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Pompilio Zigrino
30/12/2009, 11:03
Mucho se ha hablado y escrito en contra del neoliberalismo. Se lo ha descalificado de tal manera que a pocos se les ocurriría apoyar tal tendencia, ya que es considerada “políticamente incorrecta”. Sin embargo, debe tenerse presente que en épocas de severa crisis podemos esperar que sean justamente las ideas y las opiniones erróneas las que tengan mayor aceptación; de lo contrario no habría crisis.

El neoliberalismo es el conjunto de ideas y de información que permitió el resurgimiento de países que quedaron prácticamente destruidos por la guerra, y que luego se constituyeron en potencias económicas de primer nivel. Álvaro C. Alsogaray escribió: “La versión moderna del liberalismo tiene su exponente más representativo en la Economía Social de Mercado del Dr. Ludwig Erhard y sus colaboradores. Asociada a formas políticas democráticas, la Economía Social de Mercado integra una síntesis que algunos llaman también Neoliberalismo. Esta fórmula fue también la que permitió reconstruir los países de Europa occidental y el Japón después de la Segunda Guerra Mundial. Con ciertas variantes se aplicó en Alemania, Bélgica, Austria; en Italia bajo la dirección de Einaudi; Francia, a partir de 1958, a través de Pinay y Rueff, y en otros diversos países. En todas partes condujo a la obtención de un alto grado de prosperidad y a una adecuada distribución de la riqueza. Significó en dichos países el más eficaz factor de estabilidad política y progreso social. Más tarde contribuyó a establecer las bases de la Comunidad Atlántica” (De “Bases para la acción política futura” – Editorial Atlántida – Buenos Aires, 1968).

Para establecer una distinción entre las tendencias liberales y socialistas, que pugnan por su vigencia, podemos decir que el individuo liberal, en lo económico, acepta las leyes de la ciencia económica, mientras que en lo ético tiende a aceptar la existencia de ciertos principios de validez universal. Por el contrario, el socialista, en lo económico, rechaza la existencia del mercado y busca su reemplazo por una planificación estatal, mientras que en lo ético adhiere a cierto relativismo moral, considerando las leyes éticas como simples convencionalismos humanos. El que busca el predominio de la libertad en lo económico, es conservador en lo ético, mientras que el que busca el predominio del Estado en lo económico, es liberal en lo ético. De todas formas, existen posturas intermedias que no responden rigurosamente a esta descripción que resulta ser sólo indicativa.

Para disponer de un panorama general de las principales tendencias económicas y políticas, se expondrá un esquema (algo modificado) que aparece en el citado libro:

Sociedad totalitaria (Colectivismo-Socialismo)

Supremacía del Estado: planificación centralizada y coercitiva de la economía y del trabajo

a) Socialismo ortodoxo
b) Nacional Socialismo
c) Economía socialista del comunismo

Sociedad libre (Individualismo-Liberalismo)

Supremacía del Individuo: planificación a través del mercado

a) Formas históricas del capitalismo liberal y liberalismo absoluto
b) Conservadorismo
c) Economía Social de Mercado. Democracia fuerte

Terceras posiciones

Con distinto grado de intervencionismo, dirigismo, estatismo y libre empresa

Formas principalmente económicas:

a) Desarrollismo
b) Planificación democrática indicativa

Formas principalmente políticas:

c) Radicalismos, progresismos, algunas democracias cristianas y social cristianismo, etc.
d) Dictaduras nacionalistas de derecha

Otra:
e) Social democracia

El neoliberalismo acepta los principios y las leyes de la ciencia económica, y busca que tanto el Estado como la población se adapten de la mejor forma al proceso autorregulado constituido por el mercado. Las decisiones y planificaciones se establecen a nivel individual y empresarial. El socialismo rechaza este tipo de decisiones porque se supone que los únicos capaces de dirigir la sociedad y la economía son los marxistas, mientras que los empresarios serían “explotadores” y, por lo tanto, culpables de los males de la sociedad hasta que demuestren lo contrario.

Lo esencial del socialismo es la nacionalización de los medios de producción, de donde surge el “capitalismo estatal”, el monopolio absoluto del Estado, que no sólo tiene a cargo la planificación económica, sino también las decisiones que involucran aspectos personales de cada individuo. Esto conduce al Estado totalitario en el cual el encarcelamiento ocasionado es por todos conocido. Los defectos atribuidos al capitalismo privado se acentúan en el capitalismo estatal.

Para el marxismo, existe una lucha de clases en la cual los empresarios (burgueses) explotan a los empleados (proletarios), mientras que en realidad son los empresarios, junto a sus accionistas y empleados, que compiten con los de otra empresa. Además, si un empresario no cuida la permanencia de su personal calificado, se marchará a otra empresa y perderá así algo valioso, capital humano, aunque los marxistas afirmen lo contrario.

Para Marx, el valor de un bien está relacionado con el trabajo que demandó su realización, algo que tiene poco sentido en la economía real, ya que el precio viene impuesto por el proceso del mercado. De ahí que promovía la transformación de toda la sociedad para reconstruirla en base a esa definición. Es mucho más simple describir la sociedad real, para luego tratar de mejorarla, a buscar su destrucción para edificarla sobre los escombros de la anterior. Las tendencias socialistas actuales, en general, buscan llegar al socialismo por métodos pacíficos y graduales.

El marxista no tiene tanto en cuenta las dificultades ocasionadas por la pobreza, sino por los efectos de la desigualdad social que surge de las diferentes aptitudes de los seres humanos en el campo del trabajo, de la innovación y la inteligencia.

Podríamos definir al neoliberalismo, o Economía Social de Mercado, mediante la siguiente igualdad:

Economía Social de Mercado = Trabajo + Ahorro Productivo + Ética

El trabajo está asociado principalmente a la información y al conocimiento, ya que la automatización creciente ha ido desplazando a los trabajadores de la agricultura y de la industria. El ahorro productivo implica la restricción del consumo presente para permitir la formación de capital, que permitirá un beneficio en el futuro. Incluso se afirma que la riqueza de un país viene dada por la cantidad de capital per capita que posee.

En cuanto a la ética, es conveniente partir de un nivel mínimo, necesario e imprescindible para lograr buenos resultados. La existencia de cierta competencia debe ser sólo un incentivo para la optimización empresarial, sin llegar a prevalecer sobre la tendencia hacia la cooperación. El liberalismo tradicional es considerado como una postura que admite una competencia esencial, y feroz, que tarde o temprano ha de promover actitudes ilícitas, lo que contrasta notablemente con la adaptación gradual a las leyes del mercado buscando una mejora generalizada de la economía.

Cada vez que el Estado, o quienes lo dirigen, toman decisiones que se oponen a los resultados a los que llegaría el mercado, surgirá algún tipo de conflicto o desajuste. Si se trabaja poco, o si se ahorra poco, o si se especula buscando dinero no asociado a una actividad productiva, el mercado lo reflejará en un tiempo determinado.

Cuando se habla acerca del fin del capitalismo, uno puede preguntarse si ello implica el fin de la ciencia económica; algo bastante poco probable dada la información acumulada y verificada desde bastante tiempo atrás. La ciencia económica no “planifica” la sociedad, sino que describe la realidad para, luego, sugerir decisiones que la tengan presente. Si el ser humano no logra un nivel ético básico, no podrá lograr buenos resultados económicos.

El mercado es una condición necesaria, pero no suficiente, para lograr el éxito económico. Puede funcionar bien, o no. Todo depende del grado de adaptación de la población al trabajo, al ahorro productivo y al espíritu cooperativo. El socialismo, por otra parte, es una condición necesaria y suficiente para asegurar un sistema económico poco eficiente. De lo contrario, que alguien muestre algún ejemplo de país socialista exitoso. Ello se debe a que se anulan las aptitudes individuales para proteger al individuo de la envidia. Así como debe limitarse el espíritu competitivo de los que mucho tienen, en las sociedades de libre empresa, debería ocurrir otro tanto en quienes poco tienen, y que aspiran al socialismo sólo para sentirse tan pobres comos los demás.

