Roger Medina Guerra
18/08/2009, 11:06
Desde mi reino salvaje y sonámbulo en ti, refresco mis ojos, con tus versos.
Incito al crepúsculo, mi confidente silencioso, que escuche mis deseos.
Admiro, la calidez de tus palabras; que reflejan el sol de la alborada.
Nado taciturno, en el mar de tus poemas; melancólico, feroz y en calma.
Amo, la divinidad de tus poesías; remos en la mar, cantar de mis cantares.
Interrumpo al tiempo, para que inerte, no apresure los minutos.
Sigiloso, recubro tus poemas; para leerlos, engullirlos a montón.
Enmudezco, ante el bálsamo distinguido de tu pluma.
Apreso, la linterna; que ilumina, tu musa y tu razón.
Tú linterna, me acompaña,
hasta que releo tus versos, con los rayos de la luna.
Amiga:
Desde, mi reino salvaje.
Desde, el mar de esponjas y corales.
Desde cada ola, de arena y sal.
Desde, lo más recóndito de mi alma.
Sigue escribiendo.
Sigue escribiendo,
para que mis ojos,
no protesten.
Para que mis ojos,
no se alejen, de tus pensamientos.
Para que mis ojos,
golosos de ti.
No se cansen,
de leerte.
Incito al crepúsculo, mi confidente silencioso, que escuche mis deseos.
Admiro, la calidez de tus palabras; que reflejan el sol de la alborada.
Nado taciturno, en el mar de tus poemas; melancólico, feroz y en calma.
Amo, la divinidad de tus poesías; remos en la mar, cantar de mis cantares.
Interrumpo al tiempo, para que inerte, no apresure los minutos.
Sigiloso, recubro tus poemas; para leerlos, engullirlos a montón.
Enmudezco, ante el bálsamo distinguido de tu pluma.
Apreso, la linterna; que ilumina, tu musa y tu razón.
Tú linterna, me acompaña,
hasta que releo tus versos, con los rayos de la luna.
Amiga:
Desde, mi reino salvaje.
Desde, el mar de esponjas y corales.
Desde cada ola, de arena y sal.
Desde, lo más recóndito de mi alma.
Sigue escribiendo.
Sigue escribiendo,
para que mis ojos,
no protesten.
Para que mis ojos,
no se alejen, de tus pensamientos.
Para que mis ojos,
golosos de ti.
No se cansen,
de leerte.