rebelderenegado
25/05/2010, 05:01
Una noche de 1987, con unas cuantas cervezas de por medio y como la revolución tardaba en llegar ( mas bien se alejaba a pasos agigantados) decidimos hacer algo al respecto , asi que, dos colegas y yo mismo nos fuimos a buscar anuncios electorales de un partido provincial para cortar y pegar con la vieja pero efectiva técnica del collage y fabricarnos nuestro propio partido y nuestro candidato a intendente de la Excma. Ciudad de Córdoba de la Nueva Andalucía.
La cosa venia muy reñida para el oficialismo y para la segunda mayoría, asi que teníamos posibilidades, de sembrar un poco más de confusión, con poco esfuerzo de nuestra parte. Un poco más de la que ya había, por no perfilarse, claramente, un ganador para la elección de gobernador, reñida hasta al final y con sobrenadante sospecha de fraude, como siempre.
Decidimos, en nuestro primer congreso constituido democraticamente y llevado a cabo por nosotros mismos, que para molestar y divertirnos, nos bastaba con proponer la candidatura de Tarrino, un curioso personaje de hábitos incorregiblemente nocturnos, con fama de fanático del deporte de los reyes, el turf.
Tarrino tenia otro alias el de Doctor, porque nunca se sacaba un elegante traje gris que acompañaba con una impecable, aunque gastada, camisa blanca y una corbata de moño, un dandy, hubiera dicho un tanguero nostálgico, una incipiente calvicie total, descubría su orbe cerebrálico y le terminaba de dar el toque de autoridad y distinción doctoral que necesitabamos para nuestros fines, decir que era la imagen perfecta del político de comité y sobremesas interminables, es abundar demasiado en detalles.
Asi que, con las fotos recortadas de los anuncios del Partido Desarrollista, que tenía como candidato a gobernador a uno más o menos de la misma edad e igual de pelado que nuestro postulante, confeccionamos tres carteles de gran verosimilitud y asi como todos los gatos son pardos en la oscuridad, los viejos pelados se parecen.
Pegamos los afiches, en la esquina mas estratégica de nuestro barrio, que posee una avenida muy transitada, que conecta directamente el centro con el aeropuerto de la ciudad, dato que tomaría importancia días después, para darnos una inesperada sorpresa.
Con los carteles ya pegados y en situación electoral inminente, se suscitaron las primeras reacciones, que iban desde simples carcajadas y risas, hasta ofendidas indignaciones y mezclas insólitas de esas dos actitudes, el colmo fueron las deportivas felicitaciones, por la creación de nuestro partido, de parte de candidatos del Partido Intransigente, a los que, aprovechando su desorientación total sobre el tema, llegamos a presentarles a nuestro "candidato" que sin inmutarse, ni levantarse de su silla, dió la mano con displicencia a cada uno.
Yo no se, como la pizza y la cerveza, no nos salieron por alguno de los múltiples orificios del craneo, en el intento casi vano de contener la risa al ver eso, pero lo logramos,
En vista del irrefrenable curso de los acontecimientos y atentos a la repuesta, fuimos a la casa de uno de nuestros amigos del Partido Radical, en aquella época estaba a cargo del gobierno provincial, y le expusimos nuestro "proyecto político"
La creación del Partido Reformista Diletante, exponiéndole, ahi mismo, nuestra plataforma política, hecha de apuro, que incluía la secesión de nuestra ciudad del resto del país, con el objetivo de crear una ciudad estado.
El amigo se rió bastante y aprobó, en todo y con todo, nuestra idea y ofreció la ayuda que necesitaramos, como él, era el encargado de los insumos y útiles para pintadas callejeras y las guardaba en su casa, puso todo a nuestro alcance, tambien guardaban allí sus útiles, los miembros de la oposición, el Partido Justicialista, mas bien conocidos como "Los Peronistas".
