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Ver la versión completa : Individualismo vs. colectivismo



Pompilio Zigrino
27/09/2009, 10:52
En épocas de severa crisis social, tratamos que nuestras acciones y pensamientos converjan hacia un mejoramiento de la situación. Sin embargo, no es fácil ponerse de acuerdo respecto de las decisiones a adoptar. Y ello se debe principalmente a la posibilidad de que las ideas y creencias predominantes no sean compatibles con el mundo real. Es decir, un sector de la sociedad podrá estar más cerca de la verdad que otro, pero esa diferencia existente, en cuanto a la veracidad de la información disponible, impedirá que la sociedad avance hacia metas comunes. Por ello es imperioso encontrar puntos de vistas compatibles con la realidad aunque difieran parcialmente.

Si bien existe una gran variedad de posturas filosóficas, que llevan a distintas actitudes respecto de las decisiones políticas y económicas que debería adoptar la sociedad, podemos distinguir dos casos extremos, que admiten una transición gradual entre los mismos. Y ellas serán las tendencias hacia el logro de la libertad, en un caso, o bien de la igualdad, en el otro caso, como aspectos prioritarios de la búsqueda.

El logro prioritario de la libertad dará como resultado un sistema económico de tipo capitalista en el que predominará la figura del empresario. La tendencia a la acción individual llevará a la ausencia de igualdad aunque se lograrán buenos resultados económicos. Se supone que, a mayor cantidad de intercambios, mayor progreso, ya que ambas partes se benefician. Se dice que se logra la desigualdad en la riqueza.

El logro prioritario de la igualdad dará como resultado un sistema económico de tipo socialista en el que predominará la figura del Estado. La gran concentración de poder, derivada de la eliminación de la propiedad privada de los medios de producción, llevará a la carencia de libertad sin que tampoco se logren adecuados resultados económicos. Se supone que, a mayor cantidad de intercambios, mayor explotación, ya que, lo que uno gana, el otro lo pierde. Se dice que se logra la igualdad en la pobreza.

Si bien la búsqueda de la libertad o de la igualdad no es algo criticable (excepto que sean exclusivas en lugar de prioritarias), lo mejor será buscar una tercera posición; la que ha de buscar ambos aspectos en forma equilibrada. Una de estas propuestas, que logró muy buenos resultados, es la Economía Social de Mercado, que hizo resurgir a la devastada Alemania luego de la Segunda Guerra Mundial.

Mientras que, por una parte, se hablaba del “milagro alemán”, asociado a la Alemania Occidental, también se observaba la “muralla de Berlín”, uno de los límites de la Alemania Oriental (hoy ambas unidas). En estos casos pudo observarse claramente las ventajas de la Economía Social de Mercado sobre la economía socialista. Sin embargo, todavía encontramos, en los países subdesarrollados, una mayoría de habitantes que está convencida que resulta conveniente adoptar el sistema económico que produjo el rotundo fracaso. Pero tal fracaso no significó simplemente lograr un nivel material de vida inferior al que se hubiese podido alcanzar con el otro sistema, sino por el encarcelamiento concreto al que quedó sometida la mayor parte de la población.

Estos casos no son sólo el resultado de distintos sistemas económicos de producción y de distribución, sino que reflejan dos concepciones distintas acerca de lo que la sociedad debería ser: en un caso la búsqueda prioritaria del éxito individual, sin que necesariamente exista un desinterés por lo social. De ahí que debamos distinguir entre individualismo y egoísmo, ya que son actitudes diferentes. En el otro caso tenemos la búsqueda prioritaria del éxito colectivo, o social, con un desinterés evidente por el individuo, que se convierte en un ser que vive para sacrificarse por la sociedad y por el Estado.

Si bien en el ámbito de las ideas no resultan evidentes las ventajas o las desventajas de una u otra postura, debemos tener presente las ocasiones en que estos extremos se pusieron a prueba. Es hora de adoptar el criterio de la ciencia experimental y tener en cuenta los casos concretos, en lugar de tratar de imponer criterios por el simple método del debate y el consenso, que es el procedimiento de los antiguos sofistas griegos. Justamente, una de las causas que llevan al predominio de la influencia de los que promueven el fracaso, es la habilidad que poseen para difundir descalificaciones sobre la postura rival, a la vez que imparten visiones de la sociedad bastante alejadas de la realidad.

Las posturas colectivistas (fascismo, nazismo, comunismo) concentran las decisiones económicas en el Estado. Luego, amplían el poder político hasta llegar, a veces, a concentrarlo en una sola persona. Una vez que se ha logrado la tan ansiada “igualdad”, en el caso del socialismo, o el gobierno de “la raza superior”, en el caso del nazismo, o “de los mejores” en el caso del fascismo, entonces ya no hay necesidad de que existan otros partidos políticos, por lo cual se los suprime, y en adelante serán considerados como los “enemigos” del Estado, de la Patria y del Pueblo.

Es oportuno hacer notar que la Economía Social de Mercado propone una fuerte participación estatal, pero sin limitar la libertad empresarial y económica. El Estado se encarga de compensar económicamente a quien se ve impedido a trabajar con un adecuado nivel de productividad. Esto contrasta notablemente con la actitud de gobernantes socialistas que prohíben e impiden tanto la actividad económica individual, fuera del Estado, como la posibilidad de un crecimiento económico personal. Se trata de proteger eficazmente al que posee el grave defecto de la envidia, incluso pareciera que esa fuera la finalidad de la sociedad igualitaria.

Los habitantes de los países desarrollados, en general, muestran un mejor nivel de adaptación a la ética natural. También esas sociedades aceptan de buen grado a las leyes y reglas de la economía de mercado, proceso que surge de la libre acción de los individuos que realizan intercambios posteriores a la especialización del trabajo. (Aunque la tendencia a la especulación financiera todavía tiene una fuerte incidencia en la economía, y ha sido la principal causa de la última gran crisis mundial). Por el contrario, los habitantes de los países subdesarrollados tienden a no respetar las normas éticas elementales y a rechazar la economía de mercado, por cuanto prefieren cederle la responsabilidad que derivaría de sus propias decisiones al gobernante a cargo del Estado, siendo esta actitud un simple intercambio de protección por libertad.

Pompilio Zigrino
27/09/2009, 10:53
En el proceso del mercado, las empresas concurren al mismo y cubren un porcentaje de la producción, para un producto en particular. Algunas de ellas, para aumentar sus ventas, producen innovaciones en sus productos y tienden a desplazar a las empresas menos eficaces. De ahí que este proceso sea una “destrucción constructiva”, siendo el consumidor el que elige un producto antes que otro y es el que dictamina cuáles serán las empresas ganadoras y cuáles las perdedoras.

En los países en que predominan gobiernos de tipo fascista, es el Estado, asociado con sindicalistas y empresarios poco eficaces, quienes se agrupan para determinar cuáles empresas serán las ganadoras y cuáles las perdedoras, desplazando o evitando la elección por parte de los consumidores. En los Estados socialistas no se admite ninguna decisión del consumidor ya que es el Estado quien planifica lo que se ha de consumir, tanto en cantidad como en calidad. Al no existir el libre mercado, existe una muy débil tendencia a la innovación y a la mejora, por lo que la economía tiende a funcionar con un reducido nivel de productividad.