Una Nación debe tener en claro hacia dónde quiere llegar, es decir, hacia una economía de mercado o bien hacia alguna forma de socialismo. Teniendo presentes los ejemplos de varios países, podemos decir también que una Nación debe tener en claro si quiere tener una economía próspera, con cierta desigualdad, o bien si quiere llegar a alguna forma de pobreza igualitaria.

Platon
03/01/2010, 01:56
Toda el chamulleo no alcanza para ocultar la verdadera cara del mal llamado Neo-Liberalismo que no es otra cosa que el camuflage con que los derechistas quieren vover a imponer la dictadura del Capitalismo.
Tenganlo claro y que no los engane el diablo con piel de oveja.

Neo Liberalismo = Capitalismo
Capitalismo = miseria, atrazo, sometimiento del pais al capital foraneo.

El Capitalismo que goberno Sudamerica por 500 y pico de anos, solo trajo miseria y atrazo. Y en su climax durante la guerra fria asolo aSudamerica con dictaduras anticomunistas que sembraron la muerte y el miedo en la poblacion. Vendieron y regalaron hasta las piedras y ni pregunten donde esta la plata por que se la farrearon los neoliberales corruptos, mientras hambrearon a la gente. Al final entregaron el pais en bancarrota y con una deuda externa que ellos sabian que nunca hiban a pagar. (porque pagaria ud)
Los capitalistas sudacas jamas construyeron un tren, un barco, una planta electrica, eso lo hacia el Estado. La mayoria de las empresas que ahora se ufanan tanto de que son producto de la vision empuje blablabla, es mentira. La mayoria de las empresas se las birlaron al fisco con negociados truchos en las privatizaciones, supuestamente las subastaron para pagar la deuda externa que dejaron losmismos saqueadores del pais. Las otras que hay son extranjeras que llegaron con la democracia, pero los capitalistas nacionales que son los mas meten bulla con la chiva del neoliberalismo, no pasan de ser simples importadores o agentes de las transnacionales a lo mas.

La pregunta correcta es ¿ Socialismo o Capitalismo ?

respuesta: ninguna de las anteriores, prefiero la Tercera Via.

PHILIPPEMOR
03/01/2010, 14:56
Toda el chamulleo no alcanza para ocultar la verdadera cara del mal llamado Neo-Liberalismo que no es otra cosa que el camuflage con que los derechistas quieren vover a imponer la dictadura del Capitalismo.
Tenganlo claro y que no los engane el diablo con piel de oveja.



La pregunta correcta es ¿ Socialismo o Capitalismo ?

respuesta: ninguna de las anteriores, prefiero la Tercera Via.


de acuerdo contigo Platon, se debe definir correctamente que el liberalismo esta tanto en el mismo socialismo como en el capitalismo.
El ejemplo mas claro es el bipartidismo norteamericano.
solo hace falta recordar a los primeros liberales en cada una de las naciones latinoamericanas, fueron iniciados por los norteamericanos.
acaso los observadores norteamericanos en Panama cuando Bolivar no eran liberales adogmaticos??
los liberales adogmaticos han penetrado en lo mas profundo en donde se manifiestan las ideas.
estan en el gobierno como en la oposicion...
esto no sera muy bien entendido pr algunas personas.
pero el tiempo les dara claridad para ver que latinoamerica esta en vias de ser doblegada por esos personajes oscuros que se comportan como gangsters y son a la vez unos asesinos faltos de humanismo.

no todo esta escrito, les envio saludos.

PHILIPPEMOR
03/01/2010, 15:12
la primer guerra que enfrento contra los liberales, a un pueblo noble que sigue en pie de lucha;

http://www.youtube.com/watch?v=Omn8PdJhQrk&feature=related

Con este video quiero equilibrar que no todo del otro lado del rio bravo es totalmente liberal adogmatico;

PHILIPPEMOR
03/01/2010, 15:28
saludos,

www.youtube.com/watch?v=_KvswKwHYos&feature=related

PHILIPPEMOR
03/01/2010, 15:30
http://www.youtube.com/watch?v=BsiWZvi3o1c&NR=1

Pompilio Zigrino
06/01/2010, 21:02
El neoliberalismo permitió el resurgimiento de los países europeos después de la guerra: eso es malo (según algunos.......)

El socialismo produjo hambrunas y genocidios (URSS, China, etc): eso es bueno (según algunos......)

La realidad es la realidad, pero podemos ignorarla si no nos gusta........(Por algo los países socialistas lo abandonaron). Excepto en Cuba, Corea del Norte, ¿ porqué será ?

Polidoro Saravia
10/01/2010, 00:34
Si muchos ven al neoliberalismo como un sistema políticamente incorrecto, es porque este sistema llevo al mundo a la mayor crisis económica de la historia en el 2008.

Como usted dice, el neoliberalismo permitió el resurgimiento de Europa occidental y Japón llevándolos a convertirse en potencias. Estos países se pueden tomar como buenos ejemplos de neoliberalismo exitoso. ¿Pero que pasa con los muchos países que el neoliberalismo hundió en la más extrema pobreza, corrupción, oligarquías, desigualdad social….. esos países no son tomados como ejemplo de neoliberalismo?. En América ha habido muchos de estos países arrasados por este sistema político, como ejemplo basta fijarse en Argentina, cuando el liberal Carlos Menem privatizó casi todo el estado -solo le faltó vender la bandera argentina- y terminó arrastrando al país en una profunda crisis económica que muchos dicen que termino de reventar en aquel diciembre (creo que del 2001) en donde hubo un desfile de presidentes. Pero si me equivoco corríjame, usted debe saber más que yo lo que pasó en el periodo de Menem.:yo:
En los países de America en donde se aplicó el liberalismo, al contrario de lo que usted dice, se profundizó la desigualdad social y mala la distribución de la riqueza.

He leído en varias oportunidades que usted escribe que el capitalismo “acepta los principios y las leyes de la ciencia económica” dando a entender que el socialismo no acepta esas leyes, que esta por fuera de lo que dictan las ciencias económicas. Yo creo que usted está equivocado, pues la economía no tiene ni principios ni leyes, no existe en ciencias económicas normas, leyes o principios que indiquen que algún sistema es el adecuado. Las ciencias económicas estudian todos los sistemas, entre ellos el sistema económico socialista y el sistema económico capitalista, sin adoptar a un sistema como el correcto simplemente son dos sistemas diferentes. En facultad de ciencias económicas (por lo menos en Uruguay) se estudia tanto a Smith como a Marx, al capitalismo como el socialismo, y no se habla de algún sistema económicamente correcto, se toman como dos sistemas económicos diferentes y punto. Luego cada estudiante adoptará una preferencia.

Con respecto a la ética del neoliberalismo, es realmente lamentable, ha llegado a tal punto, que la avaricia y el afán de lucro de los liberales está poniendo en riesgo la salud del planeta. Los liberales saben bien que son sus súper fabricas contaminantes las que están pudriendo el mundo, pero para ellos es más valioso que sus fabricas sigan funcionando y produciendo dinero a que el planeta se salve. Este es el peor ejemplo de ética humana, el de atentar contra el planeta de todos. Luego tenemos otros problemas de menor importancia como la explotación del hombre por el hombre y todo esas cosas que ya todos sabemos que ocasiona la avaricia del hombre cuando todo le está permitido.

Usted dice y comparto que “El mercado es una condición necesaria, pero no suficiente para lograr el éxito económico”. A mi forma de ver en toda economía de mercado debe de haber algún órgano regulador. Que ponga las reglas, los limites e impida los excesos y abusos que indefectiblemente genera el mercado que se deja librado a sus leyes. Comparto el pensamiento del forista brasilero, el capitalismo no es un cuco, el mercado es imprescindible para la economía, pero si no se lo regula de alguna forma, puede convertirse en un demonio capas de atentar incluso, contra la salud del planeta.

Saludos.

