Pompilio Zigrino
19/12/2009, 12:03
La ciencia económica se basa en la descripción del proceso del mercado. La ley de la oferta y la demanda es una de las tantas regularidades que se producen cuando los compradores y productores realizan sus intercambios comerciales.
Este proceso se parece al sistema democrático, ya que cada comprador, con su compra, emite "un voto" en favor de tal o cual producto. El consumidor orienta la producción indicando (en forma indiracta a veces) qué, cuánto y cómo producir.
Existe, sin embargo, una postura que rechaza el conocimiento aportado por la ciencia económica y es la que proviene de los políticos totalitarios (fascismo, nazismo, comunismo, principalmente).
El gobierno totalitario supone que los millones de ciudadanos no son capaces de elegir sabiamente qué, cómo y cuánto producir de cada producto. Por ello suponen que ellos son los indicados para estas decisiones. La supuesta superioridad fascista proviene de que ellos "son los mejores". La supuesta superioridad nazi proviene de pertenecer a la "raza superior". La supuesta superioridad marxista se debe a que ellos son "el pueblo elegido", los únicos seguidores del profeta que vino al mundo en el siglo XIX.
Incluso los marxistas descalifican a todo empresario por ser éste un "explotador". Según la ley del profeta Marx, no puede haber empresario decente y útil a la sociedad, de ahí la "supremacía moral" del creyente socialista.
Afortunadamente, hasta países como la China y la ex URSS están volviendo a escuchar a los economistas serios y de ahí la aceptación del mercado (y de las decisiones de muchos) como orientador de la producción y de la distribución, dejando de lado la supuesta "superioridad" de los elegidos.
En los países subdesarrollados, sin embargo, se sigue apostando al fracaso....El totalitarismo fracasó siempre, pero aún así sigamos probando (parecen decir los "elegidos").
Este proceso se parece al sistema democrático, ya que cada comprador, con su compra, emite "un voto" en favor de tal o cual producto. El consumidor orienta la producción indicando (en forma indiracta a veces) qué, cuánto y cómo producir.
Existe, sin embargo, una postura que rechaza el conocimiento aportado por la ciencia económica y es la que proviene de los políticos totalitarios (fascismo, nazismo, comunismo, principalmente).
El gobierno totalitario supone que los millones de ciudadanos no son capaces de elegir sabiamente qué, cómo y cuánto producir de cada producto. Por ello suponen que ellos son los indicados para estas decisiones. La supuesta superioridad fascista proviene de que ellos "son los mejores". La supuesta superioridad nazi proviene de pertenecer a la "raza superior". La supuesta superioridad marxista se debe a que ellos son "el pueblo elegido", los únicos seguidores del profeta que vino al mundo en el siglo XIX.
Incluso los marxistas descalifican a todo empresario por ser éste un "explotador". Según la ley del profeta Marx, no puede haber empresario decente y útil a la sociedad, de ahí la "supremacía moral" del creyente socialista.
Afortunadamente, hasta países como la China y la ex URSS están volviendo a escuchar a los economistas serios y de ahí la aceptación del mercado (y de las decisiones de muchos) como orientador de la producción y de la distribución, dejando de lado la supuesta "superioridad" de los elegidos.
En los países subdesarrollados, sin embargo, se sigue apostando al fracaso....El totalitarismo fracasó siempre, pero aún así sigamos probando (parecen decir los "elegidos").