Mientras que en los países desarrollados se considera al empresario como un valuarte de la sociedad; ya que es quien da trabajo a muchas personas, favoreciendo la producción y la creación de riquezas, para la mentalidad colectivista se trata de un “explotador”, que necesariamente es “egoísta”, porque produce “desigualdad social” y que por ello mismo promueve la violencia social. De ahí la pobre valoración del empresario en los países subdesarrollados; lo que no resulta extraño dados los mediocres resultados de la producción.

Debido a la siempre presente posibilidad de que quienes asuman la dirección del Estado adopten posturas tiránicas, la Constitución tratará de impedirlo dividiendo el poder en tres partes, como son el poder Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial. Sin embargo, en algunos países también se consideran “gobiernos democráticos” a los que sólo acatan la ley electoral, ignorando abiertamente las demás leyes una vez que acceden al poder. En lugar de la antigua forma de conquistar el Estado a través de revoluciones violentas, los partidarios del colectivismo fingen ser democráticos para acceder al poder por medios pacíficos.

Debemos tener presentes a quienes han sido los enemigos acérrimos y principales difamadores del liberalismo, es decir, Hitler, Stalin, Lenin, Marx, Mao Tse Tung, Mussolini, etc. Puede observarse que tales personajes son precisamente quienes favorecieron o produjeron las más grandes catástrofes sociales ocurridas en la historia de la humanidad. De ahí que la continua y permanente difamación del liberalismo deberá tomarse como una forma de elogio, por cuanto deben considerarse los antecedentes de quienes proviene tal actitud. Marco Tulio Cicerón expresó: “Tanto vale ser alabado por los buenos como vituperado por los malos”.

En los países subdesarrollados, en donde predomina la corrupción, generalmente se busca justificar errores culpando a los países poderosos por todos sus males. Uno de estos justificativos está resumido en la “teoría de la dependencia”, por la cual se atribuye el éxito de los países desarrollados a la extracción de capitales, riquezas y trabajadores especializados que provienen de los países subdesarrollados. Esta dependencia económica es real, ya que, al existir gobiernos de tipo fascista o socialista en un país, habrá poca seguridad para el inversor o la empresa, por lo que los capitales irán a parar a los países que brindan mayores garantías y mayor respeto a la propiedad privada. Esta situación hace que la globalización económica no pueda favorecer a todos los países, sino sólo a aquellos que adoptaron sistemas legales y políticos compatibles con el mercado y la democracia plena.

Se espera que, tanto la libertad económica como la democracia, algún día sean aceptadas en los países subdesarrollados para comenzar a salir de la prolongada crisis que incluso tiende a profundizarse. La mayor parte de los países del mundo se ha dado cuenta que el mercado y la democracia plena son los que mejores resultados producen, a pesar de que al primero se lo haya descalificado constantemente y a la segunda se la haya distorsionado de diversas formas.




(http://www.zigrino.com.ar)

Pompilio Zigrino
07/10/2009, 19:18
Podemos buscar una actitud que favorezca tanto la igualdad como la libertad. Por ello podemos citar al mandamiento bíblico: "Amarás al prójimo como a tí mismo", o compartirás las penas y alegrías de los demás como si fuesen propias. Se pueden compartir penas y alegrías cuando existe previamente la sensación de igualdad.

Al sentirnos "iguales" a los demás, dejamos de competir con ellos, dejamos de odiar, y así adquirimos la sensación de libertad.

Pompilio Zigrino
07/10/2009, 20:00
El cumplimiento de los mandamientos bíblicos implica un modelo de sociedad basado en el individuo. Mientras más nos alejemos de eso mandamientos, peor irán las cosas.

ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
08/10/2009, 04:09
El cumplimiento de los mandamientos bíblicos implica un modelo de sociedad basado en el individuo. Mientras más nos alejemos de eso mandamientos, peor irán las cosas.

No; implica un modelo de obediencia. Esa ética es la moral, y no la ética misma; y, al pretenderse igual, que sean lo mismo, se precipita sobre la falsedad de un mismo fundamento. Es habitual en toda ideología hacer pasar por verdad aquello que no lo es; es, mejor visto, de lo que se alimenta.

El individuo presupone un desarrollo histórico con un tipo de conciencia distinto del de la sociedad, de ahí que sea dialéctico con ella. Si bien no hay individuo sin sociedad, no por ello es menos cierto que no toda sociedad comprende al individuo. Y la precipitación de su historia es, justamente, lo que conlleva su anomia. El alejamiento, pues, carece de un fundamento para ser pensado como creación de distancia. Vale como fundamento en tanto se repita a sí mismo, en tanto se acepte como obligación; pero su falsedad reside en que su fundamento es la negación de lo que no es él mismo. Visto así, podríamos decir, que la ética de la obligación acrítica, esto es, irracional, es una forma de nihilismo. En mis temas es llamada ética infantil.

Pompilio Zigrino
08/10/2009, 20:00
Pues muy bien. Si no quiere adaptarse a los mandamientos, no los cumpla. Y si quiere hacer exactamente lo contrario a lo que indican los mandamientos, está en todo su derecho.

Pero no hay que negar que los resultados han de ser distintos, ya sea que adoptemos un camino o el opuesto......

ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
09/10/2009, 04:21
No hay que hacerse líos. No discuto que los mandamientos tenga un origen social. Lo tienen, así como tienen un efecto ideológico en una forma de trascendencia llamada “la moral”; supera porque obliga.

Critico el diagnóstico de por qué irán peor las cosas. El alejamiento como causa del mal por el olvido de la ley es una forma de negación de la verdadera causa del mal. Mis posturas, por más que sean llamadas relativistas, son indagadoras de la auténtica causa del mal. Nada parecido a cómo nos gustaría que fuesen las cosas. Los diagnósticos ideológicos pueden tener su gracia, pero poco más.

Pompilio Zigrino
11/10/2009, 19:55
Si uno comparte las penas de sus semejantes, no hará el mal a nadie, porque se perjudicará indirectamente.

Si uno comparte las alegrías de sus semejantes, hará el bien porque se beneficiará indirectamente.

Esto es muy simple. Hasta un niño lo entiende. Por el contrario:

Si uno se alegra por las penas ajenas, intentará aumentarlas (algo indeseable para los demás).

Si uno se entristece por las alegrías ajenas, intentará disminuirlas (algo indeseable para los demás)

ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
12/10/2009, 03:37
Si uno comparte las penas de sus semejantes, no hará el mal a nadie, porque se perjudicará indirectamente. Si uno comparte las alegrías de sus semejantes, hará el bien porque se beneficiará indirectamente. Esto es muy simple. Hasta un niño lo entiende. Por el contrario: Si uno se alegra por las penas ajenas, intentará aumentarlas (algo indeseable para los demás). Si uno se entristece por las alegrías ajenas, intentará disminuirlas (algo indeseable para los demás)

Esta aclaración resume maravillosamente la raíz de la ética infantil; supone el mal en el afecto como su propia causa. La base spinozista de simetrías entre el afecto y el objeto que lo causa no sólo es un delirio sino, y como mostré en semanas pasadas en La irracionalidad de la ética infantil y su estética (http://foros.monografias.com/showthread.php?t=52938), una ética indecente, inmoral e inhumana.

Pompilio Zigrino
12/10/2009, 18:20
Así que el erudito opina que la ética cristiana es indecente, inmoral e inhumana. Está cerquita de Nietzsche ("El Anticristo").

