Roger Medina Guerra
25/01/2010, 14:11
Para acompañar en su dolor al amigo Jaime Ramirez y a su esposa Zully Ramos. Que Dios les de fortaleza y resignacion.
El mar reía, cuando tus ojos de niña, contaban las olas.
Tus travesuras eran, retoños del alba, que alegraban las tardes.
Corrías, entre cuartos y espejos, fotografiando tu cara.
Eras, la niña sonriente, de esperanzas y amores.
Entre amigas y primas, cantaste a la vida.
Entre padres y abuelos, recibiste regalos.
En aquel bus, la navidad fue tu cielo.
Quedaron las ondas, de tus gratos recuerdos.
Quedaron las fotos, de un ángel, llamado Manuela
Un dia de Diciembre
La trágica muerte, acabo tu sonrisa.
Y en aquel ataúd,
seguiías muy hermosa, estrella del alma.
Tan bella, tan tierna, dormida y muy linda.
A tu papi y tu mami, se les desgarra la vida.
Al saber que se marcha, su estrella, su luna, su hija querida.
La sala colmada,
de amigos y lágrimas.
En aquella sala,
el alma, se parte a pedazos.
En aquella sala, a todos,
se nos parte,
el pedazo de alma.
Jaime,
amigo de labores, tertulias y cuentos.
Tu alma de padre, partida en pedazos;
llora a gritos,...... clamando,
llora a gritos,...... en silencio.
Todos miramos, todos te vemos, todos sentimos.
Ese dolor tuyo,
Jaime, lo llevamos dentro.
El día del entierro, caminaste en silencio.
Me acerque como amigo, di un abrazo a tu cuerpo.
Miraste las sombras, que cubrían aquel cementerio.
Te fuiste llorando, sin tu hija del alma.
Te fuiste llorando, sin tu ángel, llamado Manuela.
El mar reía, cuando tus ojos de niña, contaban las olas.
Tus travesuras eran, retoños del alba, que alegraban las tardes.
Corrías, entre cuartos y espejos, fotografiando tu cara.
Eras, la niña sonriente, de esperanzas y amores.
Entre amigas y primas, cantaste a la vida.
Entre padres y abuelos, recibiste regalos.
En aquel bus, la navidad fue tu cielo.
Quedaron las ondas, de tus gratos recuerdos.
Quedaron las fotos, de un ángel, llamado Manuela
Un dia de Diciembre
La trágica muerte, acabo tu sonrisa.
Y en aquel ataúd,
seguiías muy hermosa, estrella del alma.
Tan bella, tan tierna, dormida y muy linda.
A tu papi y tu mami, se les desgarra la vida.
Al saber que se marcha, su estrella, su luna, su hija querida.
La sala colmada,
de amigos y lágrimas.
En aquella sala,
el alma, se parte a pedazos.
En aquella sala, a todos,
se nos parte,
el pedazo de alma.
Jaime,
amigo de labores, tertulias y cuentos.
Tu alma de padre, partida en pedazos;
llora a gritos,...... clamando,
llora a gritos,...... en silencio.
Todos miramos, todos te vemos, todos sentimos.
Ese dolor tuyo,
Jaime, lo llevamos dentro.
El día del entierro, caminaste en silencio.
Me acerque como amigo, di un abrazo a tu cuerpo.
Miraste las sombras, que cubrían aquel cementerio.
Te fuiste llorando, sin tu hija del alma.
Te fuiste llorando, sin tu ángel, llamado Manuela.