Pompilio Zigrino
12/01/2010, 20:20
El mercado se regula solo. El Estado debe dar un marco de seguridad jurídica, hacer cumplir las leyes, etc.

Si no se trabaja, si hay pocos empresarios (Latinoamérica) la cosa no funciona.

Es como un partido de fútbol. Las reglas son el mercado. El árbitro es el Estado. Pero si los jugadores son malos, el resultado es un pobre espectáculo.

La crisis del 2008 no la produjo el sistema liberal, la produjo la corrupción en forma de capitalismo especulativo. No hay sistema que funcione aún con severas fallas éticas.....

ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
19/01/2010, 06:19
El mercado se regula solo. El Estado debe dar un marco de seguridad jurídica, hacer cumplir las leyes, etc.

No hay sistema que funcione aún con severas fallas éticas.....

Esto es lo que distingue a unos de otros. El sentido liberal, como ya expliqué, demanda una importante serie de detalles porque la liberalidad no surge de la nada; no se delibera sobre nada sino sobre algo. Y el estado no sólo da una seguridad jurídica destinada a cumplir las leyes de una ética infantil. El estado es una representación de la colectividad que representa; no es sólo una representación económica sobre la que deliberar. Esa ética, ese objeto ético, para los que estén interesados en aprenderlo, es una consecuencia de su historicidad, y no del historicismo de su sola economicidad.

Así es normal que se cite a Marx para asombrar a los demás con el desconocimiento de la importancia que tuvo para la economía política y la sociología. Y los dos mil economistas que lo siguen atacando como carroñeros no son sino unos burdos historicistas formalizados en no entender a Marx. Incluyo en este saco a todos los socialistas de burdel que hacen de malas zorras de Marx hablando de lo social del derecho. Marx con interés es un Marx lógico (filosófico, económico y sociológico).

Vamos a dejarlo claro: no se puede mirar a Marx ahistóricamente ya que Marx tiene un lugar muy concreto para que fuese Marx. Hay que despersonalizar a Marx, dejar de verlo como ese tipo barbudo enrabietado contra la condición económica que oprimía. El análisis de Marx era un análisis científico de una situación histórica hecha ley de la historia; ahí sí se puede hacer una crítica de la que alguno puede aprender, pero si todavía se dice que Marx era muy malo y que tuvo una influencia muy mala no se aprende más que un prejuicio. ¿Y todo el avance y logro del derecho del trabajador y su “seguridad jurídica”?. Las figuras legales son históricas, es decir, sujetas a la historia por la que vienen determinadas. Y la economía no tiene una ley a priori sino como la condición de su racionalización. ¿Se hace, pues, ley sobre nada, o, más bien, ley sobre su historia?. Así que no hablemos por hablar. Hablar de realidad no es, ni lo será nunca, una condición por sí misma de su racionalidad; así que mejor empezar por no hacer nuestro hablar un vacío sin historia; de lo contrario, deriva en una gramática de idiota.

La liberalidad, en el correlato social del liberalismo, es una acción irracional que, por ello, urge racionalidad. La economía no tiene ninguna ley a priori con una verdad de suyo, una verdad formal como la matemática; es un delirio y un engaño que la ciencia moderna ha hecho ideológico.

La economía necesita de experiencia histórica para hacerse menos errada, irracional e injusta; necesita del conocimiento de los errores, y no de los aciertos. El liberal, ese que dice que el mercado es racional, por lo común, no sabe lo que dice.

Polidoro Saravia
19/01/2010, 07:39
“El mercado se regula solo”
Esto puede ocurrir solo en teoría, en la practica hay sobrados ejemplos de que esto no es así. El ejemplo mas reciente, el de la crisis del 2008, mostró claramente como los estados tuvieron que intervenir en los mercados para salvar la crisis que estos provocaron cuando quedaron librados a su suerte.

Leí hace unos días en un informe, que importantes dirigentes de carácter liberal como el presidente de EEUU, el de Francia y el gobierno de Japón, están proponiendo la intervención en el mercado de cambio. En el caso del gobierno del Japón, hablan de lo conveniente que sería para su país devaluar el yen. Y en el caso de los presidentes de EEUU y Francia, intentan presionar a China -la nueva gran potencia económica mundial- para que valorice su moneda el yuan.
Ni los principales dirigentes liberales creen en la autorregulación del mercado.

ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
19/01/2010, 09:14
¿Por qué cree usted que digo que alguien no sabe lo que dice?. Muy al contrario, le muestro la forma de lo que quiere decir, pero que, como vemos, se le escapa.

Hace algún año ese alguien trajo ciertas especulaciones económicas sobre la verdad de la imposibilidad económica del marxismo en forma de socialismo con algún sofisma económico del tipo de la imposibilidad de la función de riqueza y cálculo económico en el socialismo. Toda la problemática se podía reducir a que la acción racional entendida económicamente no era toda la acción humana; la historia de la racionalidad del cálculo económico no era la historia de la humanidad. Como es bien sabido, este es uno de los principales sentidos antropológicos e históricos de Marx, pero no hay que leer a Marx al pie de la letra, de lo que se sirve alguno cualquiera para hacer discurrir su gramática. ¿Y no fue el mismo Marx quien dijo que él mismo no era marxista?. La finalidad de la crítica económica de Marx estaba en que no era sólo económica, sino que desde la síntesis de esa crítica se hacía posible ver la estructura económica en la que reposaba su carácter dialéctico, la forma a partir de la que era dialéctica. No hay que tener muchas luces para ver que era el sentido de una crítica histórica en la conciencia de la condición de su materialización social. Desde ahí, una economía política que sólo discurre por su forma no es crítica con ella misma. Esto, a su vez, es una crítica a Marx y la falta de experimentación de su sistema, un sistema visionario y, por lo tanto, especulativo. El sentido económico de Marx era más que un sentido económico, era un sentido de relación social que superaba el obstáculo de su dependencia material. Por ello se buscaba analizar científicamente; mostraba la dependencia material desde una crítica de su fundamento.

La crítica original de von Mises y su limitado valor sociológico descansa en la abstracción de su materialización social. De nuevo, se ve que el margen de la razón económica no es el mismo de la razón social. Digámoslo así: la acción económica es segunda con su representación, y es por lo que es estructural; y la sociológica es segunda desde un sentido con el que con anterioridad ha de ser primero. La sociología sí tiene, a diferencia de la economía, una posible razón a priori, y la economía no puede ser primera sino desde la anterioridad con la sociológica.

En el foro de filosofía estoy haciendo una crítica sociológica a la ética infantil en forma de síntesis a priori que la hace ridícula, irracional e irresponsable en su pretensión de ser simismo. Y no es casual que no se entienda la sociología de Max Weber, ni ninguna sociología, sin un escrupuloso entendimiento de la de Carl Marx. Y al que me va a criticar por conocer historia que él desconoce sólo le sugiero que aprenda historia, historia pimera, la crítica filosófica, antes de decir algo, pues de lo contrario no se es sino un charlatán.

Pompilio Zigrino
19/01/2010, 18:32
El mercado se regula sólo pero requiere del control del Estado. No hay sistema que funcione a pesar de las fallas humanas.

La crisis del 2008 se debió a que existe especulación, y bastante.......El Estado debe tratar de mantener la integridad del mercado.

Es como un partido de fútbol: debe existir un árbitro que lo vigile. Los jugadores son los productores y consumidores, el Estado es el árbitro.

Si los jugadores hacen trampas, no debemos echarle la culpa al fútbol, a los que lo idearon y lo reglamentaron.....

Pompilio Zigrino
19/01/2010, 18:46
La crisis del 2008 es atribuida, por algunos autores, al exceso de crédito (fuera de lo que surge del mercado) y a intereses fuera del nivel de mercado.

De todas formas, la solución que se aplicó (parece que con aceptable éxito) es lo que "sale en los libros" según el economista López Murphy.

No hay sistema que funcione a pesar de las fallas humanas.

Cuando alguien toma 10 litros de whisky y se muere ¿ falló la medicina porque no pudo salvarlo ?