Luego de leer y escribir tantas cosas, el erudito llega a la brillante conclusión que la ética cristiana, spinoziana, y éticas de las grandes religiones, es inmoral, indecente e inhumana.......Está todo dicho.

Sugerencia: entonces debe seguir predicando las locuras de Nietzsche, algunas de las cuales sirvieron de inspiración de los nazis. Debe seguir aceptando el marxismo, con su odio básico.......

ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
13/10/2009, 10:18
Lo único interesante en esta discusión es la raíz conflictiva de la ética infantil, y la de la responsabilidad de la conciencia que se hace dialéctica con ella.

Las religiones no son por ellas solas infantiles; se hacen infantiles al moralizar sin objeto su ética; se hacen a sí mismas, con independencia de otros reclamos, el dictado de toda la moral, y, consiguientemente con la ideología que crean, se sustraen del mal para el que han creado su forma; formalizan el mal en su efecto, no lo comprenden, y lo hacen individual; lo privan de moralidad en su misma acción, y crean distancia con él inmoralizándolo. Así es como crean quién cumple con la condición del mal en el responsable del efecto, un mal causal con la ideología que se cuestiona a sí misma responsabilizando a otro. Pero en una línea contraria, digo que no hay efectos morales sin causas morales.

Los afectos, que no causan por sí solos la ética en su anidamiento cerebral, se hacen libres, no causados; se independizan de su causa en la precipitación de una condición primera que desde su efecto se presupuso como toda la base de la eticidad; se precipitan en su identidad con la moral conformando su ideología. El afecto pretende ser la ética misma al hacerse independiente y causa de sí misma en su posible relación, un evidente e irresponsable absurdo fenomenológico que se hace simista, con arreglo a sí mismo. Es, por lo tanto, radicalmente inmoral porque su ideología no comprende el tiempo que cursa la acción moral en primer orden.

La representación moral es la creación de distancia moral en tanto se precipite ella misma como la causa de la ética, contrariamente a la acción moral. La acción moral es su primer grado moral, y su representación no es sino un grado distante que se aleja. Por lo tanto, la lejanía no es el mal moral por sí mismo sino en lo relativo a los términos que distancia. La identidad ética de su objetivación moral, la identidad de la moral con la ética, es solamente el efecto de su precipitación. Dicha acción se aleja, crea distancia, no con el afecto, ni su incierta objetivación en la ley, sino con el efecto que no comprende el tiempo de su causa; el afecto, en términos sociológicos, se hace objeto fuera de sí, y no dentro de sí como si fuera su propia causa. El afecto, desde el fenómeno de la precipitación, es un contenido inicial del que se sirve el concepto solidario. Discurre a partir de él, y sobre él se precipita. Sirve como forma posible de lo social a la vez que discurre en su distancia. El afecto está presente de manera continua en la forma del concepto solidario, y no en el afecto mismo. La expectativa del afecto se cumple en la precipitación de su concepto; es, por lo tanto, la forma que recrea; no recrea el afecto sino la forma que tomó en su concepto.

La creación de distancia no dicta moral por sí misma como si crease un margen de propiedad individual; es, al contrario, la forma posible de su pesar, como se comprueba en la fenomenología de la anomia con la indeterminación de la normalidad que la acción anómica crea; abre un nuevo margen no comprendido en la normalidad de la acción, justamente, a partir de su anormalidad. El sociólogo indaga la causa de su mal en lo que no es su responsabilidad; crea una posibilidad de conciencia en el cuestionamiento de una identidad sustantiva como objeto moral con el que no se es sólo distante. El sociólogo, lo aclaro de nuevo, no dicta lo que uno es por sí mismo, sino lo que uno es en tanto con los demás, donde se enraiza lo moral, el impulso que hace de la diversidad un mismo concepto, justamente, el concepto solidario.

La ética no es sólo la de los afectos sino la del impulso moral volcado en la eticidad. Así es que unas culturas admiran y persiguen ésto, y otras esto otro. Es lo que se conoce como sociología de la religión que no debe ser planteada en términos universales porque tienden a sustraer el influjo del tiempo y, por lo tanto, la diferencia que en su trascendencia este crea. Ha sido mal llamado “alejamiento”, como si fuese un paso que uno da al "no hacer lo que es debido"; en mis temas es llamado distancia, y no pertenece a la decisión de ningún individuo. La condición histórica, la precipitación del paso del tiempo a partir de las formas objetivas con las que se diversifica y solidariza, no es dogmática con una ley; muy al contrario, comprende su acción. La moral no está regida por una ley causal que explique de manera simple su efecto; y los afectos no son, como he señalado, causas primeras e independientes de la relación objetiva por la que vienen determinados. Las emociones, la base del afecto, se hacen inmediatas con un concepto que no comprende su tiempo sino que lo precipita.

Ya he mostrado la raíz conflictiva de la ética infantil, y, a pesar de que se ironice con mi erudición, lo único que tiene interés, y queda claro al respecto, es que cuento no sólo con conocimientos muy amplios de estos temas sino que se basan en una crítica de mi creación; la crítica que se me hace por ser "erudito" me pone en bandeja mi defensa, y es lo que podría y debiera ser criticado. Lo que no hago es simplificar el orden de Spinoza para teorizarlo y agarrarme desesperadamente a una axiomática sin tiempo; ese es un margen, y no la forma absoluta por la que se precipita el tiempo; los absolutos no tienen forma, o no se reducen a concepto al no comprender su tiempo. Esa ética de la inmediatez se queda con el fenómeno de la precipitación formalmente retrasada, si no informemente precipitada; es la raíz de su irresponsabilidad. Podemos decir con justicia que, sociológicamente, no vale para nada; es, pues, inútil.

Nietzsche no está cerca sino al lado; está próximo. No sólo es una influencia declarada abiertamente por mí sino un modelo que invierte la moral en el descubrimiento del peligro que esconde el nihilismo. La crítica del Nietzsche nazi sólo la hacen los que no entienden a Nietzsche; se ve con facilidad la distancia abismal de una mala lectura de El Anticristo a una interpretación fundamentalmente moral que se hace de una crítica a Nietzsche, por supuesto, con más fondo que El Anticristo. Que Hitler tuviese delirios, incluso el propio Nietzsche, no dice nada de la profundidad con la que Nietzsche concibió asuntos como la problemática moral. El enquistamiento de la mala crítica a Nietzsche, generalmente promovido por gente filosóficamente inculta, es espantosamente subjetivista; es sólo ideológico, y no cuenta con ningún valor filosófico. Por otro lado, como he repetido en varias ocasiones, el concepto solidario nace, en buena medida, de una crítica al importantísimo concepto de Nietzsche de la compasión como debilitador, que ya se encontraba, por cierto, en la crítica de las pasiones de Spinoza y en la razón moral de Kant, ambos autores también reconocidos maestros míos, ejemplos de apatía y crueldad. Pero, claro está, a mí no me ofende Nietzsche porque critique a mis maestros, en este caso, a Arthur Schopenhauer; lo que hago es mostrar el fallo de Nietzsche en su crítica, lo que no comprende, algo que lleva todavía más complejidad de la que suelo mostrar al ser la compasión de Nietzsche una compasión más artística que afectiva, una compasión que no sólo está determinada por su pathos sino por la fuerza que lo mueve en su acción de trascendencia. La ética de Nietzsche, podríamos decir, se adelanta a la nueva condición que abre el tiempo de los vicios de la historia y el prejuicio establecido en la moral como lo primera y finalmente moral. Y esta crítica, por más paradójico que parezca, hace vaivén con el discurso moral; lo que critico de Nietzsche es, a su vez, la base especulativa de la crítica que Nietzsche hacía. Nietzsche negó la inmediación al hacerla idéntica a la representación, y, por ello, no comprendió la inmediación; pero sí comprendió el alcance moral, la forma en la que se aglutinaba su discurso histórico. A partir del concepto solidario, en cierto modo, la crítica más importante al fundamento de la crítica de Nietzsche a la compasión, el fundamento de la moral queda revolucionado en el fenómeno de su precipitación.