Así que recibimos, la entusiasta autorización, en nombre de la convivencia democrática, de saquear también el almacén de los peronchos, y allá fuimos más rápido que ligero, esa misma noche provistos de pintura y pinceles "prestados", a completar con unas hermosas letras amarillas ribeteadas de negro, sobre fondo azul celeste, las consignas de nuestra floreciente agrupación.
A la mañana siguiente, podía leerse en la pared de un banco en construcción "Partido Reformista Diletante" a lo largo de toda la fachada.
Acompañada por leyendas "opositoras" carentes de sentido. Sobre la vieja marquesina de un centenario bar, hoy demolido, la otra leyenda "TARRINO INTENDENTE P.R.D." en color amarillo sobre rojo señal, apoyando esto, con las pegatinas con las que habíamos iniciado todo.
Una broma inocente hasta ahí, pero nadie tomó en cuenta que el presidente de la nación; Don Raul Ricardo Alfonsín en aquellos años, pasaría por allí en una visita rápida a la ciudad para reforzar la campaña de sus candidatos locales, ya que también había renovación de cámaras legislativas nacionales, el jefe de estado se movilizaba por el país, apoyando a sus candidatos.
Por motivos de seguridad, se desplazaba en un ómnibus acondicionado a tal efecto y justamente, iba sentado del lado derecho del bus, desde el que se veían, claramente, las pintadas mas grandes, uno de los carteles y la marquesina del bar, con la inscripción "TARRINO INTENDENTE P.R.D." en letras de más de 25 cm de altura.
Llamó al que estaba a cargo de la custodia presidencial y lo instruyó para que averiguara de inmediato:
-¿ Quienes eran esas gentes?, que presentaban un candidato a intendente propio, en la segunda ciudad del país, sin que él tubiera la más mínima idea, anuncio ni informe, por ninguna vía normal y apropiada.
Con todo lo que estaba en juego, en aquellas elecciones con recambio de gobernadores, que podían alterar el equilibrio de poder de su gobierno, si no hubiera visto por si mismo aquello, lo podría haber tomado por sorpresa un resultado inesperado.
-¡Nadie me avisa nada, son todos unos inútiles!!! habrá pensado, con razón.
Así que, el jefe seguido por otros agentes del servicio de informaciones del estado, se apearon, ahi mismo e inmediatemente hicieron preguntas a los que estaban en la vereda del Tango Bar, que así se llamaba el viejo local y les dieron indicaciónes de que cualquier averiguación sobre la "actividad partidaria" del P.R.D., que ya era famoso entre los vecinos y los habitués del bar,
debían ser hechas en la pizzería San Martin propiedad de Quique, justo al frente en diagonal de donde estaban parados.
Los de la comisión, cruzaron entre el bochinche de gente y el embotellamiento de autos, provocado por la caravana, en su súbita e inesperada detención.
Entraron a la pizzería como si fuera la cervecería de Munich, cuna del nazismo y fueron directo a la caja, tras la que se erguía Quique, el impeturbable dueño del establecimiento.
- Buenos días, dijo el que fungía como jefe.
- Buenas, Respondió el cajero sin levantar la vista, mas que una fracción de segundo, sobre sus anteojos, y continuó lo que estaba haciendo, con su parsimoniosa velocidad de siempre.
-¿Que desean? agregó sin expresión, aunque se había dado cuenta perfectamente, que eran policías "trabajando".
Mostraron sus credenciales, de altos funcionarios de inteligencia a cargo de la custodia de la Casa Rosada y de la seguridad personal de su inquilino y sin más preámbulos descerrajaron las preguntas:
-¿Quienes son estos del Partido Reformista Diletante y ese tal Tarrino, que es candidato a intendente?
Quique, fiel a su costumbre, ante ese tipo de cuestiones, con la cabeza y la vista que permanecieron bajas, estiró un poco los labios como quien va a dar un beso, mientras seguía operando la viejísima máquina registradora de bronce esmaltado, de la cual lo único que funcionaba, a veces, era el botón de abrir el cajón, para guardar el efectivo.