El mercado y sus leyes está ahí......con las reglas estrictas. Si hay especulación, no funciona.....Si la gente no trabaja, no funciona. Y así sucesivamente.

Hay algunos que quieren volver a Marx, parece.......¿ Qué les gusta de Marx ? ¿ El encarcelamiento socialista o el odio de clases que promueve ?

Los sitemas realimentados no son tan sencillos de entender.......entonces creen que todo es cuestión de sumergirlo bajo el palabrerío hueco y sin sentido......Es decir, sólo tiene sentido cuando difama......eso se entiende, lo otro, no. Puede dedicarse a difamar.......que lo hace bien.

ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
20/01/2010, 09:22
Comienzo aclarando que no hay nada que no sea especulativo. Uno tiene un dinero en su cartera, y hay muchas cosas que se pueden comprar con ese dinero; el dinero se puede materializar en una televisión, una cerveza, un libro, o en prostitución, mercados ilegales, etc.; necesita de una materialización posible como moneda de cambio y en qué hacer material ese dinero, y no es idéntico con su historia, es especulativo con ella. Pero la interpretación material es primeramente metafísica, y no sólo es la relación material por la que viene determinado ese dinero, su precipitación.

No hay una materialización para la historia; es necesariamente especulativa en su materialización, en el sentido en el que especula con su tiempo, lo que es primeramente distinto. Quiere esto decir que la materialización es dialéctica con su fenómeno, y sería, pues, fenomenología; y esto es falso al no ser sólo especulativo con su fenómeno, pero deja de ser falso en su historia, en el tiempo material que trasciende. El fenómeno lleva la forma que impone su tiempo, el tiempo de ese fenómeno, pero no tiene de suyo, por sí mismo, el tiempo que no es de ese fenómeno.

El tiempo podrá ser una condición absoluta, pero no lo es con respecto a la limitación de ese fenómeno, pues el absoluto del tiempo no se reduce a la totalidad de ese fenómeno; la razón para que ese fenómeno sea todo fenómeno parece que olvida que conocer el fenómeno abstrae lo que no se reduce a conocer ese fenómeno. La trascendencia abre el margen de la proposición no reduciéndola, encerrándola en sí misma, sino ampliándola más allá de sí misma. El tiempo es una condición formal, como hemos dicho y admitido, pero conocemos, lo primero de todo, la limitación que impone conocer dicho fenómeno. Con esta extraña explicación de la fenomenología del tiempo se puede comprobar cómo el tiempo de la física, determinado con arreglo a una relación física esencial, es un despropósito que hace de una teoría físico-matemática la definición ontológica de todo existencial posible del mundo. La proposición física del mundo, que el mundo es un ente físico, dice lo que en el mundo se reduce a su física, no dice más; y no dice nada de lo que no es ser física, en nuestro sentido, no dice nada de lo que es metafísica, lo que no sólo es primero a la física sino por lo que la física viene determinada. ¿O no entendió Einstein esto perfectamente sin hacerse enemigos innecesarios en un mundo filosófico del que él mismo era deudor? ¿o Einstein sólo se interesó por la física, y no por la filosofía?. Esto se puede comprobar desde lo que llamaremos física de la conciencia. La conciencia no es sólo física, y parece que no es tampoco sólo fenómeno pues ser fenómeno no se reduce a una física sin una lógica detrás. Lo extraño de la conciencia es esto mismo, que no se reduce a sí. La conciencia es algún otro que trasciende mayormente no sólo en cualquier otro, tal como una cosa cualquiera, sino en otro moral, lo que se ha denominado alguien en la imposibilidad de ser reducido a concepto. Como se ve, la dificultad de mis textos no está en que no sean claros, que no pueden serlos, sino en que necesitan de una buena carga de gramática llamada filosofía. Si alguien, por el contrario, piensa que se puede hacer filosofía sólo con una ciencia que le es segunda, debiera reconocer la limitación que le impone ser segunda con un primero que no reconoce. Esto no reduce todo a la filosofía, pero menos lo reduce todo a la ciencia. Si tipejos como Bunge y su imitador así lo creen, que vayan bien con su ciencia. Lo que aquí se dice, y no es fácil negar, es que no todo se reduce a ser ciencia; ser ciencia es un ser posterior, y requiere de una historia que no se puede ni abstraer ni negar. No se pude hacer una sociología epistémica, ya sea del conocimiento, de la cultura o de la ciencia, sin tener en cuenta la imposición finalista de su forma de verlo porque abstrae con su finalismo su propia ideología, que es, justamente, lo que sociológicamente queríamos conocer. ¿O es que hacemos ciencia por hacer? No; hacemos ciencia por algo, y, mayormente, para alguien.

El dinero con el que se especuló no existía, y, ciertamente, es la lógica del sistema de crédito; su exceso de hinchamiento hizo que explotara y se determinase su valor. Pero podíamos haber seguido así por muchos años con mecanismos de ajuste, racionalidad; podíamos haber seguido así siempre. La crisis no es una consecuencia necesaria del sistema capitalista, al contrario de lo que pensaba Marx; y fue una de las deficiencias más graves de su sistema: la falta de ajuste histórico de su razón, pues el historicismo, como he mostrado, hace continuidad con la imposición de su sentido del tiempo, la identidad con el historicismo de su verdad.

La lógica del aumento de la riqueza es esta: con 10 puedo crear 15. La riqueza, un bien social, y no un bien individual, es objeto de la economía política por su forma social; es material en una relación social primeramente irracional. Esto quiere decir que la economía no es racional sino como una forma para su experiencia, a la que está dirigida su síntesis, y no como forma con anterioridad a la experiencia; no es, pues, por ella misma, sino por la dependencia con una experiencia con la que hace identidad.

La liberalidad necesita de un margen indeterminado que determinar, de uno con su acción libre a uno con su matriz de elección; y se basa en el error de principio de su liberalidad con el sofisma del individuo incierto, una imposibilidad lógica de la psicología con la sociología, del que individua su liberalidad a la ampliación necesaria de su sentido, la desapropiación de su conciencia.

Hay algunos que quieren meter la psicología en la sociología en forma de psicología social. Y ya he denunciado que es un error catastrófico de principio con arreglo a su incierta identidad psicosocial. La psicología, si por mi fuese, sería encerrada en el espumosismo de una (uno; 1) incierta identidad psíquica de algún individuo que individua algo que individuar. Esto lo digo con el mayor respeto por una disciplina a la que cedo muchísima importancia, pero está falta de una filosofía de su mente psíquica. Y ahora, hoy en día, los promotores de la neurociencia están llevando el tema a un sendero aún más catastrófico. La neurociencia ha logrado hacer de la psique mental una materialización del cerebro que, como he defendido, es un psicologismo del cerebro; antes era la psique como su simismo, y ahora se ha hecho del cerebro otro simismo. Cuando se entienda que el marco psicológico no es individual, ni puede serlo por su dependencia con una acción con la que necesariamente trasciende más allá de ella misma, se podrá pensar la acción de la mente en el espacio donde ésta se desenvuelve. Como mostré en los temas que destiné a ello, es una ignorancia de la gente que se ha puesto a filosofar sin atender a la filosofía misma, los zapateros venidos a filósofos. Se han puesto a materializar la mente sin atender qué es lo que materializaba esa mente. Y es tan sencillo como que no entienden la historia de la filosofía; la mente no es la mente que piensa sino por lo pensado de ello, esto es, una mente fenomenológica. Es decir, es muy fácil hacerse el chulito con el que piensa y deduce su existencia de su pensamiento, sobre todo porque ahora ya no puede contestar a todos los idiotas que quieren hacer leña de él; pero yo sí puedo, y poner la cara colorada a todos esos chulitos. Si nos ponemos a la altura del pensamiento de ese señor, a la altura de la lógica a la que se remitía como principio, esto es, Dios, todo lo que hay, se ve que la lógica de ese señor se adelanta al margen por el que se mueve su proposición; fluye más rápido que la historia de su ciencia al no estar sujeta a la limitación histórica de su forma temporal. Paradójicamente, la posibilidad de crítica es debida al margen continuo de la proposición consigo misma, y no con el discurso temporal de su fenómeno. Pero los chilitos de la ciencia son formales con su ciencia, y no entienden aquello que primeramente la sustenta, esto es, lo que es primeramente posible como ciencia.

ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
21/01/2010, 06:04
NOTA. He hecho importantes adiciones a mis escritos de ayer y anteayer que me obligan a partirlos en tres por la limitación del formato. Lo que ayer y anteayer publiqué, hoy lo he ampliado en una mayor problematización. No sólo de abultado el texto sino que he detallado más la línea de reflexión. Lo repito, mis textos no son claros, ni pueden serlo, ¿o creen que a mis conceptos se llega leyendo libros y con otras evidencias?.

La economía no es racional a priori sino con posterioridad a su racionalización. La forma a priori de la racionalidad es un delirio hecho forma de la estructura social, aunque haya algunos, como Bunge, que confundan el principio de una sociología del conocimiento con su administración. La sociología de la ciencia, que también confunde Bunge, no es sino una parte de la del conocimiento ¿o hay ciencia alguna sin una historia que determinase su episteme? ¿hay, acaso, algo que conocer sin una teoría sobre la que precipitarse y en la que fundar su historia? ¿y no es una asignatura que enseña alguno?. La sociedad y su historia prueban a diario que el cambio social es algo tremendamente problemático que siempre reclama la filosofía de su historia. Pero el cambio no se percibe hasta que haya una teoría que haga posible su conciencia en la anticipación de un nuevo concepto, el problema del falibilismo. Es la lógica del conocimiento y su relación con el cambio. La base primera de la epistemología no es la ciencia natural, la física, sino la metafísica; y no hay ciencia natural alguna sin una metafísica que le sea primera por principio ¿y no nos hacemos, pues, vacíos asumiendo falsamente una propiedad? No obstante, algún imbécil tal cual Bunge, quiere hacer ontología sin una forma metafísica de principio, es decir, una ontología por sí misma. Ese imbécil es el mismo que dijo de Popper que no tenía una metafísica propia, como si tal cosa fuese posible. ¿Qué hicieron Peirce y Popper sino mostrar la imposibilidad lógica de un fundamento de la propiedad al hacer falsa cualquier metafísica que se pretenda simista?. Ese imbécil de Bunge airea su tonta crítica de Popper a la vez que ensalza la metafísica de Peirce sin, acaso, apercibirse de que eran la misma. Eso les pasa a los que van con el cuento de la propiedad en el indecente ejercicio de su falta. Hace pocos días se llamó la atención al imitador de Bunge por esto mismo, la falsa presunción de propiedad y originalidad con sus falsas ideas propias.

Los sistemas retroalimentados son sistemas complejos, está claro, pero no siguen una lógica sistémica a priori porque se fundan en la creación del mismo sistema, su razón no sólo es retrospectiva sino que se pretende sintética; su discontinuidad, de hecho, es en lo que se funda su ampliación, con lo que desvarían. Todos los sistemas teóricos son cerrados por definición; y no hay sistema alguno con una teoría que lo haga Dios y lo pruebe válido para siempre en su delirio. El problema es que el nuevo concepto tarda en crecer con su formalización. La teoría física de probabilidades hecha el Dios del mundo es un imperialismo de la razón hecho la razón del mundo en la continuidad con su historia, es decir, que sean lo mismo por una cuestión formal. Pongan unos cuantos sistemas econométricos y vean la lógica económica a priori del mundo, el falso individualismo metodológico.

No hay ninguna economía sintética a priori (con verdad formal) que no sea segunda con lo que le es necesariamente primero. La sociología sí tiene, como dije, una forma sintética a priori que la hace posible al conocimiento, al conocimiento filosófico, y no sólo al científico.

Es cierto que el desarrollo de la economía y la sociología ha ido muy parejo, pero no es cierta su identidad en el desarrollo hacia sí mismo, su reflexión. Se pretende que su historia sea formal con el sustento de una lógica hecha posible con posterioridad, históricamente, y con una deuda anterior por la que venía determinada; pero se la hace anterior desde la síntesis de un conocimiento histórico que se precipita en la forma de lógica de la ciencia o lógica de la verdad; son, más bien, posibles en su dialéctica social; no están definidas en conformidad con el mundo sino en conformidad con una metafísica que se pretende la razón del mundo, a lo que alguno se agarra deseperadamente como realidad, una metafísica propia, un claro simismo. La abstracción del tiempo de la proposición y la consiguiente distancia con el contenido hecho idéntico consigo mismo hace que lo que se dice vaya por delante de lo dicho al no tener un orden simétrico de tiempos sino un ligero margen de retraso del segundo con el primero, un margen fenenoménico que se descubre con una ciencia primera, y no con una ciencia segunda; se descubre fenomenológicamente; y esto es cierto hasta el punto que la ciencia lo ha descubierto hace alrededor de veinte años, y la filosofía lo hizo posible hace varios siglos.

El tiempo del fenómeno de la precipitación es, ciertamente, un tiempo formal con la forma de su concepto, el concepto solidario. La historia tiene una forma, sin duda, pero no es sino de la que se sirve la precipitación de su paso del tiempo. ¿O es que alguien piensa, seriamente, que tiene ideas propias a la vez que sabe que no es posible tener ideas sino en tanto que pasan por alguien? ¿qué se piensa, por uno mismo con su forma?. Se piensa, mayormente, como piensan los demás, y no como piensa uno; y es por ello que se hace conciencia con la forma de su solidaridad.

Nadie habla de la racionalidad de la sociología, como sí se habla de la racionalidad económica; pero la sociología, como se desarrolla desde mis ideas, es una posibilidad sintética del conocimiento moral. Ninguna economía puede presumir de ello, aunque en su principio histórico era el empeño; y, aunque en moral me separo de todos mis maestros, es algo que sólo puede aclarar la filosofía. No olviden que la filosofía siempre es, y siempre será, ciencia primera; la segunda no será, pues, sino una degeneración de su gramática. ¿Y no es así la filosofía la condición primera de cualquier crítica?.

En este tema, y en otros muchos del foro de filosofía, estoy desarrollando un atrevido replanteamiento de lo que es primeramente moral. En éste se puede ver que la economía no es racional sino desde la estructura racionalizada con la que es segunda con su mediación, y sólo es primera no en su razón sino en su socialización. La liberalidad no es tal; es una falsa condición primera, la acción de deliberar, que no es sino segunda con otra alguna que le es primera. Es algo que se puede demostrar sintéticamente, y se formaliza en una experiencia posterior a esa síntesis. ¿O qué es la síntesis sino la identidad de unos objetos a los que se dirige una conciencia que los agrupa en su conformidad? No es una síntesis racional a priori, como la de la ciencia, sino una síntesis de lo que es justamente primero a ello. No hay objetos del conocimiento sin los sujetos que los piensan, y no se piensa nada sino en tanto sea de alguien quien lo piensa. El concepto solidario es una necesidad formal para su solidaridad. Que no todos puedan permitirse elaborar lógicas no escritas no hace al que la desarrolla sino primero en su concepto. ¿Vacío? no; sólo es que la ciencia primera necesita de un desarrollo histórico para su socialización.

Aunque los temas de las sociologías epistémicos se tocan con frecuencia en mis textos, el nuevo sentido de mi crítica hace que pueda discutir el principio erróneo de otras tantas, como el caso de Bunge. No tengo nada personal contra Bunge, sólo le devuelvo la pelota. La razón a priori, cualquier razón para una experiencia hecha lógica, posible a una ciencia cualquiera, es un sofisma hecho forma de esa misma experiencia con arreglo a su síntesis, la forma de su verdad, lo que les vuelve a la cara a los que abusan de ella al pretenderse como única razón. Desde un análisis fenomenológico se puede mostrar que es primeramente ideológico con su sentido; y es así que un asunto tan importante filosóficamente se descubra primero con su sociedad, pues es donde está toda la posibilidad de su sentido. ¿O qué hacemos si no, ciencia individual? No, esa gramática no es ciencia sino como una actividad formal que se pretende social por una expectativa, y no por una razón primera a ella.