Y no sólo se frivoliza con Nietzsche, del que me declaro deudor, sino que se me echa en cara a Marx y se me tacha de marxista. No soy marxista sino un crítico suyo. Pero eso no significa que no admire su olfato sociológico. Muchos de los más importantes críticos de Marx admiten buena parte de su análisis, aunque, eso sí, dicen dónde falla.

Este es el foro de política, y hay abiertos suficientes temas en los foros de filosofía y sociología sobre estas cosas como para repetir la lección básica. Mi postura dice, eso sí es cierto, que la ética infantil es una ética indecente, inmoral e inhumana. Abandono, pues, este tema. Quien quiera proseguirlo tiene varias decenas de temas en los que hacerlo, aunque es más fácil presumir el complejo, esto es, negarlo enmascarándolo, que encararlo.

Pompilio Zigrino
15/10/2009, 20:36
Entonces convendría hacer todo lo opuesto a la ética indecente, inmoral e inhumana........Afortunadamente, como la ética es algo importante, cada vez está siendo tratada por cientificos sociales y neurocientíficos.

Flavio Vespaciano
03/12/2009, 21:01
Si nos condujéramos, al menos, por una ética infantil, las cosas mejorarían bastante.

Platon
03/12/2009, 21:19
El cumplimiento de los mandamientos bíblicos implica un modelo de sociedad basado en el individuo. Mientras más nos alejemos de eso mandamientos, peor irán las cosas.

oye que ya sacaron la "Biblia Capitalista" ? Puedes citar en cual de los 10 mandamientos Jehova dice eso.

Pompilio Zigrino
09/12/2009, 11:26
En la Biblia existe un mandamiento dirigido a todo individuo ("Amarás al prójimo como a tí mismo"). El prójimo implica todo otro individuo.

En los mandamientos socialistas aparece el "altruismo", mediante el cual el individuo tiene que sacrificarse por la sociedad, especialmente por la clase dirigente.......(ejemplo, Cuba, ex URSS, etc.). El individuo es explotado por el Estado, se le restringe todo tipo de libertad, pero debe sentirse contento porque es "altruista"....

Con ese cuento (que muchos creen todavía) han producido verdaderas calamidades sociales.

Emeric
09/12/2009, 19:45
En los mandamientos socialistas aparece el "altruismo", mediante el cual el individuo tiene que sacrificarse por la sociedad, especialmente por la clase dirigente.......(ejemplo, Cuba, ex URSS, etc.). El individuo es explotado por el Estado, se le restringe todo tipo de libertad, pero debe sentirse contento porque es "altruista"....

Con ese cuento (que muchos creen todavía) han producido verdaderas calamidades sociales.Efectivamente, actúan como las abejas, las cuales son las esclavas y sirvientas de la Abeja Reina ... :rolleyes:

ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
10/12/2009, 08:54
Una perversión típica de los sentimientos y las emociones consiste en manipularlas para que cuadren en nuestro discurso; uno y el discurso de uno como todo, y que si no fuese por otra forma, la del impulso moral, la auténtica raíz de todo lo colectiva o individualmente moral, quedaría restringido a uno, a su ensimismamiento; es por ello que hay diferencia en el lenguaje, por la identidad de su raíz moral, y es así que se habla de lo mismo haciendo el decir colectivo en su diferencia individual, por la que viene determinada. ¿Y no dije, acaso, que no hay individuo sin su sociedad, como no hay, igualmente, anomia sin razón de su falta?. Si, por el contrario, se habla por hablar, como si por ello se hiciese ciencia, no se hace sino lo que diagnostiqué como gramática de idiota. El fondo ético de lo individual y lo colectivo es algo fenomenológico, y no sólo relativo a los prejuicios actuales o históricos, sino que, al ser objeto fenomenológico, tiene capacidad de pensar en ellos reflexivamente, y no ser sólo sujeto de su pasión. En ello consiste en esencia la fenomenología: en no confundir el discurso del fenómeno con su lógica, la primera acción de su síntesis.

La individualidad moral es malinterpretada, como es habitual, desde la contraposición a lo colectivo, como si fuesen cosas enteramente distintas e independientes la una de la otra; pero, muy al contrario, son dos formas que toma lo mismo. En coherencia, no se entiende en qué se funda el socialismo, y se traiciona la importancia filosófica que tiene. Paradójicamente, se defiende por igual la ética cristiana, como si los cristianos no hubiesen llevado a la humanidad a algunos de los mayores males concebibles, y sean tan parecidos a los socialistas. La ética no es una cosa aparte, por sí misma. De ese modo se es, por principio, un infante en todo lo que sea reflexión ética y moral.

El altruismo, el sacrificio de un bien personal por el bien de otro, no es propiedad de la Biblia, como no lo es tampoco la empatía, el mero sentimiento hacia el otro; son cosas que superan, en su verdadera fuerza moral, la visión de códigos vulgares que se pretenden el centro de la moralidad. La sociología del conocimiento, en este caso, del conocimiento moral, es parte de la ética, pero no es la ética misma; su forma es discursiva, condición formal de su tiempo. Se ve que los que buscan verdad en la ética no saben lo que buscan; hacen ciencia entre formas y, en consecuencia, no ven más.

El altruismo se opone al egoísmo, que es un sentimiento moralmente distante. La raíz del egoísmo es la misma que la del altruismo, es un sentimiento hacia el otro; lo que difiere es la forma de su concepto. Los dos afectos son radicalmente sociales, y de su raíz crece igualmente su oposición; la oposición no está en el sentimiento mismo sino en el cauce que tome, su discurso. He mostrado cómo desde ahí se hacen fenoménicamente asimétricos por la acción de la conciencia que los pretende los mismos, como dos piezas que casi encajan, y su encaje requiere forzarlas, la unidad del concepto solidario que permite su margen de diferencia; y es por ello que se debe cuidar de la estructura que determina el concepto con el que se crean distancias; son parte del tránsito, y se hacen vacías al negarlas; no se ven a la luz de su falta de concepto, lo que las oculta, al igual que un ojo con un leve agujero no toma por sí conciencia de su falta; pero las distancias, las que no se ven, no se eliminan, e igualmente actúan.

El concepto solidario es una forma necesaria, el a priori y la forma científicamente posible de la sociología, pero por su misma acción no se limita sí mismo, razón por la que es creativo y urge; es creativo al hacer síntesis. La reflexión más radical que existe sobre estos temas se hace, al menos por mi parte, desde la fenomenología, no desde una degenerada neurociencia. No obstante, y como vengo anticipando, algunos neurocientíficos relevantes que estudian las neuronas espejo ya han caído en la urgencia del enfoque fenomenológico. Se ha de lamentar, a pesar de esto, que en lo relativo a la fenomenología, no sepan muy bien qué es.

