rebelderenegado
26/04/2010, 08:07
Fui a buscar a mi amigo, el "Mostro", para que me acompañara a, ver, un televisor.
La zona en que estaba la casita de latas y adobe, era medio "embromada" y por eso no quería ir solo, y para empeorarlo todo, nos vimos obligados dejar al viejo 504 unos 50 metros antes de llegar, porque el terraplén de las vías y una acequia, no nos dejaron acercar mas,
- Espero, que no nos roben el auto,
- Ojalá, dijo el otro, sin muchas esperanzas.
Llamé a la puerta de lata y de adentro nos dijeron que pasaramos nomás,
-¡Buenas noches! y me adelanté, ¡somos los técnicos!.
Y la anciana que estaba alli, la dueña de casa, nos recibió y agradeció, que hubieramos llegado por ahí, a pesar de la hora,
- No es nada, mentí yo, asi es el trabajo. -
-¿Donde esta el enfermo?
- Ese que esta ahí es, hace una raya.
Me acerque al viejo Goldstar, para hecharle un ojeada, esperando que fuera algo fácil, ya que la señora, no quería que lo llevaramos,
-Es por la novela ¿vió?, aqui no tengo otro entretenimiento y estoy sola desde que murió mi hijo en la guerra.
-¿ Su hijo fue a Malvinas? se me ocurrió decir, mientras me daba cuenta, que había metido la pata.
- Si, asi fué y como ya era viuda me quedé del todo sola.
Yo tengo una carta de él, era maestro,
¿ Quieren que se las lea?
Con el otro, nos alcanzamos a cruzar una mirada de;
No hay escapatoria
- ¡Ya la traigo esta acá nomás, siempre la leo, a la noche!.
Yo, por mi parte, ya había destapado el tele y vi enseguida, los capacitores del sector de barrido vertical, "inflados".
En la caja que habiamos traido, por suerte, tenía el juego completo, mas los integrados necesarios, saqué las pelusas lo mejor que pude, para poder ver algo mejor, desoldar lo estropeado, colocar los componentes nuevos y a rogar que funcione.
Mientras, el amigo Mostro, se hallaba atareado, mirando las fotos colgadas en la pared, imágenes de barcos y aviones, de las que daban en el servicio militar, ya estaban bastante ajadas y amarillentas.
La doña, volvió con una carpeta oscura, con signos de mucho uso, y se sentó en la misma silla donde estaba cuando entramos,
- Esta carta, se la envió a los chicos de la escuela, cuando convocaron a la guerra me dice;
- Mami, estan llamando a mi clase ¿como no voy ir, como me presentaría a mis alumnos como les hablaría de San Martin y Belgrano de lo que es la patria si el maestro se mete debajo de la cama? No mamá, voy a ir y voy a volver, son muchos los que me esperan,
- La del colegio es una carta hermosa, hay que leerla nomás:
A mis queridos alumnos de tercero "D";
No hemos tenido tiempo de despedirnos y eso me ha tenido muchas noches preocupado, aquí en Malvinas, donde me encuentro cumpliendo mi labor de soldado, defender la bandera, espero que Uds. no se preocupen mucho por mi, porque muy pronto vamos a estar juntos nuevamente, vamos a cerrar los ojos, y nos vamos a subir a nuestro inmenso cóndor, y le vamos a decir, que nos lleve a todos al país de los cuentos, que como Uds. saben, queda muy cerca de Las Malvinas y ahora como el maestro, conoce muy bien las islas, no nos vamos a perder.
¡Chicos!, quiero que sepan que por las noches, cuando me acuesto, cierro los ojos y veo cada una de sus caritas, riendo y jugando y cuando me duermo, sueño que estoy con estedes, quiero que se pongan muy contentos, porque su maestro es un soldado, que los quiere y los extraña, ahora solo le pido a Dios volver pronto, con Uds., muchos cariños de su maestro, que nunca se olvida de ustedes.
Simulé estar muy atareado con el aparato, porque no supe que decir, por suerte el "ayudante" también se quedó callado, hice tiempo mientras, terminaba de probar ,si la fuente del aparato regulaba,
¡Exacto! 103 voltios, clavados, todo OK.
