía observarse su atlético cuerpo, forjado a través de la práctica de rudas labores y a la perfecta genética de su estirpe. La mujer se encontraba fascinada contemplado a su joven amigo y se sentía entusiasmada al percibir cada pequeño gesto nuevo para ella- Emilio, cuando te encuentras tenso, sueles fruncir levemente el entrecejo y tu mirada adquiere un aspecto de frialdad, también sueles fruncir la comisura de tus labios…mmmm ¡Y qué labios! ¿Qué se sentirá besar tu boca? -¿Pasa algo linda?-Interroga el joven al sentir la mirada insistente de la chica sobre sí-¿¿¿EHHH????-Exclama al ser sorprendida en su lúdica actividad y su rostro se torna enrojecido por la vergüenza-¡NOOO!-Grita para ocultar su turbación más que evidente-¿Por qué lo dices?- Es que desde hace rato siento tu mirada escrutadora sobre mí ¿O se me ha figurado?-Cuestiona, al tiempo que busca la mirada de la joven y se sorprende al verla hecha un jitomate- ¿Estás enferma? ¿Te sientes bien? ¿Tienes fiebre?-visiblemente alarmado-¿Yo? ¡No, para nada! ¿Por qué lo dices? ¡Así es mi color natural¡…Sólo observaba tu manera de conducir, no es tan frecuente presenciar semejante espectáculo!-¡!- Emilio, abre desmesuradamente sus hermosos ojos, bastante sorprendido ante la retahíla de tonterías que dice su amiga a mil por hora y suelta sonora y contagiosa carcajada –¡Jajajaja. Eres tan impredecible!
***
Ya en casa, ella le invita a pasar y le ofrece una taza de café, él acepta gustoso, con la condición, de ser él, quien lo prepare- eres una gran profesora, pero sinceramente, pésima para preparar café- ¡Grosero!- Le responde mostrándole la lengua en cómica mueca, pero sabe que Emilio, tiene razón-Jajaja, no te enfades, sólo bromeaba, mientras yo preparo la cena, tú ponte cómoda-Y le obsequia esa sonrisa que rinde a cualquiera. El hábil prepara frugales pero exquisitas viandas, enseguida pone la mesa y observa la falta de mantelitos individuales, se dirige a la cómoda, donde ella, guarda los blancos. De pronto un espectáculo lo deja sin respiración, sólo oye latir fuertemente su corazón y una deliciosa descarga eléctrica recorre todo su sistema nervioso y hace larga pausa para finalmente alojarse en su entrepierna y es que incluso para cualquier mortal, es imposible resistir semejante visión:
-Ella por descuido o quizá por la costumbre de vivir sola, olvida cerrar la puerta de su recámara, acaba de salir de la ducha y una pequeña toalla cubre su deliciosa anatomía, dejando al descubierto, su blanca piel, tibia, tersa, con olor a limas. La hacen más incitante, unas gotas de agua que escurren provocativamente de su cuello y hombros, hasta el centro de su escote, allí donde se dibujan espléndidos sus turgentes senos.
-Y luego, su mirada se pierde en ese imponente par de largas piernas, tan largas como sus deseos de navegar en ellas, llegar a su derrié y circunnavegar alrededor de sus caderas y naufragar en la profundidad de su intimidad. Y como si adivinara sus lúbricos pensamientos, la mujer deja caer la única prenda que la cubre, dejando al descubierto sus más ocultos encantos y como conjuro mágico, que hechiza e hipnotiza y crece en él, el deseo- El joven titubea entre portarse todo un caballero y alejarse de allí o dejar fluir su instinto animal y continuar contemplando embelesado semejante panorama. Al fin, gana el caballero y algo atolondrado, toma de la cómoda un mantel y entra presuroso hasta donde se encuentra la mujer, para cubrir su desnudez-¡Lee…! –No alcanza a decir más, el mantel termina por enredarse entre sus piernas, haciéndolo tropezar y caer encima de la aturdida mujer-¡Dios, su piel es más tibia, más dulce y suave de lo que creí!-Descubre entusiasmado el joven.
La cercanía de ambos cuerpos, de cóncavo y convexo, de distintos polos positivo y negativo, de dos alientos, de dos pares de labios, piernas, brazos y manos; de sus miradas que se tornan cómplices, lascivas, amorosas y otra vez lascivas.
Sus bocas se unen por vez primera, embriagantes se funden en una sola, se escrutinan, se familiarizan, enervantes se demandan, se recrean, se entregan, se poseen.
Exploran su erogenidad, tímidos, tiernos, apasionados, salvajes, se descubren, se sensibilizan, se dejan fluir, se comunican, se comparten, se aman, se desean, se dan sin reservas, se tejen, se destejen, se entrelazan, se destraman, bregan en distinta dirección, uno al norte, otro al sur, se complementan, se atraen, copulan, culminan, se crean y recrean uno en el otro, son uno solo.
Al final, la calma, se abrazan, se cobijan, se protegen, se aman.
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