La reflexión que he denominado ética infantil se pretende sólo forma, más cabalmente, mandamiento; pretende no ser reflexión sino ser algo con poder legal por sí mismo, con poder de ley. Pero la crítica a la ética infantil, la que defiendo como ética responsable, se basa en que la ética no es algo de uno mismo sino que crea una complejidad ética en su reflexión. La ética, por ser el ámbito de la conducta del hombre, su forma de acción, es por definición reflexiva; delibera acerca de algo, lo hace reflexivo, y no sólo está determinada por ello. La tesis, más bien tosca y grosera, de que no hay aspectos intelectuales en la ética es una vulgarización de la reflexividad muy propia de la neurociencia con su característico empeño afilosófico. La ética es, en segundo y tercer grado, reflexiva; no es en un primer grado continuo con arreglo a sí misma; es, en segundo grado, con arreglo a la determinación histórica por la que está condicionada, y, en tercer grado, por la implicación en la que el sujeto de la ética media, donde el significado actúa exigiendo de él una acción que lo trasciende, y hace de la ética un proceso continuo que va más allá del sujeto que reflexiona. Como he defendido incontables veces, la crítica del sujeto que hacen los necios que lo pretenden irresponsablemente psicológico en la incertidumbre psíquica de uno mismo no hacen otra cosa que una variación formal de lo mismo; sólo cambian de cara al mismo ser ingenuo, y no consiguen, en definitiva, sino hacer continua su gramática.

De la falsa raíz del libre arbitrio simista hacemos filosofía de la responsabilidad moral (sociología), no de una carga sino de la creación de un nuevo margen de reflexión, y, como he mostrado en repetidas ocasiones, no sólo compete al retraso de la ciencia. La ciencia, en este sentido, que lidera el nuevo ídolo de la neurociencia descerebrada, carece de formas externas a sí mismas que amplíen su reflexión. Y la ideología que subyace a su realidad no es una solución, un final, sino un problema filosófico de principio; es un supuesto a probar de manera continua, a poner a prueba determinando su hipótesis, su cuidado, y no su verdad; limita la verdad al tiempo de su acción y la hace relativa, y no absoluta. La racionalidad queda, pues, en un modelo, una forma que siempre debe poner a prueba su experiencia como consecuencia de su falta de razón definitiva (falibilismo). Su ciencia es, por la definición de su tiempo, encerramiento y precipitación: forma que con su reducción permite recrear.

De modo que la reflexión que dice que el prójimo es todo otro individuo no sabe ni lo que dice ni por qué lo dice; dice, como estoy sosteniendo en el foro de filosofía, sólo imitando una forma en su irresponsabilidad, de manera ética y filosóficamente irracional.

NOTA: Pido disculpas a los asistentes al foro de política por derivar la reflexión al ámbito filosófico en el que habitualmente me centro. Como señalo con frecuencia a quien sigue una clara línea ideológica en sus temas, están basados en principios superficiales acerca de un falso mejoramiento y ciertos tópicos sobre cuestiones filosóficas que abarcan casi todos los ámbitos, íncluido, claro está, la política; propongo su deficiencia gramática. La realidad sociológica, sobre la que actúa la política, es mucho más compleja que la visión infantil de la misma que pretende reducirla a “adaptación a la realidad”; es, sencillamente, el eslogan de una visión del mundo acabada, determinada por su ley.

Pompilio Zigrino
19/12/2009, 10:53
Luego de echar una ojeada sobre el escrito anterior, veo que sigue tomándome como referencia, ya que adopta una postura antagónica respecto de mis aliados (Spinoza, Cristo, Bunge, etc.) y también adopta una postura favorable respecto de mis enemigos (Nietzsche, Marx).

Como otras tantas veces le he sugerido, adopte como referencia a la propia realidad (es más “importante” que yo). De esa forma, quizás, alguna vez pueda decir algo concreto y coherente (algo respecto de lo cual podamos decir: estoy de acuerdo, o no, o es verdadero, o no). Además, al seguir a Marx y a Nietzsche sigue un trayecto destructivo, mientras que, le sugiero, trate de escribir cosas constructivas.

En mi caso, al concentrarme en la propia realidad, “inventé” el concepto de actitud característica. Por bastante tiempo pensé que ese aspecto, tan importante del hombre, se le había pasado por alto a los sociólogos, antropólogos, etc. Sin embargo, recientemente descubrí que el concepto de “actitud” es básico dentro de la Psicología Social. Incluso ya existían mediciones de la actitud en la década de los 20 del siglo pasado.

De ahí que cada vez me siento más seguro respecto de mi postura, cuyas ideas básicas podrían resumirse en:

Ciencia experimental + Actitud característica = Ética natural

lo que constituye la base de una ideología que sirve para la adaptación cultural del hombre al orden natural.

De todas formas, si no le convence la Psicología Social, puede suprimirla tranquilamente. Ya antes, Nietzsche y Marx suprimieron la ética objetiva, Marx suprimió la ciencia económica. Los destructivos se caracterizan, justamente, por suprimir y descalificar las ramas cognitivas que se adaptan a la realidad (pero no a sus creencias).

En filosofía “todo vale”. Como la realidad poco importa, se puede decir cualquier estupidez que en alguna parte surgirán quienes encontrarán profundidad en lo irracional y en lo incoherente. Justamente, Alan Sokal, en un libro reciente, trata de poner al descubierto a varios pseudointelectuales que usurpan el lugar que debería corresponder a los buscadores de la verdad.

De todas maneras, debo agradecerle el hecho de que ya casi no pierdo más tiempo en leer a “filósofos” que hacen Historia de la Filosofía, careciendo totalmente de conocimientos científicos. En realidad, esos conocimientos puede adquirirse si uno se lo propone, pero para ello hay que estar interesado en buscar la verdad. Algo distinto es el palabrerío hueco que se trata de hacer pasar por sabiduría filosófica.

Creo siempre haber actuado con honestidad intelectual, por algo el concepto básico de mi visión de la realidad (la actitud) es algo que en la Psicología Social se utiliza desde hace más de 80 años. En cambio, como afirma casi un 50 por ciento de los historiadores de la filosofía, hubo muchas coincidencias entre el pensamiento de Nietzsche y la actitud nazi. Por algo H. Baruk considera al nietzscheanismo como una seria perturbación psicológica.

También Marx favoreció otra de las causas de graves catástrofes sociales (el comunismo). Si sigue tomándome como referencia, va a seguir en la senda destructiva. Le sugiero que, alguna vez por todas, comience a pensar mirando la realidad. Hay que pensar con la cabeza propia en lugar de repetir una infinidad de opiniones opuestas que sólo logran perturbar mentalmente al individuo (quizás de ello provenga la falta de claridad y de coherencia de lo que escribe).

ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
21/12/2009, 07:06
Me parece un exceso de presunción pensar que mi referencia al tema es a alguien. Mi crítica, por principio, pone en duda al individuo, y por lo tanto, el individualismo y el colectivismo no son sino palabras. La raíz está en la fuerza moral, de ahí crecen los fenómenos humanos.

La “actitud característica” es sin duda un aspecto de interés que pertenece a la psicología, pero no lo ha inventado nadie de los foros. La actitud es un concepto psicológico que, como todo lo psicológico, se restringe a una pasión insignificante por sí misma. Un poco de educación en psicología basta para no hacerse con falsos méritos; lo diagnostiqué hace tiempo como falsas ideas propias, y por ello hablo tanto del conocimiento histórico y la responsabilidad. Es una ironía perversa hablar de honestidad intelectual cuando uno sólo es un ignorante que se cuelga falsos méritos. Los psicólogos tienen todos mis temas para que discutamos el problema de las primacías; los otros no me impresionan porque hablen de Bunge, psicología social o neurociencia. Todo eso lo pongo en duda.