Los economistas gustan de trabajar con márgenes de racionalidad, y prueba de ello es que a la larga siempre se equivocan y utilizan recurrentemente datos abstractos para confundir al público lego; pero, de vez en cuando, alguien exhibe la vergüenza de la economía. No es ciencia, no puede serlo, y necesita socialmente de una forma con la que mantener su estructura. La economía es una disciplina primeramente irracional que al pretenderse primeramente racional se quiebra a sí misma; hace posible su fallo; y sólo hay que tener el concepto para verlo.

¿Cuándo he dicho que se vuelva a Marx? Desde que he tratado con Marx no he tenido sino problemas con él. Es un autor que no sólo me requirió mucho esfuerzo sino que se me hizo insoportable. Pero si se pretende hacer una crítica, mejor entenderlo bien. En estos foros he tenido que defenderlo férreamente ante el abuso que se hacía de él en la deformación hecha pasar por entendida en el tema. Aunque en mis menciones a Marx siempre hay una crítica de Marx, hasta ahora, alguien no parece haberlo visto.

Abandono este tema, pues no entiendo que al proponer una problematización conceptual del mismo, una especie de carga de peso ante tanta superficialidad, se me critique por hacer lo que digo, que es criticable. Si digo que hay otra razón, y sólo se me dice que soy vacío, que alguien piense qué está vacío aquí. No sólo puedo mostrar los muchísimos autores en los que me baso, sino que en mis temas, pues este no es mío, se pueden leer las muchísimas reflexiones que están desarrolladas sin ellos, y, con facilidad, contradiciéndolos.

ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
22/01/2010, 09:12
No obstante, que si la moderación considerase que mis aportes son demasiado filosóficos para el foro de política, como lo son también para el de filosofía, no me resultaría extraño. Lo podrían abrir en el foro de filosofía con el título de ¿Por qué parece vacía la filosofía?

Con esta nueva modificación de mi texto original doy definitivamente por cerradas las ampliaciones del mismo. Los asuntos problemáticos los he puesto más a la luz, que sean aún más problemáticos. No escribo para dar solución a nada; defiendo que es la incomprensión de la lógica de una solución. Si la moderación considera oportuno llamarme la atención, como dije ayer, lo entenderé, incluso que reubicasen mi texto o lo banneasen. Sólo ruego que se ciñan a que reformulo totalmente el tema, la incertidumbre sociológica del individuo que delibera, y que valoren que en las ampliaciones sólo está el esbozo de otros temas que en su momento irán justamente ubicados el foro de filosofía.

Es evidente que mis supuestas difamaciones no tienen como objeto a nadie sino sólo a una lógica que, eso sí, encuentra justo sentido en la forma de alguien. Y la difamación no es sino en tanto hay presunción de un mérito que mi crítica niega. No escribo cientos de páginas para los foros para meterme con alguien a quien no conozco y con quien, por otro lado, tengo mucho más en común de lo aparente. Escribo principalmente, para mí, como ya he reconocido, y es algo que puede interesar al resto. Creo firmemente en una lógica crítica como forma de creación, y eso me obliga a añadir constantes detalles nuevos. Generalmente, me ciño al foro de filosofía, pero hay ocasiones en las que la temática no encuentra sitio en ese foro y sí en algún otro. Mis temas de hace un tiempo entran de lleno en una teoría sociológica refundada en la filosofía, y ya hace mucho que dejé de abrir temas en el foro de sociología porque mi enfoque era filosófico, y no sociológico, una crítica que se me hizo y que muchísimos sociólogos no dejarían de ver extraña. Si alguien piensa que la sociología no es filosófica sabe bien poco de lo que es primeramente sociológico. Así, no es de extrañar que Roy Bhaskar señalase que las ciencias sociales son igualmente ciencias, pero lo son por otro camino.

Pompilio Zigrino
24/01/2010, 19:48
Respecto de la economía como ciencia, o respecto de cada ley, o supuesta ley, podemos decir: ¿se verifica experimentalmente? La respuesta es sí, o no.

También puede haber leyes sujetas a verificación (fronteras de la ciencia). Si se supone que es una ciencia sin fundamentos, habría que advertir entonces a los que se dedican a esos estudios, para que no pierdan tiempo.....

Esta es la diferencia entre el conocimiento serio y el otro:

Ciencia = Principios definidos + Deducciones + Sugerencias definidas + Verificación experimental

Pseudoconocimiento = Principios difusos o inexistentes + Palabrerío hueco + Sugerencias difusas o inexistentes + No se puede verificar

Creo que la economía está en el conocimiento serio, ya que es un conocimiento que puede ser verificado por cualquiera. En el otro caso, sólo lo conoce el que propone el nuevo conocimiento....

ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
25/01/2010, 07:56
Respecto de la economía ¿se verifica experimentalmente? La respuesta es sí, o no

¡Qué pesadez!. No hay ninguna experimentación, o forma de experiencia, sin una teoría anterior a la misma. Es en lo que se basa su posible conocimiento; se basa, justamente, en su anterioridad teorética. Insisto, ¿o es que nos pretendemos ahora vacíos con nuestro discurso epistemológico? ¿y no es ese cualquiera que comprueba una parte formal de su sustento? ¿o cualquiera comprueba la experiencia, o la experimentación, económica? Entendamos que si replanteo las sociologías epistémicas, que por mucho que se presuma no se entienden al suponer su conciencia sólo mía, no me vale con su mera negación formal, porque no dice nada; pero al tener una forma sintética a priori no necesito de su entendimiento para que sea verdad; eso me hace poder criticarlas con algo más que no sea una forma gramatical. ¿Vemos, quién está vacío aquí?.

Alguien cualquiera no es un abstracto; es una crítica del ser individual como todo otro ser. La moral no es reducible a la generalización de su concepto sino en la conciencia de su distancia. Pero, en efecto, yo defiendo algo parecido a un incierto vacío especulativo, una acción trascendental sin necesidad de lógica empírica; estudio la anterioridad de la forma y el efecto lógico de su posible conciencia, es decir, en detalle, todo lo contrario, no sólo una epistemología metafísica sino una primeridad moral igualmente metafísica. Esto está claro desde el mismo límite epistemológico, y, fenomenológicamente, lo pruebo primeramente moral al hacer síntesis necesaria con su historia. Así que menos presunción de fama, y más contenido, ¡más carne en el asador!. Yo tengo, por contra a los que presumen de lo que no tienen, como Bunge y su imitador, una teoría por principio; en lugar de airear falsas ideas propias, reconozco una deuda con mis maestros, y no sólo no digo lo mismo sino que digo lo contrario. Para darse cuenta de ello hay que estudiar historia de la filosofía de primera mano, y no copiando citas que no se entienden ni reconocen, y se asumen, consiguientemente, como una postura propia: las falsas ideas propias puestas en evidencia.

Es significativo el detalle obsesivo de la realidad como criterio con poder epistemológico por sí mismo; sería, pues, la razón por sí misma y en sí misma para conocer. He mostrado que es ideológico en toda proposición analizada fenómenológicamente (las relativas a los objetos de la conciencia), y que conduce a una irracionalidad inmoral al carecer de una razón primera a ella. La ética infantil, de hecho, y por principio, no puede hablar de ética sin precipitar una acción que, como decimos, es inmoral e irracional; sólo encuentra una razón al suponerla, y por una cuestión lógica, se reduce a sí misma; está, pues, vacía por sí misma, y sólo es formal. Y se puede comprobar esto que digo por la verdad de una mera presunción: es serio si es como dicen unos de los que imitamos su forma; esas son las ideas propias, las que no sólo no son de uno sino que no tienen una razón para ser los demás. Ese falso a priori es lo que crea su incertidumbre moral, que no es lo mismo que el tontísimo cuento del relativismo, la escandalosa estafa envuelta en mala filosofía epistémica y moral; pretende racionalizar sin una auténtica razón epistémica y moral fuera de su vacío; exige experiencia histórica (el tiempo lógico de la experiencia) a la vez que niega el contenido histórico del objeto lógico (una lógica pretendida sin historia, por sí misma, y por lo tanto vacía). Y no es sólo un hablar presumidamente serio, una presunción que desmonto a diario, sino que es un hablar gramatical, sin otro contenido de pensamiento que su forma de hablar.

