rebelderenegado
12/06/2010, 05:08
El gordo Matos, era bobinador de máquinas herramienta, hacía trabajos de gran calidad pero tenía un pequeño defecto, cuando perdía la paciencia con alguno de sus trabajos o con los clientes, sus ataques de furia no sabían de límites.
Por supuesto que todos los que lo conocían, no prestaban atención a sus excentricidades ni a sus exabruptos, pero había
que contenerse para no reir, al verlo hablar con un taladro industrial, tratando de convencer al aparato, por las buenas, para que se dignase a funcionar correctamente antes que le diera una paliza, una flor de pateadura o lo mandase a volar, dicho esto en sentido literal y no figurado como alguien podría entender si no supiera de quien se trataba.
Una tarde, fuí a buscar un trabajo que les había encargado, me atendió su fiel ayudante y aprendiz, que por una más que abundante capilosidad sobre los ojos había merecido su apodo de Pestaña.
-¡El gordo está como loco, espera un rato que se le pase y ya le digo que te atienda!
- dijo, sin que yo hubiera preguntado nada.
-Le hizo una patada voladora a una perforadora de la grandes y quedó hecho pelota con el golpe que se dió. Siguio aclarando sin que yo lo hubiera solicitado.
Ya conocia esa película.
Y ahora empezada a comprender lo que sucedía, asi que dije:
- Mejor vuelvo mas tarde... y salí a hacer otras diligencias antes que exponerme a las iras del gordo.
Horas mas tarde volví a pasar por el taller de Matos.Y me atendió él en persona.
- ¿Ya está listo lo mío? pregunté, Mientras, el gordo sentado en una silla acomodaba una pierna sobre un banquito, con signos de sufrir bastante.
-Si,.. si,.. ¡Uf!... ya está listo... dejame que me acomodo un poquito... y... te lo hago traer, me contestó con la voz quebrada por el esfuerzo.
-¡Pestañaa!!! traele el trabajo acá al señor.
- !Ya voy, ya voy! respondió Pestaña que se dirijía primero a atender la puerta , a la que alguien acababa de llamar.
De allá, vino con una gran lijadora orbital que parecía atropellada por un ómnibus.
-¿Laburo nuevo? preguntó Matos.
-¡Ma que laburo nuevo!, era el vecino, te trajo esta lijadora que le cayó en el patio, dice que no tires más estas cosas al techo, porque si se pasa otra de largo, no te la trae de vuelta.
Dice que es la última vez que te devuelve una máquina.
Por supuesto que todos los que lo conocían, no prestaban atención a sus excentricidades ni a sus exabruptos, pero había
que contenerse para no reir, al verlo hablar con un taladro industrial, tratando de convencer al aparato, por las buenas, para que se dignase a funcionar correctamente antes que le diera una paliza, una flor de pateadura o lo mandase a volar, dicho esto en sentido literal y no figurado como alguien podría entender si no supiera de quien se trataba.
Una tarde, fuí a buscar un trabajo que les había encargado, me atendió su fiel ayudante y aprendiz, que por una más que abundante capilosidad sobre los ojos había merecido su apodo de Pestaña.
-¡El gordo está como loco, espera un rato que se le pase y ya le digo que te atienda!
- dijo, sin que yo hubiera preguntado nada.
-Le hizo una patada voladora a una perforadora de la grandes y quedó hecho pelota con el golpe que se dió. Siguio aclarando sin que yo lo hubiera solicitado.
Ya conocia esa película.
Y ahora empezada a comprender lo que sucedía, asi que dije:
- Mejor vuelvo mas tarde... y salí a hacer otras diligencias antes que exponerme a las iras del gordo.
Horas mas tarde volví a pasar por el taller de Matos.Y me atendió él en persona.
- ¿Ya está listo lo mío? pregunté, Mientras, el gordo sentado en una silla acomodaba una pierna sobre un banquito, con signos de sufrir bastante.
-Si,.. si,.. ¡Uf!... ya está listo... dejame que me acomodo un poquito... y... te lo hago traer, me contestó con la voz quebrada por el esfuerzo.
-¡Pestañaa!!! traele el trabajo acá al señor.
- !Ya voy, ya voy! respondió Pestaña que se dirijía primero a atender la puerta , a la que alguien acababa de llamar.
De allá, vino con una gran lijadora orbital que parecía atropellada por un ómnibus.
-¿Laburo nuevo? preguntó Matos.
-¡Ma que laburo nuevo!, era el vecino, te trajo esta lijadora que le cayó en el patio, dice que no tires más estas cosas al techo, porque si se pasa otra de largo, no te la trae de vuelta.
Dice que es la última vez que te devuelve una máquina.