Desde mis temas sale que la psicología pierde relevancia frente a la moralidad, y esa pérdida hace que sea algo sociológico, y sólo psicológico en un grado inferior. Pero mi sociología no es de manual sino que es una teoría sociológica especulativa y filosófica orgullosa de su deuda histórica. Los que se pretenden constructores suelen ser poco más que unos ingenuos. Quien firma este tema y al que imita son buenos ejemplos de ello; además de su imitación, no dicen nada. No obstante, se presentan como originales.

No es una crítica de valor que haya probado tener una teoría propia sobre mis maestros. Los que sepan de ellos estarán difícilmente de acuerdo con lo que escribo porque mi crítica no es cosa de niños; no sólo conozco bien a mis maestros sino que sé cómo sacar algo nuevo de ellos. Para hablar de un Nietzsche sociólogo hay que estudiar a Nietzsche y todo el fondo de lo que es primeramente sociológico. En los próximos meses abriré muchos temas sobre ello. No necesito venir a los foros con artículos de otros y poco más que una presunción obsesionada con que es referencia de algo. No voy a discutir con quien no tiene ni los primeros conceptos para pensar en ello y por lo tanto no ve nada más que a sí mismo.

Si uno no tiene herramientas para dirigir su discurso necesita de tipejos engañabobos como Bunge, que son todo menos filosofía; son mera burocracia. La filosofía es primera con respecto a todo ello.

Aunque se siguen diciendo tonterías sobre Marx y Nietzsche, las creerá todo el que pone su reflexión a la altura de semejantes bobadas.

Pompilio Zigrino
21/12/2009, 10:48
El concepto de actitud característica ya apareció en un librito que hice en 1978. Definido como la relación entre Respuesta y Estímulo es algo que todavía no he visto en ninguna parte. Pero no tengo incovenientes en verlo alguna vez, ya que ello afianzaría aún más la validez de todo lo que he escrito, o de la mayor parte.

He podido justificar la ética natural, cristiana (o infantil para ciertos admiradores de Nietzsche). Se puede decribir y fundamentar la mayor parte de la Psicología Social, etc, etc. Se puede construir una ideología de adaptación que cuadra muy bien con lo que dice Teilhard de Chardín, Julian Huxley.

En cuanto a quienes ignoran la existencia de una ética objetiva y adhieren al relativismo moral (y no quieren reconocerlo), o cuando adhieren a ciertos "filósofos" que predican el relativismo cognitivo, puede decirse que son simples sofistas. Es decir, pseudointelectuales que no son capaces de mostrar algo concreto y confirmado por alguna ciencia experimental. Es lo que se denomina palabrerío hueco.

Lo único que saben es descalificar, difamar, porque no tienen nada para ubicar, sino retazos y retazos de Historia de la Filosofía.

Hay que tener cierta decencia y colocar algún esquema concreto, que se pueda decir si es verdadero o falso, y no opiniones desde las alturas que nadie le ha permitido.

La ética infantil que severamente critica, al estilo de aquel escritor transtornado del siglo XIX, es la base del cristianismo, la base de la civilización Occidental. Incluso la base de muchas religiones con vigencia en Oriente. Expuesta por Spinoza, puede quedar confirmada por la neurociancia actual.

Sea decente, ya que no puede decir algo concreto y coherente, trate de sumarse a la postura que podrá hacer resurgir al ser humano, para alejarlo del odio marxista y de la locura nietzscheana. ¿ O en realidad no busca ni ansía ese resurgimiento ? ¿ O sólo sabe descalificar para quedar en en lugar más alto ?. El pensador busca la verdad, el sofista quiere el lugar más alto.

ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
22/12/2009, 07:27
Otra vez. La actitud no es un concepto de nadie de los foros; si se la llama “característica", como si fuese invención de alguien, ese mismo se pone en cuestión por la historia de la psicología. Si de Wundt a Skinner hay toda una genética que hace externa la psique, los que sepan en qué consiste la fenomenología saben cómo se hace problemático cualquier conductismo o externalismo; se lo hace sujeto de cambio en tanto el cambio al que está sujeto; no son sino variaciones de lo mismo, un simismo teórico, su cosa en sí. Pero, como dije, generalmente, no se sabe qué es la fenomenología. No es psicológica sino en un primer momento lógico. Su psicología sólo es objetiva en primer grado, la raíz que la hace posible científicamente; y, a su vez, la hace especulativa del discurso de su nuevo tiempo; discurre por el fenómeno, aunque haya lógicas que lo trasciendan en las formas en las que éste degenera; no es, pues, simismo, con arreglo a sí mismo, sino con arreglo a otra cosa que lo determina, por la que viene determinado.

Hay quienes simplifican el problema fenomenológico con la presunción del efecto intrínseco del bien de la verdad, el científico, pero lo más cierto de ello es que es un bien no sólo incierto sino caprichoso, irracional e ideológico. Ahí tienen el cientificismo con su presunción de fama, y su cobardía filosófica. La ideología de uno es el bien, conforme a su forma; las otras no son sino sofistería o distancia, el punto en el que ubico la responsabilidad, en hacerme cargo del cuidado de su lenguaje, su acción.

La unidad psicológica no se hace fenomenológica en el cerebro sino en el primer objeto al que está dirigida. Hay una serie de simplificaciones de esto incontable, por lo común, con forma afilosófica. Así dirán que el dualismo está superado, que la mente se reduce a cerebro, que la ética es campo de la neurociencia, que no hay pensamientos sin cerebros, etc., etc. Es un disparate habitual en la filosofía de la ciencia burocrática, la que es segunda con respecto a la ciencia, a quien sirve.

La ciencia no tiene mal por ella misma pero sí por los idiotas que la hacen burocrática, los escribientes que la promocionan como la forma ideológica de la verdad, la imposición de su forma como la idea primaria y final. Es triste leer a un Bunge recopilando su biopsicología, pero más triste aún es su imitador haciéndose pasar por la norma de lo que es un filósofo serio. La filosofía puede ir emparejada con la ciencia, pero no hay ciencia sin filosofía que no se precipite en su ideología. Como ya expliqué, es lo que hizo que surgiese a principios del S.XX una revolución en la filosofía de la ciencia que llega hasta hoy. Bunge, a este respecto, se irá como vino, entre papeles que se lleva el viento; aquellos a los que tan presuntuosamente critica quedarán al no presumir tanto y contar, por principio, con un objeto de crítica que no se reduzca a "ciencia". Tienen en los libros de ese majadero todas las frivolidades, insultos y odio a la filosofía de las que semejante sinvergüenza es capaz. Es, poco más o menos, un anuario del odio a la filosofía; escribe montones de libros que no dicen nada, sólo habla de ciencia que él no ha hecho. Anda entre secretarios y cuchicheos de los que come, y con los que engaña a todos los bobos que andan tras él. Seguro que alguno por aquí se reconoce entre ellos.

