Arielo
07/06/2010, 11:09
Febrero de 2007. El equipo de fútbol Flamengo de Brasil está jugando un partido por la Copa Sudamericana en Bolivia. Su oponente, Real Potosí, tiene su sede en la cordillera de los Andes y el estadio está a casi 4.000 metros sobre el nivel del mar. En medio de una lluvia azotadora, Flamengo cae 2 a 0. Muchos de sus jugadores necesitan botellas de oxígeno para aliviar los efectos de la altura. Aunque eventualmente consiguen un empate 2 a 2, Flamengo anuncia después del partido que nunca más jugará en la altura.
Así comenzó la controversia del “fútbol en la altura”. El caso del Flamengo fue evaluado por la Confederación Brasileña de Fútbol, que denunció ante el organismo rector mundial, la FIFA, que las sedes en los Andes no eran adecuadas para el fútbol. En mayo de 2007, la FIFA sancionó que “en aras de la salud de los jugadores” los partidos internacionales no podían jugarse por encima de los 2500 metros.
Si Brasil pensó que había alcanzado la victoria, no contó con la devolución de Bolivia, Ecuador y Colombia, que se quejaron ante la FIFA de que esta reglamentación pondría fin a los partidos internacionales en sus estadios. En respuesta, la FIFA suspendió la prohibición a la espera de nuevos estudios.
Avance rápido hasta junio de 2010 y la altura vuelve a ser un tema para el fútbol. La Copa del Mundo en Sudáfrica será la primera en veinticuatro años que tendrá como escenario sedes ubicadas significativamente por encima del nivel del mar. El estadio principal, Soccer City, en Johannesburgo, está a 1701 metros. No será la altura de los Andes pero es suficiente como para tener algún efecto. Otras seis sedes se encuentran en lugares de gran altitud (ver mapa). ¿Esto va a influir sobre el torneo?
A raíz de la controversia en América del Sur, la FIFA invitó a destacados especialistas en ciencias médicas a conferenciar en su ciudad natal, Zurich, en octubre de 2007, para discutir sobre lo que se sabe respecto a los efectos que tiene la altura en el fútbol. Los delegados establecieron rápidamente que hay pocos estudios bien controlados sobre fútbol en la altura, por lo que tendrían que realizar inferencias a partir de las investigaciones hechas en otros deportes, como correr, esquiar y escalar montañas.
Lo primero que tuvieron en cuenta fue el rendimiento físico. Llegaron a la conclusión de que por debajo de los 500 metros no se produce ningún efecto. Por encima de los 500 metros se empiezan a notar los efectos negativos como taquicardia, falta de aire y reducción de la resistencia, que empeoran progresivamente a medida que aumenta la altura, aunque algunas personas resultan más afectadas que otras. A 2000 metros el mal de la altura se convierte en un problema y la aclimatación es esencial. Por encima de los 3000 metros el impacto en el rendimiento es considerable.
Los efectos fisiológicos de la altura se deben principalmente a la reducción de la cantidad de oxígeno en el aire, que, a su vez, limita los niveles de oxígeno en la sangre. La disminución resultante en el rendimiento físico de un individuo puede cuantificarse con una medida llamada VO2max, la tasa máxima de consumo de oxígeno en litros por minuto por kilogramo.
Los estudios en atletas de resistencia han demostrado que por encima de los 300 metros la VO2max cae cerca del 6% por cada 1000 metros de elevación, mientras que el tiempo antes de sucumbir al agotamiento disminuye alrededor del 14% por cada 1000 metros.
El método estándar para minimizar este descenso del rendimiento es aclimatarse durante algunos días. El equipo de la FIFA recomienda pasar de tres a cinco días en la altura, aunque de esta manera tampoco es posible recuperar la forma física que tiene el deportista al nivel del mar. Incluso los jugadores de fútbol bolivianos que viven a 3600 metros de altura tienen una VO2max alrededor del 12% más baja que los jugadores que viven al nivel del mar.