Terminé de afirmar los repuestos, me queme los dedos, y estornudé por el polvillo.
Por suerte, el bicho, arrancó con la altura normal, lo dejé andar unos segundos, no había quedado nada flojo, asi que le puse la tapa, nomás.
La anciana señora, se había quedado mirando, sin ver, la carta, y le pasaba la mano suavemente, como lo haría siempre.
Lo que para mi alivio, significó, que no esperaba ningún comentario de nuestra parte, de todas maneras, desde donde ella realmente estaba, no lo hubiera oido.
Entonces, alzando la voz, le dije;
-¡Esta listo, creo que no va tener mas problemas con este tv., por ahora!,
-¡Hay no lo puedo creer, la novela!, muchas gracias.
- ¿Cuanto es joven?
- Nada señora, quedese tranquila, estas cosas asi de "fáciles" no las cobramos,
-¿Vamos , mostro?
El "mostro" me miró como diciendo;
¿en serio no le vas a cobrar? pero dijo;
- Vamos.
Nos despedimos y cuando saliamos, Natalia Oreiro, gritaba desde una avioneta, que se venía a pique.
- La dichosa novela, ahi la tiene, pensé
-¡ Che! .. me dice el "Mostro"
- ¿esa nos es la carta, que leyeron una vez, en la radio?
- Si, me parece que esa es, repliqué
- ¿Te diste cuenta que la vieja esta loca?
- Si me di cuenta, el tipo ese, era de Buenos Aires, el maestro, digo.
- Y no puede ser el hijo de ella.
- Si, era de allá y la madre también, vaya saber de donde saco esa copia que tiene ahi.
-¡ Vos tambien estas loco!, me aseguró, el "Mostro".
-¡Mira que laburar gratis, a vos nomás se te ocurre!!!.
Hicimos los últimos metros hasta el auto, que todavía estaba allí, cruzando el terraplén, las vias y la acequia, reflejaban la luz de la luna,
- Mirá eso, acota el "Mostro", señalándo los rieles brillantes, a la luz del satélite natural.
- son como hilos agua,
- Si, parecen, un rio de hierro.
La zona en que estaba la casita de latas y adobe, era medio "embromada" y por eso no quería ir solo, y para empeorarlo todo, nos vimos obligados dejar al viejo 504 unos 50 metros antes de llegar, porque el terraplén de las vías y una acequia, no nos dejaron acercar mas,
- Espero, que no nos roben el auto,
- Ojalá, dijo el otro, sin muchas esperanzas.
Llamé a la puerta de lata y de adentro nos dijeron que pasaramos nomás,
-¡Buenas noches! y me adelanté, ¡somos los técnicos!.
Y la anciana que estaba alli, la dueña de casa, nos recibió y agradeció, que hubieramos llegado por ahí, a pesar de la hora,
- No es nada, mentí yo, asi es el trabajo. -
-¿Donde esta el enfermo?
- Ese que esta ahí es, hace una raya.
Me acerque al viejo Goldstar, para hecharle un ojeada, esperando que fuera algo fácil, ya que la señora, no quería que lo llevaramos,
-Es por la novela ¿vió?, aqui no tengo otro entretenimiento y estoy sola desde que murió mi hijo en la guerra.
-¿ Su hijo fue a Malvinas? se me ocurrió decir, mientras me daba cuenta, que había metido la pata.
- Si, asi fué y como ya era viuda me quedé del todo sola.
Yo tengo una carta de él, era maestro,
¿ Quieren que se las lea?
Con el otro, nos alcanzamos a cruzar una mirada de;
No hay escapatoria
- ¡Ya la traigo esta acá nomás, siempre la leo, a la noche!.
Yo, por mi parte, ya había destapado el tele y vi enseguida, los capacitores del sector de barrido vertical, "inflados".
En la caja que habiamos traido, por suerte, tenía el juego completo, mas los integrados necesarios, saqué las pelusas lo mejor que pude, para poder ver algo mejor, desoldar lo estropeado, colocar los componentes nuevos y a rogar que funcione.