La estructura en la que se depositan los objetos sujetos a la razón de realidad es la comunidad que trata con ellos; y la comunidad no tiene su razón a priori en la realidad, o, digámoslo así, que su supuesta razón no se dirige sólo a conocer su razón; no cuenta con una razón por principio sino como supuesto, es retrospectiva y siempre está falta de objeto histórico. Esto quiere decir que el conocimiento no tiene categorías que hagan al conocimiento externo por sí mismo, o sólo necesitado de un empirismo sin lógica; por principio, es deudor de su condición metafísica, al igual que la razón moral no es moral por sí misma sino por el otro. El conocimiento no tiene categorías que se plieguen y abran hacia sí mismas y encuentren por sí mismas su sentido sin una teoría de por medio; todo conocimiento es histórico. Como ya he aclarado, tanta verdad formal no conduce sino a recrear una forma que necesita de una razón para su burocracia, su administración; no se ordena por sí sola, pues su razón es segunda, y no primera. Es históricamente irracional, segunda con su tiempo, y no primera; es objeto del fenómeno de la precipitación. La crítica de su condición histórica es posible en su metafísica, la acción trascendental.

La sociología del conocimiento, justamente, pretendió racionalizar el conocimiento por medios burocráticos (escuelas, profesorado, universidades, ministerios, definición de disciplinas, etc.), y no es, de manera alguna, por sí misma. Ahora vienen algunos presuntuosamente no sólo pretendiendo que toda sociología epistémica sea de la ciencia sino que pretenden enseñarnos lo que es primeramente ciencia. Se puede, claro está, manejar los términos a capricho al encerrarlos en su marco de simismo; pero alguno, al desmontar, o mostrar, el efecto ideológico de la forma muestran un conflicto de principio. Así es que se habla como se habla del bien de la verificación y la experimentación por más que no tengan de suyo una razón primera a ella; su razón ha de comprobarse, pues no la tiene de suyo; es, como digo, negativa, está falta de contraste por principio. Y así es que su bien no es más que un supuesto, algo que se comprueba al no tener de suyo un sentido primero. Al igual que en el caso de la ontología de la confianza en la racionalidad de la economía, se ha visto, en un sentido muy importante, desnuda ante sus ligeros fundamentos; su experimentación no tiene una razón por sí, de suyo, sino que abstrae todo lo que la mantiene, y no es por ella misma. ¿No dije el otro día cuál era la razón primera de su estructura? ¿y no sólo es lo social sino que no puede ser de otro modo?. A ver si entendemos lo que significa ley e incondicional, y dejamos de pensar que son palabras con las que uno piensa. No se piensan sino esas palabras, sus formas. Con esa gramática, pensar, no se piensa; sólo se presume, y como si ello fuese un pensar.

Sugiero a alguien que si no sabe fundamentar el conocimiento por los principios por los que este viene determinado que no pretenda una razón fuera de ellos, una síntesis a distancia. La razón no es a priori experimental ni verificacionista; digamos que el marco de la ciencia, en sentido moderno, necesita de ello para mantener su sentido; y, por una razón a priori, no tiene su sentido por sí mismo. Simismo, como debiera estar claro, no es sí mismo sino lo que no es sí mismo; es, pues, otro.

Entiendo que si uno está cargado de presunción no necesite de una razón primera externa a sí mismo, pero voy a hacer unas afirmaciones radicales al respecto: Conforme a un discurso no hay categorías del mismo sino fenoménicas y nouménicas, que es la materia de la que se construye una razón; no hay categorías por sí, pues no tienen ninguna razón de suyo que lo ponga en relación, de un sentido externo a su aprioriedad. El endiosamiento de la verdad matemática, lógica y formal, no es tampoco por sí misma sino en tanto es matemática, lógica y formal, y por ello entra en el esquema de la experiencia a la que se amolda; no dice nada por sí. Tienen a disposición los ejemplos moralmente absurdos de todas las modernas teorías contraintuitivas de la física y la matemática. Grandes revoluciones epistémicas producidas por la ciencia, como la de la teoría de la relatividad o la mecánica cuántica, son grandes absurdos sociológicos. No hay una teoría con sentido para ellas; son externas a la forma desde la que tomar contacto con su posible intuición. ¿O no fue Hegel un loco defendiendo en resumen lo mismo que esas teorías excéntricas?. Esas teorías sólo pueden ser ontológicas, y la física no es, ni puede ser, la teoría ontológica por principio. Muchos, no obstante, así lo creen, entre ellos muchos físicos y filósofos. Por principio, la filosofía no requiere de física sino de metafísica; y no hay física alguna sin una metafísica detrás. Todo lo que es físico ha sido antes metafísico. Y por ello la metafísica es una acción trascendental, porque no es física. El conocimiento, la acción primera de conocer, no es de manera alguna una evidencia, la ******** evidencia matemática hecha la forma misma del ser evidente, un ser psicológico que no dice nada más que el contenido idéntico entre una proposición y su efecto psicológico. Si quieren comprobar esto sólo es necesario que modifiquen lo externo de la proposición y su relación con lo interno, o lo interno con lo externo; no pueden ser los mismos sino mediante una forma psíquica que los medie como idénticos. Psíquicamente, no son evidentes sino formalmente, es decir, en la continuidad de un tiempo, comparten la psicología de una misma forma, y no son la misma forma con anterioridad a su tiempo. Esto, como muchísimas otras cosas, las pone en cuestión el concepto solidario con una razón moral primera a todo ello.

Sobre la cientificidad de la economía, no se reduce, como es claro, a su verificación experimental. ¿Y no he dicho que no hay racionalidad económica por sí misma sino por la razón primera que hace posible su estructura? ¿y no es la negación de esta condición primera, una falsedad primera con realidad segunda, su raíz inmoral?. Eso caracteriza a una ciencia primera, y la distingue de la que va a su sombra, la segunda, la que degenera con su pensamiento.

Pompilio Zigrino
25/01/2010, 18:41
La ciencia experimental se basa, justamente, en la verificación. De lo contrario no es ciencia.

¿ Porqué se acepta una teoría y se rechazan otras ? ¿ Por el rigor lógico ? ¿ Por los antecedentes del autor ?. No. Se acepta o se rechaza una descripción por el grado de adaptación a la realidad.

En filosofía, la que no tiene en cuenta a la ciencia (filosofía light) no se tiene en cuenta la realidad, sino la coherencia lógica (en el mejor de los casos).

No existe la ciencia, sino la "ciencia experimental".

ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
26/01/2010, 09:21
No existe la ciencia, sino la "ciencia experimental".

Es bueno y justo que si critico la acción gramatical como una falta de contenido encubierta bajo su gramática, se me critique esto mismo a mí. Pero la acción de ser ciencia no está en si es experimental o es “ciencia”, sino en el principio que mueve a cada una de ellas. Una razón metafísica de principio es una necesidad lógica de su primeridad, lo que puede ser razón en ella; y, a partir de la negación de esto mismo, no se hace sino privar a esa razón, su fundante, de un criterio de razón. La experimentación es una forma de reproducir las condiciones experimentales de las que se sirve su forma, la experimental. Es un detalle importante en la supuesta ciencia económica, y lo que denuncio de primeramente irracional en ella; no sólo no es ciencia sino que es irracional, sin una razón primera a su teoría. Podemos hacer una teoría económica basada en la experimentación, pero si no contamos con la confianza en la estructura que la garantice a priori, como que la mente económica sepa qué hacer en cierta situación por tener primeramente una razón, es muy probable que su teoría falle si no cuenta con la estructura que es segunda con su razón, con la que, en segundo grado, experimenta; es sólo una expectativa de acción económica sin garantía fuera de la imposición de su estructura, justamente, en la que se mantiene su mente; y no es, ni puede ser, una estructura sin mente, una estructura por sí misma. En la psicología anterior a la forma económica es, mayormente, falsa, pues la psicologìa no tiene la forma econòmica a priori; y la forma económica no es la forma a priori de la sociabilidad, sino que es segunda con la social, la que le es primera. Vemos, así, en qué se funda una razón primera, mi metafísica sociológica, y una razón segunda, la razón económica. Pretender hacer razón primera, como si tuviese una razón de principio, en la evidencia de su precipitación, la anticipación de ser primera cuando es segunda, no es ser ciencia o ser experimental, es, simplemente, hacer de ello una gramática segunda con otra que le es primera. En eso se funda algo, una razón, y no su degeneración por llamarse experimental, una forma, y no una razón, o una ciencia que no se sabe, como se ve, qué es.