-¡Es una broma!. dijo en voz baja
-¿Como que una broma?... replicó con cara de ponerse, muy pero muy enojado, el oficial de inteligencia?
- Son los "chicos", que vienen a la noche a tomar cerveza y comer pizza, no tienen ningún partido el candidato es inventado, fijese y va ver que los carteles son hechos con pedazos de carteles de otro partido. La pintura y todo lo demás se la "prestaron" los peronistas.
-¿Los peronistas? ya me parecía, que tenían que andar atrás de todo esto. Dijo el jefe con voz casi triunfal.
- El "inspector", se dio vuelta, como para pegarle al que estaba más atrás,
-¡ Vaya a ver como son los carteles! ordenó a su subordinado.
Quique siguió impeturbable con su actividad; atender su bar, que en horas de mediodía funcionaba como fonda de poca monta.
El tipo con la misión de verificar lo que se decía, regresó al segundo.
-Es cierto, dijo al volver, cuando los mira de cerca se ve que son recortes pegados.
- ¿Y la pintura y la mano de obra de donde la "sacaron" fueron tambien los peronistas, como hicieron?. Esto lo ha hecho mucha gente es mucho trabajo. ¿Cuantos son?
- Las cosas que usaron se las dió un amigo de ellos, que es del gobierno, le digo que es todo un chiste nada más, son solo tres los que hicieron todo, creo que el amigo está en una secretaria de la juventud o algo así.
-¿Que gobierno, gente el del gobernador Angeloz, tambien está en esto?
-Cualquier cosa mas que quiera saber, ellos vienen todas las noches a eso de las nueve, si quiere venir a preguntar algo más, hagaló a ellos porque eso es todo lo que se, permiso, Y pasó con un plato de sopa entre los preguntones.
-Los tipos, se quedaron mirandosé uno al otro, luego con un gesto de cabeza del superior, dieron la media vuelta y se fueron.
Hace muchos años, que espero que alguno venga a preguntar los detalles, sobre que diablos estabamos haciendo, para ir a preparar un informe final, contándoselo todo al presidente.
La cosa venia muy reñida para el oficialismo y para la segunda mayoría, asi que teníamos posibilidades, de sembrar un poco más de confusión, con poco esfuerzo de nuestra parte. Un poco más de la que ya había, por no perfilarse, claramente, un ganador para la elección de gobernador, reñida hasta al final y con sobrenadante sospecha de fraude, como siempre.
Decidimos, en nuestro primer congreso constituido democraticamente y llevado a cabo por nosotros mismos, que para molestar y divertirnos, nos bastaba con proponer la candidatura de Tarrino, un curioso personaje de hábitos incorregiblemente nocturnos, con fama de fanático del deporte de los reyes, el turf.
Tarrino tenia otro alias el de Doctor, porque nunca se sacaba un elegante traje gris que acompañaba con una impecable, aunque gastada, camisa blanca y una corbata de moño, un dandy, hubiera dicho un tanguero nostálgico, una incipiente calvicie total, descubría su orbe cerebrálico y le terminaba de dar el toque de autoridad y distinción doctoral que necesitabamos para nuestros fines, decir que era la imagen perfecta del político de comité y sobremesas interminables, es abundar demasiado en detalles.
Asi que, con las fotos recortadas de los anuncios del Partido Desarrollista, que tenía como candidato a gobernador a uno más o menos de la misma edad e igual de pelado que nuestro postulante, confeccionamos tres carteles de gran verosimilitud y asi como todos los gatos son pardos en la oscuridad, los viejos pelados se parecen.
Pegamos los afiches, en la esquina mas estratégica de nuestro barrio, que posee una avenida muy transitada, que conecta directamente el centro con el aeropuerto de la ciudad, dato que tomaría importancia días después, para darnos una inesperada sorpresa.