La psicología experimental de hoy en día es muy compleja por la tecnología de la que dispone, pero las huellas que hacen externo su simismo, su intimidad, no tienen de suyo una teoría que las haga de alguien. Es así como no me hago creador de más sociología que la de mi crítica, que engloba una historia que no hago neciamente de mi propiedad; hablo con respeto de mis maestros porque admito una deuda que cuestiono en lo que se puede ampliar. Ese respeto no es sólo ciencia, es sociología de la ciencia. Hay idiotas que creen que tipejos como Bunge son el camino del progreso, por sí mismos, porque son verdad; hay otros, como Collins, que se estudian seriamente por la importancia histórica de su visión. A Bunge sólo lo estudian los vagos, los que para tener una opinión escuchan lo que dice otro. La imitación de formas no es filosofía primera; es una filosofía que anda a la sombra de su principio; anda, pues, retrasada.

No por hablar de estímulo y respuesta se hace un avance epistemológico. La forma estimulo-respuesta es del todo insuficiente; explica un efecto por una causa, pero no hacemos ética imponiendo una forma sino eligiéndola; y así es como uno falla y se culpa a ese uno. El esquema de E-R se podría haber superado de haber sido el empeño conductista más racional; la genética conductual es, primeramente, irracional, como su positivismo. No es de extrañar que el equipo de Rizzolatti crea haber encontrado un nuevo área de investigación en la psicología que hace posible la nueva neurociencia. No sólo estaba ya en Husserl, sino en Peirce, y, más primeramente, en el giro kantiano; y antes de eso Descartes creó la posibilidad fenomenológica. No es de extrañar que no me supusiese dificultad encontrar un argumento importante contra la reducción de lo mental a cerebro desde cosas que sólo suenan a chino a los oídos de quien sólo lee divulgación, lo que llama "ciencia", y cree las cosas porque son ciencia. El aumento de su conocimiento prueba que algo faltaba en el contenido de su teoría. Sé que mi interpretación del falibilismo descuadra la visión vulgar porque es atrevida. Yo estudio la lógica que condiciona primeramente las cosas, y por ello soy tan crítico con la ciencia irracional, la ciencia instituida, y con la ética infantil, porque busco más; hago preguntas para las que la ciencia no puede dar respuesta. Todo buen filósofo sabe que es lo que la filosofía de valor hace, acuchillar nuevos conceptos con su especulación.

La claridad que se me pide no está en mis escritos; mi filosofía no puede ser clara sino oscura. Ya argumenté que ninguna filosofía de valor puede ser clara. Aún así, hago continuas correcciones en mis temas para que se puedan seguir de algún modo. Las intuiciones cobran cuerpo sólo con el tiempo, meses o años, y no puedo esperar que alguien vea claridad; según avanzo una reflexión compruebo que me contradigo, por ello mis temas se leen mejor al revés, reflexivamente. Escribo para mí, y se lo enseño al resto. No puedo exigirme claridad porque mi lógica dice que su tiempo la hace falsa de manera continua; es verdad en tanto pueda recrear una forma, y falsa en toda la hipótesis de su ampliación. Quien ve sólo una forma en ello, en coherencia, no ve más que la reproducción de su forma; es por ello que es incapaz de ver qué hace que su ética sea infantil e indecente. No obstante, el problema que se ve a lo que llamo ética infantil es que se habla mal de ella, que digo que es ********, acrítica e inmoral; y no que su verdadero problema está su falta de objeto ético, aquello que hace que pueda ser por principio ético.

Se pone en duda lo que la neurociencia dice de la ética porque es sociológicamente inútil e irresponsable. Los neurocientíficos juegan a ser filósofos, y los verdaderos filósofos los tratamos a tortas. El filósofo atiende a la novedad de la ciencia, pero no es, por principio, uno esnob irresponsable; la ciencia tiene su importancia, su margen, y una limitación que la reduce a su ciencia, la restringe a su margen; no es por sí misma y en sí misma; es, justamente, lo que la vacía. Así, estrechamente con sus prejuicios, alguien habla de Nietzsche de manera escandalosa a la vez que airea que no sabe de qué habla, como si todo de lo que se hablase fuese del decir de la ciencia. Desde mi crítica se enraíza Nietzsche con el interés que su teoría tenía en la de las emociones de Darwin, con Kant y Schopenhauer, y todo lo segundamente moral, como efecto de algo en forma de alguien. Eso es historia de la ciencia, lo que alguno enseña, mala historia si se niegan algunas fuentes por el principio de su prejuicio; es lo que se debe investigar para crecer de la raíz histórica en la que se funda la genética de una teoría, es decir, su heurística. Si se quieren, no obstante, dar clases de psicología como las de su web chapucera no me cuenten entre sus seguidores. En filosofía hay muchas teorías, la mayor parte de ellas falsas; son las que se muestran en la historia de la filosofía. Pero en filosofía los problemas no se solucionan como en la ciencia, reduciéndose a una proposición. La proposición del arbol de la ciencia no es la del árbol de la vida; su distancia es lo que en fenomenología se llama mundo de vida, algo que por su principio no está restingido a un solo margen. La mejor historia de la ciencia no es la de las ideas verdaderas, las que, lógicamente, no son más que hipotéticas, sino la historia de las ideas falsas, las que cuentan con una teoría responsable de su fallo, una teoría responsable, y no alguien.

Spinoza no es mi enemigo, fue uno de mis primeros maestros, y la deuda más importante de mi teoría de los comprendidos. Toda mi epistemología y mi sociología nacen de la comprensión de sus absolutos. Teilhard era simpático y un buen hombre, pero, como dije hace años, es irresponsable con el fenómeno humano para el humano en una acción con sentido propio: el lenguaje, y no Dios. De eso su ciencia sabía más bien poco, y por ello sólo hablan de él los nostálgicos de un evolucionismo cristiano. ¿Y Bunge?, sale guapo en mis textos. Siga su imitador, pues, con su filosofía característica; está quedando, por sí mismo y sin necesidad de ninguna referencia, difamado.

La obsesión con la realidad, como si fuese lo que trasciende por su importancia, en lugar de ser una crítica, es lo que obliga a una crítica de que su principio no es lo más importante. Que podamos hacer ciencia y ser racionales no implica que lo seamos, más bien, la mayor parte del tiempo, ni lo somos ni lo seremos, pero con ello se complacen los irresponsables.

Pompilio Zigrino
23/12/2009, 16:43
En cuanto a:

Los neurocientíficos juegan a ser filósofos, y los verdaderos filósofos los tratamos a tortas.

Lo que pasa es que los filósofos que no conocen ciencia (pseudointelectuales) escriben tantas barbaridades, que los científicos tienen que escribir de temas que antes era de la filosofía.

Eso de "verdadero filósofo" hay que demostrarlo. Hay que tomar una postura definida en varios cuestiones. Es distinto escribir sobre Historia de la Filosofía a tener una visión de la realidad a través del conocimiento aportado por las distintas ramas de la ciencia.

Si se ignora gran parte de los resultados logrados por la ciencia, se hace simple palabrerío hueco. Hay sin embargo, varios filósofos que sí saben ciencia. Incluso el mismo Mario Bunge. En realidad es un Filósofo de la Ciencia, aunque no tiene una postura definida en otros aspectos (humanidades). Al menos yo no la conozco.

No se puede, en nuestra época, escribir alegremente de todo un poco sin fundamentarse en la relatividad, teoría cuántica, evolución, neurociencia, psicología, economía, etc. No es serio.