Mientras, el amigo Mostro, se hallaba atareado, mirando las fotos colgadas en la pared, imágenes de barcos y aviones, de las que daban en el servicio militar, ya estaban bastante ajadas y amarillentas.
La doña, volvió con una carpeta oscura, con signos de mucho uso, y se sentó en la misma silla donde estaba cuando entramos,
- Esta carta, se la envió a los chicos de la escuela, cuando convocaron a la guerra me dice;
- Mami, estan llamando a mi clase ¿como no voy ir, como me presentaría a mis alumnos como les hablaría de San Martin y Belgrano de lo que es la patria si el maestro se mete debajo de la cama? No mamá, voy a ir y voy a volver, son muchos los que me esperan,
- La del colegio es una carta hermosa, hay que leerla nomás:
A mis queridos alumnos de tercero "D";
No hemos tenido tiempo de despedirnos y eso me ha tenido muchas noches preocupado, aquí en Malvinas, donde me encuentro cumpliendo mi labor de soldado, defender la bandera, espero que Uds. no se preocupen mucho por mi, porque muy pronto vamos a estar juntos nuevamente, vamos a cerrar los ojos, y nos vamos a subir a nuestro inmenso cóndor, y le vamos a decir, que nos lleve a todos al país de los cuentos, que como Uds. saben, queda muy cerca de Las Malvinas y ahora como el maestro, conoce muy bien las islas, no nos vamos a perder.
¡Chicos!, quiero que sepan que por las noches, cuando me acuesto, cierro los ojos y veo cada una de sus caritas, riendo y jugando y cuando me duermo, sueño que estoy con estedes, quiero que se pongan muy contentos, porque su maestro es un soldado, que los quiere y los extraña, ahora solo le pido a Dios volver pronto, con Uds., muchos cariños de su maestro, que nunca se olvida de ustedes.
Simulé estar muy atareado con el aparato, porque no supe que decir, por suerte el "ayudante" también se quedó callado, hice tiempo mientras, terminaba de probar ,si la fuente del aparato regulaba,
¡Exacto! 103 voltios, clavados, todo OK.
Terminé de afirmar los repuestos, me queme los dedos, y estornudé por el polvillo.
Por suerte, el bicho, arrancó con la altura normal, lo dejé andar unos segundos, no había quedado nada flojo, asi que le puse la tapa, nomás.
La anciana señora, se había quedado mirando, sin ver, la carta, y le pasaba la mano suavemente, como lo haría siempre.
Lo que para mi alivio, significó, que no esperaba ningún comentario de nuestra parte, de todas maneras, desde donde ella realmente estaba, no lo hubiera oido.
Entonces, alzando la voz, le dije;
-¡Esta listo, creo que no va tener mas problemas con este tv., por ahora!,
-¡Hay no lo puedo creer, la novela!, muchas gracias.
- ¿Cuanto es joven?
- Nada señora, quedese tranquila, estas cosas asi de "fáciles" no las cobramos,
-¿Vamos , mostro?
El "mostro" me miró como diciendo;
¿en serio no le vas a cobrar? pero dijo;
- Vamos.
Nos despedimos y cuando saliamos, Natalia Oreiro, gritaba desde una avioneta, que se venía a pique.
- La dichosa novela, ahi la tiene, pensé
-¡ Che! .. me dice el "Mostro"
- ¿esa nos es la carta, que leyeron una vez, en la radio?
- Si, me parece que esa es, repliqué
- ¿Te diste cuenta que la vieja esta loca?
- Si me di cuenta, el tipo ese, era de Buenos Aires, el maestro, digo.
- Y no puede ser el hijo de ella.
- Si, era de allá y la madre también, vaya saber de donde saco esa copia que tiene ahi.
-¡ Vos tambien estas loco!, me aseguró, el "Mostro".
-¡Mira que laburar gratis, a vos nomás se te ocurre!!!.
Hicimos los últimos metros hasta el auto, que todavía estaba allí, cruzando el terraplén, las vias y la acequia, reflejaban la luz de la luna,
- Mirá eso, acota el "Mostro", señalándo los rieles brillantes, a la luz del satélite natural.
- son como hilos agua,
- Si, parecen, un rio de hierro.