Con los carteles ya pegados y en situación electoral inminente, se suscitaron las primeras reacciones, que iban desde simples carcajadas y risas, hasta ofendidas indignaciones y mezclas insólitas de esas dos actitudes, el colmo fueron las deportivas felicitaciones, por la creación de nuestro partido, de parte de candidatos del Partido Intransigente, a los que, aprovechando su desorientación total sobre el tema, llegamos a presentarles a nuestro "candidato" que sin inmutarse, ni levantarse de su silla, dió la mano con displicencia a cada uno.
Yo no se, como la pizza y la cerveza, no nos salieron por alguno de los múltiples orificios del craneo, en el intento casi vano de contener la risa al ver eso, pero lo logramos,
En vista del irrefrenable curso de los acontecimientos y atentos a la repuesta, fuimos a la casa de uno de nuestros amigos del Partido Radical, en aquella época estaba a cargo del gobierno provincial, y le expusimos nuestro "proyecto político"
La creación del Partido Reformista Diletante, exponiéndole, ahi mismo, nuestra plataforma política, hecha de apuro, que incluía la secesión de nuestra ciudad del resto del país, con el objetivo de crear una ciudad estado.
El amigo se rió bastante y aprobó, en todo y con todo, nuestra idea y ofreció la ayuda que necesitaramos, como él, era el encargado de los insumos y útiles para pintadas callejeras y las guardaba en su casa, puso todo a nuestro alcance, tambien guardaban allí sus útiles, los miembros de la oposición, el Partido Justicialista, mas bien conocidos como "Los Peronistas".
Así que recibimos, la entusiasta autorización, en nombre de la convivencia democrática, de saquear también el almacén de los peronchos, y allá fuimos más rápido que ligero, esa misma noche provistos de pintura y pinceles "prestados", a completar con unas hermosas letras amarillas ribeteadas de negro, sobre fondo azul celeste, las consignas de nuestra floreciente agrupación.
A la mañana siguiente, podía leerse en la pared de un banco en construcción "Partido Reformista Diletante" a lo largo de toda la fachada.
Acompañada por leyendas "opositoras" carentes de sentido. Sobre la vieja marquesina de un centenario bar, hoy demolido, la otra leyenda "TARRINO INTENDENTE P.R.D." en color amarillo sobre rojo señal, apoyando esto, con las pegatinas con las que habíamos iniciado todo.
Una broma inocente hasta ahí, pero nadie tomó en cuenta que el presidente de la nación; Don Raul Ricardo Alfonsín en aquellos años, pasaría por allí en una visita rápida a la ciudad para reforzar la campaña de sus candidatos locales, ya que también había renovación de cámaras legislativas nacionales, el jefe de estado se movilizaba por el país, apoyando a sus candidatos.
Por motivos de seguridad, se desplazaba en un ómnibus acondicionado a tal efecto y justamente, iba sentado del lado derecho del bus, desde el que se veían, claramente, las pintadas mas grandes, uno de los carteles y la marquesina del bar, con la inscripción "TARRINO INTENDENTE P.R.D." en letras de más de 25 cm de altura.
Llamó al que estaba a cargo de la custodia presidencial y lo instruyó para que averiguara de inmediato:
-¿ Quienes eran esas gentes?, que presentaban un candidato a intendente propio, en la segunda ciudad del país, sin que él tubiera la más mínima idea, anuncio ni informe, por ninguna vía normal y apropiada.
Con todo lo que estaba en juego, en aquellas elecciones con recambio de gobernadores, que podían alterar el equilibrio de poder de su gobierno, si no hubiera visto por si mismo aquello, lo podría haber tomado por sorpresa un resultado inesperado.
-¡Nadie me avisa nada, son todos unos inútiles!!! habrá pensado, con razón.