Entonces ¿los efectos fisiológicos de la altura van a alterar los resultados de la Copa del Mundo? Probablemente no. Ninguna de las sedes está por encima de los 2000 metros, y la mayor parte de los 32 equipos participantes estará viviendo en la altura durante el torneo. Los que no, usarán cámaras simuladoras de altitud para prepararse.
Así comenzó la controversia del “fútbol en la altura”. El caso del Flamengo fue evaluado por la Confederación Brasileña de Fútbol, que denunció ante el organismo rector mundial, la FIFA, que las sedes en los Andes no eran adecuadas para el fútbol. En mayo de 2007, la FIFA sancionó que “en aras de la salud de los jugadores” los partidos internacionales no podían jugarse por encima de los 2500 metros.
Si Brasil pensó que había alcanzado la victoria, no contó con la devolución de Bolivia, Ecuador y Colombia, que se quejaron ante la FIFA de que esta reglamentación pondría fin a los partidos internacionales en sus estadios. En respuesta, la FIFA suspendió la prohibición a la espera de nuevos estudios.
Avance rápido hasta junio de 2010 y la altura vuelve a ser un tema para el fútbol. La Copa del Mundo en Sudáfrica será la primera en veinticuatro años que tendrá como escenario sedes ubicadas significativamente por encima del nivel del mar. El estadio principal, Soccer City, en Johannesburgo, está a 1701 metros. No será la altura de los Andes pero es suficiente como para tener algún efecto. Otras seis sedes se encuentran en lugares de gran altitud (ver mapa). ¿Esto va a influir sobre el torneo?
A raíz de la controversia en América del Sur, la FIFA invitó a destacados especialistas en ciencias médicas a conferenciar en su ciudad natal, Zurich, en octubre de 2007, para discutir sobre lo que se sabe respecto a los efectos que tiene la altura en el fútbol. Los delegados establecieron rápidamente que hay pocos estudios bien controlados sobre fútbol en la altura, por lo que tendrían que realizar inferencias a partir de las investigaciones hechas en otros deportes, como correr, esquiar y escalar montañas.
Lo primero que tuvieron en cuenta fue el rendimiento físico. Llegaron a la conclusión de que por debajo de los 500 metros no se produce ningún efecto. Por encima de los 500 metros se empiezan a notar los efectos negativos como taquicardia, falta de aire y reducción de la resistencia, que empeoran progresivamente a medida que aumenta la altura, aunque algunas personas resultan más afectadas que otras. A 2000 metros el mal de la altura se convierte en un problema y la aclimatación es esencial. Por encima de los 3000 metros el impacto en el rendimiento es considerable.
Los efectos fisiológicos de la altura se deben principalmente a la reducción de la cantidad de oxígeno en el aire, que, a su vez, limita los niveles de oxígeno en la sangre. La disminución resultante en el rendimiento físico de un individuo puede cuantificarse con una medida llamada VO2max, la tasa máxima de consumo de oxígeno en litros por minuto por kilogramo.
Los estudios en atletas de resistencia han demostrado que por encima de los 300 metros la VO2max cae cerca del 6% por cada 1000 metros de elevación, mientras que el tiempo antes de sucumbir al agotamiento disminuye alrededor del 14% por cada 1000 metros.
El método estándar para minimizar este descenso del rendimiento es aclimatarse durante algunos días. El equipo de la FIFA recomienda pasar de tres a cinco días en la altura, aunque de esta manera tampoco es posible recuperar la forma física que tiene el deportista al nivel del mar. Incluso los jugadores de fútbol bolivianos que viven a 3600 metros de altura tienen una VO2max alrededor del 12% más baja que los jugadores que viven al nivel del mar.
Entonces ¿los efectos fisiológicos de la altura van a alterar los resultados de la Copa del Mundo? Probablemente no. Ninguna de las sedes está por encima de los 2000 metros, y la mayor parte de los 32 equipos participantes estará viviendo en la altura durante el torneo. Los que no, usarán cámaras simuladoras de altitud para prepararse.