charlesfinney
01/11/2009, 01:48
Un evolucionista aprende de los «neocreacionistas»
David Coppedge
Neocreacionistas: Tanto los proponentes del Diseño Inteligente (DI) como los activos creacionistas de siempre deben seguir siendo objeto de menosprecio y ostracismo, piensa un evolucionista. Pero esto no significa que no estén presentando algunos buenos argumentos.
El evolucionista es Gordy Slack, un reportero científico de Oakland, California, autor de un libro acerca del juicio de Dover sobre la admisibilidad de la crítica al darwinismo en las escuelas públicas. Escribiendo para The Scientist, admitía que tienen razón en algunas cosas de las que dicen. Estas son algunas de las lecciones que ha aprendido al estar en su compañía:
1. El origen de la vida: «Primero, he de manifestar que estoy de acuerdo con la gente del DI en cuanto a que hay algunas cuestiones muy grandes (y francamente apasionantes que deberían mantener a los evolucionistas en una actitud de humildad», como el origen de la vida. Admite que los científicos están «a oscuras» en cuanto a esta cuestión. Rechaza empero la idea de que los biólogos pueden simplemente ignorar el problema y comenzar a partir de después del comienzo de la vida:
Con todo, me parece una falta de sinceridad argumentar que el origen de la vida es irrelevante en cuanto a la evolución. No es menos relevante para ella que el Big Bang lo es para la física o la cosmología. La evolución debería poder explicar, al menos en teoría, todo el proceso hasta el primer organismo que se podía reproducir mediante procesos biológicos o químicos. Y para comprender plenamente este organismo, deberíamos conocer lo que vino antes. Y ahora mismo no nos encontramos en absoluto cerca de tal cosa. Creo que se encontrará una explicación material, pero esta confianza procede de mi fe en que el papel de la ciencia es explicar, en términos puramente materiales o naturalistas, toda la historia de la vida. Mi fe está bien fundamentada, pero sigue siendo fe.
2. La complejidad de la célula: Otro argumento válido que hacen los neocreacionistas es que la vida es mucho más compleja de lo que Darwin pudiera haber imaginado. Slack de nuevo expresa su fe en que se encontrarán explicaciones naturales, «pero los científicos tienen todavía mucho que aprender acerca del proceso de la evolución si quieren explicar el fenómeno de forma plena». Incluso admite la posibilidad de sorpresas de carácter fundamental —como encontrar «pruebas convincentes de un diseñador», aunque expresa sus dudas de que esto vaya a suceder.
3. Conocimiento interior: Otra observación que Slack encuentra difícil de encajar en su materialismo es que tantas personas consideren la creación como algo obvio. Observa él que «millones de personas creen que experimentan directamente a diario la realidad de un Creador, y para ellos les parece cosa absurda la insistencia en que Él no existe». Añade: «A no ser que estén mintiendo, la existencia de Dios es para ellos una realidad tangible».
Admite también que no puede negar su propio «empirismo psicológico». Por ejemplo, ninguna cantidad de argumentos de parte de neurocientíficos cognitivos, por persuasivos que parezcan, de que su sensación de libertad es una mera ilusión suscitada por neurotransmisores, le podrá hacer dudar de que verdaderamente ama a sus hijos. Las explicaciones materiales pueden parecer buenas sobre el papel, pero «tengo demasiado respeto hacia mi propia experiencia». No desarrolla el tema de si la razón misma se podría reducir a física y a química.
David Coppedge
Neocreacionistas: Tanto los proponentes del Diseño Inteligente (DI) como los activos creacionistas de siempre deben seguir siendo objeto de menosprecio y ostracismo, piensa un evolucionista. Pero esto no significa que no estén presentando algunos buenos argumentos.
El evolucionista es Gordy Slack, un reportero científico de Oakland, California, autor de un libro acerca del juicio de Dover sobre la admisibilidad de la crítica al darwinismo en las escuelas públicas. Escribiendo para The Scientist, admitía que tienen razón en algunas cosas de las que dicen. Estas son algunas de las lecciones que ha aprendido al estar en su compañía:
1. El origen de la vida: «Primero, he de manifestar que estoy de acuerdo con la gente del DI en cuanto a que hay algunas cuestiones muy grandes (y francamente apasionantes que deberían mantener a los evolucionistas en una actitud de humildad», como el origen de la vida. Admite que los científicos están «a oscuras» en cuanto a esta cuestión. Rechaza empero la idea de que los biólogos pueden simplemente ignorar el problema y comenzar a partir de después del comienzo de la vida:
Con todo, me parece una falta de sinceridad argumentar que el origen de la vida es irrelevante en cuanto a la evolución. No es menos relevante para ella que el Big Bang lo es para la física o la cosmología. La evolución debería poder explicar, al menos en teoría, todo el proceso hasta el primer organismo que se podía reproducir mediante procesos biológicos o químicos. Y para comprender plenamente este organismo, deberíamos conocer lo que vino antes. Y ahora mismo no nos encontramos en absoluto cerca de tal cosa. Creo que se encontrará una explicación material, pero esta confianza procede de mi fe en que el papel de la ciencia es explicar, en términos puramente materiales o naturalistas, toda la historia de la vida. Mi fe está bien fundamentada, pero sigue siendo fe.
2. La complejidad de la célula: Otro argumento válido que hacen los neocreacionistas es que la vida es mucho más compleja de lo que Darwin pudiera haber imaginado. Slack de nuevo expresa su fe en que se encontrarán explicaciones naturales, «pero los científicos tienen todavía mucho que aprender acerca del proceso de la evolución si quieren explicar el fenómeno de forma plena». Incluso admite la posibilidad de sorpresas de carácter fundamental —como encontrar «pruebas convincentes de un diseñador», aunque expresa sus dudas de que esto vaya a suceder.
3. Conocimiento interior: Otra observación que Slack encuentra difícil de encajar en su materialismo es que tantas personas consideren la creación como algo obvio. Observa él que «millones de personas creen que experimentan directamente a diario la realidad de un Creador, y para ellos les parece cosa absurda la insistencia en que Él no existe». Añade: «A no ser que estén mintiendo, la existencia de Dios es para ellos una realidad tangible».
Admite también que no puede negar su propio «empirismo psicológico». Por ejemplo, ninguna cantidad de argumentos de parte de neurocientíficos cognitivos, por persuasivos que parezcan, de que su sensación de libertad es una mera ilusión suscitada por neurotransmisores, le podrá hacer dudar de que verdaderamente ama a sus hijos. Las explicaciones materiales pueden parecer buenas sobre el papel, pero «tengo demasiado respeto hacia mi propia experiencia». No desarrolla el tema de si la razón misma se podría reducir a física y a química.