Los trabajadores no se acostumbraron a los horarios por ser racionales sino porque hubo que racionalizar el horario de trabajo; se impuso un horario que hubieron de aprender, y no había una razón por sí; de hecho, la falta de razón es lo que llevó a ponerla estructuradamente. La razón del horario de trabajo es una razón artificial, y por ello requiere de una mediación artificial. ¿Sociología del trabajo?.

Cuando en un país se cambia de moneda, como pasó en España con el cambio de la peseta al euro, el criterio de cambio está basado en una costumbre referencial; se tomaba como referencia cien pesetas (100) en el cambio al euro (1 €); pero el euro, su valor nominal, no eran cien pesetas (100) sino ciento sesenta y seis (166). O sea, que había una desviación de casi veinte puntos porcentuales en el valor de la moneda. El valor mentado subjetivamente no se correspondía con el nominal, y a su valor objetivo le era igual; su desajuste era una categoría económica irracional. En una economía nacional se hace un problema macroeconómico, yo lo llamo de densidad, que no permite un margen de cambio sino muy lento, y hace falsa la expectativa por una economía conductual determinada psicológicamente. ¿También se me va a discutir eso? ¿o no se ha leído lo que algún economista de moda diga, y con lo que uno se hace pasar por científico de manos de otros?. ¡Principios anteriores a la experiencia!, como se ha dicho, ¡y no cuentos experimentales!.

Ningún conocimiento estructural es científico, porque no es filosófico; no hay ciencia alguna que no sea filosófica y no degenere su gramática. Y no hay ciencia sin una teoría de por medio. “Ciencia” sería, pues, el conjunto de teorías científicas (comprobadas experimentalmente), las que son ciencia por la generalización de la lógica por la que vienen determinadas. Eso es cierto, y es por lo que es ciencia formal, ciencia gramatical. La ciencia gramatical es administrativa, cosa de técnicos, y no de filósofos. Así es que la ciencia ética de uno sea el agatonismo, algo muy bonito, infantil, diría yo, pero psicológico y, en modo extremo, irreal, irresponsable y utópico; la de su imitador una falsa propiedad conductual hecha llamar actitud característica; y la del difamador un nuevo concepto sociológico que no habla de irrealidades, utopías, ni irresponsabilidades, sino de un concepto necesario en todo proceso social, ya que es lo que hace posible toda relación social.

La economía se basa en una razón económica en forma de su aprioriedad, en lo que fundar su razón. En economía no se estudia nada de filosofía. Así que la razón económica, lo a priori, no es razón sin lo externo; lo externo es lo no a priori, y de ello se deriva mi crítica; no hay razón que no sea a priori, creativa con su síntesis formal de razón. Es una crítica primera, no una crítica segunda. La economía no tiene una razón primera a ella sino estructuralmente. Para decirlo en términos sencillos, la razón es la acción de crear teoréticamente (en el margen no experimental de una teoría, su margen teórico) la posibilidad de una síntesis de razón que anticipe un criterio de razón a su experiencia.

Debiera quedar claro que mi nueva posición extrema y contra-empírica, que marca una importante ruptura con dos de mis principales maestros, Immanuel Kant y Charles S. Peirce, es una crítica sociológica de la necesidad de un criterio anterior a toda proposición con sentido social (moral, económico, lingüístico, etc.). Durante años he defendido la no rigurosidad de la síntesis a priori (la verdad formal), y es, ahora, cuando cuento con un concepto primero para cuestionar la primacía en su discurso. Toda relevancia significativa es metafísica, y la significancia, la acción de significar, no es una unidad lógica condicionada por el tiempo de la objetivación histórica que permitiría reducirla a concepto; no está determinada con arreglo a una verdad. El fenómeno mental de apercibir un significado, o de significar, es una parte incierta de un proceso significativo determinado sólo en una irracionalidad primera, justamente, la social. Que yo sepa, el único pensador que intuyó esto, con alguna claridad, fue Friedrich Nietzsche, y, quizá, Peirce (bajo el influjo de Hegel y la verdad lógica); y mi sociología es radicalmente opuesta a la de Nietzsche y, moralmente, a la de Peirce. No hay sociología de Nietzsche; sólo hay una crítica de la primeridad del ser moral. Lo que digo de metafísica en mi crítica es sólo la acción trascendental. Por otro lado, no niego las importantísimas lecciones de mis maestros que tanto han influido en mí.

La metafísica no murió con la ciencia, ni se hizo objetiva con ella; su objetividad es formal, criticable desde el efecto de su forma, ¿y cómo, si no, es que hablan de ciencia experimental, y no de ciencia primera?.

Mi posible metafísica se materializa en una incertidumbre social, es decir, que no es primera sino en tanto es una segunda con la que formaliza su tiempo, su terceridad, una objetivación social que no puede tener como objeto sino su ser social, nuestra primeridad. Y aunque mi sociología del conocimiento tenga una clara deuda con Peirce y Popper, no se reduce a ellos. No hay realismo sin una psique real, la que se objetiva con el criterio de realidad que le sirve su discurso. Su psique no es la misma que la psique social; no hay tal identidad en su primeridad. Y si bien es cierto que el realismo hace posible una sociología de la ciencia, no es cierto que el realismo sea la primeridad en la psique social. La psique es un grado del concepto solidario que lo hace psíquicamente incierto; se hace cierto en su solidaridad.

La proposición científica actual pretende haber superado el problema trascendental al haber materializado el sustento de las ideas, el sustrato de los objetos metafísicos, pero he mostrado que es una proposición insuficiente que rellenan con una soberbia insignificante sin la condición primera por la que vino determinada. No hay un mundo objetivo que significar sin quien lo haga significativo. El hombre, el sujeto que conoce, es la condición primera de todo significar; y sólo se significa entre hombres. Hay más a quien significar, sin duda, a un ser como un animal, o a uno mismo en un símbolo, pero en la continuidad de un tiempo su lenguaje no significa como para crear una trascendencia histórica que la haga social por sí sola al no tener en su expectativa a priori su posible desarollo; no sigue, pues, una lógica social.

Y respecto a la filosofía light, lo que realmente se conoce por filosofía blanda, es un sentido, es cierto, de falta de contraste de teorías; pero no necesito de ningún contraste al tener un principio anterior a todo ello. La única forma de criticarlo es con arreglo a su principio. Sería algo así: no somos sociales, así que el concepto solidario es falso; o, no somos todo el tiempo sociales al ser mayormente irracionales; o, las proposiciones sintéticas no son sociales sino son proposiciones lógicas con independencia de su sociabilidad; o, las proposiciones afectivas no pueden reducir su tiempo al de su sociabilidad; o, las formas del arte guardan una relación estética con una raíz estética distinta de la su sensibilidad social; etc., etc. Y si uno entiende lo que escribo debiera saber que es de lo que hablo.

Debo disculparme de nuevo por el exceso de contenido filosófico de mis aportes. Reitero que es un replanteamiento del tema en el que defiendo la raíz de mi crítica. Todas las cuestiones que trato irán, en su momento, ubicadas en el foro de filosofía.