En cambio, si uno se basa en Hegel, Spinoza, Descartes, Marx, etc, etc, está haciendo Historia de la Filosofía. ¿ Entiende la diferencia ?

Pompilio Zigrino
23/12/2009, 16:58
En cuanto a:

La actitud no es un concepto de nadie de los foros; si se la llama “característica", como si fuese invención de alguien

Como dije alguna vez, cuando apareció mi primer librito, eran épocas en que estudiaba ingeniería. De ahí que hacía una observación directa de la realidad. Luego, descubrí que el concepto de "actitud" existe desde hace unos 80 años en Psicología Social.

Si digo que se utilizaba desde hace más de 80 años, una simple deducción lógica indica que yo no lo descubrí. En todo caso lo redescubrí por mi cuenta.

La definición de actitud característica que utilizo, todavía no la he visto en otra parte (no digo que pueda existir).

Desde el punto de vista de la ciencia es positivo intentar hacer algo nuevo, tal el hecho de mejorar una definición para hacer que el concepto sea más general y de él puedan sacarse varias consecuencias.

Todavía parece que anda bien. Sus derivaciones y consecuencias andan bien.
De ahí que este concepto no se rebate lógicamente, se debe mostrar que es erróneo en la realidad, que el ser humano no funciona de esa forma. Eso debe hacerse en lugar de difamar públicamente.

Cuando se difama, se ve que no hay argumentos que invaliden una hipótesis propuesta.

Estoy tratando de insertar el concepto mencionado en la Psicología Social. Busco la verdad, o una descripción más general. Estoy tratando de ubicar un ladrillo más en el edificio de esa rama de la ciencia.

Esto contrasta con la filosofía, en donde no hay un edificio, sino varios edificios que a veces, no tiene relación entre ellos, ni con la realidad.

Fundamentarse en todos ellos es imposible. De ahí que los historiadores de la filosofía tienen que tener una postura más o menos firme, De lo contrario se hacen un barullo mental importante y nadie les entiende nada.

ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
24/12/2009, 07:02
No hay posturas definidas sino sólo posturas inciertas; lo prueba que haya posturas, y no una sola postura.

Los científicos, mayormente, comen de hacer ciencia, otros de hablar de ello; y, alguna vez, es cierto, hacen algo de valor. En mis temas se trata en la dialéctica entre la sociología del conocimiento y la de la ciencia.

La originalidad de la actitud característica está en que alguien ha llamado característica a la actitud, y se ha puesto un mérito. Es importante estudiar la heurística, y no sólo historia a secas, historia para tontos. Si se hace así nadie se pone méritos que estaban en el sentido de las teorías mismas. En este caso se defiende un confuso conductismo que se abandonó hace mucho por acciones que lo superaban. Sobre esto, cuento con una teoría sociológica que hace innecesaria la psicología.

Abandono definitivamente este tema. Hay, no obstante, un buen número de temas en los que trato de lo aquí comentado. No tendré problemas en abrir otros mucho más que hagan inútiles teorías ideológicas y acríticas.

Pompilio Zigrino
26/12/2009, 11:25
En cuanto a:

La originalidad de la actitud característica está en que alguien ha llamado característica a la actitud, y se ha puesto un mérito

No. A ver si entiende. Cuando uno define la actitud como:

Actitud = Respuesta / Estímulo

y dice que es distinta en cada persona, le asocia el calificativo de "característica".

Además, no son tan imbécil como para sentir como un mérito haberle puesto un nombre a un concepto, algo que carece de importancia.

Si tiene algún mérito, es porque se adapta a la realidad.

PHILIPPEMOR
27/12/2009, 17:28
debemos seguir siendo manipulados por la oligarquia??
alguien individualista mas alla del nazismo o el marxismo puede estar cercano a la verdad??
conozco individualidades enteramente dentro de la verdad, Jesus de Nazareth Y Gandhi.
que estan alejados de los dogmas marxistas, nazis, oligarcas o sionistas y fundamentalistas.
que nacion de America es cercana a lo que propone Jesus??
Cuba o los Estados Unidos de America??

no existe nacion alguna, solo propuestas que aseguran que su realidad es la verdad.

saludos cordiales,

Platon
28/12/2009, 17:16
En la Biblia existe un mandamiento dirigido a todo individuo ("Amarás al prójimo como a tí mismo"). El prójimo implica todo otro individuo.

En los mandamientos socialistas aparece el "altruismo", mediante el cual el individuo tiene que sacrificarse por la sociedad, especialmente por la clase dirigente.......(ejemplo, Cuba, ex URSS, etc.). El individuo es explotado por el Estado, se le restringe todo tipo de libertad, pero debe sentirse contento porque es "altruista"....

Con ese cuento (que muchos creen todavía) han producido verdaderas calamidades sociales.

Ahora entonces el Altruismo es un mandamiento Marxista, que dice que hay que sacrificarse por los dirigentes, debe ser por eso que los capitalistas ven a un tacaños como un gurú. Puro invento al estilo de la propaganda milica, sales con cada cosa que no se de donde la sacas. No hay nada mas alejado del mandamiento Amaras al projimo como a ti mismo, que el capitalismo salvaje que promueves y que ahora hasta metes al profeta Moises del lado de los explotadores chupa sangre. Tampoco creo que Cristo fuera comunista como muchos afirman, no creo porque Jehova todavia no enviaba a la tierra al profeta Carlos Marx, pero si, que al menos hay que reconocer que Jesus Nazareno era mas izquierdista que Pilatos y Salomon ..

La Biblia da para todo tipo de interpretaciones, y cuando justifica la esclavitud, los genocidios de culturas mas atrazadas para arrebatarles territorio y la explotacion del hombre por el hombre, en ese sentido te la doy que es capitalista. Pero no vas a poner a Jesus al lado del criminal Bush, los Sionistas y los milicos anticomunistas que recibian ordenes del diablo.
Y ojo que los fachos, los chupasangre capitalistas aunque se santiguen todas las noches y vayan a ver al Papa a Roma, no se la llevaran tan facil, si es que Dios existe, igual se van a ir a quemar las patas y sin bronceador por malos.

La Biblia avisa a los capitalistas explotadores, : ‘No oprimas al trabajador pobre e indigente…Dale cada día su salario, sin dejar pasar sobre esta deuda la puesta del sol, porque es pobre y lo necesita’ (Deut. 24, 14-15)
‘El jornal de los obreros que han segado vuestros campos, defraudado por vosotros, clama, y los gritos de los segadores han llegado a los oídos del Señor de los ejércitos’ (Iac. 5, 4)”

Pompilio Zigrino
29/12/2009, 19:12
¿ No es real acaso que el ciudadano común, en el comunismo, debe sacrificarse por el Estado ?. Eso significa colectivismo.....

El comunismo se parece a una sociedad de abejas:

La reina: no se enferma, come jalea real .......La clase dirigente soviética

Los zánganos: fecundad a la Reina en pleno vuelo. No trabajan. Mueren si no son alimentados............Los que no trabajan en el comunismo

Las obreras: Trabajan. Son numerosas. Producen miel y jalea real..........La clase trabajadora soviética

Moraleja: la sociedad humana no es una sociedad de insectos.


Economía social de mercado = Trabajo + Ahorro productivo + Ética

Este objetivo se adapta mejor al ser humano.

Pompilio Zigrino
29/12/2009, 19:14
Yo no escribí la Biblia.......no tengo ninguna culpa por lo que ahí dice.