Así que, el jefe seguido por otros agentes del servicio de informaciones del estado, se apearon, ahi mismo e inmediatemente hicieron preguntas a los que estaban en la vereda del Tango Bar, que así se llamaba el viejo local y les dieron indicaciónes de que cualquier averiguación sobre la "actividad partidaria" del P.R.D., que ya era famoso entre los vecinos y los habitués del bar,
debían ser hechas en la pizzería San Martin propiedad de Quique, justo al frente en diagonal de donde estaban parados.
Los de la comisión, cruzaron entre el bochinche de gente y el embotellamiento de autos, provocado por la caravana, en su súbita e inesperada detención.
Entraron a la pizzería como si fuera la cervecería de Munich, cuna del nazismo y fueron directo a la caja, tras la que se erguía Quique, el impeturbable dueño del establecimiento.
- Buenos días, dijo el que fungía como jefe.
- Buenas, Respondió el cajero sin levantar la vista, mas que una fracción de segundo, sobre sus anteojos, y continuó lo que estaba haciendo, con su parsimoniosa velocidad de siempre.
-¿Que desean? agregó sin expresión, aunque se había dado cuenta perfectamente, que eran policías "trabajando".
Mostraron sus credenciales, de altos funcionarios de inteligencia a cargo de la custodia de la Casa Rosada y de la seguridad personal de su inquilino y sin más preámbulos descerrajaron las preguntas:
-¿Quienes son estos del Partido Reformista Diletante y ese tal Tarrino, que es candidato a intendente?
Quique, fiel a su costumbre, ante ese tipo de cuestiones, con la cabeza y la vista que permanecieron bajas, estiró un poco los labios como quien va a dar un beso, mientras seguía operando la viejísima máquina registradora de bronce esmaltado, de la cual lo único que funcionaba, a veces, era el botón de abrir el cajón, para guardar el efectivo.
-¡Es una broma!. dijo en voz baja
-¿Como que una broma?... replicó con cara de ponerse, muy pero muy enojado, el oficial de inteligencia?
- Son los "chicos", que vienen a la noche a tomar cerveza y comer pizza, no tienen ningún partido el candidato es inventado, fijese y va ver que los carteles son hechos con pedazos de carteles de otro partido. La pintura y todo lo demás se la "prestaron" los peronistas.
-¿Los peronistas? ya me parecía, que tenían que andar atrás de todo esto. Dijo el jefe con voz casi triunfal.
- El "inspector", se dio vuelta, como para pegarle al que estaba más atrás,
-¡ Vaya a ver como son los carteles! ordenó a su subordinado.
Quique siguió impeturbable con su actividad; atender su bar, que en horas de mediodía funcionaba como fonda de poca monta.
El tipo con la misión de verificar lo que se decía, regresó al segundo.
-Es cierto, dijo al volver, cuando los mira de cerca se ve que son recortes pegados.
- ¿Y la pintura y la mano de obra de donde la "sacaron" fueron tambien los peronistas, como hicieron?. Esto lo ha hecho mucha gente es mucho trabajo. ¿Cuantos son?
- Las cosas que usaron se las dió un amigo de ellos, que es del gobierno, le digo que es todo un chiste nada más, son solo tres los que hicieron todo, creo que el amigo está en una secretaria de la juventud o algo así.
-¿Que gobierno, gente el del gobernador Angeloz, tambien está en esto?
-Cualquier cosa mas que quiera saber, ellos vienen todas las noches a eso de las nueve, si quiere venir a preguntar algo más, hagaló a ellos porque eso es todo lo que se, permiso, Y pasó con un plato de sopa entre los preguntones.
-Los tipos, se quedaron mirandosé uno al otro, luego con un gesto de cabeza del superior, dieron la media vuelta y se fueron.
Hace muchos años, que espero que alguno venga a preguntar los detalles, sobre que diablos estabamos haciendo, para ir a preparar un informe final, contándoselo todo al presidente.