Cochero
15/09/2009, 21:07
Del 15 al 19 de Septiembre, se lleva a cabo en Rosario el XVII Festival Internacional de Poesía.
Este es el enlace: http://www.festpoesiarosario.com.ar/
Y a continuación les regalo uno de mis escritos recepcionados por los organizadores del Festival.
Por condenarme sin que medie argumento
y sin oportunidad de poder apelar,
por ser prisión fría y causal
para un error de los más grandes,
por culparme de ser un cobarde
al no poder enfrentar mi dolor.
Me privas de mi libertad,
la ferviente escolta de mis sueños,
no dejas que sea el dueño
de cada moción que me atribuyo,
me condenas también si huyo
cuando me inunda un poco de amor.
No me alcanzan las coartadas
pues no suelo meditar en mis penas,
no hay peor castigo en mis venas
que las nacidas de mi propio corazón,
si hasta con dagas hechas de pasión
he asesinado incontables veces.
Me he vestido de reo y verdugo
ante feroces letrados sin testigos,
eran indómitos enemigos
de mis propias lágrimas de ocasión,
eran posesos sirvientes del dolor
que exhalaban mis propias letras.
Dime si merezco este destino
donde habrás de cenizar mis últimos días,
forzarme a olvidar que tenia
tantas alegrías entre mis brazos,
dime Dios, si existes acaso,
cuando supones quitarás mi agonía.
¡Cadena perpetua!, -gritaron las musas-
Bajando el martillo un inhumano señor.
¡Cadena perpetua!, ¡Que muera de pena!
Y con su alma muerta,
mi inspiración también murió.
Este es el enlace: http://www.festpoesiarosario.com.ar/
Y a continuación les regalo uno de mis escritos recepcionados por los organizadores del Festival.
Por condenarme sin que medie argumento
y sin oportunidad de poder apelar,
por ser prisión fría y causal
para un error de los más grandes,
por culparme de ser un cobarde
al no poder enfrentar mi dolor.
Me privas de mi libertad,
la ferviente escolta de mis sueños,
no dejas que sea el dueño
de cada moción que me atribuyo,
me condenas también si huyo
cuando me inunda un poco de amor.
No me alcanzan las coartadas
pues no suelo meditar en mis penas,
no hay peor castigo en mis venas
que las nacidas de mi propio corazón,
si hasta con dagas hechas de pasión
he asesinado incontables veces.
Me he vestido de reo y verdugo
ante feroces letrados sin testigos,
eran indómitos enemigos
de mis propias lágrimas de ocasión,
eran posesos sirvientes del dolor
que exhalaban mis propias letras.
Dime si merezco este destino
donde habrás de cenizar mis últimos días,
forzarme a olvidar que tenia
tantas alegrías entre mis brazos,
dime Dios, si existes acaso,
cuando supones quitarás mi agonía.
¡Cadena perpetua!, -gritaron las musas-
Bajando el martillo un inhumano señor.
¡Cadena perpetua!, ¡Que muera de pena!
Y con su alma muerta,
mi inspiración también murió.